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jueves, 10 de marzo de 2016

VUELA MÁS ALTO


¡Vuela más alto!



 Encontré a un hombre de buenas cualidades que casi las maldecía. Le pregunté por qué y me respondió: “Porque hacen sombra, y eso no me lo perdonan”. Eso es la envidia, un sentimiento de aguda incomodidad al ver a otro que tiene lo que deseamos. Una anécdota que viene al caso.

Enseguida después de la 2a Guerra Mundial, un joven piloto inglés probaba un frágil avión monomotor en una peligrosa aventura alrededor del mundo. Poco después de despegar de uno de esos pequeños e improvisados aeródromos de la India, oyó un ruido extraño que venía de atrás de su asiento y se dio cuenta que había una rata a bordo y que si roía la cobertura de lona, podía destruir su frágil avión. Podía volver al aeropuerto para librarse de su incómodo y peligroso pasajero. De repente recordó que las ratas no resisten las grandes alturas. Volando cada vez más alto, poco a poco cesaron los ruidos que ponían en peligro su viaje. Si amenazan destruirte por envidia, calumnia o maledicencia, vuela más alto…

Protégete de la envidia orando así: “Señor, a los que quieren dañarme o desprestigiarme, muéstrales la fealdad de la envidia, y toca sus corazones para que me miren con buenos ojos. Sánalos de todo mal sentimiento, cura sus heridas más profundas, y bendícelos en abundancia, para que sean felices, y ya no necesiten dañarme”. ¡Vuela más alto!


* Enviado por el P. Natalio

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