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viernes, 11 de enero de 2013

ORACIONES A SAN JUDAS TADEO


ORACIÓN A SAN JUDAS TADEO
(Para obtener alguna gracia)

Oh Glorioso Apóstol san Judas Tadeo, siervo fiel y amigo de Jesús, el nombre del traidor ha sido la causa de que fueses olvidado de muchos; pero la Iglesia te honra y te invoca como Patrón especial de las COSAS DIFÍCILES y DESESPERADAS, ruega por mí para que reciba yo los consuelos y el socorro del cielo en todas mis necesidades y sufrimientos particularmente ( Aquí se pide lo que se desea ) y para que pueda gozar yo en el cielo en tu compañía y con los demás elegidos en la eternidad.

Yo prometo Apóstol bienaventurado, acordarme siempre de este favor, jamás dejaré de honrarte y he de hacer todo lo posible por propagar tu devoción.
San Judas Tadeo Apóstol Glorioso, Haz que mis penas se vuelvan en gozo.

San Judas Tadeo, ruega por mí y por todos los que piden tu protección. (Padrenuestro, Ave María y Gloria)


ORACIÓN A SAN JUDAS TADEO
(Para recitar cada día ante la imagen del Santo)

Henos aquí, ante ti, glorioso Apóstol San Judas, para ofrecerte el homenaje de nuestra devoción y de nuestro amor.

Tú haces sentir amorosamente a los que te invocamos tu poderosa ayuda y patrocinio y que no es vana la fe puesta en la bondad de tu corazón. Por esto, te ofrecemos el homenaje de nuestra devoción, memoria de los favores ya recibidos y llenos de gratitud por la asistencia concedida.
Pero, al mismo tiempo, nos sentimos movidos a suplicarte que no cese nunca tu ayuda y protección. Tú, que además de por un singular amor, estuviste unido con lazos de parentesco al Divino Redentor Jesús, fuente de todo bien, obtennos las gracias que necesitamos para llevar una vida santa y consíguenos también las bendiciones que son signo de la divina complacencia.

Que Dios bendiga, por tu intercesión, querido Apóstol, a los fieles que te honran y promueven tu culto, a todos aquellos que movidos por tu ejemplo trabajan para la gloria y el bien de las almas; que cuantos te invocan –entre los que me incluyo- sientan en el corazón que son escuchados: y la gracia divina descienda subsanando las debilidades de todos, de modo que amando y sirviendo a la divina bondad nos sea concedida la corona y la alegría de los siervos fieles. Así sea. Padrenuestro, Ave María, Gloria…








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