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martes, 24 de diciembre de 2013

BENDICIONES DE LA MESA DE NOCHEBUENA


BENDICIONES DE LA MESA DE NOCHEBUENA

 Celebración familiar (con un cirio en la mesa)

Padre/Madre (P):
 Hoy, Nochebuena, tenemos, de manera especial y como centro de nuestra familia a Jesucristo, nuestro Señor. Vamos a encender un cirio en medio de la mesa para que nos haga pensar en Jesús y vamos a darle gracias a Dios por habernos enviado a su Hijo. 
Gracias Padre, que nos amaste tanto que nos diste a tu Hijo.
Todos (T): Señor, te damos gracias.

P: Gracias Jesús por haberte hecho niño para salvarnos.
T: Señor, te damos gracias.

P: Gracias Jesús, por haber traído al mundo el amor de Dios.
T: Señor, te damos gracias.

P: Señor Jesús, Tú viniste a decirnos que Dios nos ama y que nosotros debemos amar a los demás,
T: Señor, te damos gracias. 

P: Señor Jesús, Tú viniste a decirnos que da más alegría el dar que el recibir,
T: Señor, te damos gracias.

P: Señor Jesús, Tú viniste a decirnos que lo que hacemos a los demás te lo hacemos a Ti.
T: Señor, te damos gracias.

P: Gracias María, por haber aceptado ser la Madre de Jesús.
T: María, te damos gracias.

P: Gracias San José, por cuidar de Jesús y María.
T: San José, te damos gracias.

P: Gracias Padre por esta Noche de Paz, Noche de Amor, que Tú nos has dado al darnos a tu Hijo, te pedimos que nos bendigas, que bendigas estos alimentos que dados por tu bondad vamos a tomar, y bendigas las manos que los prepararon. 

Niño Dios, tú que llegaste al mundo para salvar, te pedimos la paz. 
Niño Dios, tú que naciste en un pesebre, te pedimos que no haya más miserias en el mundo.
Niño Dios, tú que naciste de una madre Virgen, te pedimos belleza en este mundo.
Niño Dios, tú que eres Salvador, cuídanos de los desastres que nos provoca la naturaleza.
Niño Dios, tú que nos diste la vida para vivirla, que la vivamos de acuerdo a tu gloriosa Vida.

T: ¡Amén!



Otra bendición sencilla

Bendice, Señor, nuestra mesa.
Por una noche al menos,
quisiéramos que el mundo fuera una gran familia:
sin guerras, sin miseria, sin hambre, sin dolor...;
y con algo más de música y de justicia.
Que este hogar, Jesús,
acoja tu palabra de amor y de perdón
y siempre estés tú presente.
Consérvanos unidos.
Danos durante todo el año paz y trabajo.
Danos fuerzas para ser personas justas,
comprensivas, entrañables, comprometidas
por un mundo mejor. 
Así habrá muchas “noches-buenas”
y “días-buenos”.
Eres bienvenido, Señor, siempre a esta casa.
Y confiamos que Tú nos reúnas también
un día en tu Casa para celebrar la eterna Navidad.
Amén.

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