Páginas

domingo, 18 de julio de 2021

TURBULENCIAS



 Turbulencias


Confiar en Dios, es depositar toda nuestra fe en él. Dejarle el cuidado de tus cosas. Permitirle disponer de tu futuro, porque sabes que te ama más que tú mismo. Reposar en él “como un niño en brazos de su madre” (Salmo 131). Y confiar sobre todo en las pruebas, cuando las cosas resultan duras e incomprensibles.

Todo ocurre en un aeropuerto. Un niño está solo en la sala de espera y luego la azafata lo guía hacia el avión. El niño continúa solo. Qué raro, pues siempre los niños van acompañados de una persona adulta. Él estaba solo y en la ventanilla. De repente, en el viaje se presenta una turbulencia. Todos estaban nerviosos y otros gritaban desesperados. Y el niño como si nada. Una señora se acerca y le pregunta al niño, ¿tú no tienes miedo?, y él responde: no. ¿Y por qué? Su respuesta fue certera: “Mi papá es el piloto”. ¡Qué confianza!

“Descarguen en el Señor sus inquietudes, ya que él se ocupa de ustedes”. Si lees y meditas la Biblia, encontrarás esta exhortación y otras semejantes. Te ayudarán a fortalecer tu confianza en Dios que te ofrece refugio “a la sombra de sus alas mientras vienen calamidades” de cualquier clase y magnitud. “No temas, contigo estoy. Yo te amo”, te asegura Dios.


* Padre Natalio

SE COMPADECIÓ DE ELLOS - MEDITACIÓN DEL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 18 DE JULIO DE 2021



 “Se compadeció de ellos”


En las comunidades en las que se puede hacer, está bien unir la narración de la muerte de Juan Bautista al evangelio de hoy. El domingo último, en efecto, Jesús envió a los doce a curar enfermos y a proclamar “que era preciso convertirse.” Hemos aprendido por una inclusión, que su misión puede conducirlos al destino de Juan Bautista.

Pero la primera experiencia ha sido feliz si se considera la multitud que nos los deja. Jesús mismo, al inicio de su ministerio, debía retirarse a un lugar para orar y descansar (Marcos 1, 35 y 45). En este día de evaluación, buscan un tiempo de soledad y de descanso. Sin embargo la multitud los sigue y el evangelio de hoy abre una nueva sección que incluirá, entre las dos distribuciones del pan, una serie de nuevos milagros, signos del Reino. 

A la vista de la multitud, Jesús se conmueve en sus entrañas. Detengámonos en esta palabra que refleja un sentimiento intenso y muy íntimo en Jesús, distinto de la piedad de la que se habla en 5, 19. En el primer sentido, splagkhna designa las principales vísceras: el corazón, el pulmón, el hígado y el útero de la madre; y en fin el corazón y el alma como sedes de los afectos.

Así, el verbo splagkhnizomai significa ser impactado en las entrañas, ser conmovido por la piedad y la compasión íntima. 

Jesús se conmueve ante la multitud como ovejas sin pastor. La doble multiplicación de los panes que seguirá no se dirige a multiplicar el pan ni a compartirlo como remedio para los hambrientos. El evangelio habla claramente del afecto de Jesús por el pueblo de Dios y su papel de reunirlo en torno al don de su vida. Nadie está excluido del corazón de Jesús y el contexto, en la doble multiplicación de los panes que tendrá lugar entre los judíos (6, 30-44) y luego entre los paganos (8, 1-9), es netamente eucarística. 

Jesús, a la vista da la multitud, “se conmovió porque estaban como ovejas sin pastor.” Esta frase introduce en san Marcos la primera distribución del pan.

Leeremos a partir de la semana próxima, el largo discurso sobre el Pan de vida, en el capítulo 6 de san Juan.

(P. Felipe Santos S.D.B.)

EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 18 DE JULIO DE 2021


 

Domingo 16 (B) del tiempo ordinario

Domingo 18 de julio



1ª Lectura (Jer 23,1-6): Ay de los pastores que dispersan y dejan perecer las ovejas de mi rebaño —oráculo del Señor. Por eso, así dice el Señor, Dios de Israel: «A los pastores que pastorean mi pueblo: Vosotros dispersasteis mis ovejas, las expulsasteis, no las guardasteis; pues yo os tomaré cuentas, por la maldad de vuestras acciones —oráculo del Señor. Yo mismo reuniré el resto de mis ovejas de todos los países adonde las expulsé, y las volveré a traer a sus dehesas, para que crezcan y se multipliquen. Les pondré pastores que las pastoreen; ya no temerán ni se espantarán, y ninguna se perderá —oráculo del Señor. Mirad que llegan días —oráculo del Señor— en que suscitaré a David un vástago legítimo: reinará como rey prudente, hará justicia y derecho en la tierra. En sus días se salvará Judá, Israel habitará seguro. Y lo llamarán con este nombre: El-Señor-nuestra-justicia».



Salmo responsorial: 22

R/. El Señor es mi pastor, nada me falta.

El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas.

Me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre. Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan.

Preparas una mesa ante mí, enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa.

Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y habitaré en la casa del Señor por años sin término.

2ª Lectura (Ef 2,13-18): Hermanos: Ahora estáis en Cristo Jesús. Ahora, por la sangre de Cristo, estáis cerca los que antes estabais lejos. Él es nuestra paz. Él ha hecho de los dos pueblos una sola cosa, derribando con su carne el muro que los separaba: el odio. Él ha abolido la Ley con sus mandamientos y reglas, haciendo las paces, para crear con los dos, en él, un solo hombre nuevo. Reconcilió con Dios a los dos pueblos, uniéndolos en un solo cuerpo mediante la cruz, dando muerte, en él, al odio. Vino y trajo la noticia de la paz: paz a vosotros, los de lejos; paz también a los de cerca. Así, unos y otros, podemos acercarnos al Padre con un mismo Espíritu.

Versículo antes del Evangelio (Jn 10,27): Aleluya. Mis ovejas oyen mi voz, dice el Señor, y yo las conozco y me siguen. Aleluya.

Texto del Evangelio (Mc 6,30-34): En aquel tiempo, los Apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y lo que habían enseñado. Él, entonces, les dice: «Venid también vosotros aparte, a un lugar solitario, para descansar un poco». Pues los que iban y venían eran muchos, y no les quedaba tiempo ni para comer. Y se fueron en la barca, aparte, a un lugar solitario. Pero les vieron marcharse y muchos cayeron en cuenta; y fueron allá corriendo, a pie, de todas las ciudades y llegaron antes que ellos. Y al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos, pues estaban como ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.



«Venid también vosotros aparte, a un lugar solitario, para descansar un poco»

Rev. D. David AMADO i Fernández

(Barcelona, España)


Hoy, el Evangelio nos invita a descubrir la importancia de descansar en el Señor. Los Apóstoles regresaban de la misión que Jesús les había dado. Habían expulsado demonios, curado enfermos y predicado el Evangelio. Estaban cansados y Jesús les dice «venid también vosotros aparte, a un lugar solitario, para descansar un poco» (Mc 6,31).


Una de las tentaciones a las que puede sucumbir cualquier cristiano es la de querer hacer muchas cosas descuidando el trato con el Señor. El Catecismo recuerda que, a la hora de hacer oración, uno de los peligros más grandes es pensar que hay otras cosas más urgentes y, de esa forma, se acaba descuidando el trato con Dios. Por eso, Jesús, a sus Apóstoles, que han trabajado mucho, que están agotados y eufóricos porque todo les ha ido bien, les dice que tienen que descansar. Y, señala el Evangelio «se fueron en la barca, aparte, a un lugar solitario» (Mc 6,32). Para poder rezar bien se necesitan, al menos dos cosas: la primera es estar con Jesús, porque es la persona con la que vamos a hablar. Asegurarnos de que estamos con Él. Por eso todo rato de oración empieza, generalmente, y es lo más difícil, con un acto de presencia de Dios. Tomar conciencia de que estamos con Él. Y la segunda es la necesaria soledad. Si queremos hablar con alguien, tener una conversación íntima y profunda, escogemos la soledad.


San Pedro Julián Eymard recomendaba descansar en Jesús después de comulgar. Y advertía del peligro de llenar la acción de gracias con muchas palabras dichas de memoria. Decía, que después de recibir el Cuerpo de Cristo, lo mejor era estar un rato en silencio, para reponer fuerzas y dejando que Jesús nos hable en el silencio de nuestro corazón. A veces, mejor que explicarle a Él nuestros proyectos es conveniente que Jesús nos instruya y anime.

PAPA FRANCISCO ESTABLECE RESTRICCIONES A MISAS EN LA FORMA EXTRAORDINARIA


 

Papa Francisco establece restricciones a Misas en la forma extraordinaria

Redacción ACI Prensa

Foto: Vatican Media



El Papa Francisco promulgó este 16 de julio el motu proprio “Traditiones Custodes”, que establece restricciones para la celebración de las Misas en latín en la forma extraordinaria previa a la reforma de 1970, usando el Misal Romano de 1962.

Este motu proprio está acompañado por una carta de Papa que explica a los obispos del mundo el porqué de los cambios que rigen desde este 16 de julio.

En ambos textos el Santo Padre hace referencia también al motu proprio Summorum Pontificum promulgado por Benedicto XVI en 2007.

Francisco recordó que “San Juan Pablo II y Benedicto XVI concedieron la posibilidad de utilizar el Misal Romano promulgado por San Pío V, editado por San Juan XXIII en 1962, para la celebración del Sacrificio Eucarístico”.

“La facultad, concedida por un indulto de la Congregación para el Culto Divino en 1984 y confirmada por San Juan Pablo II en el motu proprio Ecclesia Dei de 1988, estaba motivada sobre todo por el deseo de favorecer la recomposición del cisma con el movimiento liderado por el arzobispo Lefebvre”, explicó Francisco.

Asimismo, con Summorum Pontificum, Benedicto XVI “pretendía introducir ‘una regulación jurídica más clara’ en la materia, concediendo una ‘posibilidad más amplia’ para utilizar el Misal de 1962”. “Reconoció plenamente que ‘el Misal promulgado por Pablo VI es la expresión ordinaria de la lex orandi de la Iglesia católica de rito latino’”, añadió.

El Papa recordó que Benedicto XVI “se sintió reconfortado en su discernimiento por el hecho de que quienes deseaban ‘encontrar la forma, para ellos querida, de la sagrada Liturgia’, ‘aceptaban claramente el carácter vinculante del Concilio Vaticano II y eran fieles al Papa y a los Obispos’”.

Sin embargo, trece años después, el Papa Francisco pidió a la Congregación para la Doctrina de la Fe enviar un cuestionario sobre la aplicación de Summorum Pontificum. “Las respuestas recibidas pusieron de manifiesto una situación que me duele y preocupa, y confirmaron la necesidad de intervenir”, expresó.

El Papa Francisco dijo que “lamentablemente, la intención pastoral de mis predecesores, que pretendían ‘hacer todo lo posible para que todos los que desean verdaderamente la unidad puedan permanecer en ella o redescubrirla’, ha sido a menudo gravemente ignorada”.

Francisco también advirtió “los abusos de unos y otros en la celebración de la liturgia” y por ello pidió a los obispos “procurar que cada liturgia se celebre con decoro y fidelidad a los libros litúrgicos promulgados tras el Concilio Vaticano II, sin excentricidades que fácilmente degeneran en abusos”.

“Las celebraciones litúrgicas no son acciones privadas, sino celebraciones de la Iglesia, que es el 'sacramento de la unidad’, por lo que deben hacerse en comunión con la Iglesia”, escribió el Santo Padre.

En este sentido, el Papa Francisco dijo a los obispos que “en el ejercicio de mi ministerio al servicio de la unidad, tomo la decisión de suspender la facultad concedida por mis Predecesores, y les pido que compartan conmigo esta carga como forma de participación en la preocupación por toda la Iglesia”.

“En el motu proprio he querido afirmar que corresponde al Obispo, como moderador, promotor y guardián de la vida litúrgica en la Iglesia, de la que es principio de unidad, regular las celebraciones litúrgicas. Por tanto, les corresponde a ustedes, como ordinarios locales, autorizar en sus Iglesias el uso del Misal Romano de 1962, aplicando las normas del presente motu proprio. Sobre todo, les corresponde trabajar por el regreso a una forma unitaria de celebración, verificando caso por caso la realidad de los grupos que celebran con el Misal Romano de 1962”, escribió el Papa.

Al mismo tiempo, solicitó que los seminaristas y los nuevos presbíteros sean educados en la fidelidad del Misal y a los libros litúrgicos del Concilio Vaticano II.


Motu Proprio

El Motu Proprio “Traditiones Custodes” está formado por ocho artículos.

El primero señala que “los libros litúrgicos promulgados por los santos Pontífices Pablo VI y Juan Pablo II, en conformidad con los decretos del Concilio Vaticano II, son la única expresión de la lex orandi del Rito Romano”.

El segundo, que el obispo diocesano es el “moderador, promotor y custodio de toda la vida litúrgica en la Iglesia particular que le ha sido confiada”, por lo que “le corresponde la regulación de las celebraciones litúrgicas en su propia diócesis”. “Es de su exclusiva competencia autorizar el uso del Missale Romanum de 1962 en la diócesis, siguiendo las orientaciones de la Sede Apostólica”, señaló.

En esta línea, cada sede episcopal deberá “nombrar a un sacerdote que, como delegado del obispo, se encargue de las celebraciones y de la atención pastoral de dichos grupos de fieles”. Este presbítero debe conocer el latín y estar animado por “una viva caridad pastoral y de un sentido de comunión eclesial”.

Por ello, el Santo Padre estableció en el artículo cuarto que “los presbíteros ordenados después de la publicación del presente motu proprio, que quieran celebrar con el Missale Romanum de 1962, deberán presentar una solicitud formal al obispo diocesano, que consultará a la Sede Apostólica antes de conceder la autorización”.

“Los presbíteros que ya celebran según el Missale Romanum de 1962, pedirán al obispo diocesano la autorización para seguir manteniendo esa facultad”, describe el artículo quinto.

En este sentido, “la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos y la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, para los asuntos de su competencia, ejercerán la autoridad de la Santa Sede, vigilando la observancia de estas disposiciones”, indica el séptimo artículo.

Por último, el Santo Padre subrayó que “quedan abrogadas las normas, instrucciones, concesiones y costumbres anteriores que no se ajusten a las disposiciones del presente motu proprio” que “entra en vigor inmediatamente”.


Antecedentes

En una carta enviada en 2007 a los obispos del mundo, Benedicto XVI explicó que el motu proprio Summorum Pontificum permite a los sacerdotes celebrar Misa de acuerdo al Misal de 1962 como “forma extraordinaria” del Rito Romano.

El ahora Papa Emérito destacó entonces que el Misal publicado por el Papa San Pablo VI seguiría siendo la “forma ordinaria” del Rito. 

Benedicto XVI, que renunció al pontificado en 2013, insistió en que el motu proprio no se retractaba de las reformas litúrgicas solicitadas por el Concilio Vaticano II.

También rechazó algunas posturas que consideraban que causaría divisiones en las comunidades parroquiales.

“Este temor es infundado”, escribió el Pontífice y aseguró que “el uso del Misal antiguo presupone un cierto nivel de formación litúrgica y un acceso a la lengua latina; tanto uno como otro no se encuentran tan a menudo”.  

“Ya con estos presupuestos concretos se ve claramente que el nuevo Misal permanecerá, ciertamente, la Forma ordinaria del Rito Romano, no solo por la normativa jurídica sino por la situación real en que se encuentran las comunidades de fieles”.

Los rumores sobre posibles restricciones a Summorum Pontificum se difundieron a fines de mayo luego de que el Papa Francisco sostuviera una reunión, a puertas cerradas, de preguntas y respuestas con obispos de la Conferencia Episcopal Italiana reunidos en Roma para su asamblea plenaria anual.

Según dos obispos que estuvieron en el encuentro, el Papa insinuó nuevas regulaciones, aunque no dio ningún detalle al respecto.

En junio, el Cardenal chino Joseph Zen-ze kiun, Obispo Emérito de Hong Kong, se refirió a los rumores como “noticias bastante preocupantes”. El Purpurado insistió en que la forma extraordinaria no es divisiva.

“De hecho, nos une a nuestros hermanos y hermanas de todas las épocas, a los santos y a los mártires de todos los tiempos, a aquellos que han luchado por su fe y que han encontrado en ella un nutriente espiritual inagotable”, escribió el Cardenal en su blog.

Por su parte, el Cardenal Robert Sarah, cuya renuncia al cargo de prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos fue aceptada en febrero, publicó el 8 de julio varios comentarios en su cuenta de Twitter, en defensa de Summorum Pontificum.

“A partir del motu proprio Summorum Pontificum y pese a las dificultades y las resistencias, la Iglesia ha iniciado un camino de reforma litúrgica y espiritual que, aunque lenta, es irreversible”, escribió el Purpurado africano.

“Pese a las intransigentes actitudes clericales de oposición a la venerable liturgia latino-gregoriana, actitudes típicas de ese clericalismo que el Papa Francisco ha denunciado en repetidas ocasiones, una nueva generación de jóvenes emergió en el corazón de la Iglesia”, indicó el Cardenal Sarah.

“Esta generación es la de las familias jóvenes que demuestran que esta liturgia tiene un futuro porque tiene un pasado, una historia de santidad y de belleza que no se puede borrar ni abolir de la noche a la mañana”, aseguró.

En 2020, la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF) en el Vaticano pidió a los obispos del mundo que informen sobre la aplicación de Summorum Pontificum en sus diócesis.

El Cardenal Luis Ladaria, prefecto de la congregación, escribió el 7 de marzo de 2020 a los presidentes de las conferencias episcopales pidiéndoles distribuir un cuestionario de nueve puntos.

La encuesta de la CDF incluía preguntas como “En su opinión, ¿hay aspectos positivos o negativos en el uso de la forma extraordinaria?” y “¿Cómo ha influido el motu proprio Summorum Pontificum en la vida de los seminarios (el seminario de la diócesis) y otras casas de formación?”.

El cuestionario también preguntaba si la forma extraordinaria responde “a una verdadera necesidad pastoral” o es “promovida por un solo sacerdote”.

A los obispos se les preguntó si ellos personalmente usan el Misal de 1962 y qué consejo ofrecerían sobre la forma extraordinaria.

En su carta de presentación, el Cardenal Ladaria escribió: “Trece años después de la publicación del motu proprio Summorum Pontificum del Papa Benedicto XVI, Su Santidad el Papa Francisco desea ser informado sobre la aplicación actual de dicho documento”.

El Cardenal pidió a los obispos enviar sus respuestas hasta el 31 de julio de 2020.

En su carta de 2007, Benedicto XVI alentó a los obispos del mundo “a escribir a la Santa Sede un informe sobre vuestras experiencias tres años después de que entre en vigor este motu proprio”, es decir en 2010.

La Pontificia Comisión Ecclesia Dei publicó en 2011 la nota explicativa Universae Ecclesiae, en la que se clarifica algunos aspectos de Summorum Pontificum.

En marzo de 2020, la CDF anunció la publicación de dos decretos con nuevos prefacios eucarísticos y una provisión para la celebración opcional, en la forma extraordinaria, de los santos más recientes.

El decreto Quo magis proporcionó siete nuevos prefacios eucarísticos para la forma extraordinaria de la Misa, que pueden ser usados para ocasiones particulares, como Misas votivas o los días de fiesta de los santos.

El segundo decreto, Cum sanctissima, establece una provisión para la celebración de las fiestas de tercera clase de los santos canonizados después de julio de 1960, cuyos memoriales se establecieron luego del Misal Romano de 1962.


Traducido y adaptado por Mercedes De La Torre y Walter Sánchez Silva. Publicado originalmente en CNA