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viernes, 8 de diciembre de 2017

PAPA FRANCISCO: CATÓLICOS Y LUTERANOS NO PUEDEN PERMITIRSE SER RIVALES


Papa Francisco: “Católicos y luteranos no pueden permitirse ser rivales”
Por Miguel Pérez Pichel
Foto: L'Osservatore Romano



VATICANO, 07 Dic. 17 / 04:20 am (ACI).- El Papa Francisco, en un discurso dirigido a miembros de la Federación Luterana Mundial en el Vaticano, afirmó que católicos y luteranos “no pueden permitirse ser adversarios o rivales”, y exhortó a “buscar y promover una mayor comunión en el amor y en la fe”.

En su discurso, el Santo Padre hizo memoria del encuentro ecuménico que mantuvo con los miembros de la Federación Luterana Mundial en Lund el 31 de octubre de 2016 con motivo del Año de la Conmemoración de la Reforma.

Francisco señaló el motivo por el que aquel encuentro de oración ecuménica resultó tan importante para la unión de los cristianos: “Era importante encontrarse principalmente en la oración, porque el don de la unidad entre creyentes germina y florece por la gracia de Dios, no en función de proyectos humanos”.

“Sólo rezando nos podremos custodiar unos a otros –explicó–. La oración purifica, fortalece, ilumina el camino, nos hace ir adelante. La oración es como el carburante de nuestro viaje hacia la plena unidad. De hecho, el amor del Señor, que dibujamos rezando, pone en marcha la caridad que nos acerca”.

De esa oración surge “la paciencia de nuestra espera, el motivo de nuestra reconciliación, la fuerza para seguir avanzando juntos”.

El Papa continuó: “Rezando podemos vernos los unos a los otros en la perspectiva justa: la del Padre”. “En el Espíritu de Jesús, al cual rezamos, nos reconocemos como hermanos”.

Con ese espíritu de oración y de fraternidad “miramos hacia la historia pasada y damos gracias a Dios porque las divisiones tan dolorosas que nos han distanciado y enfrentado durante siglos, en los últimos decenios han confluido en un camino de comunión, en el camino ecuménico suscitado por el Espíritu Santo”.

Frente a las diferencias todavía presentes, el Pontífice destacó “la realidad presente, común, fundacional y permanente de nuestro Bautismo, que nos hace hijos de Dios y hermanos entre nosotros”.

Por último, puso en relieve el ejemplo de los mártires. “Son muchos, incluso en nuestros días, los que sufren por dar testimonio de Jesús: su heroísmo pacífico es para nosotros una llamada urgente a una fraternidad siempre más real”.

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