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miércoles, 23 de marzo de 2022

EL PADRE PÍO NOS AYUDA A VIVIR LA CUARESMA



El Padre Pío nos ayuda a vivir la Cuaresma



Avanzamos en la Cuaresma y se encamina con decisión hacia la Semana Santa, con la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. Sin embargo, aún hay tiempo para vivir este importante tiempo litúrgico y prepararse para el momento más importante para los cristianos. Una forma de vivir bien lo que queda de Cuaresma es de la mano de los santos, que en su vida hicieron carne este tiempo y muestran un camino a seguir al resto de creyentes.

El Padre Pío, el gran santo capuchino, hizo de su vida un camino de Cuaresma que desemboca en la Pascua y en las puertas abiertas del cielo. De este camino se pueden sacar siete aspectos esenciales que ayuden a los cristianos a vivir una Cuaresma auténtica. Los recoge “Famille Chretienne” y son los siguientes: cruz, conversión, confesión, oración, eucaristía, humildad y combate espiritual. Veámoslos uno a uno con el Padre Pío:

 

1. La Cruz, el saludo de Cuaresma

“Jesús eligió la Cruz como su estandarte, y por eso quiere que todos sus discípulos lo sigan en el camino del Calvario. Sólo siguiendo este camino se llega a la salvación”, dijo el fraile capuchino. 

Esta significativa unión a la Cruz en el Padre Pío se vio a través de los estigmas que empezaron a manifestarse en él desde 1918 y que le acompañarían hasta su muerte. Estas dolorosas heridas que perforaban sus manos y pies, desgarrando su costado, molestaron al joven fraile, pero pronto ardió en él una viva conciencia de su indignidad para unirse así en su carne al Crucificado y la inmensa alegría de conocer algunos sufrimientos de la Cruz.

 

2. Conversión, santidad cuaresmal

Decía el Padre Pío: "¡Qué bueno es Jesús con sus criaturas, cuántas victorias puede enumerar su siervo debido a su poderosa ayuda!”. Y es que durante su vida el fraile capuchino pudo ser testigo de numerosas conversiones. Fue precisamente el confesionario un lugar propicio para ello. Si el Padre Pío nunca desesperó de la salvación de las almas fue porque tenía “fe en la infinita bondad de Dios”.

Este santo tomó a muchos bajo su dirección espiritual. Le escribían personas de todo el mundo para confiarle una intención, para buscar su consejo. Iluminó, consoló y animó sin descanso a buscar la santidad: “Si logras vencer la tentación, produce el efecto del detergente en polvo sobre la ropa sucia”.

 

3. Confesión: calma tu alma en Cuaresma

“La confesión es el baño del alma”, afirmaba el Padre Pío.

El padre Agostino, su confesor, le dijo poco después de su ordenación: “tienes muy poca salud, no puedes ser predicador. Así que deseo que seas un gran confesor”. Estas palabras acabaron resultando proféticas, pues el santo acabó haciendo de la confesión un gran apostolado.

El Padre Pío podía pasar hasta doce horas al día confesando, donde las colas eran interminables. En ellas había gente sencilla, intelectuales y hasta obispos. “No tengo un minuto libre: todo el tiempo es para liberar a mis hermanos de los lazos de Satanás”, decía. Este don para ser un apóstol del confesionario le venía dado con el de la clarividencia, con la que podía escudriñar los corazones de los penitentes para conducirles a una verdadera conversión.

 

4. Oración: el sacerdocio de Cuaresma

Sobre este punto concreto reflexionaba el santo: “cuando nos dejamos atrapar por la desconfianza, la duda, la angustia, el dolor, necesitamos más que nunca volvernos al Señor en la oración y encontrar en Él apoyo y aliento”.

Por ello, el mismo Padre Pío avisaba que “la oración es la mejor arma que tenemos, es la llave que abre el corazón de Dios”. Esto lo comprendió ya desde niño, cuando cada mañana iba a la iglesia de su pueblo y podía quedarse allí horas y horas “visitando a Jesús y a la Virgen”, como explicaba su madre.

Este deseo ardiente por la oración aumento más, si cabe, cuando se hizo capuchino. Rezaba varios rosarios al día, meditaba durante horas sobre la vida de Jesús, recitaba novenas a San Miguel o al Sagrado Corazón. Era, según cuentan las personas que vivían cerca de él, una “continua conversación con Dios".

 

5. Eucaristía: la fuerza de la Cuaresma

“Sabemos bien lo que Jesús nos da al darse a sí mismo. Él nos da el paraíso”, explicaba el Padre Pío, un auténtico devoto y enamorado de la Eucaristía. Durante su vida, miles de fieles acudían cada año a San Giovanni Rotondo no sólo para confesar sino para asistir a la misa celebrada con una entrega total por el Padre Pío. Decía: “Jesús, mi aliento y mi vida, temblando te elevo en un misterio de amor, que contigo sea para el mundo camino, verdad y vida, y para ti santo sacerdote, víctima perfecta”.

El capuchino estigmatizado vivió de modo particular en su carne y en su alma los misterios que celebra en el altar, llenos a la vez de sufrimiento y de consolación. "El latido de mi corazón, cuando me encuentro con el Santísimo Sacramento, es muy violento", confesaba, a la vez que añadía: “tengo tanta hambre y tanta sed antes de comulgar que estoy muy cerca de morir por esta tortura”.

 

6. Humildad: la virtud de la Cuaresma

“En este mundo nadie merece nada. Es el Señor que es lo suficientemente amable, en su infinita bondad, el que nos colma de sus gracias, porque Él lo da todo”, recalcaba el santo capuchino

Los dones místicos –estigmas, clarividencia, don de lenguas, de curación y de profecía, bilocación, olor de santidad– que le concedió Dios fueron fuente de humildad para el Padre Pío. Lejos de alardear de ellos se los describía a sus directores espirituales sólo cuando se lo preguntaban. Una angustia de desagradar a Dios lo preservaba del orgullo y estos dones sirvieron al bien de las almas.

En muchas ocasiones, el fraile soportó menosprecios y calumnias. Hasta el punto de que el Santo Oficio le retiró por un tiempo las facultades de su ministerio sacerdotal. Humilde, el Padre Pío obedeció. El carácter ejemplar de su vida religiosa puso fin a la mentira.

 

7. Guerra Espiritual: Tentación en Cuaresma

“¡Qué guerra, Dios mío, me hace el diablo! Pero no importa, nunca me cansaré de rezar a Jesús”. Esta frase del Padre Pio muestra la batalla que libró en su vida contra Satanás y cómo siempre se refugió en Dios.

“El gran artífice de iniquidades”. Así definía el santo al demonio, que hasta el día de su muerte no dejó de tentarle e intentar atormentarle con sufrimientos físicos y morales. Pero estas vejaciones diabólicas las veía como breves, pues encontraba largos consuelos dispensados por Jesús, la Virgen María, su ángel de la guarda o San Francisco de Asís.

(J. Lozano / Religión en Libertad) 

EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 23 DE MARZO DE 2022



Miércoles 3 de Cuaresma

Miércoles 23 de marzo de 2022



1ª Lectura (Dt 4,1.5-9): Moisés habló al pueblo, diciendo: «Ahora, Israel, escucha los mandatos y decretos que yo os enseño para que, cumpliéndolos, viváis y entréis a tomar posesión de la tierra que el Señor, Dios de vuestros padres, os va a dar. Mirad: yo os enseño los mandatos y decretos, como me mandó el Señor, mi Dios, para que los cumpláis en la tierra donde vais a entrar para tomar posesión de ella.

»Observadlos y cumplidlos, pues esa es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia a los ojos de los pueblos, los cuales, cuando tengan noticia de todos estos mandatos, dirán: ‘Ciertamente es un pueblo sabio e inteligente esta gran nación’. Porque ¿dónde hay una nación tan grande que tenga unos dioses tan cercanos como el Señor, nuestro Dios, siempre que lo invocamos? Y ¿dónde hay otra nación tan grande que tenga unos mandatos y decretos tan justos como toda esta ley que yo os propongo hoy? Pero, ten cuidado y guárdate bien de olvidar las cosas que han visto tus ojos y que no se aparten de tu corazón mientras vivas; cuéntaselas a tus hijos y a tus nietos».



Salmo responsorial: 147

R/. Glorifica al Señor, Jerusalén.

Glorifica al Señor, Jerusalén; alaba a tu Dios, Sión. Que ha reforzado los cerrojos de tus puertas, y ha bendecido a tus hijos dentro de ti.


Él envía su mensaje a la tierra, y su palabra corre veloz; manda la nieve como lana, esparce la escarcha como ceniza.


Anuncia su palabra a Jacob, sus decretos y mandatos a Israel; con ninguna nación obró así, ni les dio a conocer sus mandatos.

Versículo antes del Evangelio (Jn 6,64.69): Tus palabras, Señor, son espíritu y vida; tú tienes palabras de vida eterna.

Texto del Evangelio (Mt 5,17-19): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Sí, os lo aseguro: el cielo y la tierra pasarán antes que pase una i o una tilde de la Ley sin que todo suceda. Por tanto, el que traspase uno de estos mandamientos más pequeños y así lo enseñe a los hombres, será el más pequeño en el Reino de los Cielos; en cambio, el que los observe y los enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos».




«No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas (...), sino a dar cumplimiento»

Rev. D. Vicenç GUINOT i Gómez

(Sant Feliu de Llobregat, España)


Hoy día hay mucho respeto por las distintas religiones. Todas ellas expresan la búsqueda de la trascendencia por parte del hombre, la búsqueda del más allá, de las realidades eternas. En cambio, en el cristianismo, que hunde sus raíces en el judaísmo, este fenómeno es inverso: es Dios quien busca al hombre.

Como recordó San Juan Pablo II, Dios desea acercarse al hombre, Dios quiere dirigirle sus palabras, mostrarle su rostro porque busca la intimidad con él. Esto se hace realidad en el pueblo de Israel, pueblo escogido por Dios para recibir sus palabras. Ésta es la experiencia que tiene Moisés cuando dice: «¿Dónde hay una nación tan grande que tenga unos dioses tan cercanos como el Señor, nuestro Dios, siempre que lo invocamos?» (Dt 4,7). Y, todavía, el salmista canta que Dios «Anuncia su palabra a Jacob, sus decretos y mandatos a Israel; con ninguna nación obró así, ni les dio a conocer sus mandatos» (Sal 147,19-20).

Jesús, pues, con su presencia lleva a cumplimiento el deseo de Dios de acercarse al hombre. Por esto, dice que «no penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento» (Mt 5,17). Viene a enriquecerlos, a iluminarlos para que los hombres conozcan el verdadero rostro de Dios y puedan entrar en intimidad con Él.

En este sentido, menospreciar las indicaciones de Dios, por insignificantes que sean, comporta un conocimiento raquítico de Dios y, por eso, uno será tenido por pequeño en el Reino del Cielo. Y es que, como decía san Teófilo de Antioquía, «Dios es visto por los que pueden verle; sólo necesitan tener abiertos los ojos del espíritu (...), pero algunos hombres los tienen empañados».

Aspiremos, pues, en la oración a seguir con gran fidelidad todas las indicaciones del Señor. Así, llegaremos a una gran intimidad con Él y, por tanto, seremos tenidos por grandes en el Reino del Cielo. 

PAPA FRANCISCO EXPLICA IMPORTANCIA DE CONSAGRACIÓN DE RUSIA Y UCRANIA EN ESTA HORA OSCURA



Papa Francisco explica importancia de consagración de Rusia y Ucrania “en esta hora oscura”

POR DAVID RAMOS | ACI Prensa

 Crédito: Daniel Ibáñez / ACI Prensa.



En una carta enviada a los obispos de todo el mundo, el Papa Francisco explicó la importancia de la consagración del mundo entero, y particularmente de Rusia y Ucrania, al Corazón Inmaculado de María “en esta hora oscura”.

En su misiva, que tiene como fecha el 21 de marzo, el Santo Padre señaló que “ha pasado casi un mes desde el inicio de la guerra en Ucrania, que está causando sufrimientos cada día más terribles en esa martirizada población, amenazando incluso la paz mundial”.

“La Iglesia, en esta hora oscura, está fuertemente llamada a interceder ante el Príncipe de la paz y a estar cerca de cuantos sufren en carne propia las consecuencias del conflicto”, expresó.

“En este sentido, agradezco a todos aquellos que están respondiendo con gran generosidad a mis llamamientos a la oración, al ayuno y a la caridad”, añadió.

Las tensiones entre Ucrania y Rusia escalaron desde marzo de 2021. El 24 de febrero de este año, Vladimir Putin, presidente ruso, ordenó el inicio de la invasión de Ucrania.

En un comunicado publicado este 22 de marzo, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos señaló que la incursión de Rusia en Ucrania ha dejado 953 civiles muertos, entre ellos 78 menores de edad, y 1.557 heridos.

La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados estima que “más de 3,5 millones de personas refugiadas han huido a países vecinos desde el 24 de febrero”.

A pedido de los obispos católicos de rito latino de Ucrania, el Santo Padre accedió a consagrar especialmente Rusia y Ucrania al Corazón Inmaculado de María, este 25 de marzo.

Acompañando la carta, el Papa Francisco envió también a los obispos de todo el mundo el texto completo del “Acto de Consagración al Corazón Inmaculado de María” que pronunciará este 25 de marzo.

En su carta, el Papa Francisco indicó que “el Acto se hará en el contexto de una Celebración de la Penitencia, que tendrá lugar en la Basílica de San Pedro a las 17:00, hora de Roma”.

“El Acto de consagración está previsto en torno a las 18:30”, señaló.

El Santo Padre subrayó que esta consagración “quiere ser un gesto de la Iglesia universal, que en este momento dramático lleva a Dios, por mediación de la Madre suya y nuestra, el grito de dolor de cuantos sufren e imploran el fin de la violencia, y confía el futuro de la humanidad a la Reina de la paz”.

El Papa pidió también que se unan a este acto de consagración “los sacerdotes, religiosos y demás fieles”, rezando “en los lugares sagrados, para que el Pueblo santo de Dios eleve la súplica a su Madre de manera unánime y apremiante”.