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lunes, 2 de enero de 2017

CON MARÍA, PAZ Y AÑO NUEVO


Alabado sea Jesucristo…
Con María: ¡Paz y Año Nuevo!



Un año viejo se ha cerrado. Dios, que es ante todo Padre, nos da una nueva oportunidad. Él pone ante nosotros doce meses que son, como 12 oportunidades, para intentarlo de nuevo.

Quiero comenzar, este primer día del año, invitando a vivirlo con intensidad desde estas primeras horas: ¡Feliz Año Nuevo! ¡Hagamos posible la paz! ¡Santa María viene con nosotros!
Dejemos atrás lo que ya no tiene remedio. Intentemos, como si fuésemos paredes recién pintadas, reservar un paño limpio para que, Jesús, pueda forjar obras grandes en nosotros. Para que la paz, en nuestra mente limpia y lúcida, además de pensamiento, sea un firme convencimiento de ocuparnos por ella.

¡Claro que tenemos que orar por la Paz en esta Jornada Mundial! Pero también es verdad, amigos, que hemos de pedir al Señor y, especialmente a María, que nos regale el gran don de la paz con nosotros mismos. La persona que está en paz consigo misma, irradia paz. Y, en el mundo, en la política, en la iglesia, en la familia y en todos los ámbitos, hoy más que nunca, son necesarias personas que estén primero en armonía y en paz consigo mismas.
En este primer día del año pidamos a la Reina de la Paz, a Santa María Madre de Dios, que no nos conformemos con ser pacíficos. Que trabajemos, además, por conseguir esa conciliación que es garantía de derechos y de vida, de futuro y de alegría. ¿Para qué un nuevo año si, del viejo año, seguimos arrastrando las antiguas guerras? Intentemos, de verdad, allá donde nos movamos –como decía San Francisco de Asís– ser instrumentos de paz, de perdón, de fe y de tantos valores que no están de vigentes, ni en la educación para la ciudadanía ni en otros tantos modales de muchos ciudadanos de a pie.

Que Santa María, la Madre de Dios, la que vivió con paz y en paz toda su existencia, nos acompañe en este peregrinar de 12 meses.


© Padre Javier Leoz

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