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miércoles, 28 de febrero de 2018

LA CÁSCARA DE BANANA


La cáscara de banana




En los grupos suele haber siempre un burlón que se siente importante cuando le festejan la broma que hace a la víctima elegida. Con tiempo la venía estudiando, conoce lo que no le gusta y cuáles son sus temores. Aprovecha cada debilidad y error. Pierde tiempo para disfrutar la derrota de su imaginario rival al que a veces llama compañero y amigo.

Aquel día en el zoológico había algunos visitantes que en grupos se detenían a observar las  jaulas: leopardos, leones, jirafas, monos y monitos de toda clase. Los monos con sus monadas atraían al público y algunos les tiraban maníes o frutas. Pero llegó un momento en que los monos quedaron tranquilos comiendo los regalos. Un monito al terminar su banana, vio acercarse un señor grande y obeso, arrojó la cáscara al camino y quedó a la expectativa. Al pasar el gordo pisó la cáscara con tan mala suerte que se dio una sentada terrible quedando con los pies al aire. Todos los monos corrieron a las rejas gozando del espectáculo, riendo y aplaudiendo como nunca en su vida de zoológico.

Sentirse objeto de burla es molesto e irritante. Si alguno siente satisfacción en divertirse a costa de los demás, recuerde que siempre encontrará a otro que lo hará con él... y eso no le gustará. Antes de emprender un largo viaje, Tobías recibió de su padre, entre otros consejos, éste que es una norma de oro: “No hagas a otro lo que no te agrada a ti” (4, 15).




* Enviado por el P. Natalio

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