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TRAMPAS DEL DEMONIO


Trampas del demonio




El demonio "hace todo lo posible por separar al hombre de la oración", dice el Catecismo de la Iglesia Católica (2725). Los trucos que emplea para ello son muy comunes -no distinguen entre laicos o religiosos, expertos o novatos- y simples. Pero si son comunes y simples es precisamente porque son eficaces para lograr su objetivo.

La oración cotidiana suele figurar entre las nuevas resoluciones de cada año. El tentador no dejará de tendernos trampas  para desanimarnos. Recordemos algunas.

Trampa número 1. La oración es inútil
Efectivamente, la oración no sirve para nada, si nos atenemos a los criterios habituales de eficacia. Desde un punto de vista humano, rezar es perder el tiempo. Además, está la gran cuestión que plantean los monjes y monjas al mundo que les rodea: ¿Para qué sirven esos hombres y esas mujeres cuya vida se consume en la oración? Esas vidas entregadas parecen, a los ojos de muchos, como vidas desperdiciadas.

Nosotros cometemos exactamente el mismo error cuando renunciamos a rezar con el pretexto de que tenemos demasiado trabajo: nos situamos en una lógica de la productividad, en vez de situarnos en una lógica del amor. Si estamos un poco atentos, veremos que, en nuestra vida lo que es más inútil es también lo más precioso: hacerle mimos a un niño, por ejemplo, abrazar a tu cónyuge o contemplar un paisaje hermoso. Del mismo modo, la oración es radicalmente inútil y fundamentalmente indispensable.

Trampa número 2. No sabes rezar
El tentador multiplica los argumentos para demostrar con argumentos apabullantes que la oración es algo demasiado difícil para mí, que es cosa de especialistas, que debería formarme antes de empezar a rezar, etc. Una vez más, es cierto: yo no sé rezar.

Mi oración está llena de distracciones, de infidelidades, de búsqueda sutil de mí mismo y de mil otras imperfecciones. ¿Y qué? Cuando un padre toma en brazos a su bebé y él empieza a balbucear y a sonreír, ¿acaso el padre suelta a su hijo y le dice: “Te dirigirás a mí solo cuando sepas hablar”? ¡Por supuesto que no! Al contrario, lo contempla enternecido y maravillado esos torpes balbuceos. Lo que es verdad para los padres en la tierra, lo es también para Dios.

Trampa número 3. Ya rezarás cuando tengas tiempo
Una cosa es segura: si espero a tener tiempo para rezar, no rezaré, porque siempre tendré mil otras tareas más urgentes que cumplir. Si tengo la intención de rezar hoy, pero no fijo un momento concreto para ello, corro un gran riesgo de llegar a la noche sin haber encontrado ni un minuto disponible.

Quien reza de forma regular no es quien dispone de mucho tiempo libre, sino quien decide consagrar un tiempo a la oración. Es una cuestión de elección. ¿Cuáles son mis prioridades? ¿Quiero situar la oración en el centro de mi vida, o la considero como un lujo opcional? Si es algo primordial, ocupará un buen lugar en mi gestión del tiempo.

Trampa número 4. Tu trabajo es tu oración
Dicho de otra manera: si trabajas con toda tu alma, ofreciendo tu trabajo al Señor, eso te dispensa de rezar. Es cierto que la oración no es la única forma de mantenerse en presencia de Dios, de estar cercano a Él y de servirle. ¡Afortunadamente! Porque si no, eso querría decir que no podríamos pasar más que una pequeña parte de nuestras jornadas con Dios.

¿Cuándo estoy cercano a Dios, “conectado” a Él? Cuando hago su voluntad, allí donde Él quiera, cuando y como Él quiera. Si eso es a la hora de preparar la comida, de animar una reunión de trabajo o de llevar las cuentas de mi empresa, realizando ese trabajo es como estoy más cercano a Él.

Soy llamado a hacerlo todo en presencia de Dios y por amor a Él. Pero “no se puede orar «en todo tiempo» si no se ora, con particular dedicación, en algunos momentos” (Catecismo de la Iglesia católica, 2697). Podría rezar trabajando si, todos los días, rezase también sin trabajar.
* * *
Estas cuatro trampas son universales. Todos los que rezan se tropiezan con ellas, de una forma u otra. Contrariamente a lo que piensa mucha gente, la oración no es más fácil para una carmelita que para una madre de familia. Porque la oración es siempre un combate “contra las astucias del tentador que hace todo lo posible por separar al hombre de la oración” (2725).

Confiemos pues nuestras buenas resoluciones a María, “la orante perfecta” (2679), cada mañana, para que no se acabe el día sin que hayamos dedicado un tiempo a rezar.



* Christine Ponsard

¿QUÉ CAMINO TOMAR?


¡Qué camino tomar?



Jesús es la “gran noticia” que necesita el hombre de hoy. Es la única respuesta a tus más íntimas aspiraciones. ´Él es el Camino, la Verdad y la Vida. La ciencia y la tecnología mejoran el diario vivir, pero no alivian el corazón que sufre ni liberan de la angustia de la muerte: nada reemplaza la presencia de Dios en ti y el amor de Jesús iluminando tu camino.

Supongamos que estamos en una ciudad extraña y pedimos indicaciones para llegar a determinado lugar. La persona abordada nos responde: “Tome la primera calle a la derecha y la segunda a la izquierda. Cruce la plaza, pase por delante de la iglesia y doble en la tercera cuadra a la derecha. El camino que Ud. busca es el cuarto a la izquierda”. Con esas indicaciones, lo más probable es que nos perdamos a la segunda cuadra. Supongamos en cambio, que otra persona con mucha amabilidad nos dice: “Venga. Yo lo llevaré hasta allí”. En ese caso la persona que nos lleva es el camino y no nos podemos perder (W. Barclay).

Esto es precisamente lo que hace Jesús por nosotros. No se limita a darnos consejos e indicaciones. Nos toma de la mano y nos guía, camina con nosotros, nos fortalece, nos conduce y dirige todos los días de nuestra vida. No habla sobre el camino. Es el camino. Aprovecha y agradece esta delicada condescendencia del Señor.



* Enviado por el P. Natalio

TUS PREGUNTAS SOBRE LA CUARESMA


Tus preguntas sobre la Cuaresma
Si se vive bien la Cuaresma, deberá lograrse una auténtica y profunda conversión personal


Por: n/a | Fuente: DiocesisDeCanarias.es




¿QUÉ ES LA CUARESMA?
Llamamos Cuaresma al período de cuarenta días (quadragesima) reservado a la preparación de la Pascua, y señalado por la última preparación de los catecúmenos que deberían recibir en ella el bautismo.


¿DESDE CUÁNDO SE VIVE LA CUARESMA?
Desde el siglo IV se manifiesta la tendencia a constituirla en tiempo de penitencia y de renovación para toda la Iglesia, con la práctica del ayuno y de la abstinencia. Conservada con bastante vigor, al menos en un principio, en las iglesias de oriente, la práctica penitencial de la Cuaresma ha sido cada vez más aligerada en occidente, pero debe observarse un espíritu penitencial y de conversión.


¿POR QUÉ LA CUARESMA EN LA IGLESIA CATÓLICA?
“La Iglesia se une todos los años, durante los cuarenta días de la Gran Cuaresma, al Misterio de Jesús en el desierto” (n. 540).


¿CUÁL ES, POR TANTO, EL ESPÍRITU DE LA CUARESMA?
Debe ser como un retiro colectivo de cuarenta días, durante los cuales la Iglesia, proponiendo a sus fieles el ejemplo de Cristo en su retiro al desierto, se prepara para la celebración de las solemnidades pascuales, con la purificación del corazón, una práctica perfecta de la vida cristiana y una actitud penitencial.


¿QUÉ ES LA PENITENCIA?
La penitencia, traducción latina de la palabra griega metanoia que en la Biblia significa la conversión (literalmente el cambio de espíritu) del pecador, designa todo un conjunto de actos interiores y exteriores dirigidos a la reparación del pecado cometido, y el estado de cosas que resulta de ello para el pecador.
Literalmente cambio de vida, se dice del acto del pecador que vuelve a Dios después de haber estado alejado de Él, o del incrédulo que alcanza la fe.



¿QUÉ MANIFESTACIONES TIENE LA PENITENCIA?
“La penitencia interior del cristiano puede tener expresiones muy variadas. La Escritura y los Padres insisten sobre todo en tres formas: el AYUNO, la oración, la limosna, que expresan la conversión con relación a sí mismo, con relación a Dios y con relación a los demás. Junto a la purificación radical operada por el Bautismo o por el martirio, citan, como medio de obtener el perdón de los pecados, los esfuerzos realizados para reconciliarse con el prójimo, las lágrimas de penitencia, la preocupación por la salvación del prójimo, la intercesión de los santos y la práctica de la caridad "que cubre multitud de pecados" (1 Pedro, 4,8.).” (Catecismo Iglesia Católica, n. 1434).


¿ESTAMOS OBLIGADOS A HACER PENITENCIA?
“Todos los fieles, cada uno a su modo, están obligados por la ley divina a hacer penitencia; sin embargo, para que todos se unan en alguna práctica común de penitencia, se han fijado unos días penitenciales en los que se dediquen los fieles de manera especial a la oración, realicen obras de piedad y de caridad y se nieguen a sí mismos, cumpliendo con mayor fidelidad sus propias obligaciones y, sobre todo, observando el ayuno y la abstinencia.” (Código de Derecho Canónico, cánon 1249).



¿CUÁLES SON LOS DÍAS Y TIEMPOS PENITENCIALES?
“En la Iglesia universal, son días y tiempos penitenciales todos los viernes del año y el tiempo de cuaresma.” (Código de Derecho Canónico, cánon 1250).


¿QUÉ DEBE HACERSE TODOS LOS VIERNES DEL AÑO?
En recuerdo del día en que murió Jesucristo en la Santa Cruz, “todos los viernes, a no ser que coincidan con una solemnidad, debe guardarse la abstinencia de carne, o de otro alimento que haya determinado la Conferencia Episcopal; ayuno y abstinencia se guardarán el miércoles de Ceniza y el Viernes Santo.” (Código de Derecho Canónico, cánon 1251).


¿CUÁNDO ES CUARESMA?
La Cuaresma comienza el Miércoles de ceniza y concluye inmediatamente antes de la Misa Vespertina in Coena Domini. (jueves santo). Todo este período forma una unidad, pudiéndose distinguir los siguientes elementos:
1) El Miércoles de ceniza,
2) Los domingos, agrupados en el binomio, I-II; III, IV y V; y el Domingo de Ramos de la Pasión del Señor,
3) La Misa Crismal y
4) Las ferias.


¿QUÉ ES EL MIÉRCOLES DE CENIZA?
Es el principio de la Cuaresma; un día especialmente penitencial, en el que manifestamos nuestro deseo personal de CONVERSIÓN a Dios.
Al acercarnos a los templos a que nos impongan la ceniza, expresamos con humildad y sinceridad de corazón, que deseamos convertirnos y creer de verdad en el Evangelio.


¿CUÁNDO TIENE ORIGEN LA PRÁCTICA DE LA CENIZA?
El origen de la imposición de la ceniza pertenece a la estructura de la penitencia canónica. Empieza a ser obligatorio para toda la comunidad cristiana a partir del siglo X. El liturgia actual, conserva los elementos tradicionales: imposición de la ceniza y ayuno riguroso.


¿CUÁNDO SE BENDICE E IMPONE LA CENIZA?
La bendición e imposición de la ceniza tiene lugar dentro de la Misa, después de la homilía; aunque en circunstancias especiales, se puede hacer dentro de una celebración de la Palabra. Las fórmulas de imposición de la ceniza se inspiran en la Escritura: Gn, 3, 19 y Mc 1, 15.



¿DE DÓNDE PROVIENE LA CENIZA?
La ceniza procede de los ramos bendecidos el Domingo de la Pasión del Señor, del año anterior, siguiendo una costumbre que se remonta al siglo XII. La fórmula de bendición hace relación a la condición pecadora de quienes la recibirán.


¿CUÁL ES EL SIMBOLISMO DE LA CENIZA?
El simbolismo de la ceniza es el siguiente:
a) Condición débil y caduca del hombre, que camina hacia la muerte;
b) Situación pecadora del hombre;
c) Oración y súplica ardiente para que el Señor acuda en su ayuda;
d) Resurrección, ya que el hombre está destinado a participar en el triunfo de Cristo;


¿A QUÉ NOS INVITA LA IGLESIA EN LA CUARESMA?
La Iglesia persiste en invitarnos a hacer de este tiempo como un retiro espiritual en el que el esfuerzo de meditación y de oración debe estar sostenido por un esfuerzo de mortificación personal cuya medida, a partir de este mínimo, es dejada a la libertad generosidad de cada uno.


¿QUÉ DEBE SEGUIRSE DE VIVIR LA CUARESMA?
Si se vive bien la Cuaresma, deberá lograrse una auténtica y profunda CONVERSIÓN personal, preparándonos, de este modo, para la fiesta más grande del año: el Domingo de la Resurrección del Señor.


¿QUÉ ES LA CONVERSIÓN?
Convertirse es reconciliarse con Dios, apartarse del mal, para establecer la amistad con el Creador.

Supone e incluye dejar el arrepentimiento y la Confesión (ver el impreso Guía de la Confesión) de todos y cada uno de nuestros pecados.

Una vez en gracia (sin conciencia de pecado mortal), hemos de proponernos cambiar desde dentro (en actitudes) todo aquello que no agrada a Dios.


¿POR QUÉ SE DICE QUE LA CUARESMA ES UN “TIEMPO FUERTE” Y UN “TIEMPO PENITENCIAL?
“Los tiempos y los días de penitencia a lo largo del año litúrgico (el tiempo de CUARESMA, cada viernes en memoria de la muerte del Señor) son momentos fuertes de la práctica penitencial de la Iglesia. Estos tiempos son particularmente apropiados para los ejercicios espirituales, las liturgias penitenciales, las peregrinaciones como signo de penitencia, las privaciones voluntarias como el ayuno y la limosna, la comunicación cristiana de bienes (obras caritativas y misioneras).” (Catecismo Iglesia Católica, n. 1438)


¿CÓMO CONCRETAR MI DESEO DE CONVERSIÓN?
De diversas maneras, pero siempre realizando obras de conversión, como son, por ejemplo:

1. Acudir al Sacramento de la Reconciliación (Sacramento de la Penitencia o Confesión) y hacer una buena confesión: clara, concisa, concreta y completa.

2. Superar las divisiones, perdonando y crecer en espíritu fraterno.

3. Practicando las Obras de Misericordia.


¿CUÁLES SON LAS OBRAS DE MISERICORDIA?
Las Obras de Misericordia espirituales son:
• Enseñar al que no sabe.
• Dar buen consejo al que lo necesita.
• Corregir al que yerra.
• Perdonar las injurias.
• Consolar al triste.
• Sufrir con paciencia las adversidades y flaquezas del prójimo.
• Rogar a Dios por los vivos y los muertos
• Las Obras de Misericordia corporales son:
• Visitar al enfermo.
• Dar de comer al hambriento.
• Dar de beber al sediento.
• Socorrer al cautivo.
• Vestir al desnudo.
• Dar posada al peregrino.
• Enterrar a los muertos.




¿QUÉ OBLIGACIONES TIENE UN CATÓLICO EN CUARESMA?
Hay que cumplir con el precepto del AYUNO y la ABSTINENCIA, así como con el de la CONFESIÓN y COMUNIÓN anual.


¿EN QUÉ CONSISTE EL AYUNO?
El AYUNO consiste en hacer una sola comida al día, aunque se puede comer algo menos de lo acostumbrado por la mañana y la noche. No se debe comer nada entre los alimentos principales, salvo caso de enfermedad.


¿A QUIÉN OBLIGA EL AYUNO?
Obliga vivir la ley del ayuno, a todos los mayores de edad, hasta que tengan cumplido cincuenta y nueve años. (cfr. CIC, c. 1252).


¿QUÉ ES LA ABSTINENCIA?
Se llama abstinencia a privarse de comer carne (roja o blanca y sus derivados).


¿A QUIÉN OBLIGA LA ABSTINENCIA?
La ley de la abstinencia obliga a los que han cumplido catorce años. (cfr. CIC, c. 1252).


¿PUEDE CAMBIARSE LA PRÁCTICA DEL AYUNO Y LA ABSTINENCIA?
“La Conferencia Episcopal puede determinar con más detalle el modo de observar el ayuno y la abstinencia, así como sustituirlos en todo o en parte por otras formas de penitencia, sobre todo por obras de caridad y prácticas de piedad.” (Código de Derecho Canónico, cánon 1253).



¿QUÉ ES LO QUE IMPORTA DE FONDO DEL AYUNO Y LA ABSTINENCIA?
Debe cuidarse el no vivir el ayuno o la abstinencia como unos mínimos, sino como una manera concreta con la que nuestra Santa Madre Iglesia nos ayuda a crecer en el verdadero espíritu de penitencia.


¿QUÉ ASPECTOS PASTORALES CONVIENE RESALTAR EN LA CUARESMA?
El tiempo de Cuaresma es un tiempo litúrgico fuerte, en el que toda la Iglesia se prepara para la celebración de las fiestas pascuales. La Pascua del Señor, el Bautismo y la invitación a la reconciliación, mediante el Sacramento de la Penitencia, son sus grandes coordenadas.

Se sugiere utilizar como medios de acción pastoral:
1) La catequesis del Misterio Pascual y de los sacramentos;

2) La exposición y celebración abundante de la Palabra de Dios, como lo aconseja vivamente el canon. 767, & 3, 3)

3) La participación, de ser posible diaria, en la liturgia cuaresmal, en las celebraciones penitenciales y, sobre todo, en la recepción del sacramento de la penitencia: “son momentos fuertes en la práctica penitencial de la Iglesia” (CEC, n. 1438), haciendo notar que “junto a las consecuencias sociales del pecado, detesta el mismo pecado en cuanto es ofensa a Dios”; y,

4) El fomento de los ejercicios espirituales, las peregrinaciones, como signo de penitencia, las privaciones voluntarias como el ayuno y la limosna y las obras caritativas y misioneras.

ENTREVISTA AL PAPA FRANCISCO: RECÉ PARA QUE EL SEÑOR DETENGA LA EPIDEMIA DEL CORONAVIRUS


Entrevista al Papa Francisco: Recé para que el Señor detenga la epidemia del coronavirus
Redacción ACI Prensa
 Foto: Vatican Media



El Papa Francisco reveló en una entrevista que rezó para que el Señor detenga la pandemia del coronavirus COVID19 y animó a no desperdiciar estos días a quienes durante este periodo deben permanecer en casa para evitar los contagios.

Así lo indicó el Santo Padre en una entrevista concedida al diario italiano La Repubblica y publicada este 18 de marzo, en la que recordó también la visita que realizó el domingo pasado a la Basílica de Santa María Mayor y a la iglesia de San Marcello para rezar por la pandemia del coronavirus COVID19.

“En estos días difíciles podemos volver a descubrir aquellos pequeños gestos concretos de proximidad hacia las personas más cercanas a nosotros, una caricia a nuestros abuelos, un beso a nuestros hijos, a las personas que amamos. Son gestos importantes, decisivos. Si sabemos vivir así estos días no se desperdiciarán”, afirmó.

A continuación, una síntesis de la entrevista del Papa Francisco a este diario italiano:


Santo Padre, ¿qué pidió cuando fue a rezar a las dos iglesias romanas?

“Le pedí al Señor que detuviera la epidemia: Señor, detenla con tu mano. Recé por esto”. 

¿Cómo podemos vivir estos días para que no se desperdicien?

“Debemos redescubrir lo concreto de las pequeñas cosas, de los pequeños cuidados que hay que tener hacia nuestros allegados, la familia, los amigos. Comprender que en las pequeñas cosas está nuestro tesoro. Hay gestos mínimos, que a veces se pierden en el anonimato de la vida cotidiana, gestos de ternura, de afecto, de compasión que, sin embargo, son decisivos, importantes. Por ejemplo, un plato caliente, una caricia, un abrazo, una llamada telefónica... Son gestos familiares de atención a los detalles de cada día que hacen que la vida tenga sentido y que haya comunión y comunicación entre nosotros”.

¿No solemos vivir así?

“A veces sólo vivimos una comunicación virtual entre nosotros. En cambio, deberíamos descubrir una nueva cercanía. Una relación concreta hecha de cuidados y paciencia. Muy a menudo las familias, en casa, comen juntas en un gran silencio, pero no es para escucharse mejor unos a otros, sino más bien porque los padres ven la televisión mientras comen, y sus hijos están concentrados en sus teléfonos móviles. Parecen unos monjes aislados unos de otros. Así no hay comunicación; en cambio, escucharnos es importante porque entendemos los problemas de cada uno, sus necesidades, esfuerzos, deseos. Hay un lenguaje hecho de gestos concretos que debe ser salvaguardado. En mi opinión, el dolor de estos días debe abrirnos a lo concreto”.

Hay mucha gente que ha perdido a sus seres queridos, mientras muchos otros están luchando al frente para salvar otras vidas. ¿Qué quiere decirles?

“Agradezco a los que se dedican de esta manera a los demás. Son un ejemplo de esta sensibilidad hacia lo concreto. Y pido que todos estén cerca de aquellos que han perdido a sus seres queridos y traten de estar cerca de ellos de todas las maneras posibles. El consuelo debe ser ahora el compromiso de todos”.

¿Cómo puede vivir con esperanza frente a estos días alguien que no cree?

“Todos somos hijos de Dios y estamos bajo su mirada. Incluso aquellos que aún no han encontrado a Dios, aquellos que no tienen el don de la fe, pueden encontrar ahí su camino, en las cosas buenas en las que creen: pueden encontrar la fuerza en el amor a sus hijos, a su familia, a sus hermanos y hermanas. Uno puede decir: ‘No puedo rezar porque no soy creyente’. Pero al mismo tiempo, sin embargo, puede creer en el amor de la gente que le rodea y encontrar allí la esperanza”.

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY MIÉRCOLES 18 DE MARZO DE 2020


Lecturas de hoy Miércoles de la 3ª semana de Cuaresma
Hoy, miércoles, 18 de marzo de 2020


Primera lectura
Lectura del libro del Deuteronomio (4,1.5-9):

MOISÉS habló al pueblo, diciendo:
«Ahora, Israel, escucha los mandatos y decretos que yo os enseño para que, cumpliéndolos, viváis y entréis a tomar posesión de la tierra que el Señor, Dios de vuestros padres, os va a dar.
Mirad: yo os enseño los mandatos y decretos, como me mandó el Señor, mi Dios, para que los cumpláis en la tierra donde vais a entrar para tomar posesión de ella.
Observadlos y cumplidlos, pues esa es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia a los ojos de los pueblos, los cuales, cuando tengan noticia de todos estos mandatos, dirán:
“Ciertamente es un pueblo sabio e inteligente esta gran nación”.
Porque ¿dónde hay una nación tan grande que tenga unos dioses tan cercanos como el Señor, nuestro Dios, siempre que lo invocamos?
Y ¿dónde hay otra nación tan grande que tenga unos mandatos y decretos tan justos como toda esta ley que yo os propongo hoy?
Pero, ten cuidado y guárdate bien de olvidar las cosas que han visto tus ojos y que no se aparten de tu corazón mientras vivas; cuéntaselas a tus hijos y a tus nietos».

Palabra de Dios

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Salmo
Sal 147,12-13.15-16.19-20

R/. Glorifica al Señor, Jerusalén

V/. Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión.
Que ha reforzado los cerrojos de tus puertas,
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti. R/.

V/. Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz;
manda la nieve como lana,
esparce la escarcha como ceniza. R/.

V/. Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos. R/.

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Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,17-19):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud.
En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley.
El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos.
Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos».

Palabra del Señor

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Comentario al Evangelio de hoy miércoles, 18 de marzo de 2020
Severiano Blanco, cmf


Queridos hermanos:

Cuando Israel regresa del exilio babilónico, se encuentra con que su tierra está en buena medida habitada por paganos, como lo estaba cuando sus antepasados llegaron de Egipto. Y las advertencias supuestamente del tiempo del Éxodo sirven igual para la nueva situación: El Deuteronomio exhorta a no contaminarse con la idolatría del nuevo lugar geográfico, a no sucumbir al riesgo de una excesiva acomodación, hoy diríamos “inculturación”, que a veces es un ponerse a la moda o identificarse acríticamente con el nuevo medio sociológico. Esto sucedió frecuentemente en la Europa de los años 50-60: el desplazamiento desde los pueblos a las grandes ciudades industriales, o a otros países con mejores perspectivas económicas; ¡cuántos hasta entonces practicantes dejaron rápidamente de serlo! Pensaron que era preciso “modernizarse”, sin molestarse en distinguir valores y contravalores. Tal vez la religiosidad vivida hasta entonces, que tan rápida y fácilmente se esfumó, era más de barniz que de convicciones profundas. Eso la catequesis actual, tanto de niños como de adultos, debiera tenerlo en cuenta; y cada uno debemos también preguntarnos hasta dónde cala en nosotros lo religioso.

En España, y quizá en algunos otros países, se ha dado posteriormente otra acomodación acrítica, la de la política: “¿cómo voy a seguir yendo a la Iglesia si me he afiliado a tal partido, y hasta me he presentado para concejal?” Es muy oportuna la advertencia bíblica: “cuidado con olvidar los sucesos que vieron tus ojos”.

Jesús desconcertó a muchos de sus contemporáneos (eso explica su final). Algunos le vieron “demasiado de manga ancha” en lo referente al descanso sabático, o en la interpretación de otras prescripciones legales, algunas un tanto ridículas: estaba permitido arrancar espigas en sábado, pero no desgranarlas… Jesús fue crítico con tales minucias, pero no fue un esnobista frívolo: miró hacia el fondo de las cosas, no a la superficie, y subrayó lo que podía responder a la Alianza y lo que no. Sus innovaciones mostraban su búsqueda apasionada de la voluntad del Padre en profundidad. No se inquietó por lo “novedoso” ni por lo “desfasado”, sino por lo auténtico. A algunos superficiales les pareció un ácrata; no percibieron a tiempo que pretendía purificar, además de los miembros físicos, los sentimientos del corazón y enderezar hasta las intenciones que pueden enturbiar una mirada.

Para Jesús ningún detalle era despreciable; no le iba lo de brocha gorda o trazo grueso, sino el pincel fino, el detalle que perfecciona la obra de arte, hasta “el mandamiento más pequeño”, hasta “la última tilde de la ley”. Lo que estaba en juego era el respeto a Dios y la perfección humana, y en esos campos nada da lo mismo.

Vuestro hermano

Severiano Blanco cmf