El santo de la alegría
San Felipe Neri
San Felipe Neri (1515-1595) fue un santo muy simpático. Reunía centenares de niños desamparados para educarlos y hacerlos buenos cristianos. Estos muchachos en sus juegos hacían un ruido ensordecedor, pero Felipe sonriente les decía: "Hagan todo el ruido que quieran, a mí lo único que me interesa es que no ofendan al Señor. Lo demás no me disgusta".
Donde quiera que san Felipe Neri llegaba, se formaba un ambiente de fiesta y buen humor. Las gentes se reían de buena gana. A algunos muy serios les parecía que él debería ser un poco más mesurado y solemne. Por eso a veces se le llamaba “el bufón de Dios”. Tuvo siempre el don de la alegría. A él se le atribuye la frase: «Tristeza y melancolía, fuera de la casa mía». Un día, una señora rica se presentó delante de Felipe Neri calzada con un par de zapatos bastante elevados. Cuando le preguntó a Felipe tímidamente, temiendo una condena o una crítica, si podía andar así de engalanada, el santo se limitó a decir: «Cuide de no caerse». Y en aquel “caerse” la interlocutora entendió todo un discurso.
La expresión «Cuide de no caerse» está en la Biblia en 1 Corintios 10, 12, y es un llamado de atención a los que, con cierta presunción o vanagloria, piensan hallarse seguros en el camino espiritual, pues también ellos pueden caer, si no confían humildemente en Dios. Felipe le daba así una buena advertencia a esa dama. Que el Señor nos arraigue en la humildad.
* Enviado por el P. Natalio
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