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miércoles, 31 de enero de 2018

TODO LO QUE NECESITAS ES ORACIÓN

Todo lo que necesitas es oración
¿Has pensado que pasaría si los que se atreven a atentar contra la vida de otros oraran al menos una vez al día?


Por: Juan Pluma Alvarado | Fuente: elblogdelafe.com 



Cada día todo es más rápido. Amanece, hay que prepararse, salir, trabajar, estudiar, volver a casa, hacer tareas, limpiar, comer, continuar con los deberes y luego ir a dormir… la rutina diaria termina por ocupar todo nuestro tiempo y nos aleja de algo importante: la relación con nuestro creador.

El agitado mundo nos vuelve egoístas, seres capaces sólo de preocuparse de sus propias necesidades y de ignorar las de los demás; y con ello, ignorar a Dios.

¿Has pensado que pasaría si aquellos que se atreven a atentar contra la vida, integridad o paz de otros oraran al menos una vez al día?

Sí, probablemente no se hubiesen atrevido a hacerlo.

¿Qué por qué estoy tan seguro de eso?

¡Fácil! Porqué entonces ellos habrían escuchado lo que Dios quería que hicieran y en su plan perfecto no se encuentra nuestra perdición, sino nuestra redención. Él quiere para nosotros la felicidad sin hacer infelices a los demás, una felicidad que es inherente a la santidad.

Necesitamos volver a esta relación con Dios. Te aseguro que cualquier dificultad que en tu vida aparezca, si la haces presente en tu oración, si la pones en manos de Dios, dejará de parecer tan grande y podrás enfrentarla sin algún problema.

La oración, además, no sólo puede ser por tus necesidades. También puedes pedir por las de tus papás, hermanos o amigos… incluso, si te atreves, un día puedes pedir por las necesidades de aquéllos que no conoces y olvidarte un poco de las tuyas… Probablemente Dios ese día escuche la oración de otros que también están pidiendo por ti.

En la medida en que oremos unos por otros, seremos verdaderos ejemplos de comunión. La oración nos aleja de la indiferencia y nos invita a la acción… la oración renueva nuestro corazón y nos invita a amar y a servir.

Atrévete, ora y no te preocupes, al final… ¡Todo lo que necesitas es oración!

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