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sábado, 10 de febrero de 2018

PAPA FRANCISCO PROPONE UNA REGLA DE ORO EN LA ATENCIÓN AL CLIENTE


El Papa propone una regla de oro en la atención al cliente
Redacción ACI Prensa
 Foto: ACI Prensa




El Papa Francisco propuso una especial regla de oro en la atención al cliente y pidió situar a la persona “y no los beneficios”, al centro de la labor empresarial, poniendo como ejemplo de ello al servicio de correos de Italia.

En su discurso esta mañana a los dirigentes y trabajadores del servicio de correos de Italia, Poste Italiane, el Santo Padre los animó a ser disponibles y bondadosos con quienes sirven, sin olvidar nunca la sonrisa.

En la audiencia en el Palacio Apostólico del Vaticano, Francisco dijo: “Una sonrisa. Viene la viejecilla que es un poco sorda, y tú le explicas, pero no te oye… Y le sonríes en vez de responder con un ‘uf’… La sonrisa es siempre un puente, pero un puente de los ‘grandes’, porque la sonrisa va al corazón. ¡No se olviden de la sonrisa!”.

“El cuidado de las personas, siempre presente en el servicio de correos de Italia como su criterio guía, se manifiesta no solo en la atención a los clientes, sino también entre los propios trabajadores”, agregó.

El Papa resaltó luego que “es importante que, cuando una persona acude al mostrador o a la oficina, se encuentre con personas que desempeñen bien su trabajo, que no resoplen ni den la impresión de considerar a la persona que acude a ellos como una carga”.

El Pontífice también tuvo palabras para los clientes: “deben ser atentos y no tener, como por desgracia sucede, una actitud de exigencia o de queja descargando sobre los empleados sus propias frustraciones o todos los males de la sociedad”.

“¡Qué difícil es, pero también qué importante, que en las miles de relaciones cotidianas entre colegas y con los ciudadanos se conserve un estilo de escucha, de disponibilidad y de respeto! Esto es difícil, no es fácil. Para conseguirlo es indispensable prepararse cada día, educándose a actuar con misericordia también en los pequeños gestos y pensamientos”.

El Santo Padre destacó asimismo que el imprescindible proceso de renovación tecnológica, para adaptarse a las necesidades de la sociedad actual, no se ha producido en detrimento de la vocación original del servicio de correos: “Poste Italiane ha puesto en el centro de su acción a las personas, y no los beneficios”.

“Esto es muy importante en nuestro contexto económico y social, que tan a menudo tiene como objetivo obtener un fin en sí mismo, olvidando que la verdadera riqueza se encuentra en las personas, y como consecuencia con frecuencia trata a las personas como números sin rostro”.

Ante este drama, “consecuencia del egoísmo y de una profunda miopía espiritual, estamos llamados a casarnos con lo lógica opuesta, que se centra en las necesidades y en el cuidado de las personas”.

En este sentido, exhortó a los empleados de correos a que “cada día se relacionen con el público y que traten de responder a sus necesidades, manteniendo una actitud de disponibilidad y de bondad hacia los que se dirigen a ustedes”.

El Papa destacó que el servicio de correos de Italia, ya que “está unido de forma inseparable a la vida y a la historia de Italia: ha acompañado sus acontecimientos históricos desde el surgir de Italia como Estado unitario. En cierto sentido, ha contribuido a mantenerlo unido, manteniendo el contacto de familias y de lugares lejanos”.

“Sabemos bien de qué modo la comunicación se encuentra en el corazón de nuestra sociedad, y cómo las diferentes regiones logran realizar un camino común únicamente cuando participan en un continuo intercambio de informaciones y bienes. Ello influye directamente en el desarrollo económico del país, que necesita servicios eficientes y de calidad”.

De otro lado, Francisco lamentó: “Con qué frecuencia el mundo del trabajo ignora, o finge no ver, las necesidades peculiares relacionadas con la condición de madre, ni con las necesidades de las familias”.

Por el contrario, “Poste Italiane siempre ha tratado de tener una consideración particular para los trabajadores y las familias, representando un signo para todo ambiente profesional, y mostrando que el pleno respeto de quien trabaja y de sus derechos no está reñido con la ganancia y la eficacia, más bien al revés”.

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