Los diez mandamientos del Acólito
1.- Es puntual en todos los actos: reuniones y celebraciones litúrgicas.
2.- Se presenta siempre aseado, tanto en la propia persona como en el vestido y en el calzado. Un acólito se lava las manos antes de la celebración, no se presenta al altar despeinado ni sucio.
3.- Es amable y cortés con todos.
4.- Guarda orden riguroso respecto a los objetos del culto.
5.- Observa silencio en el templo. Evita risas y bromas en lugares y momentos de silencio.
6.- Mantiene limpia su alba y la guarda ordenadamente.
7.- No descuida la oración diaria, la Misa Dominical, la Comunión frecuente y el sacramento de la Reconciliación.
8.- Hace bien su trabajo, con atención, concentración y devoción: no curiosea en el templo ni mira hacia los lados; es prudente y cuidadoso con los utensilios; no hace ruido innecesario con vinajeras u otros objetos y está siempre atento a lo que necesita el sacerdote que preside la Eucaristía.
9.- Estudia y conoce la liturgia de la iglesia: sus signos, ritos y significado. Y así se da cuenta de dónde y cuándo lo necesitan.
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