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jueves, 21 de mayo de 2020
APRENDER DE NUESTROS FRACASOS
APRENDER DE NUESTROS FRACASOS
Una de las primeras cosas que debemos tener en cuenta para SER personas exitosas es... ¡aprender de "nuestros fracasos"!
Aunque en algunas personas éstos han sido más frecuentes que en otras, todos hemos tenido fracasos más de una oportunidad, podemos hablar de líderes políticos que alcanzaron el triunfo después de haber fallado o fracasado en diversas ocasiones pero lo que les ayudó a conquistar sus aspiraciones fue que supieron asimilar con madurez la adversidad comprendiendo que los fracasos son peldaños que conducen al verdadero éxito.
Fracaso no significa que todavía no hemos logrado nada, significa que hemos aprendido algo.
Fracaso no significa que hemos actuado como necios, significa que hemos tenido mucha fe.
Fracaso no significa falta de capacidad, significa que debemos hacer las cosas de distinta manera.
Fracaso no significa que somos inferiores, significa que no somos perfectos.
Fracaso no significa que hemos perdido nuestra vida, significa que tenemos buenas razones para comenzar de nuevo.
Fracaso no significa que debemos echarnos atrás, significa que debemos luchar con mayor ahínco.
Fracaso no significa que jamás lograremos nuestras metas, significa que tardaremos un poco más en alcanzarlas.
Fracaso no significa que Dios nos ha abandonado, significa que Dios tiene una idea mejor para ti.
No te acuerdes sólo del Señor y de la Virgen María en situaciones de adversidad. Tenlos también presentes en todas las circunstancias de tu vida, las de éxito también.
Que el Señor te bendiga abundantemente.
SACERDOTE MEXICANO QUE SOBREVIVIÓ A COVID19: DIOS ACTÚA EN MEDIO DEL SUFRIMIENTO
Sacerdote mexicano que sobrevivió a coronavirus: Dios actúa en medio del sufrimiento
Redacción ACI Prensa
El P. Antonio Pérez Hernández, sacerdote de la Arquidiócesis de Tlanepantla (México), compartió recientemente su experiencia de sobrevivir al COVID-19, y aseguró que “Dios actúa en medio de todo este dolor y sufrimiento”.
En un video publicado por la Arquidiócesis de Tlanepantla, el P. Pérez Hernández recordó que fue hospitalizado en un centro médico público y le tocó compartir habitación con otros enfermos, algunos de los cuales fallecieron.
“Cuando estuve en este lugar, llegó un momento en que yo sí sentí como que Dios me podría llamar a su presencia. Y es entonces cuando tú descubres el abandono, el abandono total de decirle al Señor: ‘Aquí estoy, si me quieres llamar estoy dispuesto, si me quieres dejar también estoy dispuesto. Solamente te pido que por favor me des la fortaleza para dar la absolución y atender a mis hermanos que están padeciendo la enfermedad igual que yo’”.
El sacerdote mexicano calificó su experiencia como “hermosa”, pues “sentí la presencia amorosa de Dios, sentí como Dios estaba dándome una libertad plena”.
Desde que llegó al hospital, se presentó como sacerdote y dio la absolución a los enfermos que lo requerían.
“Me tocó ver morir a cuatro personas”, recordó, pero destacó que tras darles la absolución pudo ver que “estaban confortados, estaban en paz”.
El P. Pérez Hernández aseguró que “todos necesitamos a Jesús”, incluso “como sacerdote lo necesité. Lo descubrí en Cristo enfermo”.
“Entendí el significado del lavatorio de los pies como servicio”, destacó.
Fruto de la constante oración, recordó, llegó un momento en que la habitación que compartía con otros enfermos de COVID-19 “se convirtió en un lugar de paz”, donde “se sentía la presencia de Dios”.
Sin embargo, el sacerdote es claro en lo que se puede ver en los hospitales que atienden a enfermos de coronavirus: “Ese es un campo de guerra, donde hay muchos caídos, donde hay gente que está sufriendo mucho”.
Pero en ese ambiente, indicó, hay “personas que se encontraron con Cristo en ese momento, y que me decían cuando me dieron de alta, porque fue de sorpresa el alta, ‘padre lo vamos a extrañar, usted nos dio esperanza, usted nos hizo sentir a Cristo en medio de todo esto’”.
“Yo les decía: ‘Pues Cristo se va a quedar con ustedes. Me voy yo, pero se queda Cristo. Dios no los está dejando solos”.
Para el sacerdote mexicano, a través de esta enfermedad “Dios está sanando a nuestros corazones, Dios nos está haciendo ver lo verdaderamente importante”.
“Los que estábamos ahí no teníamos contacto con familia. Los que murieron, murieron sin tener un contacto con la familia”, recordó, por lo que subrayó la importancia de “valorar la presencia de la familia, valorar a los amigos, valorar la vida”.
“Llega un momento en que solamente tienes tu bata, no tienes nada”, dijo, pero en ese momento “vives ese abandono de decirle al Señor: ‘Señor, te tengo a ti. ¿Qué más quiero si te tengo a ti?’”.
El P. Pérez Hernández agradeció también las oraciones que sacerdotes y fieles realizaron por su recuperación, y les pidió “que sigan orando por todos los enfermos de COVID, por los que se han quedado sin empleo”.
También animó a rezar “por los médicos, enfermeras, y demás trabajadores de la salud que en verdad están luchando mucho contra esta enfermedad. Y que con los pocos recursos que tienen, y a veces con carencias, hacen maravillas con tal de vencer todo esto”.
HOY SE CELEBRA POR PRIMERA VEZ LA MEMORIA DE MARÍA, MADRE DE LA IGLESIA
Hoy se celebra por primera vez la memoria de María, Madre de la Iglesia
El Vaticano estableció la memoria a través de un Decreto firmado el 11 de febrero de 2018
Por: n/a | Fuente: ACI Prensa
Este 21 de mayo la Iglesia celebra por primera vez la memoria de la Santísima Virgen María Madre de la Iglesia, cuya fecha fue establecida el lunes siguiente a Pentecostés.
El Vaticano estableció la memoria a través de un Decreto de la Congregación para el Culto Divino firmado el 11 de febrero de 2018.
El documento sostiene que el Papa Francisco “consideró atentamente que la promoción de esta devoción puede incrementar el sentido materno de la Iglesia en los Pastores, en los religiosos y en los fieles, así como la genuina piedad mariana”.
En el decreto, la misma Congregación señala que “esta celebración nos ayudará a recordar que el crecimiento de la vida cristiana, debe fundamentarse en el misterio de la Cruz, en la ofrenda de Cristo en el banquete eucarístico, y en la Virgen oferente, Madre del Redentor y de los redimidos”.
“La gozosa veneración otorgada a la Madre de Dios por la Iglesia en los tiempos actuales, a la luz de la reflexión sobre el misterio de Cristo y su naturaleza propia, no podía olvidar la figura de aquella Mujer, la Virgen María, que es Madre de Cristo y, a la vez, Madre de la Iglesia”, precisa el texto.
En una reciente columna semanal, el Arzobispo de Los Ángeles, Mons. José Gomez, indicó que los primeros cristianos “tenían una conciencia profunda de que la Iglesia era su ‘madre’ espiritual, que los daba a luz en el bautismo, constituyéndolos en hijos de Dios a través de los sacramentos”.
También en el Nuevo Testamento “los apóstoles a menudo se referían a los fieles como a sus hijos espirituales, reflejando así nuevamente su comprensión de que la Iglesia es nuestra madre y nuestra familia”.
“Y en esto, los primeros cristianos entendieron que María era el símbolo perfecto de la maternidad espiritual de la Iglesia”, afirmó Mons. Gomez.
Por ello, señaló que la nueva memoria que los católicos celebrarán el 21 de mayo es “un profético redescubrimiento de una antigua devoción”.
En el siglo XX, el Papa Pablo VI, dirigiéndose a los padres conciliares del Vaticano II, declaró que María Santísima era Madre de la Iglesia.
La memoria “Virgen María, Madre de la Iglesia” recuerda que ella es Madre de todos los hombres y especialmente de los miembros del Cuerpo Místico de Cristo, desde que es Madre de Jesús por la Encarnación.
Así lo confirmó Jesús desde la Cruz, antes de morir, al apóstol San Juan, y el discípulo la acogió como Madre.
La piedad de la Iglesia hacia la Santísima Virgen es un elemento intrínseco del culto cristiano, cumpliendo así la profecía de la Virgen, que dijo: “Me llamarán Bienaventurada todas las generaciones” (Lc 1,48).
LECTURAS BÍBLICAS DE HOY JUEVES 21 DE MAYO DE 2020
Lecturas de hoy Jueves de la 6ª semana de Pascua
Hoy, jueves, 21 de mayo de 2020
Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (18,1-8):
EN aquellos días, Pablo dejó Atenas y se fue a Corinto. Allí encontró a un tal Áquila, judío natural del Ponto, y a su mujer, Priscila; habían llegado hacía poco de Italia, porque Claudio había decretado que todos los judíos abandonasen Roma.
Se juntó con ellos y, como ejercía el mismo oficio, se quedó a vivir y trabajar en su casa; eran tejedores de lona para tiendas de campaña. Todos los sábados discutía en la sinagoga, esforzándose por convencer a judíos y griegos. Cuando Silas y Timoteo bajaron de Macedonia, Pablo se dedicó enteramente a predicar, dando testimonio ante los judíos de que Jesús es el Mesías,
Como ellos se oponían y respondían con blasfemias, Pablo sacudió sus vestidos y les dijo:
«Vuestra sangre recaiga sobre vuestra cabeza. Yo soy inocente y desde ahora me voy con los gentiles».
Se marchó de allí y se fue a casa de un cierto Ticio Justo, que adoraba a Dios y cuya casa estaba al lado de la sinagoga. Crispo, el jefe de la sinagoga, creyó en el Señor con toda su familia; también otros muchos corintios, al escuchar a Pablo, creían y se bautizaban.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 97,1-2ab.2cd-3ab.3cd-4
R/. El Señor revela a las naciones su victoria
Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas.
Su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R/.
El Señor da a conocer su salvación,
revela a las naciones su justicia.
Se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R/.
Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R/.
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (16,16-20):
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Dentro de poco ya no me veréis, pero dentro de otro poco me volveréis a ver».
Comentaron entonces algunos discípulos:
«¿Qué significa eso de “dentro de poco ya no me veréis, pero dentro de otro poco me volveréis a ver”, y eso de “me voy al Padre”?».
Y se preguntaban:
«¿Qué significa ese “poco”? No entendemos lo que dice».
Comprendió Jesús que querían preguntarle y les dijo:
«¿Estáis discutiendo de eso que os he dicho: “Dentro de poco ya no me veréis, y dentro de otro poco me volveréis a ver”? En verdad, en verdad os digo: vosotros lloraréis y os lamentaréis, mientras el mundo estará alegre; vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría».
Palabra del Señor
Comentario al Evangelio de hoy jueves, 21 de mayo de 2020
Carlos Latorre, cmf
Queridos hermanos:
La ciudad de Corinto fue para el apóstol Pablo la ciudad del amor y del dolor. A ella dedicó un año y medio de evangelización, muchos afanes y varias cartas. Y para el evangelista Lucas, que nos cuenta estos episodios, es la ciudad donde el Evangelio se abre definitivamente al imperio romano, después del rechazo de los judíos. En Corinto surge una de las comunidades cristianas más conocidas e importantes de la iglesia primitiva, cuya vida y dinamismo siguen inspirando a los cristianos de hoy día cuando leemos en la Biblia las dos cartas que Pablo escribió a los cristianos de aquella comunidad. Y el imperio romano ya no será tampoco el mismo desde que Pablo comenzó a anunciar allí el mensaje de Jesús.
Pero es importante notar que Pablo no actuó solo en la ciudad, pues tuvo a su lado un matrimonio muy amigo. Eran de origen judío, pero se habían convertido al cristianismo. Él se llamaba Áquila y ella Priscila. Y será esta mujer la animadora de la fe de la comunidad cristiana de Corinto. Y a Priscila deben invocar tantas y tantas mujeres que también hoy día son el alma de muchas comunidades cristianas.
En el evangelio de hoy Jesús habla de un misterioso «dentro de poco». Y para explicarlo emplea la imagen del parto: después de los dolores viene el gozo del nacimiento, así será el gozo después de la resurrección: de nuevo el Señor los volverá a reunir y los discípulos se alegrarán con una alegría que nada ni nadie les podrá quitar.
Jesús va a sufrir la pasión pero no se siente solo. Aunque sus discípulos le abandonen, el Padre siempre está con Él. Concluye estas recomendaciones con un grito de ánimo. A pesar de la crueldad de las tribulaciones padecidas, afirma: «Yo he vencido al mundo» Y estoy siempre a vuestro lado.
¡Qué difícil nos resulta creer cuando al parecer Dios no responde a nuestras necesidades! Y digo “al parecer” porque Dios siempre responde, aunque no de la forma que nosotros esperamos. No basta con pedir. Hay que “creer”. La fe es la conexión de un ser humano con Dios mismo. La fe no es oscuridad. Es luz. Es el descubrimiento de un imán que atrae y seduce todo en nosotros y que en su atracción le da sentido a todo.
Por otro lado la fe no es únicamente una opción individual que se hace en la intimidad de la conciencia del creyente. Por su misma naturaleza, la fe se abre al ‘nosotros’, a la comunidad, se da siempre dentro de la comunión de la Iglesia.
Escribo estas reflexiones durante la emergencia de la epidemia del coronavirus presente en tantos países. ¡Cuánto sufrimiento vemos en España! ¡Cuántos muertos! Cada uno debemos esforzarnos como cristianos tanto en el cumplimiento de las normas y precauciones necesarias para evitar la propagación de los contagios, como en la ayuda solidaria a las personas a quienes la enfermedad ha puesto en situaciones particularmente difíciles. Y rezar con mucha fe para que Dios Padre Misericordioso tenga compasión de nosotros y termine esta epidemia.
Vuestro hermano en la fe.
Carlos Latorre
carloslatorre@claretianos.es
EL PAPA FRANCISCO PIDE A MISIONEROS DIFUNDIR EL EVANGELIO CON ARDOR
El Papa Francisco pide a misioneros difundir el Evangelio “con ardor”
POR MIGUEL PÉREZ PICHEL | ACI Prensa
Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa
El Papa Francisco hizo un llamado a difundir el Evangelio “con ardor”, recordando que la misión está inspirada por el Espíritu Santo y se sustenta en el servicio al Pueblo de Dios.
Así lo afirmó el Pontífice en un mensaje dirigido este jueves 21 de mayo a los miembros de Obras Misionales Pontificias (OMP), en cuya asamblea general anual tenía proyectado participar pero que se ha cancelado debido a la pandemia de coronavirus.
En el mensaje, el Papa recomienda a los misioneros acudir a la misión “con ardor”. “En el camino que os espera hay mucho que hacer”.
El Santo Padre insistió en que en la misión de la Iglesia se acoja y se reconozca “la obra real y eficaz del Espíritu Santo” porque, de no ser así, las palabras de la misión se convertirían “en una especie de discursos de sabiduría humana usados para auto glorificarse o para quitar y ocultar los propios desiertos interiores”.
Francisco argumentó que “la salvación es el encuentro con Jesús”, y no “la consecuencia de nuestras iniciativas misioneras, ni siquiera de nuestros razonamientos sobre la encarnación del Verbo”.
Insistió en que es el Espíritu Santo “el que suscita y anima la misión”, y el que le da sus rasgos distintivos “que hacen del anuncio del Evangelio y de la confesión de la fe cristiana algo distinto a cualquier proselitismo político o cultural, psicológico o religioso”.
Esos rasgos distintivos son, según detalló el Papa en su mensaje, que es un anuncio “atractivo”, que se basa en la “gratitud y en la gratuidad”, que se anuncia desde la “humildad”, que busca “facilitar, no complicar”, que busca la “cercanía en la vida cotidiana”, que concede “el ‘sensus fidei’ (instinto de la fe) al Pueblo de Dios”, y que tiene “predilección por los pequeños y por los pobres”.
Invitó a desarrollar los talentos, algunos fundacionales, otros adquiridos con el tiempo, de las Obras Misionales Pontificias, como su espontaneidad, su sustento en la oración y en la caridad como vías para crecer, su gratuidad o su estructuración como una red capilar extendida por todos los continentes.
Asimismo, pidió evitar algunas tentaciones, como la auto referencialidad, el ansia del mundo, el elitismo, el aislamiento del pueblo, la abstracción o el funcionalismo.
Además, ofreció a los miembros de Obras Misionales Pontificias una serie de consejos. El Papa les sugirió custodiar o redescubrir “la inserción de las OMP en el seno del Pueblo de Dios”.
“Encontrar el modo en el que la estructura esencial de las OMP siga unida a las prácticas de la oración y de la colecta de recursos para las misiones”.
“En la oración, pedid primero que el Señor nos disponga a discernir las señales de su obrar, para después indicárselas a todo el mundo”, recomendó Francisco.
Recordó que “vuestra acción no se puede ‘esterilizar’ en una dimensión exclusivamente burocrática-profesional. No pueden existir burócratas o funcionarios de la misión”.
Les pidió “sustraeros de las insidias de los replegamientos autorreferenciales y a salir de vosotros mismos en el seguimiento a Jesús”.
Sobre la colecta de recursos para ayudar a la misión, señaló que “puede ser ciertamente aconsejable, y aún más oportuno, utilizar con creatividad incluso metodologías actualizadas de búsqueda de financiaciones por parte de potenciales y beneméritos patrocinadores”.
Con respecto al uso de las donaciones recibidas, “discernid siempre con un apropiado ‘sensus Ecclesiae’ la distribución de los fondos, para sostener las estructuras y los proyectos que, de distintos modos, realizan la misión apostólica y el anuncio del Evangelio en las distintas partes del mundo”.
“Tened siempre en cuenta las verdaderas necesidades primarias de las comunidades y, al mismo tiempo, evitad formas de asistencialismo que, en vez de ofrecer instrumentos al fervor misionero, acaban por entibiar los corazones y alimentar también dentro de la Iglesia fenómenos de clientela parasitaria”.
También pidió que no se olviden de los pobres. Subrayó que “en el trabajo de las OMP, conviene no llevar cargas pesadas; conviene custodiar su perfil variado y su referencia común a los rasgos esenciales de la fe”.
Por último, recordó que “las OMP no son en la Iglesia un ente independiente, suspendido en el vacío. Dentro de su especificidad, que conviene cultivar y renovar siempre, está el vínculo especial que las une al Obispo de la Iglesia de Roma, que preside en la caridad”.
SANTORAL DE HOY JUEVES 21 DE MAYO DE 2020
Christian-Chergé y 6 compañeros, Beatos
Mártires, 21 de mayo
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Hospicio de Niza, Santo
Ermitaño, 21 de mayo
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Teobaldo de Vienne, Santo
Obispo, 21 de mayo
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Hemming de Abo, Santo
Obispo, 21 de mayo
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Juan Mopinot (Hno. León), Beato
Mártir Lasallista, 21 de mayo
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Adilio Daronch, Beato
Monaguillo Mártir, 21 de mayo
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Manuel Gómez González, Beato
Sacerdote y Mártir, 21 de mayo
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Paterno de Vannes, Santo
Obispo, 21 de mayo
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Cristóbal Magallanes y 24 compañeros, Santos
Memoria Litúrgica, 21 de mayo
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Eugenio de Mazenod, Santo
Obispo y fundador, 21 de mayo
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