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jueves, 15 de septiembre de 2016

ENTRADA TRIUNFAL EN ROMA


Entrada triunfal en Roma


La Biblia exhorta a buscar no tanto la aprobación de los hombres sino la de Dios, que conoce y sondea cada corazón. Jesús reprochaba a los fariseos que ponían todo su cuidado en cumplir pequeñas normas externas, pero ocultaban detrás de esa fachada graves desórdenes morales. No seas esclavo del parecer y de las alabanzas de los hombres.

Los romanos celebraban el regreso de un general vencedor con una entrada triunfal. Iba en un carro tirado por cuatro caballos blancos. Lo precedían una muestra del botín tomado a los enemigos, y jefes y gente encadenada para ser ejecutados o vendidos como esclavos. Seguían los magistrados vestidos de gala y un conjunto de músicos con trompetas, cítaras y flautas. Detrás del carro del vencedor marchaba un grupo selecto de sus tropas. Pero junto al general ovacionado por todo el pueblo, había siempre un esclavo que le iba susurrando al oído: “¡Recuerda que eres un simple mortal!”. Sabia costumbre para moderar el orgullo de esa hora de gloria.

“Camina en mi presencia, y sé perfecto”, dijo Dios a Abrahán. Consigna de oro para cultivar tu verdad interior, vigilando aun intenciones y deseos. Kempis comentó así el pensamiento de Jesús: “No eres más porque te alaben, ni menos porque te critiquen. Lo que eres delante de Dios eso eres y nada más”. Aquí está la clave de la autenticidad del creyente.


* Enviado por el P. Natalio

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