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lunes, 30 de agosto de 2021

EL EVANGELIO DE HOY LUNES 30 DE AGOSTO DE 2021



 Lunes 22 del tiempo ordinario

Lunes 30 de agosto de 2021



1ª Lectura (1Tes 4,13-18): No queremos que ignoréis la suerte de los difuntos para que no os aflijáis como los hombres sin esperanza. Pues si creemos que Jesús ha muerto y resucitado, del mismo modo, a los que han muerto, Dios, por medio de Jesús, los llevará con él. Esto es lo que os decimos como palabra del Señor: Nosotros, los que vivimos y quedamos para cuando venga el Señor, no aventajaremos a los difuntos. Pues él mismo, el Señor, cuando se dé la orden, a la voz del arcángel y al son de la trompeta divina, descenderá del cielo, y los muertos en Cristo resucitarán en primer lugar. Después nosotros, los que aún vivimos, seremos arrebatados con ellos en la nube, al encuentro del Señor, en el aire. Y así estaremos siempre con el Señor. Consolaos, pues, mutuamente con estas palabras.



Salmo responsorial: 95

R/. El Señor llega a regir la tierra.

Cantad al Señor un cántico nuevo, cantad al Señor, toda la tierra. Contad a los pueblos su gloria, sus maravillas a todas las naciones.


Porque es grande el Señor, y muy digno de alabanza, más temible que todos los dioses. Pues los dioses de los gentiles son apariencia, mientras que el Señor ha hecho el cielo.


Alégrese el cielo, goce la tierra, retumbe el mar y cuanto lo llena; vitoreen los campos y cuanto hay en ellos.


Aclamen los árboles del bosque, delante del Señor, que ya llega, ya llega a regir la tierra: regirá el orbe con justicia y los pueblos con fidelidad.


Versículo antes del Evangelio (Lc 4,18): Aleluya. El Espíritu del Señor está sobre mí; él me ha enviado para anunciar a los pobres la buena nueva. Aleluya.

Texto del Evangelio (Lc 4,16-30): En aquel tiempo, Jesús se fue a Nazaret, donde se había criado y, según su costumbre, entró en la sinagoga el día de sábado, y se levantó para hacer la lectura. Le entregaron el volumen del profeta Isaías y desenrollando el volumen, halló el pasaje donde estaba escrito: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor».

Enrollando el volumen lo devolvió al ministro, y se sentó. En la sinagoga todos los ojos estaban fijos en Él. Comenzó, pues, a decirles: «Hoy se cumple esta escritura que acabáis de oír». Y todos daban testimonio de Él y estaban admirados de las palabras llenas de gracia que salían de su boca. Y decían: «¿No es éste el hijo de José?». Él les dijo: «Seguramente me vais a decir el refrán: ‘Médico, cúrate a ti mismo’. Todo lo que hemos oído que ha sucedido en Cafarnaúm, hazlo también aquí en tu patria». Y añadió: «En verdad os digo que ningún profeta es bien recibido en su patria. Os digo de verdad: muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando se cerró el cielo por tres años y seis meses, y hubo gran hambre en todo el país; y a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda de Sarepta de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, y ninguno de ellos fue purificado sino Naamán, el sirio».

Oyendo estas cosas, todos los de la sinagoga se llenaron de ira; y, levantándose, le arrojaron fuera de la ciudad, y le llevaron a una altura escarpada del monte sobre el cual estaba edificada su ciudad, para despeñarle. Pero Él, pasando por medio de ellos, se marchó.







«Hoy se cumple esta escritura que acabáis de oír»

Rev. D. David AMADO i Fernández

(Barcelona, España)

Hoy, «se cumple esta escritura que acabáis de oír» (Lc 4,21). Con estas palabras, Jesús comenta en la sinagoga de Nazaret un texto del profeta Isaías: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido» (Lc 4,18). Estas palabras tienen un sentido que sobrepasa el concreto momento histórico en que fueron pronunciadas. El Espíritu Santo habita en plenitud en Jesucristo, y es Él quien lo envía a los creyentes.

Pero, además, todas las palabras del Evangelio tienen una actualidad eterna. Son eternas porque han sido pronunciadas por el Eterno, y son actuales porque Dios hace que se cumplan en todos los tiempos. Cuando escuchamos la Palabra de Dios, hemos de recibirla no como un discurso humano, sino como una Palabra que tiene un poder transformador en nosotros. Dios no habla a nuestros oídos, sino a nuestro corazón. Todo lo que dice está profundamente lleno de sentido y de amor. La Palabra de Dios es una fuente inextinguible de vida: «Es más lo que dejamos que lo que captamos, tal como ocurre con los sedientos que beben en una fuente» (San Efrén). Sus palabras salen del corazón de Dios. Y, de ese corazón, del seno de la Trinidad, vino Jesús —la Palabra del Padre— a los hombres.

Por eso, cada día, cuando escuchamos el Evangelio, hemos de poder decir como María: «Hágase en mí según tu palabra» (Lc 1,38); a lo que Dios nos responderá: «Hoy se cumple esta escritura que acabáis de oír». Ahora bien, para que la Palabra sea eficaz en nosotros hay que desprenderse de todo prejuicio. Los contemporáneos de Jesús no le comprendieron, porque lo miraban sólo con ojos humanos: «¿No es este el hijo de José?» (Lc 4,22). Veían la humanidad de Cristo, pero no advirtieron su divinidad. Siempre que escuchemos la Palabra de Dios, más allá del estilo literario, de la belleza de las expresiones o de la singularidad de la situación, hemos de saber que es Dios quien nos habla.

HOY 30 DE AGOSTO SE CELEBRA A SANTA ROSA DE LIMA, PATRONA DE AMÉRICA Y FILIPINAS, 30 DE AGOSTO



 Biografía de Santa Rosa de Lima

Santa Rosa de Lima, Patrona de América y Filipinas

30 de agosto



El Papa Inocencio IX dijo de esta santa un elogio admirable: "Probablemente no ha habido en América un misionero que con sus predicaciones haya logrado más conversiones que las que Rosa de Lima obtuvo con su oración y sus mortificaciones". 

Nació en Lima, Perú, en 1586 (año de la aparición de la Virgen en Chinquinquirá) fue la primera mujer americana declarada santa por la Iglesia Católica.

 

Cambio de Nombre.

En el bautizo le pusieron el nombre de Isabel, pero luego la mamá al ver que al paso de los años su rostro se volvía sonrosado y hermoso como una rosa, empezó a llamarla con el nombre de Rosa. Y, el Sr. Arzobispo al darle la confirmación le puso definitivamente ese nombre, con el cual es conocida ahora en todo el mundo.

 

Evitando Peligros.

Desde pequeñita Rosa tuvo una gran inclinación a la oración y a la meditación. Un día rezando ante una imagen de la Virgen María le pareció que el niño Jesús le decía: "Rosa conságrame a mí todo tu amor". Y en adelante se propuso no vivir sino para amar a Jesucristo. Y al ir a su hermano decir que si muchos hombres se enamoraban perdidamente era por la atracción de una larga cabellera ó de una piel muy hermosa, se cortó el cabello y se propuso llevar el rostro cubierto con un velo, para no ser motivo de tentaciones para nadie. Quería dedicarse únicamente a amar a Jesucristo.

 

Renunciando a un Amor.

Un joven de alta clase social se enamoró de Rosa y quería casarse con ella. Sus padres estaban muy entusiasmados porque ellos eran pobres y esto daría a la joven un porvenir brillante. Pero ella, aunque hubo serios disgustos en la familia, les declaró que se había propuesto que su amor sería totalmente para Dios y que renunciaba por completo a todo matrimonio, por brillante que fuera.

 

Vocación Detenida.

Se propuso irse de monja agustina, pero el día en que fue a arrodillarse ante la imagen de la Virgen Santísima para pedirle que le iluminara si debía irse de monja o no, sintió que no podía levantarse del suelo donde estaba arrodillada. Llamó a su hermano a que le ayudara a levantarse pero él tampoco fue capaz de moverla de allí. Entonces se dio cuenta de que la voluntad de Dios era otra y le dijo a Nuestra Señora: "Oh Madre Celestial, si Dios no quiere que yo me vaya a un convento, desisto desde ahora de su idea". Tan pronto pronunció estas palabras quedó totalmente sin parálisis y se pudo levantar del suelo fácilmente.

 

Una Mariposa Señala el Color.

Seguía pidiéndole a Dios que le indicara a que asociación religiosa debería ingresar. Y de pronto empezó a llegar junto a ella cada día una mariposa de blanco y negro. Y revoloteaba junto a sus ojos. Con esto le pareció entender que debería buscar una asociación que tuviera un hábito de blanco y negro. Y descubrió que eran las terciarias dominicas, unas mujeres que se vestían con túnica blanca y manto negro y llevaban vida como de religiosas, pero vivían en sus propias casas. Y pidió ser admitida y la aceptaron.

 

Su Patrona y su Modelo.

Entonces vino a saber que la más famosa terciaria dominica es Santa Catalina de Siena (29 de abril) y se propuso estudiar su vida e imitarla en todo. Y lo logró de manera admirable. Se fabricó una túnica blanca y el manto negro y el velo también negro para la cabeza, y así empezó a asistir a las reuniones religiosas del templo.

 

Encierro Total.

Pero sucedió que la gente admirada de su comportamiento empezó a señalarla y a llamarla "la santa". Entonces ella que sabía que nada es tan peligroso como la vanidad y el orgullo y el deseo de aparecer, se fabricó una pequeña habitación en el solar de la casa donde vivía y allí se dedicó a practicar por largas horas del día y de la noche sus meditaciones, sus penitencias y sus muchas oraciones. Allí pasará el resto de su vida y solamente saldrá para ir a misa ó a socorrer a algún enfermo.

 

Ganando el Pan con el Sudor.

Su padre fracasó en el negocio de una mina y la familia quedó en gran pobreza. Entonces Rosa se dedicó durante varias horas de cada día a cultivar un huerto en el solar de la casa y durante varias horas de la noche a hacer costuras, para ayudar a los gastos del hogar.

 

Ataques Varios.

El demonio la atacaba de muy diversas maneras. Y las tentaciones impuras la hacían sufrir enormemente. Además le llegaban épocas de terribles sequedades espirituales en las cuales todo lo que fuera oración, meditación ó penitencias le producía horror y asco. Y fuera de eso la gente se burlaba de su comportamiento y los mismos familiares la consideraban equivocada en su modo de vivir. Alguna vez le protestó amorosamente a Jesucristo por todo esto, diciéndole: "Señor, ¿y a dónde te vas cuando me dejas sola en estas terribles tempestades?". Y oyó que Jesús le decía: "Yo no me he ido lejos. Estaba en tu espíritu dirigiendo todo para que la barquilla de tu alma no sucumbiera en medio de la tempestad".

 

Sus Penitencias.

Es difícil encontrar en América otro caso de mujer que haya hecho mayores penitencias. No las vamos a describir todas aquí porque muchas de ellas no son para imitar. Pero sí tenemos que decir que lo primero que se propuso mortificar fue su orgullo, su amor propio, su deseo de aparecer y de ser admirada y conocida. Y en ella, como en todas las cenicientas del mundo se ha cumplido lo que dijo Jesús: "quien se humilla será enaltecido".Una segunda penitencia de Rosa de lima fue la de los alimentos. Su ayuno era casi continuo. Y su abstinencia de carnes era perpetua. Comía lo mínimo necesario para no desfallecer de debilidad. Aún los días de mayores calores, no tomaba bebidas refrescantes de ninguna clase, y aunque a veces la sed la atormentaba, le bastaba mirar el crucifijo y recordar la sed de Jesús en la cruz, para tener valor y seguir aguantando su sed, por amor a Dios.

Dormía sobre duras tablas, con un palo por almohada. Alguna vez que le empezaron a llegar deseos de cambiar sus tablas por un colchón y una almohada, miró al crucifijo y le pareció que Jesús le decía: "Mi cruz, era mucho más cruel que todo esto". Y desde ese día nunca más volvió a pensar en buscar un lecho más cómodo.

 

Sus Dolores.

Distintas enfermedades la atacaron por mucho tiempo. Cuando algunas personas la criticaban por sus demasiadas penitencias, les respondía: "Si ustedes supieran lo hermosa que es un alma sin pecado, estarían dispuestos a sufrir cualquier martirio con tal de mantener el alma en gracia de Dios". Y ella sí que los sufrió. En sus últimos meses exclamaba: "Nunca pensé que una persona tuviera que sufrir tanto, tanto como lo que yo estoy sufriendo. Pero Jesucristo me concede valor para soportarlo todo."Los últimos años vivía continuamente en un ambiente de oración mística, con la mente casi ya más en el cielo que en la tierra. Su oración y sus sacrificios y penitencias conseguían numerosas conversiones de pecadores, y aumento de fervor en muchos religiosos y sacerdotes. En la ciudad de Lima había ya una convicción general de que esta muchacha era una verdadera santa.

 

Anuncio de la Fecha de su Muerte.

Desde 1614 ya cada año al llegar la fiesta de San Bartolomé, el 24 de agosto, demuestra su gran alegría. Y explica el porqué de este comportamiento: "Es que en una fiesta de San Bartolomé iré para siempre a estar cerca de mi redentor Jesucristo". Y así sucedió. El 24 de agosto del año 1617, después de terrible y dolorosa agonía, expiró con la alegría de irse a estar para siempre junto al amadísimo Salvador. Tenía 31 años.

 

Funeral de Primera.

Y a esta muchacha pobre y sin estudios le hicieron un funeral poco común en la ciudad de Lima. La primera cuadra llevaron su ataúd los monseñores de la catedral, como lo hacían cuando moría un arzobispo. La segunda cuadra lo llevaron los senadores (u oidores), como lo hacían cuando moría un virrey. Y la tercera cuadra lo llevaron los religiosos de las Comunidades, para demostrarle su gran veneración. El entierro hubo que dejarlo para más tarde porque inmensas multitudes querían visitar su cadáver, y filas interminables de fieles pasaban con devota veneración frente a él. Después la sepultaron en una de las paredes del templo.

 

Honores Finales.

Los milagros empezaron a sucederse en favor de los que invocaban la intercesión de Rosa, y el Sumo Pontífice la declaró santa y la proclamó Patrona de América Latina.

CONOCE A SANTA ROSA DE LIMA



6 datos que tal vez no conocías sobre Santa Rosa de Lima

Redacción ACI Prensa



Este 30 de agosto se celebra la fiesta de Santa Rosa de Lima, Patrona de América y Filipinas, en Perú, su tierra natal. Aquí te presentamos seis datos que tal vez no conocías sobre su vida y obra.


1. Se llamaba Isabel

Aunque su nombre era Isabel, su madre comenzó a llamarla Rosa al ver que mientras crecía su rostro lucía sonrosado y era de gran belleza.

Santo Toribio de Mogrovejo, entonces Arzobispo de Lima, tras impartirle el sacramento de la confirmación en 1597 le puso definitivamente el nombre de Rosa, con el cual es conocida ahora en todo el mundo.


2. Santa Rosa de Lima no fue religiosa sino laica

Santa Rosa fue laica, específicamente Terciaria en la Orden de Santo Domingo, es decir, una mujer que se vestía con túnica blanca y manto negro, llevando una vida consagrada a Dios pero en su casa.

Durante toda su vida buscó imitar a la más famosa terciaria dominica, Santa Catalina de Siena, a quien consideraba su "madre" espiritual.

El Papa Pío XII, en su radiomensaje del 27 de octubre de 1940 para el Congreso Eucarístico en Arequipa, en el sur del Perú, dijo: “¿No despuntó y se abrió en el jardín de Lima, cual flor primera de santidad de toda la América, cándida como azucena y purpúrea como rosa, la admirable Rosa de Santa María, que en el retiro y entre las espinas de la penitencia, emuló el ardor de una Catalina de Siena?”.

Un día mientras oraba ante la imagen de la Virgen pidiendo ayuda para decidir si entraba a un convento, sintió que no podía levantarse del suelo donde estaba arrodillada. Llamó a su hermano para que le ayudara pero él tampoco fue capaz de moverla de allí.

Entonces se dio cuenta de que la voluntad de Dios era otra y le dijo a la Virgen María: "Oh Madre Celestial, si Dios no quiere que yo me vaya a un convento, desisto desde ahora de su idea". Tan pronto pronunció estas palabras recuperó la movilidad y se pudo levantar.


3. Tuvo un rápido ascenso a los altares

Menos de 50 años después de su muerte fue declarada santa de la Iglesia Católica. Durante la ceremonia celebrada en su honor tras su fallecimiento fue aclamada por el pueblo entero e hicieron que a los ocho días se abriera el proceso de canonización. El Cabildo envió una carta al Papa Urbano VIII y el virrey hizo lo propio con la Corona de España.

Antes de ser canonizada en 1671, fue proclamada Patrona del Perú en 1669, del Nuevo Mundo y de Filipinas en 1670. Solo en Perú hay más de 72 pueblos con su nombre.


4. Es la primera santa de América

Fue canonizada por el Papa Clemente X en 1671 y se convirtió en la primera Santa de América.

"Probablemente no ha habido en América un misionero que con sus predicaciones haya logrado más conversiones que las que Rosa de Lima obtuvo con su oración y sus mortificaciones", dijo el Papa Inocencio IX al referirse a ella.


5. Santa Rosa de Lima habría sido amiga de San Martín de Porres

Una antigua tradición sostiene que Santa Rosa salía de su ermita para ir a la iglesia de la Virgen del Rosario para atender a enfermos y esclavos.

En estas labores habría estado acompañada por San Martín de Porres, otro gran santo peruano, quien se convirtió en su amigo. Lima era una ciudad pequeña y amurallada por lo que es muy probable que efectivamente se hayan conocido.


6. Cuando murió ayudaba en el hogar de una familia adinerada

Santa Rosa pasó los tres últimos años de su vida ayudando en el hogar de Don Gonzalo de Massa, un empleado del gobierno cuya esposa le tenía particular cariño.

Durante la penosa y larga enfermedad que precedió a su muerte, la oración de la joven era: "Señor, auméntame los sufrimientos, pero auméntame en la misma medida tu amor".

Santa Rosa falleció el 24 de agosto de 1617, a los 31 años de edad. El Senado y otros dignatarios de la ciudad se turnaron para llevar sus restos al sepulcro. 

domingo, 29 de agosto de 2021

UNA MUJER PACIENTE



 Una mujer paciente



Ayer fue el día de santa Mónica, y te cuento una anécdota. Su hijo Agustín (cuya fiesta es hoy) fue un adolescente terrible, y su esposo era muy irascible. Esta buena mamá irradiaba paz y dulzura. Había comprendido que la paz es un don de Dios tan valioso, que vale la pena hacer cualquier sacrificio para no perderla por ningún motivo. El precio era una imperturbable paciencia. 

En aquella región del norte de África, donde las gentes eran sumamente agresivas, las amas de casa le preguntaban a Mónica por qué su esposo, que era uno de los hombres de peor genio en toda la ciudad, no la maltrataba nunca a ella, y, en cambio, sus esposos las golpeaban sin compasión. Mónica les respondió: — Es muy sencillo, cuando mi esposo está de malhumor, yo me esfuerzo por estar serena y tranquila. Cuando él grita, yo me callo.  Y como para pelear se necesitan dos, y yo no acepto la pelea, pues… no nos peleamos.

La paciencia es una madurez. Presupone virtudes tan sólidas como la humildad y la fe en Dios. Conseguirás la paciencia meditando en Jesús bondadoso, sufrido, servicial, y suplicándole vuelva tu corazón a semejanza del suyo, manso y humilde. Que el Señor te ayude a dar pasos para crecer en esta virtud tan necesaria.


* Padre Natalio

DIOS ES EL CENTRO - MEDITACIÓN DEL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 28 DE AGOSTO DE 2021



Dios es el centro



Después de estos últimos domingos en los que hemos escuchado el discurso del “pan de la vida”, nos encaramos de nuevo con la Palabra de Dios. Hoy, esa misma Palabra, tiene un denominador común en todas las lecturas que hemos proclamado: coherencia de vida y sentido contenido en nuestra fe.
 
Las formas, aun siendo importantes, no son esenciales. O, por lo menos, no nos hemos de quedar en las formas. En cuántas ocasiones, la apariencia de una fina arena, resultan ser arenas movedizas. O, en cuantos momentos, una botella que en su etiqueta dice ser buen licor, se convierte en un amargo veneno. ¿Las formas? Sí, por supuesto, siempre y cuando lejos de engañar, sean y tengan por dentro lo que dicen.
 
Algo así le ocurrió a Jesús Maestro. Se encontró a su paso, con personas que –perdidas y ancladas en puros formalismos– olvidaban lo importante: el amor, el perdón, la caridad. Pendientes del adorno y de las filacterias, de las normas y de las directrices, olvidaban el final de todo ello: Dios. A los fariseos les ocurría lo de aquellos turistas que, de tanto mirar a las señales de tráfico, arrinconaban el disfrute del paisaje y la visión de las poblaciones por las que cruzaban con sus coches.
 
Jesús quiere poner en el centro de todo a Dios. Todo aquello que distorsiona esa voluntad, que impide llegar hasta el amor de Dios, no tiene vigencia o deja de tener sentido. La ley de Dios, la suprema, es el amor. ¿Qué ocurría entonces? Ni más ni menos que, el conjunto de normas que indicaban cómo llegar hasta el amor de Dios se habían convertido en objeto de adoración, en el centro de toda reverencia. Hasta tal punto que, ellas y sólo ellas, eran causa de salvación o de condenación.
 
¿Cuál es el gozo de Dios? Que le amemos desde la libertad y no por obligación. A un padre no se le aprecia porque un papel me dice que soy su hijo, sino porque previamente he sentido su cuidado, su palabra, su protección o su corrección fraterna. Con el amor de Dios pasa tres cuartos de lo mismo: es un amor gratuito, un don que se nos da. ¿Qué ofrecer nosotros a cambio? ¿Un te quiero porque me das? ¡Por supuesto que no! ¡Un te quiero, Dios, porque eres mi Padre y sé que me amas!
 
Eso, en definitiva, es lo que nos adelantó Jesús con su Palabra y su misma vida. Amar a Dios es cumplir sus mandamientos. Pero, cumplimos sus mandamientos porque sabemos que no solamente agradamos a Dios al hacerlo, sino porque al cumplirlos con libertad y sin excesivas fijaciones o distorsiones, damos con la fuente de la felicidad, de la paz y del amor que Dios nos tiene.
 
Cumplir por cumplir, no es bueno. Tampoco irnos al polo opuesto. Pidamos al Señor, a Jesús, que nos ayude a poner en el centro de todo lo que somos y pensamos a un Dios que camina junto a nosotros. Un Dios que, en sus justas leyes, nos anima a no olvidarle y a marcarnos un sendero por el cual podamos llegar hasta El. ¿Lo intentamos?


(P. Javier Leoz)

ASÍ RECUERDA EL PAPA FRANCISCO A SAN AGUSTÍN EN SU DÍA



 Así recuerda el Papa Francisco a San Agustín en su día

POR WALTER SÁNCHEZ SILVA | ACI Prensa

Crédito: Daniel Ibáñez - ACI Prensa



El Papa Francisco recordó este sábado 28 de agosto a San Agustín, padre y doctor de la Iglesia a quien los católicos celebran hoy.

En su cuenta de Twitter, el Santo Padre escribió: “San Agustín decía: ‘Tengo miedo de que Jesús pase y no me dé cuenta’. Es importante estar vigilantes, porque un error de la vida es el perderse en mil cosas y no percatarse de Dios”.

El Papa Francisco ya se ha referido antes a San Agustín, de hecho se refiere a él en su exhortación apostólica Christus vivit (Vive Cristo) publicada en marzo de 2019.

“No hay que arrepentirse de gastar la juventud siendo buenos, abriendo el corazón al Señor, viviendo de otra manera. Nada de eso nos quita la juventud, sino que la fortalece y la renueva: ‘Tu juventud se renueva como el águila’ (Sal 103,5). Por eso San Agustín se lamentaba: ‘¡Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva! ¡Tarde te amé!’”.

San Agustín escribió la frase citada por el Papa en su libro “Confesiones”, en referencia a la edad en la que se convirtió a la fe católica, pues tenía más de 30 años.

En su exhortación, el Papa Francisco también se refiere a la sana inquietud “insatisfecha” especialmente en los jóvenes, que es además “la característica de cualquier corazón que se mantiene joven, disponible, abierto. La verdadera paz interior convive con esa insatisfacción profunda. San Agustín decía: ‘Señor, nos creaste para ti, y nuestro corazón está inquieto, hasta que descanse en ti’”.

Agustín de Hipona nació el 13 de noviembre del año 354 en la ciudad de Tagaste, ubicada al norte de África, en lo que hoy sería Argelia. Sus padres fueron Patricio, un ciudadano romano, y Santa Mónica, una mujer cristiana de probada virtud que se caracterizó por su abnegación y perseverancia, rezando y luchando por la conversión de su esposo y de su hijo, Agustín.

Durante su juventud, Agustín se entregó a una vida libertina, dada a los placeres mundanos. Convivió con una mujer durante catorce años, con la que tuvo un hijo de nombre Adeodato, que murió muy joven.

San Agustín de Hipona fue obispo, filósofo y teólogo. Es el santo patrono de "los que buscan a Dios”. Fue un brillante orador y es autor de una vasta cantidad de obras, sermones, reflexiones y libros como las “Confesiones” y "La ciudad de Dios".

EL PAPA FRANCISCO AVISA DEL PELIGRO DE UNA RELIGIOSIDAD DE LA APARIENCIA



 El Papa Francisco avisa del peligro de una “religiosidad de la apariencia”

POR MIGUEL PÉREZ PICHEL | ACI Prensa

Foto: Vatican Media



Durante el rezo del Ángelus este domingo 29 de agosto en la Plaza de San Pedro del Vaticano, el Papa Francisco advirtió contra el peligro que para el cristiano supone la “religiosidad de la apariencia”.

Esa forma de religiosidad, explicó el Santo Padre, consistiría en “mostrarse bien por fuera, descuidando purificar el corazón”.

“Siempre existe la tentación de ‘contentar a Dios’ con alguna devoción externa, pero Jesús no está satisfecho con este culto. No quiere exterioridad, quiere una fe que llegue al corazón”, afirmó el Papa. “También nosotros muchas veces disfrazamos el corazón”, lamentó.

En su enseñanza, el Pontífice llamó la atención sobre el hecho de que “a menudo pensamos que el mal proviene principalmente del exterior: del comportamiento de los demás, de quienes piensan mal de nosotros, de la sociedad. ¡Cuántas veces culpamos a los demás, a la sociedad, al mundo, por todo lo que nos pasa!”.

“Siempre es culpa de los ‘otros’: de la gente, de los que gobiernan, de la mala suerte. Parece que los problemas vienen siempre de afuera. Y pasamos tiempo repartiendo culpas; pero pasar el tiempo culpando a los demás es una pérdida de tiempo. Te enojas, te amargas y mantienes a Dios fuera de tu corazón”, insistió.

En ese sentido, advirtió que “no se puede ser verdaderamente religioso en la queja. La queja envenena, te lleva a la ira, el resentimiento y la tristeza del corazón que cierra las puertas a Dios”.

El Papa Francisco ilustró esta enseñanza con el pasaje evangélico de este domingo, del Evangelio de San Marcos.

En él se narra cómo algunos escribas y fariseos se escandalizaban porque los discípulos de Jesús “comen sin antes realizar las tradicionales abluciones rituales. Piensan para sí: ‘Esta forma de hacer es contraria a la práctica religiosa’”.

El Papa se preguntó por qué Jesús y sus discípulos descuidaban esas tradiciones religiosas. “Porque para Él es importante llevar de nuevo la fe a su centro. Y evitar un peligro, que vale tanto para esos escribas como para nosotros: el de observar las formalidades externas poniendo el corazón de la fe en un segundo plano”.

De hecho, “inmediatamente después, llama otra vez a la multitud para decir una gran verdad: ‘Nada hay fuera del hombre que, entrando en él, pueda hacerlo impuro’. En cambio, es ‘de dentro, del corazón’ que salen las cosas malas”.

El Papa aseguró que “estas palabras son revolucionarias, porque para la mentalidad de la época ciertos alimentos o contactos externos te hacían impuro. Jesús invierte la perspectiva: no daña lo que viene de afuera, sino lo que viene de adentro”.

El Pontífice finalizó el comentario previo al rezo del Ángelus animando a pedir “hoy al Señor que nos libere de echar la culpa a los demás. Pidamos en la oración la gracia de no perder el tiempo contaminando el mundo con quejas, porque esto no es cristiano. Jesús nos invita a mirar la vida y el mundo desde nuestro corazón”.

“Si miramos dentro, encontraremos casi todo lo que odiamos fuera. Y si le pedimos sinceramente a Dios que purifique nuestro corazón, comenzaremos a hacer el mundo más limpio. Porque hay una forma infalible de vencer el mal: empezar a vencerlo dentro de uno mismo”, concluyó el Papa Francisco.

EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 29 DE AGOSTO DE 2021



 Domingo 22 (B) del tiempo ordinario

Domingo 29 de agosto de 2021



1ª Lectura (Dt 4,1-2.6-8): Moisés habló al pueblo, diciendo: «Ahora, Israel, escucha los mandatos y decretos que yo os mando cumplir. Así viviréis y entraréis a tomar posesión de la tierra que el Señor, Dios de vuestros padres, os va a dar. No añadáis nada a lo que os mando ni suprimáis nada; así cumpliréis los preceptos del Señor, vuestro Dios, que yo os mando hoy. Ponedlos por obra, que ellos son vuestra sabiduría y vuestra inteligencia a los ojos de los pueblos que, cuando tengan noticia de todos ellos, dirán: ‘Cierto que esta gran nación es un pueblo sabio e inteligente’. Y, en efecto, ¿hay alguna nación tan grande que tenga los dioses tan cerca como lo está el Señor Dios de nosotros, siempre que lo invocamos? Y, ¿cuál es la gran nación, cuyos mandatos y decretos sean tan justos como toda esta ley que hoy os doy?».




Salmo responsorial: 14

R/. Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?

El que procede honradamente y practica la justicia, el que tiene intenciones leales y no calumnia con su lengua.

El que no hace mal a su prójimo ni difama al vecino, el que considera despreciable al impío y honra a los que temen al Señor.

El que no presta dinero a usura ni acepta soborno contra el inocente. El que así obra nunca fallará.

2ª Lectura (Sant 1,17-18.21b-22.27): Todo beneficio y todo don perfecto viene de arriba, del Padre de los astros, en el cual no hay fases ni períodos de sombra. Por propia iniciativa, con la palabra de la verdad, nos engendró, para que seamos como la primicia de sus criaturas. Aceptad dócilmente la palabra que ha sido plantada y es capaz de salvaros. Llevadla a la práctica y no os limitéis a escucharla, engañándoos a vosotros mismos. La religión pura e intachable a los ojos de Dios Padre es ésta: visitar huérfanos y viudas en sus tribulaciones y no mancharse las manos con este mundo.


Versículo antes del Evangelio (Sant 1,18): Aleluya. El Padre, por propia iniciativa, con la palabra de la verdad, nos engendró para que seamos como la primicia de sus criaturas. Aleluya.


Texto del Evangelio (Mc 7,1-8.14-15.21-23): En aquel tiempo, se reunieron junto a Jesús los fariseos, así como algunos escribas venidos de Jerusalén, y vieron que algunos de sus discípulos comían con manos impuras, es decir no lavadas. Es que los fariseos y todos los judíos no comen sin haberse lavado las manos hasta el codo, aferrados a la tradición de los antiguos, y al volver de la plaza, si no se bañan, no comen; y hay otras muchas cosas que observan por tradición, como la purificación de copas, jarros y bandejas. Por ello, los fariseos y los escribas le preguntan: «¿Por qué tus discípulos no viven conforme a la tradición de los antepasados, sino que comen con manos impuras?». Él les dijo: «Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, según está escrito: ‘Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano me rinden culto, ya que enseñan doctrinas que son preceptos de hombres’. Dejando el precepto de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres».

Llamó otra vez a la gente y les dijo: «Oídme todos y entended. Nada hay fuera del hombre que, entrando en él, pueda contaminarle; sino lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre. Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen las intenciones malas: fornicaciones, robos, asesinatos, adulterios, avaricias, maldades, fraude, libertinaje, envidia, injuria, insolencia, insensatez. Todas estas perversidades salen de dentro y contaminan al hombre».




«Dejando el precepto de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres»

Rev. D. Josep Lluís SOCÍAS i Bruguera

(Badalona, Barcelona, España)



Hoy, la Palabra del Señor nos ayuda a discernir que por encima de las costumbres humanas están los Mandamientos de Dios. De hecho, con el paso del tiempo, es fácil que distorsionemos los consejos evangélicos y, dándonos o no cuenta, substituimos los Mandamientos o bien los ahogamos con una exagerada meticulosidad: «Al volver de la plaza, si no se bañan, no comen; y hay otras muchas cosas que observan por tradición, como la purificación de copas, jarros y bandejas...» (Mc 7,4). Es por esto que la gente sencilla, con un sentido común popular, no hicieron caso a los doctores de la Ley ni a los fariseos, que sobreponían especulaciones humanas a la Palabra de Dios. Jesús aplica la denuncia profética de Isaías contra los religiosamente hipócritas: «Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, según está escrito: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí» (Mc 7,6).

En estos últimos años, San Juan Pablo II, al pedir perdón en nombre de la Iglesia por todas las cosas negativas que sus hijos habían hecho a lo largo de la historia, lo ha manifestado en el sentido de que «nos habíamos separado del Evangelio».

«Nada hay fuera del hombre que, entrando en él, pueda contaminarle; sino lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre» (Mc 7,15), nos dice Jesús. Sólo lo que sale del corazón del hombre, desde la interioridad consciente de la persona humana, nos puede hacer malos. Esta malicia es la que daña a toda la Humanidad y a uno mismo. La religiosidad no consiste precisamente en lavarse las manos (¡recordemos a Pilatos que entrega a Jesucristo a la muerte!), sino mantener puro el corazón.

Dicho de una manera positiva, es lo que santa Teresa del Niño Jesús nos dice en sus Manuscritos biográficos: «Cuando contemplaba el cuerpo místico de Cristo (...) comprendí que la Iglesia tiene un corazón (...) encendido de amor». De un corazón que ama surgen las obras bien hechas que ayudan en concreto a quien lo necesita «Porque tuve hambre, y me disteis de comer...» (Mt 25,35).

viernes, 27 de agosto de 2021

¿QUÉ HACER CON IMÁGENES RELIGIOSAS QUEBRADAS O ROTAS?



 ¿Qué hacer con imágenes religiosas quebradas o rotas?

Un desastre natural o un accidente doméstico puede dejarnos con un objeto religioso roto o deteriorado ¿Qué hacemos con él?

Por: Hno. Ramón Gutiérrez Pavez, a.a. | Fuente: SantuarioLourdesChile.cl



En muchos templos y santuarios se crea una seria dificultad con las imágenes de yeso, en mal estado, que los peregrinos dejan por diversos lugares.

Eso habla de un respeto por lo que la imagen representa y por lo sagrado que la imagen recuerda. Es como las fotos antiguas de los padres, las madres, los abuelos, los hijos ya fallecidos. Se guardan con respeto y cariño aunque estén dañadas o borrosas.

El paso del tiempo, los temblores y otras causas hacen que en nuestras casas se nos destruyan las imágenes del Señor, de la Virgen y de los santos. Actualmente el yeso no es trabajado con materiales que lo refuercen (alambres, estopa, etc.), por lo tanto, al menor golpe tenemos en casa una imagen destrozada.

Pareciera que lo primero que surge en la mente es llevarlas a un templo. Sin embargo, en los templos hay que eliminarlas con respeto y cuidado. Es tarea a veces complicada, por la cantidad de yeso que se acumula.


Tampoco es bueno llevarla a los cementerios.

La Iglesia nos enseña:

“La veneración de las imágenes, sean pinturas, esculturas, bajorrelieves u otras representaciones, además de ser un hecho litúrgico significativo, constituyen un elemento relevante de la piedad popular: los fieles rezan ante ellas, tanto en las iglesias como en sus hogares. Las adornan con flores, luces, piedras preciosas; las saludan con formas diversas de religiosa veneración; las llevan en procesión; cuelgan de ellas exvotos como signo de agradecimiento; las ponen en nichos y templetes en el campo o en las calles”.

”Sin embargo, la veneración de las imágenes si no se apoya en una concepción teológica adecuada, puede dar lugar a desviaciones. Es necesario, por tanto, que se explique a los fieles la doctrina de la Iglesia, sancionada en los concilios ecuménicos y en el Catecismo de la Iglesia Católica, sobre el culto a las imágenes sagradas”. (Directorio sobre la piedad popular y la liturgia, principios y orientaciones. Ciudad del Vaticano, 2002).

Es conveniente que desterremos de nosotros la idea, muy generalizada, de que una imagen dañada es algo mágico, que tenerla en casa trae mala suerte, que es malo tenerlas. No es malo ni bueno.

“Es necesario, sobre todo, que los fieles adviertan que el culto cristiano de las imágenes es algo que dice relación a otra realidad. La imagen no se venera por ella misma, sino por lo que representa. Por eso a las imágenes se les debe tributar el honor y la veneración debida, no porque se crea que en ellas hay cierta divinidad o poder que justifique este culto o porque se deba pedir alguna cosa a estas imágenes o poner en ellas la confianza, como hacían antiguamente los paganos, que ponían su esperanza en los ídolos, sino porque el honor que se les tributa se refiere a las personas que representan”. (Directorio sobre la piedad popular y la liturgia, principios y orientaciones. Ciudad del Vaticano, 2002).

Así como nos enseña la doctrina de la Iglesia Católica, nos vamos acercando a la forma cómo debemos actuar con una imagen destruida. Nunca con miedo, nunca pensando o actuando como si nos fuera a pasar algo malo. Nada de eso. La imagen se destruyó, se rompió y nada nos va a pasar, fuera de la pena que a veces sentimos porque era imagen que teníamos desde niños.


¿Qué son las imágenes sagradas?

Según la enseñanza de la Iglesia, las imágenes sagradas son:


- Traducción iconográfica del mensaje evangélico, en el que la imagen y palabra revelada se iluminan mutuamente; la tradición eclesial exige que las imágenes estén de acuerdo con la letra del mensaje evangélico.

- Signos santos, que como todos los signos litúrgicos, tienen a Cristo como último referente; las imágenes de los Santos, de hecho, representan a Cristo, que es glorificado en ellos.

- Memoria de los hermanos Santos que continúan participando en la historia de la salvación del mundo y a los que estamos unidos sobretodo en la celebración sacramental.

- Ayuda en la oración: la contemplación de las imágenes sagradas facilita la súplica y mueve a dar gloria a Dios por los prodigios de gracia realizados en sus Santos.

- Estímulo para su imitación, porque cuanto más frecuentemente se detienen los ojos en estas imágenes, tanto más se aviva y crece en quien lo contempla, el recuerdo y el deseo de los que allí están representados; el fiel tiende a imprimir en su corazón lo que contempla en sus ojos: una “imagen verdadera del hombre nuevo, transformado en Cristo mediante la acción del Espíritu y por la fidelidad a la propia vocación”.

- Una forma de catequesis, puesto que a través de la historia de los misterios de nuestra redención, expresada en las inturas y de otras maneras, el pueblo es instruido y confirmado en la fe recibiendo los medios para recordar y meditar asiduamente los artículos de fe.

No podemos olvidar que actualmente hay en el mercado muchas imágenes feas, decadentes, deformes. Hay que evitar esas imágenes para nuestras casas y comunidades. Las representaciones del Señor, de la Virgen y de los santos deben ser de materiales nobles y deben transmitir belleza.


¿Qué hacer con las imágenes en mal estado?

- No llevarlas a los templos, santuarios ni cementerios.

- Si se trata de telas (pinturas), hay que buscar una persona entendida que nos oriente en la forma de devolverle la belleza a esas pinturas. Algunas pueden ser muy valiosa.

- Cuando se trata de imágenes de madera, bronce, mármol o piedra, hay que conservarlas en casa y buscar algún buen restaurador. Si no se tiene los medios para hacerla restaurar, hay que entregarlas a algún museo, de preferencia religioso (católico). O bien, a un convento o parroquia.

- Si son imágenes de yeso, hay que ver si es posible restaurarlas, porque se puede hacer, especialmente cuando se trata de imágenes con alambres o estopa al interior. Esas imágenes son valiosas. Hay que conservar con cuidado todos los trozos, de manera particular los rostros. Un buen artesano en yeso hace maravillas con esos pequeños trocitos. En el Santuario de Lourdes tenemos las direcciones de algunos artesanos que trabajan muy bien porque conocen las antiguas técnicas.


Cuando la imagen está totalmente destruida...

- Si es yeso, se coloca en un tiesto hasta que se deshaga, y con cuidado se vierte en algún lugar del jardín de la casa donde no haya cultivos de hortalizas, arboles frutales ni de flores ornamentales. Con el paso del tiempo se mezcla solo con la tierra. Tarda un poco el proceso.

- Si se da el caso de alguien que viva en departamento o en casa sin patio, pues se muele completamente la imagen, se reduce a polvo y se elimina en un lugar adecuado, conforme cada persona lo estime. Se ha sabido que algunas personas hacen artesanías con el yeso molido. Lo mezclan con arena de diversos colores y hacen hermosos adornos en botellas blancas.

Consultado un fabricante de imágenes, nos ha señalado que el yeso ya procesado no sirve. No se puede reutilizar, no sirve para estucos, es material inútil que daña bastante la tierra. Por eso es bueno tratar de cuidar las imágenes, y las que pueden ser restauradas hay que repararlas para que duren mucho.

Rosarios, Libros y otros artículos bendecidos: Lo mejor es reparar o restaurar lo que se pueda reparar. Muchos Rosarios pueden ser desarmados de tal manera que sus cuentas terminen formando las de uno nuevo y listo;  sus cruces, también, son susceptibles de ser separadas para usarlas con una cadena. Con relación a los libros una nueva encuadernación puede ser la solución.

Cuando se reciclan Rosarios, puede que sobren partes, también puede que la restauración  de los libros sea mas costosa que comprar uno nuevo, algo similar puede ocurrir con las imágenes. Para estos casos, lo mejor es conseguir un recipiente de plástico lo suficientemente grande para contenerlos y colocar en él estos objetos o restos de los mismos. 

Siempre hay alguna Capilla, Templo, Colegio Católico, Centro de Atención Católico, etc. que esté en construcción. Pues habla con el sacerdote responsable de esta obra y ofrécele tu caja con los objetos para que sean colocados en los cimientos de la edificación. 

Recordemos que, aunque rotos o desgastados, siguen siendo benditos, por lo que seguirán bendiciendo esa construcción.

HOY CELEBRAMOS A SANTA MÓNICA, MADRE DE SAN AGUSTÍN, 27 DE AGOSTO



 Mónica, Santa

Memoria Litúrgica, 27 de agosto

Por: n/a | Fuente: Centro de Espiritualidad Santa María



Madre de San Agustín

Martirologio Romano: Memoria de santa Mónica, que, muy joven todavía, fue dada en matrimonio a Patricio, del que tuvo hijos, entre los cuales se cuenta a Agustín, por cuya conversión derramó abundantes lágrimas y oró mucho a Dios. Al tiempo de partir para África, ardiendo en deseos de la vida celestial, murió en la ciudad de Ostia del Tíber († 387).

Etimológicamente: Mónica = Aquella que disfruta de la soledad, es de origen griego.

Fecha de canonización: Información no disponible, la antigüedad de los documentos y de las técnicas usadas para archivarlos, la acción del clima, y en muchas ocasiones del mismo ser humano, han impedido que tengamos esta concreta información el día de hoy. Si sabemos que fue canonizado antes de la creación de la Congregación para la causa de los Santos, y que su culto fue aprobado por el Obispo de Roma, el Papa.

         

Breve Biografía

Hoy celebramos a Santa Mónica, que con su testimonio logró convertir a su marido, a su suegra y a su hijo, San Agustín, quién también, es un gran santo de la Iglesia.

Santa Mónica fue una mujer con una gran fe y nos entregó un testimonio de fidelidad y confianza en Dios, por lo que alcanzó la santidad cumpliendo con su vocación de esposa y madre.


Un poco de historia

Mónica, la madre de San Agustín, nació en Tagaste (África del Norte) a unos 100 km de la ciudad de Cartago en el año 332.


Formación

Sus padres encomendaron la formación de sus hijas a una mujer muy religiosa y estricta en disciplina. Ella no las dejaba tomar bebidas entre horas (aunque aquellas tierras son de clima muy caliente) pues les decía: "Ahora cada vez que tengan sed van a tomar bebidas para calmarla. Y después que sean mayores y tengan las llaves de la pieza donde está el vino, tomarán licor y esto les hará mucho daño." Mónica le obedeció los primeros años pero, después ya mayor, empezó a ir a escondidas al depósito y cada vez que tenía sed tomaba un vaso de vino. Más sucedió que un día regañó fuertemente a un obrero y éste por defenderse le gritó ¡Borracha! Esto le impresionó profundamente y nunca lo olvidó en toda su vida, y se propuso no volver a tomar jamás bebidas alcohólicas. Pocos meses después fue bautizada (en ese tiempo bautizaban a la gente ya entrada en años) y desde su bautismo su conversión fue admirable.


Su esposo

Ella deseaba dedicarse a la vida de oración y de soledad pero sus padres dispusieron que tenía que esposarse con un hombre llamado Patricio. Este era un buen trabajador, pero de genio terrible, además mujeriego, jugador y pagano, que no tenía gusto alguno por lo espiritual. La hizo sufrir muchísimo y por treinta años ella tuvo que aguantar sus estallidos de ira ya que gritaba por el menor disgusto, pero éste jamás se atrevió a levantar su mano contra ella. Tuvieron tres hijos: dos varones y una mujer. Los dos menores fueron su alegría y consuelo, pero el mayor Agustín, la hizo sufrir por varias décadas.


La fórmula para evitar discusiones

En aquella región del norte de África donde las personas eran sumamente agresivas, las demás esposas le preguntaban a Mónica porqué su esposo era uno de los hombres de peor genio en toda la ciudad, pero que nunca la golpeaba, y en cambio los esposos de ellas las golpeaban sin compasión. Mónica les respondió: "Es que, cuando mi esposo está de mal genio, yo me esfuerzo por estar de buen genio. Cuando él grita, yo me callo, para pelear se necesitan dos y yo no acepto entrar en pelea, pues....no peleamos".


Viuda, y con un hijo rebelde

Patricio no era católico, y aunque criticaba el mucho rezar de su esposa y su generosidad tan grande hacia los pobres, nunca se opuso a que dedique de su tiempo a estos buenos oficios. Y quizás, el ejemplo de vida de su esposa logro su conversión. Mónica rezaba y ofrecía sacrificios por su esposo y al fin alcanzó de Dios la gracia de que en el año de 371 Patricio se hiciera bautizar, y que lo mismo hiciera su suegra, mujer terriblemente colérica que por meterse demasiado en el hogar de su nuera le había amargado grandemente la vida a la pobre Mónica. Un año después de su bautizo, Patricio murió, dejando a la pobre viuda con el problema de su hijo mayor.


El muchacho difícil

Patricio y Mónica se habían dado cuenta de que Agustín era extraordinariamente inteligente, y por eso decidieron enviarle a la capital del estado, a Cartago, a estudiar filosofía, literatura y oratoria. Pero a Patricio, en aquella época, solo le interesaba que Agustín sobresaliera en los estudios, fuera reconocido y celebrado socialmente y sobresaliese en los ejercicios físicos. Nada le importaba la vida espiritual o la falta de ella de su hijo y Agustín, ni corto ni perezoso, fue alejándose cada vez más de la fe y cayendo en mayores y peores pecados y errores.


Una madre con carácter

Cuando murió su padre, Agustín tenía 17 años y empezaron a llegarle a Mónica noticias cada vez más preocupantes del comportamiento de su hijo. En una enfermedad, ante el temor a la muerte, se hizo instruir acerca de la religión y propuso hacerse católico, pero al ser sanado de la enfermedad abandonó su propósito de hacerlo. Adoptó las creencias y prácticas de una la secta Maniquea, que afirmaban que el mundo no lo había hecho Dios, sino el diablo. Y Mónica, que era bondadosa pero no cobarde, ni débil de carácter, al volver su hijo de vacaciones y escucharle argumentar falsedades contra la verdadera religión, lo echó sin más de la casa y cerró las puertas, porque bajo su techo no albergaba a enemigos de Dios.


La visión esperanzadora

Sucedió que en esos días Mónica tuvo un sueño en el que se vio en un bosque llorando por la pérdida espiritual de su hijo, Se le acercó un personaje muy resplandeciente y le dijo "tu hijo volverá contigo", y enseguida vio a Agustín junto a ella. Le narró a su hijo el sueño y él le dijo lleno de orgullo, que eso significaba que ello significaba que se iba a volver maniquea, como él. A eso ella respondió: "En el sueño no me dijeron, la madre irá a donde el hijo, sino el hijo volverá a la madre". Su respuesta tan hábil impresionó mucho a su hijo Agustín, quien más tarde consideró la visión como una inspiración del cielo. Esto sucedió en el año 437. Aún faltaban 9 años para que Agustín se convirtiera.


La célebre respuesta de un Obispo

En cierta ocasión Mónica contó a un Obispo que llevaba años y años rezando, ofreciendo sacrificios y haciendo rezar a sacerdotes y amigos por la conversión de Agustín. El obispo le respondió: "Esté tranquila, es imposible que se pierda el hijo de tantas lágrimas". Esta admirable respuesta y lo que oyó decir en el sueño, le daban consuelo y llenaban de esperanza, a pesar de que Agustín no daba la más mínima señal de arrepentimiento.


El hijo se fuga, y la madre va tras de él

A los 29 años, Agustín decide irse a Roma a dar clases. Ya era todo un maestro. Mónica se decide a seguirle para intentar alejarlo de las malas influencias pero Agustín al llegar al puerto de embarque, su hijo por medio de un engaño se embarca sin ella y se va a Roma sin ella. Pero Mónica, no dejándose derrotar tan fácilmente toma otro barco y va tras de él.


Un personaje influyente

En Milán; Mónica conoce al santo más famoso de la época en Italia, el célebre San Ambrosio, Arzobispo de la ciudad. En él encontró un verdadero padre, lleno de bondad y sabiduría que le impartió sabios. Además de Mónica, San Ambrosio también tuvo un gran impacto sobre Agustín, a quien atrajo inicialmente por su gran conocimiento y poderosa personalidad. Poco a poco comenzó a operarse un cambio notable en Agustín, escuchaba con gran atención y respeto a San Ambrosio, desarrolló por él un profundo cariño y abrió finalmente su mente y corazón a las verdades de la fe católica.


La conversión tan esperada

En el año 387, ocurrió la conversión de Agustín, se hizo instruir en la religión y en la fiesta de Pascua de Resurrección de ese año se hizo bautizar.


Puede morir tranquila

Agustín, ya convertido, dispuso volver con su madre y su hermano, a su tierra, en África, y se fueron al puerto de Ostia a esperar el barco. Pero Mónica ya había conseguido todo lo que anhelaba es esta vida, que era ver la conversión de su hijo. Ya podía morir tranquila. Y sucedió que estando ahí en una casa junto al mar, mientras madre e hijo admiraban el cielo estrellado y platicaban sobre las alegrías venideras cuando llegaran al cielo, Mónica exclamó entusiasmada: " ¿Y a mí que más me amarra a la tierra? Ya he obtenido de Dios mi gran deseo, el verte cristiano." Poco después le invadió una fiebre, que en pocos días se agravó y le ocasionaron la muerte. Murió a los 55 años de edad del año 387.

A lo largo de los siglos, miles han encomendado a Santa Mónica a sus familiares más queridos y han conseguido conversiones admirables.

En algunas pinturas, está vestida con traje de monja, ya que por costumbre así se vestían en aquél tiempo las mujeres que se dedicaban a la vida espiritual, despreciando adornos y vestimentas vanidosas. También la vemos con un bastón de caminante, por sus muchos viajes tras del hijo de sus lágrimas. Otros la han pintado con un libro en la mano, para rememorar el momento por ella tan deseado, la conversión definitiva de su hijo, cuando por inspiración divina abrió y leyó al azar una página de la Biblia.

 



Oración

Santa Mónica, te pedimos en este día que nos ayudes a vivir nuestra vocación cerca de Dios, confiando siempre en que la oración constante y sencilla es un instrumento eficaz para transformar los corazones de quienes nos rodean.

Amén.


EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 27 DE AGOSTO DE 2021



Viernes 21 del tiempo ordinario

Viernes 27 de agosto de 2021



1ª Lectura (1Tes 4,1-8): Por Cristo Jesús os rogamos y exhortamos: Habéis aprendido de nosotros cómo proceder para agradar a Dios; pues proceded así y seguid adelante. Ya conocéis las instrucciones que os dimos, en nombre del Señor Jesús. Esto quiere Dios de vosotros: una vida sagrada, que os apartéis del desenfreno, que sepa cada cual controlar su propio cuerpo santa y respetuosamente, sin dejarse arrastrar por la pasión, como hacen los gentiles que no conocen a Dios. Y que en este asunto nadie ofenda a su hermano ni se aproveche con engaño, porque el Señor venga todo esto, como ya os dijimos y aseguramos. Dios no nos ha llamado a una vida impura, sino sagrada. Por consiguiente, el que desprecia este mandato no desprecia a un hombre, sino a Dios, que os ha dado su Espíritu Santo.




Salmo responsorial: 96

R/. Alegraos, justos, con el Señor.

El Señor reina, la tierra goza, se alegran las islas innumerables. Justicia y derecho sostienen su trono.

Los montes se derriten como cera ante el dueño de toda la tierra; los cielos pregonan su justicia, y todos los pueblos contemplan su gloria.

El Señor ama al que aborrece el mal, protege la vida de sus fieles y los libra de los malvados.

Amanece la luz para el justo, y la alegría para los rectos de corazón. Alegraos, justos, con el Señor, celebrad su santo nombre.

Versículo antes del Evangelio (Lc 21,36): Aleluya. Velad y orad, para que podáis presentaros sin temor ante el Hijo del hombre. Aleluya.

Texto del Evangelio (Mt 25,1-13): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: «El Reino de los Cielos será semejante a diez vírgenes, que, con su lámpara en la mano, salieron al encuentro del novio. Cinco de ellas eran necias, y cinco prudentes. Las necias, en efecto, al tomar sus lámparas, no se proveyeron de aceite; las prudentes, en cambio, junto con sus lámparas tomaron aceite en las alcuzas. Como el novio tardara, se adormilaron todas y se durmieron. Mas a media noche se oyó un grito: ‘¡Ya está aquí el novio! ¡Salid a su encuentro!’. Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron y arreglaron sus lámparas. Y las necias dijeron a las prudentes: ‘Dadnos de vuestro aceite, que nuestras lámparas se apagan’. Pero las prudentes replicaron: ‘No, no sea que no alcance para nosotras y para vosotras; es mejor que vayáis donde los vendedores y os lo compréis’. Mientras iban a comprarlo, llegó el novio, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de boda, y se cerró la puerta. Más tarde llegaron las otras vírgenes diciendo: ‘¡Señor, señor, ábrenos!’. Pero él respondió: ‘En verdad os digo que no os conozco’. Velad, pues, porque no sabéis ni el día ni la hora».





«En verdad os digo que no os conozco»

+ Rev. D. Joan Ant. MATEO i García

(Tremp, Lleida, España)



Hoy, Viernes XXI del tiempo ordinario, el Señor nos recuerda en el Evangelio que hay que estar siempre vigilantes y preparados para encontrarnos con Él. A media noche, en cualquier momento, pueden llamar a la puerta e invitarnos a salir a recibir al Señor. La muerte no pide cita previa. De hecho, «no sabéis ni el día ni la hora» (Mt 25,13).

Vigilar no significa vivir con miedo y angustia. Quiere decir vivir de manera responsable nuestra vida de hijos de Dios, nuestra vida de fe, esperanza y caridad. El Señor espera continuamente nuestra respuesta de fe y amor, constantes y pacientes, en medio de las ocupaciones y preocupaciones que van tejiendo nuestro vivir.

Y esta respuesta sólo la podemos dar nosotros, tú y yo. Nadie lo puede hacer en nuestro lugar. Esto es lo que significa la negativa de las vírgenes prudentes a ceder parte de su aceite para las lámparas apagadas de las vírgenes necias: «Es mejor que vayáis donde los vendedores y os lo compréis» (Mt 25,9). Así, nuestra respuesta a Dios es personal e intransferible.

No esperemos un “mañana” —que quizá no vendrá— para encender la lámpara de nuestro amor para el Esposo. Carpe diem! Hay que vivir en cada segundo de nuestra vida toda la pasión que un cristiano ha de sentir por su Señor. Es un dicho conocido, pero que no estará de más recordarlo de nuevo: «Vive cada día de tu vida como si fuese el primer día de tu existencia, como si fuese el único día de que disponemos, como si fuese el último día de nuestra vida». Una llamada realista a la necesaria y razonable conversión que hemos de llevar a término.

Que Dios nos conceda la gracia en su gran misericordia de que no tengamos que oír en la hora suprema: «En verdad os digo que no os conozco» (Mt 25,12), es decir, «no habéis tenido ninguna relación ni trato conmigo». Tratemos al Señor en esta vida de manera que lleguemos a ser conocidos y amigos suyos en el tiempo y en la eternidad.