Páginas

miércoles, 3 de marzo de 2021

UNA SENCILLA FLOR DE CAMPO



 Una sencilla flor de campo

Si tú eres maravillosa, estupenda, ¿qué podré decir de la belleza y la ternura que se esconde en cada corazón humano?


Por: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net



Eres así: sencilla, sin pretensiones, sin soberbia, sin hambre de aplausos. Una sencilla flor de campo, sin nombre, sin historia, sin barreras defensivas, sin miedos al viento, a la lluvia, al granizo, al hombre caprichoso.

Brillas, con tu blanco alegre, entre el verde vivo que acaricia el viento. Hablas un lenguaje antiguo y nuevo, fresco y cansado, reflexivo y lleno de entusiasmo. Susurras tu mensaje sin preocuparte por el hoy, sin preguntar si habrá alguien que te alabe, sin soñar en si mañana serás más bella o ya marchita, sin sospechar que tal vez pronto un niño te cogerá entre sus manos para llevarte a su madre, para ponerte ante una imagen de la Virgen.

Hermosa como reina y humilde como pastora, ligera y llamativa, alegre y armoniosa. Abierta a todos: al colibrí y a la abeja, a la esfinge y a la hormiga, al sol y a las gotas del rocío mañanero.

Hablas porque Alguien te dio un lenguaje de belleza. Hablas porque el mundo es la obra de un Dios artista. Hablas aunque los hombres vivamos encerrados en nuestras casas de cemento y de cristal, ajenos a la belleza de tu saludo, esclavos de modas que pasan sin embellecer los cuerpos y sin consolar las almas.

Hoy quisiera escuchar tu voz callada, contemplar de nuevo tus estambres y tus pétalos, dejarte acariciar mi piel sofisticada, oler tu aroma de armonías, de vida fresca y pura.

Salomón no fue capaz de vestirse ni siquiera por un día como tú, sencilla flor de campo. Por eso déjame avanzar, a través de ti, para ir más lejos. Para descubrir que hay un Padre Creador y Bueno. Para no olvidar que el Amor es la palabra más hermosa de la vida. Para ponerme en las manos de ese Dios que vela y cuida cada una de sus maravillas.

Déjame, humilde y blanca flor silvestre, vivir abierto, sin complejos. Con la esperanza de que mi vida vale mucho más que la tuya. Y si tú eres maravillosa, estupenda, ¿qué podré decir de la belleza y la ternura que se esconde en cada corazón humano? ¿Qué podré encontrar en la sonrisa de tantos hombres y mujeres que me acompañan, como tú, en el camino que nos lleva hacia el Dios que nos ama con locura?


FALTA ORACIÓN



 Falta oración


Crisis económica global, epidemias de dengue, amenazas de pandemia por una influenza severa y ahora el corona virus que puede afectar a millones de personas alrededor del mundo. Pareciera que no faltan amenazas que se ciernan sobre nosotros, renovadas cada día. Es tal el temor, que una preocupación se superpone a la anterior, haciéndonos relativizar una respecto de la severidad de la que sigue.

Comentando estos episodios, una mujer de gran fe dijo: “Falta oración”. Me quedé mirándola con ojos curiosos, y pensé: “sí, de veras que falta oración”. Es una inspiración del Espíritu Santo el comprender que la oración es el motor que mueve al mundo. Hace muchos años supe que nuestro amado Juan Pablo II había propiciado la instalación de un grupo permanente de religiosas que, alternándose en tan gran honor, oraran en forma permanente dentro del Vaticano. Propiamente allí, centro de la cristiandad, Juan Pablo quiso tener un “motor espiritual” que impulsara y protegiera su papado, que cubriera a la Iglesia toda.

San Juan Pablo II comprendía muy bien la verdadera esencia que mueve al mundo, que no es más ni menos que la Misericordia de Dios. Nuestro Señor, Misericordioso hasta el extremo, se encuentra sujeto a Su propia Ley, que tiene a la Justicia como equilibrio necesario en el caso de que el hombre no permita que Él actúe en Su Infinito Amor. Él quiere ayudarnos, cuidarnos, protegernos, pero si somos tan irresponsables como para rechazar Su Gracia, no tiene más remedio que dejarnos sujetos a Su Justicia.

Y claro que este mundo hace lo imposible para merecer la Justicia de Dios, ahuyentando Su Misericordia. Ya lo dijo San Pío de Pietrelcina, que “el demonio es como un perro encadenado, por eso el hombre debe mantenerse alejado del perro en lo que es el alcance de su cadena”. La Gracia es el modo de dejar al mal y sus colmillos “fuera de alcance”. Pero, si somos tan tontos de acercarnos y de hasta jugar y hacernos amigos del perro, no nos quejemos de sus mortales mordidas.

Nada es más poderoso para derretir el Corazón de Dios que la oración realizada con fervor y sinceridad, de modo permanente. Por la oración de unos pocos, Dios se abaja a perdonar a muchos. Es que Él nos ama tanto que no puede dejar de darnos los recursos para que nos mantengamos a flote en medio de este mar de adversidades y dolor. Cuando nos sentimos llenos de miedo y angustia, el abrazo a Su Sagrado Corazón se realiza de modo perfecto en el diálogo sincero de las palabras de un corazón orante, palabras que suben al cielo como infalible recurso de salvación.

No nos quejemos de lo que ocurre, si no oramos lo suficiente. Claro que falta oración, si vivimos pensando que algo de lo que tenemos es nuestro. Familia, trabajo, salud, todo es Gracia de Él. Nada es sostenible si es que no conectamos nuestra vida de modo indeleble y sutil, pero poderoso y efectivo, con el Sagrado Corazón del Señor. Cataclismos naturales, enfermedades, crisis económicas, gobiernos miserables y malvados, todo pasa si el pueblo cristiano honra el Amor de su Dios.

Falta oración, y esto se nota al ver los medios de difusión donde Dios no está solo ausente, sino mucho más grave, insultado y agredido en Su Amor. Ya no alcanza con ignorar a Dios, ahora se lo ofende a diario. Lo ofenden quienes se confiesan enemigos de Su Iglesia. Lo ofenden mucho más quienes proclaman ser Sus amigos y escandalizan al hombre con comportamientos dignos del peor enemigo. Burla y agravio invaden los oídos y ojos de nuestros hijos, sembrando cada vez más el mal que vendrá mañana. Mientras tanto, nos preocupamos del mal de hoy, sin siquiera detenernos a meditar sobre su origen. El perro nos sigue mordiendo, mientras jugueteamos demasiado cerca de sus colmillos.

Hemos hecho, como humanidad, todo lo necesario para sujetarnos a la Justicia de Dios, alejando de nosotros a Su Misericordia. Pero Él, Eterno Amante, insiste una y otra vez con Sus actos de Amor, para convencernos de que tenemos una nueva oportunidad de volver a Su Casa. ¿Qué estamos esperando para organizarnos, para impulsar una ola de oración que derrita, una vez más, el Corazón del Señor?

Falta oración, y nosotros somos los destinatarios de esta mirada del Creador. Es a nosotros a quienes mira, es de nosotros de quienes espera. Miremos a nuestro alrededor, evidencias sobran.

 

(Reina del cielo.org)

MEDITACIÓN DE CUARESMA, DÍA 15 - 3 DE MARZO



MEDITACIÓN DE CUARESMA

Día 15º. Miércoles 3 de Marzo.


Se curó el monstruo. Lo escribía J. Urteaga: "Ocurrió en un pueblo español. Intervienen como protagonistas: un muchacho enfermo, su familia, una ermita dedicada a Santa María y muchas súplicas.

El chico tiene 14 años, era alegre, dinámico, dicharachero, incapaz de estarse quieto un instante, deportista... En muy poco tiempo el muchacho ha sufrido un cambio espectacular. Una parálisis progresiva le tiene inmovilizado en un sillón de ruedas. Toda aquella alegría contagiosa se ha transformado en un infierno, especialmente para la familia; en lo humano es inútil, en lo espiritual un pequeño monstruo egoísta. Todos deben servirle, cuidarle, atenderle, desvivirse por él. Todo es poco.

Una luz se ha encendido en el alma de su madre. Le llevaran a la ermita. Rezarán a la Virgen. Le pedirán su curación. Se hará el milagro.

Llegó el día. Ante la reja hay una madre que habla en voz alta con la Virgen, sin que le importe ni poco ni mucho, que haya gente en su entorno.

“¡María, tienes que cuidar a mi hija! ¡Es mi pequeña! Cúrala María. Que fallen los diagnósticos. ¡Qué no sea cáncer! Esta niña es todo lo que tengo en mi vida. ¡Cómo te la vas a llevar! ¡María, que no sea cáncer! Ella también te lo pide. Me ha dicho que venga a rezarte a la ermita. ¡Anda, María, que no sea cáncer!”

Poco después, aquella madre angustiada, santiguándose, abandonó la reja de la ermita.

Es ahora cuando la otra madre, la de nuestro muchacho, se acerca para decirle, al tiempo, con miedo y con dulzura:

¡Hijo!, ¿ya has Pedido a la Virgen?

Y se realiza el portento.

- Sí, mamá. He pedido la curación... He pedido a la Virgen que no sea cáncer.

Señor, a veces yo también soy un auténtico monstruo por el egoísmo. Si ser cristiano es parecerse a Ti... Me tienes que cambiar. ¡Qué piense en los demás! ¡Que haga más por los demás que por mí! ¡Que ayude, que haga favores, que me dé cuenta de lo que necesitan o de lo que podría alegrarles! ¡Cúrame, Madre mía, y dame mi corazón generoso! Gracias.

Continúa hablándole a Dios con tus palabras. 

AÑO DE SAN JOSÉ - DÍA 3 DE MARZO



 Año de San José

San José, hombre justo y modelo de virtudes, es el Patrono Universal de la santa Iglesia, y por lo tanto de todos nosotros. Es el santo que tuvo en la tierra la misión más grande y noble: proteger al Niño Dios y su Santísima Madre.

 

Marzo 3

Jesús y María han manifestado el deseo de reinar en nuestras familias, mostrando en el hogar de Nazaret cuál debe ser el reino ideal de la paz y de la felicidad doméstica. Concede a todas nuestras familias esta gracia. Así sea.

(P. Florentín Brusa, cmf)

CUARESMA 2021: PAPA FRANCISCO INVITA A DEDICAR CADA DÍA TIEMPO A LA ORACIÓN


 

Cuaresma 2021: Papa Francisco invita a dedicar cada día tiempo a la Oración

Redacción ACI Prensa

Foto: Vatican Media



Así lo dijo el Santo Padre durante la audiencia general de este miércoles 3 de marzo.

“Continuando nuestro camino cuaresmal, reservemos cada día tiempo para una oración más larga y con más confianza, conscientes de que Dios es un Padre que siempre nos escucha y espera nuestro regreso a Él”, señaló el Papa a los fieles de lengua francesa.

Además, en su mensaje a las personas de lengua inglesa, el Santo Padre destacó que espera que el camino cuaresmal lleve a todos “a la alegría de la Pascua con corazones purificados y renovados por la gracia del Espíritu Santo”.

“Queridos hermanos y hermanas, la Cuaresma es una oportunidad para intensificar la oración y la adhesión a los Sacramentos, para ejercitar el ayuno y la caridad y para vivir más profundamente el misterio del Amor misericordioso del Padre, revelado en el Hijo y difundido en el Espíritu Santo. ¡Aprovechen esta oportunidad como un momento especial de Gracia!”, expresó el Pontífice a los fieles polacos.

Por último, el Santo Padre dijo a los católicos de lengua italiana que espera “que el tiempo de Cuaresma lleve a todos a una mayor intimidad con Cristo y a una más asidua imitación de Él”.

“Sepan descubrir en el misterio de Dios, que se entrega por la salvación de todos, la fuerza para afrontar los momentos difíciles”, concluyó el Papa antes de impartir para todos su Bendición.

Durante el rezo del Ángelus del pasado 21 de febrero, el Papa Francisco alentó a no tener miedo a dedicar tiempo a la oración en esta Cuaresma “para escuchar la Palabra de Dios”. 

Al reflexionar en el pasaje del Evangelio de San Marcos que relata las tentaciones de Jesús en el desierto, el Santo Padre señaló que “la Palabra de Dios nos indica el camino para vivir fructuosamente los cuarenta días que conducen a la celebración anual de la Pascua” y animó a pensar en el desierto “en este entorno, natural y simbólico, tan importante en la Biblia”.

“El desierto es el lugar donde Dios habla al corazón del hombre, y donde brota la respuesta de la oración, es decir, el desierto de la soledad, el corazón apartado de otras cosas, solo en esa solitud se abre a la Palabra de Dios”, dijo el Papa.

En este sentido, el Pontífice explicó que “en el tiempo de Cuaresma, el Espíritu Santo nos empuja también a nosotros, como a Jesús, a entrar en el desierto” y añadió que “no se trata -como hemos visto- de un lugar físico, sino de una dimensión existencial en la que hacer silencio y ponernos a la escucha de la palabra de Dios, para que se cumpla en nosotros la verdadera conversión”.

“No tengan miedo al desierto, busquen momentos de más oración, de silencio, para entrar en si mismos, no tengan miedo”, animó el Papa quien sugirió encomendarse “a la intercesión maternal de la Virgen María”.

EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 3 DE MARZO DEL 2021



Lecturas de hoy Miércoles de la 2ª semana de Cuaresma

Hoy, miércoles, 3 de marzo de 2021




Primera lectura

Lectura del libro de Jeremías (18,18-20):

ELLOS dijeron:

«Venga, tramemos un plan contra Jeremías porque no faltará la ley del sacerdote, ni el consejo del sabio, ni el oráculo del profeta. Venga, vamos a hablar mal de él y no hagamos caso de sus oráculos».

Hazme caso, Señor,

escucha lo que dicen mis oponentes.

¿Se paga el bien con el mal?,

¡pues me han cavado una fosa!

Recuerda que estuve ante ti,

pidiendo clemencia por ellos,

para apartar tu cólera.


Palabra de Dios



Salmo

Sal 30,5-6.14.15-16


R/. Sálvame, Señor, por tu misericordia


V/. Sácame de la red que me han tendido,

porque tú eres mi amparo.

A tus manos encomiendo mi espíritu:

tú, el Dios leal, me librarás. R/.


V/. Oigo el cuchicheo de la gente,

y todo me da miedo;

se conjuran contra mí

y traman quitarme la vida. R/.


V/. Pero yo confío en ti, Señor;

te digo: «Tú eres mi Dios».

En tu mano están mis azares:

líbrame de los enemigos que me persiguen. R/.


Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (20,17-28):

EN aquel tiempo, subiendo Jesús a Jerusalén, tomando aparte a los Doce, les dijo por el camino:

«Mirad, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, y lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles, para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen; y al tercer día resucitará».

Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos y se postró para hacerle una petición.

Él le preguntó:

«¿Qué deseas?».

Ella contestó:

«Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda».

Pero Jesús replicó:

«No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber el cáliz que yo he de beber?».

Contestaron:

«Podemos».

Él les dijo:

«Mi cáliz lo beberéis; pero sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre».

Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra los dos hermanos. Y llamándolos, Jesús les dijo:

«Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo.

Igual que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos».


Palabra del Señor




«El que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor»

Rev. D. Francesc JORDANA i Soler

(Mirasol, Barcelona, España)


Hoy, la Iglesia —inspirada por el Espíritu Santo— nos propone en este tiempo de Cuaresma un texto en el que Jesús plantea a sus discípulos —y, por lo tanto, también a nosotros— un cambio de mentalidad. Jesús hoy voltea las visiones humanas y terrenales de sus discípulos y les abre un nuevo horizonte de comprensión sobre cuál ha de ser el estilo de vida de sus seguidores.

Nuestras inclinaciones naturales nos mueven al deseo de dominar las cosas y a las personas, mandar y dar órdenes, que se haga lo que a nosotros nos gusta, que la gente nos reconozca un status, una posición. Pues bien, el camino que Jesús nos propone es el opuesto: «El que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será vuestro esclavo» (Mt 20,26-27). “Servidor”, “esclavo”: ¡no podemos quedarnos en el enunciado de las palabras!; las hemos escuchado cientos de veces, hemos de ser capaces de entrar en contacto con la realidad que significan, y confrontar dicha realidad con nuestras actitudes y comportamientos.

El Concilio Vaticano II ha afirmado que «el hombre adquiere su plenitud a través del servicio y la entrega a los demás». En este caso, nos parece que damos la vida, cuando realmente la estamos encontrando. El hombre que no vive para servir no sirve para vivir. Y en esta actitud, nuestro modelo es el mismo Cristo —el hombre plenamente hombre— pues «el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos» (Mt 20,28).

Ser servidor, ser esclavo, tal y como nos lo pide Jesús es imposible para nosotros. Queda fuera del alcance de nuestra pobre voluntad: hemos de implorar, esperar y desear intensamente que se nos concedan esos dones. La Cuaresma y sus prácticas cuaresmales —ayuno, limosna y oración— nos recuerdan que para recibir esos dones nos debemos disponer adecuadamente.


MEDITACIÓN DE CUARESMA, DÍA 14, 2 DE MARZO



MEDITACIÓN DE CUARESMA

 Día 14º. Martes 2 de Marzo.


Callar. Después de ser condenado, Pilato ordena que azoten a Jesús. Dos soldados brutales descargan toda su fuerza sobre la espalda de Jesús. Noventa golpes pueden contarse en la sábana santa. Cada látigo tenía varias cuerdas y la punta de las cuerdas poseía pequeños trozos de plomo sin pulir, con puntas y salientes que hirieron todo el cuerpo de nuestro Dios. Jesús lo sufrió por ti y por mí. Era tan doloroso que muchos de los condenados morían en la flagelación. María, nuestra madre, lo ve todo y sufre, pero se calla, porque quiere que Jesús nos salve y para ello debe morir.

Madre, haz que sepa callar; no contestar mal, no protestar, no decir siempre la última palabra. Aunque sea injusto, o tenga motivos para protestar, que me calle. También Tú podrías haber dicho muchas cosas, y te callaste. Me cuesta pero ayúdame: que sepa callar.

Continúa hablándole a Dios con tus palabras.

AÑO DE SAN JOSÉ - DÍA 2 DE MARZO



Año de San José

San José, hombre justo y modelo de virtudes, es el Patrono Universal de la santa Iglesia, y por lo tanto de todos nosotros. Es el santo que tuvo en la tierra la misión más grande y noble: proteger al Niño Dios y su Santísima Madre.

 

Marzo 2

Amado San José, que las familias sean verdaderamente como Dios las ha constituido, un solo corazón y una sola alma. A ti consagramos nuestros hogares para que sean siempre verdaderos modelos de familias cristianas. Amén.

(P. Florentín Brusa, cmf)