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PAPA FRANCISCO PERMANECERÁ EN HOSPITAL DURANTE 7 DÍAS TRAS OPERACIÓN QUIRÚRGICA PROGRAMADA



Papa Francisco permanecerá en hospital durante 7 días tras operación quirúrgica programada

POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa

 Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa



El Papa Francisco se encuentra en buen estado general de salud y permanecerá en el hospital durante siete días, debido a la operación quirúrgica a la que fue sometido el domingo 4 de julio por una “estenosis diverticular”.

Así lo informó este 5 de julio el director de la oficina de prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni.

“Su Santidad el Papa Francisco se encuentra en buen estado general, consciente y con respiración natural”, indicó el director de la oficina de prensa de la Santa Sede.

La intervención quirúrgica por “estenosis diverticular” en la parte final del colon en el intestino grueso fue realizada en la tarde del 4 de julio en el hospital Políclinico A. Gemelli de Roma y “consistió en una hemicolectomía izquierda que duró unas 3 horas”.

En esta línea, los médicos esperan que el Santo Padre permanecerá hospitalizado en el Gemelli “durante 7 días salvo complicaciones”, añadió Bruni. 

En un comunicado de la oficina de prensa de la Santa Sede enviado poco antes de la medianoche de Roma (hora local) se describió que el Papa Francisco, de 84 años, “reaccionó bien a la intervención realizada bajo anestesia general”.

Según informó la prensa italiana, el Papa Francisco se dirigió al hospital inmediatamente después del rezo del Ángelus dominical. Llegó al Gemelli alrededor de las 1:00 p.m. acompañado por una persona en el coche que suele transportarlo cuando sale del Vaticano. La operación quirúrgica comenzó alrededor de las 6:30 p.m.

Como es tradición, la Prefectura de la Casa Pontificia informó recientemente que durante el mes de julio se suspenderán las audiencias generales semanales que el Papa Francisco preside los miércoles y se retomarán el miércoles 4 de agosto y se prevé que los fieles podrán seguir el rezo del Ángelus dominical.

¿Qué es la estenosis y qué son los divertículos?

Si bien se desconocen los detalles precisos del caso médico del Papa Francisco, una estenosis es un estrechamiento en un conducto del cuerpo, en este caso el colon.

De acuerdo a MedlinePlus, servicio informativo de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, “los divertículos son pequeñas bolsas que se abultan en el colon o en el intestino grueso”.

“Si tiene estas bolsas, usted tiene una afección llamada diverticulosis. Es más común con la edad”, añade, precisando que “cerca de la mitad de las personas de más de 60 años la tienen”.

MedlinePlus indica que “la mayoría de las personas con diverticulosis no tiene síntomas. Algunas veces, provoca cólicos leves, hinchazón abdominal o estreñimiento”.

“Si las bolsas se inflaman o se infectan, se llama diverticulitis. El síntoma más común es el dolor abdominal, generalmente en el lado izquierdo. También puede sentir fiebre, náusea, vómitos, escalofríos, cólicos y estreñimiento”.


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 Vaticano anuncia resultado de operación del Papa Francisco

Redacción ACI Prensa

 Crédito: Daniel Ibáñez / ACI Prensa.


La Oficina de Prensa de la Santa Sede informó cerca de la medianoche de Roma (Italia) el resultado de la operación a la que fue sometido el Papa Francisco, de 84 años, este 4 de julio.

En un comunicado, el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, indicó que “el Santo Padre, internado por la tarde en el Policlínico A. Gemelli, fue sometido en la noche a la operación quirúrgica programada para la estenosis diverticular del sigma”, la parte final del colon en el intestino grueso.

Bruni aseguró que “el Santo Padre reaccionó bien a la intervención realizada bajo anestesia general”.


¿Qué es la estenosis y qué son los divertículos?

Si bien se desconocen los detalles precisos del caso médico del Papa Francisco, una estenosis es un estrechamiento en un conducto del cuerpo, en este caso el colon.

De acuerdo a MedlinePlus, servicio informativo de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, “los divertículos son pequeñas bolsas que se abultan en el colon o en el intestino grueso”.

“Si tiene estas bolsas, usted tiene una afección llamada diverticulosis. Es más común con la edad”, añade, precisando que “cerca de la mitad de las personas de más de 60 años la tienen”.

MedlinePlus indica que “la mayoría de las personas con diverticulosis no tiene síntomas. Algunas veces, provoca cólicos leves, hinchazón abdominal o estreñimiento”.

“Si las bolsas se inflaman o se infectan, se llama diverticulitis. El síntoma más común es el dolor abdominal, generalmente en el lado izquierdo. También puede sentir fiebre, náusea, vómitos, escalofríos, cólicos y estreñimiento”.

MedlinePlus señala luego que “en los casos más graves, la diverticulitis puede causar sangrado, desgarres u obstrucciones”.

“Los casos más serios pueden requerir hospitalización o cirugía”, concluye.


EL EVANGELIO DE HOY LUNES 5 DE JULIO DE 2021



Lunes 14 del tiempo ordinario

Lunes 5 de julio de 2021



1ª Lectura (Gén 28,10-22a): En aquellos días, Jacob salió de Berseba en dirección a Jarán. Casualmente llegó a un lugar y se quedó allí a pernoctar, porque ya se había puesto el sol. Cogió de allí mismo una piedra, se la colocó a guisa de almohada y se echó a dormir en aquel lugar. Y tuvo un sueño: Una escalinata apoyada en la tierra con la cima tocaba el cielo. Ángeles de Dios subían y bajaban por ella. El Señor estaba en pie sobre ella y dijo: «Yo soy el Señor, el Dios de tu padre Abrahán y el Dios de Isaac. La tierra sobre la que estás acostado, te la daré a ti y a tu descendencia. Tu descendencia se multiplicará como el polvo de la tierra, y ocuparás el oriente y el occidente, el norte y el sur; y todas las naciones del mundo se llamarán benditas por causa tuya y de tu descendencia. Yo estoy contigo; yo te guardaré dondequiera que vayas, y te volveré a esta tierra y no te abandonaré hasta que cumpla lo que he prometido».

Cuando Jacob despertó, dijo: «Realmente el Señor está en este lugar, y yo no lo sabía». Y, sobrecogido, añadió: «Qué terrible es este lugar; no es sino la casa de Dios y la puerta del cielo». Jacob se levantó de madrugada, tomó la piedra que le había servido de almohada, la levantó como estela y derramó aceite por encima. Y llamó a aquel lugar «Casa de Dios»; antes la ciudad se llamaba Luz. Jacob hizo un voto, diciendo: «Si Dios está conmigo y me guarda en el camino que estoy haciendo, si me da pan para comer y vestidos para cubrirme, si vuelvo sano y salvo a casa de mi padre, entonces el Señor será mi Dios, y esta piedra que he levantado como estela será una casa de Dios».

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Salmo responsorial: 90

R/. Dios mío, confío en ti.

Tú que habitas al amparo del Altísimo, que vives a la sombra del Omnipotente, di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío, Dios mío, confío en ti».

Él te librará de la red del cazador, de la peste funesta. Te cubrirá con sus plumas, bajo sus alas te refugiarás.

«Se puso junto a mí: lo libraré; lo protegeré porque conoce mi nombre, me invocará y lo escucharé. Con él estaré en la tribulación».

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Versículo antes del Evangelio (2Tim 1,10): Aleluya. Jesucristo, nuestro salvador, ha vencido la muerte y ha hecho resplandecer la vida por medio del Evangelio. Aleluya.

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Texto del Evangelio (Mt 9,18-26): En aquel tiempo, Jesús les estaba hablando, cuando se acercó un magistrado y se postró ante Él diciendo: «Mi hija acaba de morir, pero ven, impón tu mano sobre ella y vivirá». Jesús se levantó y le siguió junto con sus discípulos. En esto, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años se acercó por detrás y tocó la orla de su manto. Pues se decía para sí: «Con sólo tocar su manto, me salvaré». Jesús se volvió, y al verla le dijo: «¡Ánimo!, hija, tu fe te ha salvado». Y se salvó la mujer desde aquel momento.

Al llegar Jesús a casa del magistrado y ver a los flautistas y la gente alborotando, decía: «¡Retiraos! La muchacha no ha muerto; está dormida». Y se burlaban de Él. Mas, echada fuera la gente, entró Él, la tomó de la mano, y la muchacha se levantó. Y la noticia del suceso se divulgó por toda aquella comarca.


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«Tu fe te ha salvado»

Rev. D. Antoni CAROL i Hostench

(Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)

Hoy, la liturgia de la Palabra nos invita a admirar dos magníficas manifestaciones de fe. Tan magníficas que merecieron conmover el corazón de Jesucristo y provocar —inmediatamente— su respuesta. ¡El Señor no se deja ganar en generosidad!

«Mi hija acaba de morir, pero ven, impón tu mano sobre ella y vivirá» (Mt 9,18). Casi podríamos decir que con fe firme “obligamos” a Dios. A Él le gusta esta especie de obligación. El otro testimonio de fe del Evangelio de hoy también es impresionante: «Con sólo tocar su manto, me salvaré» (Mt 9,22).

Se podría afirmar que Dios, incluso, se deja “manipular” de buen grado por nuestra buena fe. Lo que no admite es que le tentemos por desconfianza. Éste fue el caso de Zacarías, quien pidió una prueba al arcángel Gabriel: «Zacarías dijo al ángel: ‘¿En qué lo conoceré?’» (Lc 1,18). El Arcángel no se arredró ni un pelo: «Yo soy Gabriel, el que está delante de Dios (...). Mira, te vas a quedar mudo y no podrás hablar hasta el día en que sucedan estas cosas, porque no diste crédito a mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo» (Lc 1,19-20). Y así fue.

Es Él mismo quien quiere “obligarse” y “atarse” con nuestra fe: «Yo os digo: Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá» (Lc 11,9). Él es nuestro Padre y no quiere negar nada de lo que conviene a sus hijos.

Pero es necesario manifestarle confiadamente nuestras peticiones; la confianza y connaturalizar con Dios requieren trato: para confiar en alguien le hemos de conocer; y para conocerle hay que tratarle. Así, «la fe hace brotar la oración, y la oración —en cuanto brota— alcanza la firmeza de la fe» (San Agustín). No olvidemos la alabanza que mereció Santa María: «¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!» (Lc 1,45).