¿Qué ves?
Cierto día, hace muchísimos años, un comerciante rico y avaro, acudió a un sabio sacerdote anciano en busca de orientación. Éste lo llevó ante una ventana y le dijo:
— Mira a través de este vidrio y dime: ¿qué ves?
— Gente -contestó el rico comerciante.
— Mírate en este espejo. ¿Qué ves ahora?
— Me veo a mí mismo -le contestó al instante el avaro-.
— He ahí, hermano, -le dijo entonces el santo varón- en la ventana hay un vidrio y en el espejo también. Pero ocurre que el vidrio del espejo está cubierto con un poquito de plata, y en cuanto hay un poco de plata de por medio, dejamos de ver a los demás y sólo nos vemos a nosotros mismos
No te encierres en ti mismo: mira a tu alrededor y, como Jesús, pasa haciendo el bien. Recuerda que él dijo: “hay más alegría en dar que en recibir”
* Enviado por el P. Natalio
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