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miércoles, 22 de junio de 2011

LA HORA DE DIOS

La hora de Dios
Autora: Miguel de Unamuno


Ya estás sola con Dios, alma afligida,
su silencio amoroso, que te escucha,
te dice: ¡Corazón, viértete todo,
vuelve a tu fuente!

¿Qué tienes que decirle? ¡Vamos, habla!
Confiésate, confiésale tu angustia,
 dile el dolor de ser, ¡cosa terrible!,
siempre tú mismo.

¡Oh, Señor, mi Señor; no, nunca, nunca!
¿Qué es ante ti verdad? ¿Cómo saberlo?
¡Mejor que yo tú me conoces, sabes
 tú mi congoja!

Si intentara mostrarte mis entrañas
mentiría, Señor, aun sin quererlo,
a tu silencio es el silencio sólo
debida ofrenda.

¡Soy culpable, Señor, no sé mi culpa;
soy miserable esclavo de mis obras;
no sé qué hacer de esta mi pobre vida;
tu voz espero!

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