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viernes, 18 de marzo de 2016

DEMASIADO TARDE


Demasiado tarde



La Iglesia –Madre y Maestra– teme por nosotros. Contempla a tantos hijos suyos “adormilados”, desprevenidos, como si esta vida no acabara nunca. Ve con alarma cómo esta sociedad paganizada nos aparta de lo único necesario, y nos recuerda a menudo las palabras de Jesús: “Estén preparados, porque no saben el día ni la hora”.

En una iglesia había un mensaje gráfico que describía las distintas etapas de la vida: Se veía un niño jugando y por comentario abajo: “demasiado pequeño para pensar en Dios”. Luego un joven tocando batería, y decía: “demasiado metido en sus cosas y autosuficiente para acordarse de Dios”. Después un novio con su novia y decía abajo: “demasiado enamorados para hablar con Dios”. Había también un hombre de negocios muy preocupado: “Con demasiados problemas en la cabeza para amar y orar a Dios”. Y finalmente una tumba con su lápida, cruz y corona de flores: “Demasiado tarde para servir y honrar a Dios”.

El santo cura de Ars, decía en sus homilías: “Todos los santos comenzaron su conversión por la oración y por ella perseveraron; y todos los condenados se perdieron por su negligencia en la oración. Digo, pues, que la oración nos es absolutamente necesaria para perseverar”. Y Jesús asegura: “Vigilen y oren para no caer en tentación”.  El Señor toque nuestras lenguas para orar siempre y no desfallecer.


* Enviado por el P. Natalio

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