Autor: P Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net Un cementerio cristiano nunca es triste | |
La fiesta y el recuerdo de los que nos precedieron en el paso a la otra vida. | |
El dos de Noviembre es la fiesta y el recuerdo de los que nos precedieron en el paso a la otra vida. ¡Cuántos reos del Purgatorio escapan al cielo el dos de noviembre! Pero muchos se quedan, muchos aún necesitan purgar, aprender a fuerza de dolor que la sensualidad y soberbia a quienes sirvieron no eran su felicidad; con el dolor de la espera, del amor que siente ganas de volar al cielo y aún no puede, tienen que purificarse en humildad, pureza y mansedumbre. Pero este dolor tiene final; dolor fatal el otro, el que no termina, el que siempre está comenzando y doliendo, como el sufrimiento agudo, terrible que llega de improviso. El Infierno es un dolor que eternamente comienza. Fuimos de noche al Cementerio de Tenancingo; se veía con dificultad, porque las velas junto a los sepulcros estaban agotándose, pero olía a perfume de muchas flores: nardos, rosas, claveles, azucenas. Un cementerio cristiano nunca es triste, es un bosque de cruces sobre las lápidas que infunden perpetua y profunda paz a ese lugar; imágenes cristianas sobre las tumbas además de la cruz, parecen guardianes seguros de cada difunto; todo el cariño a los seres queridos muertos se resume en los epitafios y en las flores. El cementerio el dos de Noviembre es un bellísimo jardín que reúne a las familias, recoge todas las flores de los jardines y eleva al cielo las más bellas oraciones. ______________________________ Conoce más acerca de la historia, costumbres y tradiciones de la Fiesta de los Fieles Difuntos |
Páginas
▼
No hay comentarios:
Publicar un comentario