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jueves, 17 de marzo de 2016

HABLAS CON DIOS?






¿Hablas con Dios?



En Italia hay una región que se llama “el Carso”, está muy cerca de Eslovenia. Allí se da un fenómeno geofísico muy interesante. Los ríos cuando encuentran un cierto tipo de terreno liso salen a la superficie y si encuentran un tipo de terreno poroso, descienden y continúan su curso invisible hasta que emergen de nuevo. El P. Cantalamessa, predicador del Vaticano, explica:

Nuestra oración puede imitar estos ríos y ser una oración “cársica”. A veces, cuando cesa la actividad y estamos libres para orar, esta plegaria aflora a la superficie, se hace oración consciente de alabanza, de adoración, de petición, de acción de gracias. Otras veces, cuando la actividad nos absorbe, la oración desciende hasta el fondo de nuestro corazón y allí continúa en secreto, como una inclinación invisible, inconsciente, de amor a Dios, dispuesta a reavivarse apenas sea posible. De este modo, ésta puede continuar incluso durante el sueño, como dice la Esposa en el Cantar: «Yo dormía, pero mi corazón velaba».

Si amas de verdad, tu mente vuela con frecuencia a la persona amada. Que lo digan sino los enamorados. Ahora bien: Dios te ama como nadie puede amar. En Isaías él pregunta: “¿Puede una madre olvidarse del hijito de sus entrañas? Pues, aunque ella se olvidara —dice Yavhé—, yo jamás me olvidaré de ti. Te llevo tatuado en mi mano”. Si descubres el inmenso amor de Dios por ti, la  oración —diálogo de amor— invadirá tu vida.


* Enviado por el P. Natalio

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