Los cinco minutos de María
Diciembre 30
Cristo muerto en la cruz y sepultado dio apariencia de fracaso.
Con su resurrección gloriosa fracasaron todas las apariencias.
María no se dejó llevar por las apariencias del fracaso y aun envuelta en su manto de dolor, no perdió nunca la esperanza en la resurrección.
La vida del cristiano es la vida de una esperanza, pero no de una esperanza que pueda resultar fallida; es una esperanza cierta, segura de que en ella habrá de triunfar la Palabra de Dios.
María dijo sí y Dios vino a nosotros, está con nosotros, obra en nosotros y nos salva.
* P. Alfonso Milagro
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