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miércoles, 10 de junio de 2020

HUBO UN MOMENTO


Hubo un momento




La esperanza no muere nunca. La ilusión acaba en desilusión. Pero la esperanza es una fuerza estable, serena e inmortal que, cuando todo está en el suelo, ella siempre responde: no importa, comencemos otra vez, mañana será mejor, ¡arriba!, vamos adelante, (Ignacio Larrañaga).

Hubo un momento en el que creías que la tristeza sería eterna, pero volviste a sorprenderte a ti mismo riendo sin parar. Hubo un momento en el que la amistad parecía no existir. Y conociste a ese amigo que te hizo reír y llorar en los mejores y peores días de tu vida. Hubo un momento en el que una pelea prometía ser eterna. Y sin dejarte ni siquiera entristecerte terminó en un abrazo. Así como hubo momentos en que la vida cambió en un instante, nunca olvides que aún habrá momentos en que lo imposible se tornará maravillosa realidad. Nunca dejes de esperar, porque esperar es el principio de alcanzar lo que se anhela.

La esperanza busca lo bueno en la gente, en lugar de subrayar lo malo. La esperanza descubre lo que se puede hacer, en lugar de protestar por lo que no se puede. La esperanza obtiene su poder de una profunda confianza en Dios y en la bondad innata de la humanidad. La esperanza considera los problemas, sean grandes o pequeños, como oportunidades.



* Enviado por el P. Natalio

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