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viernes, 21 de enero de 2022

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 21 DE ENERO DE 2022



Viernes 2 del tiempo ordinario

Viernes 21 de enero de 2022



1ª Lectura (1Sam 24,3-21): En aquellos días, Saúl, con tres mil soldados de todo Israel, marchó en busca de David y su gente hacia las Peñas de los Rebecos; llegó a unos apriscos de ovejas junto al camino, donde había una cueva, y entró a hacer sus necesidades. David y los suyos estaban en lo más hondo de la cueva, y le dijeron a David sus hombres: «Este es el día del que te dijo el Señor: ‘Yo te entrego tu enemigo’. Haz con él lo que quieras». Pero él les respondió: «¡Dios me libre de hacer eso a mi Señor, el ungido del Señor, extender la mano contra él!». Y les prohibió enérgicamente echarse contra Saúl, pero él se levantó sin meter ruido y le cortó a Saúl el borde del manto, aunque más tarde le remordió la conciencia por haberle cortado a Saúl el borde del manto.

Cuando Saúl salió de la cueva y siguió su camino, David se levantó, salió de la cueva detrás de Saúl y le gritó: «¡Majestad!». Saúl se volvió a ver, y David se postró rostro en tierra rindiéndole vasallaje. Le dijo: «¿Por qué haces caso a lo que dice la gente, que David anda buscando tu ruina? Mira, lo estás viendo hoy con tus propios ojos: el Señor te había puesto en mi poder dentro de la cueva; me dijeron que te matara, pero te respeté y dije que no extendería la mano contra mi señor, porque eres el Ungido del Señor. Padre mío, mira en mi mano el borde de tu manto; si te corté el borde del manto y no te maté, ya ves que mis manos no están manchadas de maldad, ni de traición, ni de ofensa contra ti, mientras que tú me acechas para matarme. Que el Señor sea nuestro juez. Y que él me vengue de ti; que mi mano no se alzará contra ti. Como dice el viejo refrán: ‘La maldad sale de los malos...’, mi mano no se alzará contra ti. ¿Tras de quién ha salido el rey de Israel? ¿A quién vas persiguiendo? ¡A un perro muerto, a una pulga! El Señor sea juez y sentencie nuestro pleito, vea y defienda mi causa, librándome de tu mano».

Cuando David terminó de decir esto a Saúl, Saúl exclamó: «Pero, ¿es ésta tu voz, David, hijo mío?». Luego levantó la voz, llorando, mientras decía a David: «¡Tú eres inocente, y no yo! Porque tú me has pagado con bienes, y yo te he pagado con males; y hoy me has hecho el favor más grande, pues el Señor me entregó a ti y tú no me mataste. Porque si uno encuentra a su enemigo, ¿lo deja marchar por las buenas? ¡El Señor te pague lo que hoy has hecho conmigo! Ahora, mira, sé que tú serás rey y que el reino de Israel se consolidará en tu mano».

Salmo responsorial: 56

R/. Misericordia, Dios mío, misericordia.

Misericordia, Dios mío, misericordia, que mi alma se refugia en ti; me refugio a la sombra de tus alas, mientras pasa la calamidad.

Invoco al Dios altísimo, al Dios que hace tanto por mí. Desde el cielo me enviará la salvación, confundirá a los que ansían matarme, enviará su gracia y su lealtad.

Elévate sobre el cielo, Dios mío, y llene la tierra tu gloria. Por tu bondad que es más grande que los cielos, por tu fidelidad que alcanza las nubes.



Versículo antes del Evangelio (2Cor 5,19): Aleluya. Dios estaba en Cristo reconciliando el mundo consigo, y puso en nosotros la palabra de reconciliación. Aleluya.


Texto del Evangelio (Mc 3,13-19): En aquel tiempo, Jesús subió al monte y llamó a los que Él quiso; y vinieron donde Él. Instituyó Doce, para que estuvieran con Él, y para enviarlos a predicar con poder de expulsar los demonios. Instituyó a los Doce y puso a Simón el nombre de Pedro; a Santiago el de Zebedeo y a Juan, el hermano de Santiago, a quienes puso por nombre Boanerges, es decir, hijos del trueno; a Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el Cananeo y Judas Iscariote, el mismo que le entregó.




«Jesús subió al monte y llamó a los que Él quiso»

Rev. D. Jordi POU i Sabater

(Sant Jordi Desvalls, Girona, España)



Hoy, el Evangelio condensa la teología de la vocación cristiana: el Señor elige a los que quiere para estar con Él y enviarlos a ser apóstoles (cf. Mc 3,13-14). En primer lugar, los elige: antes de la creación del mundo, nos ha destinado a ser santos (cf. Ef 1,4). Nos ama en Cristo, y en Él nos modela dándonos las cualidades para ser hijos suyos. Sólo en vistas a la vocación se entienden nuestras cualidades; la vocación es el “papel” que nos ha dado en la redención. Es en el descubrimiento del íntimo “por qué” de mi existencia cuando me siento plenamente “yo”, cuando vivo mi vocación.

¿Y para qué nos ha llamado? Para estar con Él. Esta llamada implica correspondencia: «Un día —no quiero generalizar, abre tu corazón al Señor y cuéntale tu historia—, quizá un amigo, un cristiano corriente igual a ti, te descubrió un panorama profundo y nuevo, siendo al mismo tiempo viejo como el Evangelio. Te sugirió la posibilidad de empeñarte seriamente en seguir a Cristo, en ser apóstol de apóstoles. Tal vez perdiste entonces la tranquilidad y no la recuperaste, convertida en paz, hasta que libremente, porque te dio la gana —que es la razón más sobrenatural—, respondiste que sí a Dios. Y vino la alegría, recia, constante, que sólo desaparece cuando te apartas de El» (San Josemaría).

Es don, pero también tarea: santidad mediante la oración y los sacramentos, y, además, la lucha personal. «Todos los fieles de cualquier estado y condición de vida están llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad, santidad que, aún en la sociedad terrena, promueve un modo más humano de vivir» (Concilio Vaticano II).

Así, podemos sentir la misión apostólica: llevar a Cristo a los demás; tenerlo y llevarlo. Hoy podemos considerar más atentamente la llamada, y afinar en algún detalle de nuestra respuesta de amor. 

HOY SE INICIA EL TRIDUO A SAN FRANCISCO DE SALES, PATRONO DE LA PRENSA CATÓLICA - DEL 21 AL 23 DE ENERO



Hoy se inicia el Triduo a San Francisco de Sales, patrono de la prensa católica

Redacción ACI Prensa



“La verdadera y sólida devoción consiste en una voluntad constante, resuelta, pronta y activa de ejecutar lo que se conoce ser del agrado de Dios”, decía San Francisco de Sales, Patrono de la prensa católica, Doctor de la Iglesia y conocido como el Santo de la amabilidad.

San Francisco de Sales era muy propenso a la ira, por lo que hizo grandes esfuerzos para luchar contra ella en su vida cotidiana, logrando tener una dulzura y una amabilidad que fueron admirables.

Se cuenta que al hacerle la autopsia al morir, le encontraron el hígado endurecido como piedra, resultado tal vez de la fuerza que puso para hacer frente a su mal carácter.

El santo llego a escribir: “No nos enojemos en el camino unos contra otros; caminemos con nuestros hermanos y compañeros con dulzura, paz y amor; y te lo digo con toda claridad y sin excepción alguna: no te enojes jamás, si es posible; por ningún pretexto des en tu corazón entrada al enojo”.

Próximos a la fiesta litúrgica de este Santo francés que se celebra cada 24 de enero, aquí un Triduo de oraciones en su honor para pedir su intercesión ante Dios misericordioso.


Oración inicial

Glorioso San Francisco de Sales, 

vuestro nombre porta la dulzura del corazón mas afligido;

vuestras obras destilan la selecta miel de la piedad;

vuestra vida fue un continuo holocausto de amor perfecto

lleno del verdadero gusto por las cosas espirituales,

y del generoso abandono en la amorosa divina voluntad.

Enséñame la humildad interior,

la dulzura de nuestro exterior,

y la imitación de todas las virtudes que has sabido copiar

de los Corazones de Jesús y de Marí­a. Amén


Oración para pedir la gracia que se necesita

Señor, Dios nuestro, tú has querido que el santo obispo Francisco de Sales se entregara a todos generosamente para la salvación de los hombres; concédenos, a ejemplo suyo, manifestar la dulzura de tu amor en el servicio a nuestros hermanos. Te rogamos por su intercesión nos alcances la gracia de...…., que tan ardientemente deseamos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


Se dice un un Padre Nuestro, Ave María y Gloria. Luego se repite tres veces: “San Francisco de Sales, ruega por nosotros”.


Letanías a San Francisco de Sales

Señor ten piedad, Señor ten piedad

Cristo ten piedad, Cristo ten piedad

Señor ten piedad, Cristo ten piedad

Cristo óyenos, Cristo óyenos

Cristo escúchanos, Cristo escúchanos

Dios Padre Celestial, ten piedad de nosotros

Dios Hijo Redentor del mundo, ten piedad de nosotros

Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros

Trinidad Santa un solo Dios, ten piedad de nosotros

-S Francisco admirable obispo, ruega por nosotros

-S Francisco amado de Dios, ruega por nosotros

-S Francisco imitador de Jesucristo, ruega por nosotros

-S Francisco lleno de los dones del Señor, ruega por nosotros

-S Francisco favorito de la madre de Dios, ruega por nosotros

-S Francisco devoto de los santos, ruega por nosotros

-S Francisco encendido de amor por la Cruz de Cristo, ruega por nosotros

-S Francisco unido íntimamente a la Divina Voluntad, ruega por nosotros

-S Francisco vaso de elección, ruega por nosotros

-S Francisco luz de la Iglesia, ruega por nosotros

-S Francisco modelo perfecto de religioso, ruega por nosotros

-S Francisco fuente de sabiduría, ruega por nosotros

-S Francisco defensor de la fe Católica, ruega por nosotros

-S Francisco buen pastor de su rebaño, ruega por nosotros

-S Francisco predicador incomparable, ruega por nosotros

-S Francisco azote de las herejías, ruega por nosotros

-S Francisco modelo de justicia, ruega por nosotros

-S Francisco espejo de humildad, ruega por nosotros

-S Francisco despegado del mundo, ruega por nosotros

-S Francisco amante de la pobreza, ruega por nosotros

-S Francisco maestro de dulzura, ruega por nosotros

-S Francisco conquistador de las pasiones carnales, ruega por nosotros

-S Francisco terror de los demonios, ruega por nosotros

-S Francisco pronta ayuda de los penitentes, ruega por nosotros

-S Francisco refugio de los pecadores, ruega por nosotros

-S Francisco providencia de los pobres, ruega por nosotros

-S Francisco consolador de los afligidos, ruega por nosotros

-S Francisco ejemplo de perfección, ruega por nosotros

-S Francisco arca de santidad, ruega por nosotros

-S Francisco imitador de la pureza de los ángeles, ruega por nosotros

-S Francisco querubín de sabiduría, ruega por nosotros

-S Francisco serafín de amor, ruega por nosotros

-S Francisco nuestro santo patrono, ruega por nosotros

-S Francisco nuestra dulce luz, ruega por nosotros

-S Francisco nuestro poderoso protector, ruega por nosotros

-S Francisco nuestro guía en los caminos de Dios, ruega por nosotros

-S Francisco nuestro refugio, ruega por nosotros

-S Francisco competencia de los ángeles, ruega por nosotros

-S Francisco imitador de los Apóstoles, ruega por nosotros

-S Francisco participante de la gloria de los mártires, ruega por nosotros

-S Francisco gloria de los santos confesores, ruega por nosotros

-S Francisco maestro y doctor de vírgenes, ruega por nosotros

-S Francisco glorioso ciudadano de todos los santos, ruega por nosotros

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,

Ten piedad de nosotros.

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,

Escúchanos Señor.

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,

Ten misericordia de nosotros.


V. Ruega por nosotros oh bendito San Francisco de Sales

R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.


Oración final

Oh Dios, que por tu santa voluntad el bendito Francisco, tu confesor y obispo, se dio a todos los hombres por la salvación de sus almas, concédenos que llenos de tu dulce amor, podamos, por la guía de sus consejos y la ayuda de sus méritos, obtener los goces de la vida eterna. Amén.

SANTA INÉS, VIRGEN Y MÁRTIR, 21 DE ENERO

21 de Enero: Santa Inés, virgen y mártir


Texto del Evangelio (Mt 13,44-46): En aquel tiempo, Jesús dijo a la gente: «El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo que, al encontrarlo un hombre, vuelve a esconderlo y, por la alegría que le da, va, vende todo lo que tiene y compra el campo aquel. También es semejante el Reino de los Cielos a un mercader que anda buscando perlas finas, y que, al encontrar una perla de gran valor, va, vende todo lo que tiene y la compra».




«El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo»

Fr. Joseph BELLERIVE

(Kissimmee, Forida, Estados Unidos)



Hoy la santa Iglesia celebra la festividad de Santa Inés, virgen y mártir (s. IV). En esta ocasión, la liturgia nos presenta un pasaje del Evangelio que expresa el sentido y profundidad de la actitud esta joven que no tenía más que trece años. Ella prefirió sufrir el martirio antes que renunciar al amor de su divino Maestro siéndole infiel. La explicación radica en que, en determinado momento de su vida, tuvo un encuentro excepcional con Jesucristo. Y como lo subraya el Evangelio: «El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo que, al encontrarlo un hombre, vuelve a esconderlo y, por la alegría que le da, va, vende todo lo que tiene y compra el campo aquel» (Mt 13,44).

Santa Inés tuvo fe en la amorosa presencia de Jesucristo y, desde el principio quiso convertirse en su esposa. Jesús le ha revelado palabras de amor y la ha hecho entrar en comunicación con Dios, presente en ella. Desde aquel momento, ella ha comprendido que su misión era la de corresponder a esa fe en el abandono, pero con disponibilidad total y colocándose en segundo plano. A causa del ejemplo que ella nos da, san Jerónimo escribe: «Todas las naciones celebran su ejemplo en la fe y le rezan».

Es a ese mismo regalo total al que Jesucristo nos llama: el de dar nuestra vida. Sin embargo, trabajar para Jesucristo no nos dispensa de la cruz cotidiana ni de las dificultades de la vida. Santa Inés lo ha comprendido así y es en ese sentido que respondió al verdugo que la amenazaba de muerte: «Teñirás, si quieres, la espada con mi sangre. Pero no mancillarás mis miembros con la lujuria». Su martirio, tal como nos ha sido relatado en la Depositio Martyrum, es la gran manifestación de Jesucristo ofreciendo su vida por la salvación de todos nosotros, al asumir los pecados del mundo. 

PAPA FRANCISCO: LA IGLESIA BUSCA CON FIRMEZA JUSTICIA PARA LAS VÍCTIMAS DE ABUSO



 Papa Francisco: La Iglesia busca con firmeza justicia para las víctimas de abusos

POR WALTER SÁNCHEZ SILVA | ACI Prensa

 Crédito: Daniel Ibáñez / ACI Prensa




El Papa Francisco reiteró la importancia de buscar justicia para las víctimas de abusos en la Iglesia Católica y destacó que, con la ayuda de Dios, ya se avanza en ese camino para hacer cada vez más “incisiva la acción judicial”.

Así lo indicó el Santo Padre en su discurso, este viernes 21 de enero, a los participantes de la asamblea plenaria de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el dicasterio de la Iglesia que tiene como una de sus funciones atender las acusaciones de abusos perpetrados por miembros del clero.

En su discurso, el Papa Francisco reflexionó sobre tres palabras: dignidad, discernimiento y fe.

“El ejercicio del discernimiento encuentra un ámbito de necesaria aplicación en la lucha contra los abusos de todo tipo”, subrayó el Pontífice.

“La Iglesia, con la ayuda de Dios, está llevando adelante con firme decisión el esfuerzo de buscar justicia para las víctimas de los abusos cometidos por sus miembros, aplicando con particular atención y rigor la legislación canónica prevista”, explicó el Santo Padre.

Francisco indicó que “en ese sentido he procedido recientemente a actualizar las normas sobre los delitos reservados a la Congregación para la Doctrina de la Fe, con el deseo de hacer más incisiva la acción judicial”.

“Esta por sí sola no puede bastar para frenar el fenómeno, pero constituye un paso necesario para restablecer la justicia, reparar el escándalo y enmendar al reo”.

El Papa dijo luego que otro campo importante para el discernimiento es el de “la nulidad matrimonial, in favorem fidei” (a favor de los fieles).

“Cuando, en virtud de la potestad petrina, la Iglesia concede la nulidad de un vínculo matrimonial no sacramental, no se trata solo de poner fin canónico a un matrimonio, que ya fracasado de hecho, sino que, en realidad, a través de este acto eminentemente pastoral, busco siempre favorecer la fe católica – ¡in favorem fidei! – en la nueva unión y en la familia, de la cual el nuevo matrimonio será el núcleo”, indicó el Pontífice.

El Papa Francisco se refirió luego a la importancia del discernimiento en el proceso sinodal, el camino iniciado en la Iglesia en todo el mundo en octubre de 2021 y que concluirá con el Sínodo de la Sinodalidad en el Vaticano en 2023.

“Cualquier puede pensar que el camino sinodal es escuchar a todos, hacer una encuesta y dar los resultados. Tantos votos, tantos votos, tantos votos… No”.

El Santo Padre explicó que “un camino sinodal sin discernimiento no es un camino sinodal. Es necesario –en el camino sinodal– discernir continuamente las opiniones, los puntos de vista, las reflexiones. No se puede avanzar en el camino sinodal sin discernir”.

“Este discernimiento es el que hará del Sínodo un verdadero Sínodo, del cual el personaje –digamos así– más importante es el Espíritu Santo, y no un parlamento o una encuesta de opiniones que pueden hacer los medios”.

Sobre la dignidad, el Papa subrayó la importancia de reconocerla en todas las personas, para superar “la tentación de considerar al otro como un extraño o un enemigo, negándole una real dignidad”.

Francisco subrayó asimismo que, “siguiendo fielmente una enseñanza bimilenaria eclesial”, es necesario recordar que “la dignidad de cada ser humano tiene un carácter intrínseco y vale desde el momento de su concepción hasta su muerte natural”.

En ese sentido, “la afirmación de tal dignidad es el presupuesto irrenunciable para la tutela de una existencia personal y social; es también la condición necesaria para que la fraternidad y la amistad social puedan realizarse entre todos los pueblos de la tierra”.

“La Iglesia, desde el inicio de su misión, siempre ha proclamado y promovido el valor intangible de la dignidad humana”.

Sobre la fe, el Papa Francisco dijo que sin ella “la presencia de los creyentes en el mundo se reduciría a la de una agencia humanitaria”.

“La fe debe estar en el corazón de la vida y de la acción de todo bautizado. Y no una fe genérica o vaga, como si fuese un vino aguado que pierde valor, sino una fe genuina, sincera, como la quiere el Señor cuando dice a sus discípulos: ‘Si tuvieran fe como un grano de mostaza’”.

Recordando el discurso que dio a la Curia Romana en diciembre de 2017, el Papa dijo que “no debemos olvidar que ‘una fe que no nos pone en crisis es una fe en crisis; una fe que no nos hace crecer es una fe que debe crecer; una fe que no nos interroga es una fe sobre la cual debemos preguntarnos; una fe que no nos anima es una fe que debe estar animada; una fe que no nos conmueve es una fe que debe ser sacudida’”.

Finalmente, el Papa Francisco alentó en su discurso de hoy a “no contentarnos con una fe tibia, habitual, de manual. Colaboremos con el Espíritu Santo y colaboremos entre nosotros para que el fuego que Jesús ha traído al mundo siga ardiendo e inflamando el corazón de todos”.

EL PAPA FRANCISCO PROCLAMA DOCTOR DE LA IGLESIA A SAN IRENEO DE LYON



El Papa Francisco proclama Doctor de la Iglesia a San Ireneo de Lyon

POR WALTER SÁNCHEZ SILVA | ACI Prensa

Crédito: Daniel Ibáñez - ACI Prensa




La Oficina de Prensa del Vaticano informó que este viernes 21 de enero, el Papa Francisco proclamó a San Ireneo de Lyon como Doctor de la Iglesia.

“San Ireneo de Lyon, venido de Oriente, ha ejercido su ministerio episcopal en Occidente: Él fue un puente espiritual y teológico entre cristianos de orientales y occidentales”, afirma el decreto del Santo Padre.

El decreto indica que “su nombre, Ireneo, expresa esa paz que viene del Señor y que reconcilia, reintegrando en la unidad. Por estos motivos, luego de haber tenido el parece de la Congregación de las Causas de los Santos, con mi Autoridad Apostólica, lo declaro Doctor de la Iglesia con el título de Doctor unitatis” (Doctor de la unidad).

“Que la doctrina de tan grande Maestro pueda alentar siempre más el camino de todos los discípulos del Señor hacia la plena comunión”, concluye el decreto.

“Doctor de la Iglesia” es un título que la Iglesia Católica, a través del Papa o un concilio ecuménico, otorga de manera oficial a algunos santos, reconociéndolos como maestros eminentes de la fe para los fieles católicos de todos los tiempos.

San Ireneo es el segundo Doctor de la Iglesia proclamado en el pontificado del Papa Francisco. El primero fue San Gregorio de Narek, quien recibió el título en 2015.

El Vaticano había anunciado inicialmente en octubre la intención del Papa de proclamar a San Ireneo de Lyon como doctor de la Iglesia; y ayer mediante un comunicado habían concretado la decisión, que finalmente se anunció hoy.

El Papa Francisco recibió la propuesta de la Congregación para las Causas de los Santos durante la audiencia que concedió el jueves al prefecto del dicasterio, Cardenal Marcello Semeraro.

San Ireneo nació en el año 125 en Asia Menor, probablemente en Esmirna, en el territorio que corresponde a la actual Turquía.

Recibió una sólida formación académica y religiosa, tuvo amplios conocimientos en Sagradas Escrituras, literatura y filosofía, estuvo en estrecho contacto con discípulos de los Apóstoles, como San Policarpo.

Como Obispo de Lyon en Galia, la actual Francia, destacó por combatir las diferentes herejías de la época con fuertes argumentaciones que expuso en cinco libros donde desmontaba las diferentes sectas al ponerlas ante la correcta doctrina emanada de las enseñanzas de los Apóstoles y de las Sagradas Escrituras.

Consiguió rebatir el gnosticismo, una corriente herética que suponía la principal amenaza para la fe y la Iglesia de la época, que considera que la salvación se puede conseguir por medio del conocimiento.

La Enciclopedia Católica explica que “Ireneo escribió en griego muchas obras las cuales le han asegurado un lugar excepcional en la literatura cristiana, debido a que, en asuntos religiosos controvertidos de importancia vital, exhiben el testimonio de un contemporáneo de la era heroica de la Iglesia, de uno que había escuchado a San Policarpo, el discípulo de San Juan, y quien, de cierta manera, perteneció a la era apostólica”.

“Ninguno de estos escritos nos ha llegado en el texto original, aunque muchos grandes fragmentos de ellos existen como citas en escritores posteriores”, agrega.

Se desconoce el año de su muerte. Según la tradición, San Ireneo fue martirizado.

Sus restos mortales, como lo indica Gregorio de Tours, fueron sepultados en una cripta, bajo el altar de la que entonces se llamaba Iglesia de San Juan, pero más adelante se llamó de San Ireneo.

Esta tumba o santuario fue destruida por los calvinistas en 1562 y, al parecer, desaparecieron los últimos vestigios de sus reliquias.


Para saber qué otros santos y por qué han sido proclamados Doctores de la Iglesia, puede ingresar a este enlace https://ec.aciprensa.com/wiki/Doctores_de_la_Iglesia