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domingo, 10 de junio de 2018

TRASLADAN LAS RELIQUIAS DE SAN JUAN XXIII A SU PUEBLO NATAL PARA SU VENERACIÓN


Trasladan las reliquias de San Juan XXIII a su pueblo natal para su veneración
Redacción ACI Prensa
Foto: Wikipedia (Dominio Público)



Las reliquias del Papa San Juan XXIII han concluido la peregrinación hacia su pueblo natal, Sotto il Monte, en la localidad italiana de Bérgamo, donde este sábado 9 de junio el Secretario de Estado del Vaticano, Cardenal Pietro Parolin, presidió una Misa.

En su homilía, el Secretario de Estado destacó el celo pastoral de Juan XXIII, su capacidad de atraer a las personas con un lenguaje sencillo y sereno pero pleno de contenido evangélico y de fidelidad a Cristo.

“Juan XXIII fue un hombre bueno que llegó a ser santo porque era un hombre abandonado enteramente al proyecto que Dios había planeado para él”, destacó.

Otros valores de Juan XXIII resaltados por el Cardenal Parolin fueron su humildad y su sabiduría: “Sus palabras y sus gestos expresaban autoridad y gentileza, serena firmeza y benevolencia, audacia y prudencia, paternidad espiritual y condescendencia fraterna”.


Ante Juan XXIII “el mundo quedó atónito, porque, instintivamente, incluso los más lejanos y menos instruidos percibían que aquella simplicidad y jovialidad de trato eran el resultado de un trabajo constante de refinamiento del carácter. Eran el éxito de un recorrido sincero y profundo de un alma a la búsqueda de lo esencial. El fruto de una larga experiencia y de muchas lecturas meditadas. Eran el espléndido salario de la oración y de la caridad”.

El Cardenal Parolin explicó que “para comprender la obra del sacerdote, del Obispo y del Cardenal Giuseppe Roncalli, así como, después, del Pontífice Juan XXIII, es necesario partir de su fe sólida, laboriosa, tranquila, con fe en Dios, en su Madre María y en los santos”.

Esa fe “la aprendió en Sotto il Monte. Es su granítica estabilidad en la fe lo que le hace ser al mismo tiempo paciente y audaz”. En este sentido, el Secretario de Estado destacó la importancia de Sotto il Monte en la vida y en la espiritualidad de Juan XXIII.

Así, destacó una carta escrita por el Papa a sus familiares el 20 de diciembre de 1932 en la que decía: “He olvidado muchas cosas de aquellas que he leído en los libros, pero todavía recuerdo muy bien todo lo que aprendí de mis padres y de mis mayores. Por eso no me canso de amar Sotto il Monte, y disfruto cuando acudo allí cada año. Ambiente sencillo, pero pleno de buenos principios, de profundos recuerdos, de enseñanzas preciosas”.

El Cardenal Parolin subrayó también que “Juan XXIII dejaba transpirar un lenguaje y una acción profética”. “La serena y soberana libertad interior de su ánimo eran perceptibles por sus interlocutores que descubrían en él a un hombre de Dios”.

En la homilía, el Secretario de Estado destacó que fue, precisamente, la inmensa fe de Juan XXIII en el Espíritu Santo lo que le llevó a convocar el Concilio Vaticano II, “que reunió a toda la Iglesia para actualizar el modo de proponer la verdad evangélica, para encontrar lenguajes y métodos adaptados para unir al hombre contemporáneo con las verdades perennes del Evangelio”.


Por otra parte, destacó su compromiso con el ecumenismo, y cómo durante su Pontificado se dieron una serie de pasos fundamentales en la superación de las desconfianzas y los rencores seculares entre cristianos.

“El ecumenismo se convirtió para él en una necesidad para mantenerse fiel al Señor en la acción cotidiana. Era muy consciente de la complejidad y la dificultad del camino dirigido a restablecer la plena comunión”.

Sin embargo, “también era cierto que se necesitaba iniciar un nuevo capítulo constituido en la confianza mutua, en gestos simbólicos y en actos fraternos que, a partir de la valorización del tesoro de aquello que une, abrirse a un itinerario destinado a conducir hacia la unidad plena visible”.

Por último, el Cardenal Pietro Parolin invitó a los fieles presentes a recordar siempre estas palabras de San Juan XXIII: “Hijos de Bérgamo, de esta Iglesia que amo, sed valientes, honraos… Os pido a todos vosotros aquello que más vale: Jesucristo, la Iglesia, el Evangelio. Os exhorto a progresar en la bondad, en la virtud, en la generosidad, con el fin de que los bergamascos sean siempre dignos de Bérgamo”.

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