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martes, 31 de marzo de 2020

ORACIÓN A SAN JOSÉ MARELLO


Oración a San José Marello
(Fundador de la Congregación Religiosa Oblatos de San José)



Oh Dios Padre nuestro,
que has inspirado a San José Marello
conformar su vida
con la vida de Cristo Jesús
en la imitación de San José,
haz que siguiendo sus ejemplos
de mansedumbre, humildad e incansable laboriosidad,
vivamos con alegría y constancia 
las exigencias de la vida cristiana.
Por su intercesión,
concédenos la gracia
que con confianza te pedimos.
Por Cristo nuestro Señor.
Amén.

PODA


Poda



A veces Dios nos poda tanto, que nos parece que nunca más podremos dar frutos.

Sucede algo parecido con las vides en época de poda. Quien pasea por el viñedo después que el podador ha podado las plantas, se quedará asombrado y en no pocas plantas creerá que el podador las ha matado, de tanto como las podó. Pero que venga en época de frutos, y verá la asombrosa transformación y la exuberancia de la planta y de sus copiosos frutos.

También nosotros muchas veces somos dolorosamente podados por Dios, y así como la vid derrama su savia en los cortes, y por eso se dice que la planta “llora”; así también nosotros lloramos las dolorosas podas que nos hace Dios, mejor dicho, que Dios permite, porque hay que saber que el mal nunca viene de Dios, sino del Maligno y del pecado.

Pero no perdamos la calma, esperemos que pase el tiempo, que cure nuestras heridas, y para ello pidamos ayuda a María, la Consoladora de los afligidos, como la llama la Iglesia en las Letanías Lauretanas, y con su consuelo, volvamos a brotar con vigor, sin desesperaciones, sabiendo que todo será para bien, y que si Dios ha permitido ese mal, está en nosotros el saber mirarlo como algo beneficioso.

El dolor es un excelente maestro, sólo hay que saber sobrellevarlo con resignación y refugiarnos en el Inmaculado Corazón de María, que es nuestra Madre, y siempre una madre sabe consolar a su hijito que llora.

Pero estemos seguros que Dios no olvida ni siquiera una lágrima que cae de nuestros ojos, ni un suspiro ni un lamento, porque Él es Bueno y se interesa por nosotros, y no hubiera permitido tal o cual desgracia, si no sacara de ello un gran bien para nosotros.

Entonces tomemos coraje y volvamos a empezar, con la ayuda de Dios ciertamente, sabiendo que esta vida sobre la tierra es tiempo de prueba, valle de lágrimas, y que la felicidad en plenitud nos vendrá en la otra vida, que habremos alcanzado padeciendo lo que hay que padecer en ésta.



* Sitio Santísima Virgen

¿QUÉ ES LA CUARESMA?


¿Qué es la Cuaresma?
La Cuaresma ha sido, es y será un tiempo favorable para convertirnos y volver a Dios Padre lleno de misericordia


Por: P. Antonio Rivero, L.C. | Fuente: Catholic.net




El tiempo de la Cuaresma rememora los cuarenta años que el pueblo de Israel pasó en el desierto mientras se encaminaba hacia la tierra prometida, con todo lo que implicó de fatiga, lucha, hambre, sed y cansancio...pero al fin el pueblo elegido gozó de esa tierra maravillosa, que destilaba miel y frutos suculentos (Éxodo 16 y siguientes).

También para nosotros, como fue para los israelitas aquella travesía por el desierto, la Cuaresma es el tiempo fuerte del año que nos prepara para la Pascua o Domingo de Resurrección del Señor, cima del año litúrgico, donde celebramos la victoria de Cristo sobre el pecado, la muerte y el mal, y por lo mismo, la Pascua es la fiesta de alegría porque Dios nos hizo pasar de las tinieblas a la luz, del ayuno a la comida, de la tristeza al gozo profundo, de la muerte a la vida.

La Cuaresma ha sido, es y será un tiempo favorable para convertirnos y volver a Dios Padre lleno de misericordia, si es que nos hubiéramos alejado de Él, como aquel hijo pródigo (Lucas 15, 11-32) que se fue de la casa del padre y le ofendió con una vida indigna y desenfrenada. Esta conversión se logra mediante una buena confesión de nuestros pecados. Dios siempre tiene las puertas de casa abiertas de par en par, y su corazón se le rompe en pedazos mientras no comparta con nosotros su amor hecho perdón generoso. ¡Ojalá fueran muchos los pecadores que valientemente volvieran a Dios en esta Cuaresma para que una vez más experimentaran el calor y el cariño de su Padre Dios!

Si tenemos la gracia de seguir felices en la casa paterna como hijos y amigos de Dios, la Cuaresma será entonces un tiempo apropiado para purificarnos de nuestras faltas y pecados pasados y presentes que han herido el amor de ese Dios Padre; esta purificación la lograremos mediante unas prácticas recomendadas por nuestra madre Iglesia; así llegaremos preparados y limpios interiormente para vivir espiritualmente la Semana Santa, con todo la profundidad, veneración y respeto que merece. Estas prácticas son el ayuno, la oración y la limosna.


Ayuno no sólo de comida y bebida, que también será agradable a Dios, pues nos servirá para templar nuestro cuerpo, a veces tan caprichoso y tan regalado, y hacerlo fuerte y pueda así acompañar al alma en la lucha contra los enemigos de siempre: el mundo, el demonio y nuestras propias pasiones desordenadas. Ayuno y abstinencia, sobre todo, de nuestros egoísmos, vanidades, orgullos, odios, perezas, murmuraciones, deseos malos, venganzas, impurezas, iras, envidias, rencores, injusticias, insensibilidad ante las miserias del prójimo. Ayuno y abstinencia, incluso, de cosas buenas y legítimas para reparar nuestros pecados y ofrecerle a Dios un pequeño sacrificio y un acto de amor; por ejemplo, ayuno de televisión, de diversiones, de cine, de bailes durante este tiempo de cuaresma. Ayuno y abstinencia, también, de muchos medios de consumo, de estímulos, de satisfacción de los sentidos; ayuno aquí significará renunciar a todo lo que alimenta nuestra tendencia a la curiosidad, a la sensualidad, a la disipación de los sentidos, a la superficialidad de vida. Este tipo de ayuno es más meritorio a los ojos de Dios y nos requerirá mucho más esfuerzo, más dominio de nosotros mismos, más amor y voluntad de nuestra parte.

Limosna, dijimos. No sólo la limosna material, pecuniaria: unas cuantas monedas que damos a un pobre mendigo en la esquina. La limosna tiene que ir más allá: prestar ayuda a quien necesita, enseñar al que no sabe, dar buen consejo al que nos lo pide, compartir alegrías, repartir sonrisa, ofrecer nuestro perdón a quien nos ha ofendido. La limosna es esa disponibilidad a compartir todo, la prontitud a darse a sí mismos. Significa la actitud de apertura y la caridad hacia el otro. Recordemos aquí a san Pablo: “Si repartiese toda mi hacienda...no teniendo caridad, nada me aprovecha” (1 Corintios 13, 3). También san Agustín es muy elocuente cuando escribe: “Si extiendes la mano para dar, pero no tienes misericordia en el corazón, no has hecho nada; en cambio, si tienes misericordia en el corazón, aún cuando no tuvieses nada que dar con tu mano, Dios acepta tu limosna”.

Y, finalmente, oración. Si la limosna era apertura al otro, la oración es apertura a Dios. Sin oración, tanto el ayuno como la limosna no se sostendrían; caerían por su propio peso. En la oración, Dios va cambiando nuestro corazón, lo hace más limpio, más comprensivo, más generoso...en una palabra, va transformando nuestras actitudes negativas y creando en nosotros un corazón nuevo y lleno de caridad. La oración es generadora de amor. La oración me induce a conversión interior. La oración es vigorosa promotora de la acción, es decir, me lleva a hacer obras buenas por Dios y por el prójimo. En la oración recobramos la fuerza para salir victoriosos de las asechanzas y tentaciones del mundo y del demonio. Cuaresma, pues, tiempo fuerte de oración.

Miremos mucho a Cristo en esta Cuaresma. Antes de comenzar su misión salvadora se retira al desierto cuarenta días y cuarenta noches. Allí vivió su propia Cuaresma, orando a su Padre, ayunando...y después, salió por nuestro mundo repartiendo su amor, su compasión, su ternura, su perdón. Que Su ejemplo nos estimule y nos lleve a imitarle en esta cuaresma. Consigna: oración, ayuno y limosna.

EL PUDOR ¿PARA QUÉ SIRVE?


El Pudor ¿para qué sirve?
Existe en nuestro interior una zona inviolable, un espacio de intimidad que de forma natural tendemos a defender


Por: Eli Bengoetxea | Fuente: http://www.sontushijos.org




Existe en nuestro interior una zona inviolable, un espacio de intimidad que de forma natural tendemos a defender, y nos molesta si alguien la invade sin nuestro consentimiento. Así el pudor establece un límite entre lo que puede ser mostrado y lo que deseamos que permanezca protegido. El pudor también ordena las miradas y los gestos en conformidad con la relación de las personas. Es evidente que no mostramos el mismo grado de intimidad física con un desconocido que con un familiar cercano y muy querido. Tampoco comunicamos nuestros sentimientos y pensamientos más íntimos a cualquiera, los reservamos para aquellas personas con las que tenemos más confianza.

El pudor es un sentimiento universal, se da en todas las culturas aunque a veces se manifiesta de manera distinta en cada una de ellas.

Por respetar el espacio de intimidad uno toca la puerta antes de entrar, no abrimos los cajones de un despacho ajeno sin antes pedir permiso, no abrimos cartas o mails de otras personas, no entramos al baño cuando hay una persona dentro, no nos desvestimos delante de nuestro tío que ha venido de visita, ni delante de un profesor. Hay conversaciones telefónicas que nos sentimos incómodas si nos están escuchando, posturas que según dónde estemos o con quién no las adoptamos, no nos gusta que mientras hablan con nosotros no nos miren a los ojos, y nos incomodaría si en lugar de mirarnos a los ojos nos estuvieran mirando el escote o el culo.

Por eso, la forma de vestir debe ayudar a que la mirada se centre en nosotras, no en una parte de nuestro cuerpo porque lo mostramos o resaltamos excesivo.

La provocación siempre busca la mirada del otro, aunque sea para mostrar rechazo.

¿Qué busca una chica con un escote excesivo, una transparencia total, o con la ropa excesivamente ajustada en las zonas más sensuales del cuerpo? Muchas veces sin ser muy consciente de ello, mendiga una mirada. Una mirada que se dirige a su cuerpo, teniendo al menos la falsa ilusión de que a través de su cuerpo, le pueda alcanzar a ella.

Ofrecer a las miradas ajenas las partes íntimas del cuerpo implica dejarse poseer y vender a bajo precio lo que una o uno tiene de más peculiar, propio y personal. Protegerse pudorosamente de miradas extrañas no indica ñoñería, aceptación de tabúes...significa que evitas que lo más genuino e íntimo de la persona sea rebajado de rango y convertido en algo erótico.

El pudor nos protege y nos hace libres de miradas y situaciones incómodas. No consiste tanto en ocultar una parte de nuestra superficie corpórea cuanto en salvaguardarnos del uso irrespetuoso, manipulador, posesivo, de nuestra persona.

Toca pues a cada una y cada uno decidir, también por cómo vestimos, dónde queremos que los demás fijen su mirada…A eso dedican mucho tiempo y dinero, las empresas de moda. El pudor es un buen aliado que nos ayuda a acertar… si queremos.

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY MARTES 31 DE MARZO DE 2020


Lecturas de hoy Martes de la 5ª semana de Cuaresma
Hoy, martes, 31 de marzo de 2020



Primera lectura
Lectura del libro de los Números (21,4-9):

EN aquellos días, desde el monte Hor se encaminaron los hebreos hacia el mar Rojo, rodeando el territorio de Edón.
El pueblo se cansó de caminar y habló contra Dios y contra Moisés:
«¿Por qué nos has sacado de Egipto para morir en el desierto? No tenemos ni pan ni agua, y nos da náuseas ese pan sin sustancia».
El Señor envió contra el pueblo serpientes abrasadoras, que los mordían, y murieron muchos de Israel.
Entonces el pueblo acudió a Moisés, diciendo:
«Hemos pecado hablando contra el Señor y contra ti; reza al Señor para que aparte de nosotros las serpientes».
Moisés rezó al Señor por el pueblo y el Señor le respondió:
«Haz una serpiente abrasadora y colócala en un estandarte: los mordidos de serpientes quedarán sanos al mirarla».
Moisés hizo una serpiente de bronce y la colocó en un estandarte. Cuando una serpiente mordía a alguien, este miraba a la serpiente de bronce y salvaba la vida.

Palabra de Dios

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Salmo
Sal 101,2-3.16-18.19-21

R/. Señor, escucha mi oración,
que mi grito llegue hasta ti

V/. Señor, escucha mi oración,
que mi grito llegue hasta ti;
no me escondas tu rostro
el día de la desgracia.
Inclina tu oído hacia mí;
cuando te invoco,
escúchame enseguida. R/.

V/. Los gentiles temerán tu nombre,
los reyes del mundo, tu gloria.
Cuando el Señor reconstruya Sión
y aparezca en su gloria,
y se vuelva a las súplicas de los indefensos,
y no desprecie sus peticiones. R/.

V/. Quede esto escrito para la generación futura,
y el pueblo que será creado alabará al Señor.
Que el Señor ha mirado desde su excelso santuario,
desde el cielo se ha fijado en la tierra,
para escuchar los gemidos de los cautivos
y librar a los condenados a muerte. R/.

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Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (8,21-30):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos:
«Yo me voy y me buscaréis, y moriréis por vuestro pecado. Donde yo voy no podéis venir vosotros».
Y los judíos comentaban:
«¿Será que va a suicidarse, y por eso dice: “Donde yo voy no podéis venir vosotros”?».
Y él les dijo:
«Vosotros sois de aquí abajo, yo soy de allá arriba: vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Con razón os he dicho que moriréis en vuestros pecados: pues, si no creéis que Yo soy, moriréis en vuestros pecados».
Ellos le decían:
«¿Quién eres tú?».
Jesús les contestó:
«Lo que os estoy diciendo desde el principio. Podría decir y condenar muchas cosas en vosotros; pero el que me ha enviado es veraz, y yo comunico al mundo lo que he aprendido de él».
Ellos no comprendieron que les hablaba del Padre.
Y entonces dijo Jesús:
«Cuando levantéis en alto al Hijo del hombre, sabréis que “Yo soy”, y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el Padre me ha enseñado. El que me envió está conmigo, no me ha dejado solo; porque yo hago siempre lo que le agrada».
Cuando les exponía esto, muchos creyeron en él.

Palabra del Señor

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Comentario al Evangelio de hoy martes, 31 de marzo de 2020
CR


Queridos amigos y amigas:

A Jesús lo acusaron de muchas cosas: de comilón, de borracho, de amigo de publicanos y prostitutas, quizá de eunuco, de transgresor de la ley. Hoy aparece un “título” nuevo, muy desconcertante: se sospecha que tiene inclinaciones al suicidio. Los comentarios no dejan lugar a dudas: ¿Será que va a suicidarse, y por eso dice “donde yo voy no podéis venir vosotros”? Esta acusación, como todas las anteriores, no refleja la verdad de Jesús, pero insinúa uno de sus flancos. Jesús no es un suicida, en el sentido que esta palabra tiene ordinariamente, pero sí es alguien que entrega su vida para manifestar el amor del Padre al mundo.

Este mensaje no se entiende. Choca con la manera humana de conducirnos. Por eso Jesús experimenta una frustración: ¿Para qué seguir hablándoos? Podría decir y condenar muchas cosas en vosotros, pero el que me envió es veraz y yo comunico al mundo lo que he aprendido de él.

¿Cuándo comprenderemos lo que Jesús significa para nosotros? ¿Cuándo creeremos en el sentido de su entrega hasta la muerte? Para la teología que subyace al cuarto evangelio no hay ninguna duda: Cuando levantéis al Hijo del Hombre sabréis que yo soy. Este levantamiento se refiere a la cruz, pero a una cruz que es, al mismo tiempo, el trono de la manifestación plena del misterio de Cristo (sabréis que Yo Soy), una cruz, por tanto, que es también fuente de salud. Por eso, la liturgia de este día pone en relación el texto del evangelio de Juan con el del libro de los Números, que parece estar en el trasfondo: Moisés hizo una serpiente de bronce y la colocó en un estandarte; cuando una serpiente mordía a uno, miraba la serpiente de bronce y quedaba curado.

Por tanto, Jesús no es un depresivo abocado al suicidio sino el Hijo que se entrega, que deja que lo cuelguen para manifestar un amor total.

CORONAVIRUS: CADA VEZ MÁS FIELES SE SUMAN A ESTA INICIATIVA PARA EL DOMINGO DE RAMOS


Coronavirus: Cada vez más fieles se suman a esta iniciativa para el Domingo de Ramos
POR HARUMI SUZUKI | ACI Prensa





Una iniciativa para vivir el Domingo de Ramos dentro de la cuarentena por el coronavirus recorre las redes sociales en los últimos días, dado que cada vez más gobiernos han decretado el aislamiento social para detener los contagios por el COVID-19, una medida que ha afectado también a las celebraciones litúrgicas. 

Esta iniciativa invita a los fieles a poner una rama, hecha en casa, en la ventana o en la puerta de las viviendas por el Domingo de Ramos, como una manera de vivir la Semana Santa respetando la cuarentena decretada por el coronavirus COVID-19.

El mensaje pide, con ligeras variaciones dependiendo de cada país, que se use una rama bonita, que se pueda conseguir en la situación actual, y se coloque durante la tarde del sábado 4 de abril en la puerta o ventana, “para que el Domingo de Ramos, todas las casas amanezcan con una rama”.

“Esto serviría, a pesar del aislamiento social, para mantenerse conectado en las ceremonias de Semana Santa. Aclamando a Jesús, aunque sea en silencio”, indica el mensaje.

Aunque algunas personas atribuyen esta iniciativa al Papa Francisco, realmente se desconoce el origen de este pedido que sigue rotando por las redes sociales. 

El P. Fernando Urbina, sacerdote de la Capilla Nuestra Señora de Fátima, ubicada en el centro comercial Mall del Sur en Lima (Perú), indicó a ACI Prensa que esta iniciativa nos ayuda a tener la actitud para recibir la Semana Santa, ahora que no podemos salir de las casas.

“Ahora debe haber más gestos que nos conecte” a la Semana Santa, señaló. “No podemos desplazarnos así nomás, entonces, el gesto es la puerta, es la actitud que tiene el pueblo de Dios de acogida a la bendición del Señor”, agregó.

Además, el sacerdote indicó que dentro de su comunidad ya se ha planteado esta idea, por lo que en Domingo de Ramos pasará a bendecir todas las casas cercanas a la capilla que tengan en sus puertas o ventanas un ramo.

“Estamos celebrando pues la entrada triunfal de Jesús, y ver pasar al sacerdote con el agua bendita, también significa eso”, concluyó.

PAPA FRANCISCO: EN LA CRUZ, JESÚS "SE HIZO PECADO POR NOSOTROS"


Papa Francisco: En la Cruz, Jesús “se hizo pecado por nosotros”
Redacción ACI Prensa
Foto: Vatican Media




Jesús, en la Cruz, “se hizo pecado por nosotros. No pecó: se hizo pecado”. Así lo señaló el Papa Francisco durante la Misa celebrada este martes 31 de marzo en Casa Santa Marta.

El Pontífice, en su homilía, estableció un paralelismo entre la Cruz de Cristo y la serpiente de bronce que Dios mandó a Moisés fabricar y levantar sobre un mástil para que aquellos que habían sido mordidos por las serpientes durante la huida del pueblo de Israel por el desierto, se curaran.

El Papa explicó que la serpiente es un símbolo del diablo: “precisamente, es el animal que emplea el diablo para inducir al pecado”.

El pueblo de Israel, cansado de vagar por el desierto en busca de la tierra prometida, se alzó contra Moisés: “¿Por qué nos habéis subido de Egipto para morir en el desierto? Pues no tenemos ni pan ni agua, y estamos cansados de ese manjar miserable”. Una vez, más, el pueblo siente nostalgia de la esclavitud en Egipto.

Ante esa actitud de los israelitas, Dios se enfadó y “mandó contra el pueblo serpientes abrasadoras y a quienes mordían, morían”.

El Papa subrayo que la serpiente es siempre la imagen del mal, y de esa manera, “el pueblo vio en la serpiente el pecado, aquello que ha hecho mal”. Entonces, “acude a Moisés y dice: ‘Hemos pecado porque hemos hablado contra el Señor y contra ti. Suplica al Señor que aleje de nosotros a estas serpientes”.

A continuación, Moisés rezó a Dios y Dios le dijo a Moisés que alzara una serpiente de bronce para que todos los heridos, al mirarla, se curaran.


El Papa Francisco planteó la cuestión de que, tal vez alguno, pueda pensar que en esta historia hay idolatría: “está la serpiente, un ídolo que me da salud… No se entiende”.

“Es lógico que no se entienda, porque se trata de una profecía, es el anuncia de lo que sucederá. Porque hemos escuchado también como profecía cercana, en el Evangelio: “Cuando hayáis alzado al Hijo del hombre, entonces sabréis que Yo Soy, y que no hago nada por mi propia cuenta”.

Francisco insistió en el paralelismo: “Jesús alzado sobre la Cruz. Moisés hace una serpiente y la alza. Jesús será alzado, como la serpiente, para dar salvación”.

Sin embargo, el nudo de la profecía es, precisamente, que “Jesús se hizo pecado por nosotros. No pecó: se hizo pecado”.

“Y cuando miramos el crucifijo pensamos en el Señor que sufre: todo eso es cierto. Pero nos detenemos antes de llegar al centro de esa verdad: en este momento, tú pareces el más grande pecador, te has hecho pecado. Ha tomado sobre si nuestros pecados, se ha aniquilado hasta ahora”.

“La Cruz, es cierto, es un suplicio, está la venganza de los doctores de la Ley, de aquellos que no querían a Jesús: todo eso es cierto. Pero la verdad que viene de Dios es que Él vino al mundo para asumir nuestros pecados sobre él mismo hasta el punto de hacerse pecado. Todo pecado. Nuestros pecados están ahí”.

El Papa finalizó su homilía invitando a “habituarnos a mirar el crucifijo bajo esta luz, que es la más verdadera, es la luz de la redención”.

Evangelio comentado por el Papa Francisco:

Juan 8:21-30

21 Jesús les dijo otra vez: «Yo me voy y vosotros me buscaréis, y moriréis en vuestro pecado. Adonde yo voy, vosotros no podéis ir.»

22 Los judíos se decían: «¿Es que se va a suicidar, pues dice: "Adonde yo voy, vosotros no podéis ir?»

23 El les decía: «Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba. Vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo.

24 Ya os he dicho que moriréis en vuestros pecados, porque si no creéis que Yo Soy, moriréis en vuestros pecados.»

25 Entonces le decían: «¿Quién eres tú?» Jesús les respondió: «Desde el principio, lo que os estoy diciendo.

26 Mucho podría hablar de vosotros y juzgar pero el que me ha enviado es veraz, y lo que le he oído a él es lo que hablo al mundo.»

27 No comprendieron que les hablaba del Padre.

28 Les dijo, pues, Jesús: «Cuando hayáis levantado al Hijo del hombre, entonces sabréis que Yo Soy, y que no hago nada por mi propia cuenta; sino que, lo que el Padre me ha enseñado, eso es lo que hablo.

29 Y el que me ha enviado está conmigo: no me ha dejado solo, porque yo hago siempre lo que le agrada a él.»

30 Al hablar así, muchos creyeron en él.