Los cinco minutos de María
Julio 22
El Espíritu Santo nos hace llamar a Dios “Padre” en lo íntimo de nuestro ser y ese mismo divino Espíritu con sus íntimas inspiraciones nos mueve a llamar a María “Madre”.
No contrariemos los impulsos y las mociones del Espíritu Santo que obra en nosotros; dejémonos santificar por Él y dejémonos santificar como Él quiere, teniendo a Dios como Padre y a María como Madre, y amándolos como tales.
Virgen llena de piedad, don del Espíritu Santo, alcánzanos este don que nos haga descubrir en Dios al Padre y en María a la Madre.
* P. Alfonso Milagro
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