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martes, 17 de marzo de 2020

SANTUARIO DE LOURDES LANZA GRAN NOVENA DE ORACIÓN ANTE CORONAVIRUS


Santuario de Lourdes lanza gran novena de oración ante coronavirus
Redacción ACI Prensa





Tras el cierre del Santuario de la Virgen de Lourdes en Francia, quienes dirigen este importante lugar para la cristiandad lanzaron una especial novena de oración para hacer frente a la epidemia del coronavirus COVID19.

La novena comienza este martes 17 de marzo y se realizará hasta el próximo domingo 25, día en que la Iglesia celebra la fiesta de la Anunciación y aniversario de la aparición número 16 de la Virgen de Lourdes, cuando le dijo a Santa Bernardita “Yo soy la Inmaculada Concepción”.

“Para participar en esta cadena de oración por el mundo, que toma su origen en la Gruta de Lourdes, basta con asociarse a la oración que se propone en la Gruta durante 9 días a las 14:30 (hora local del rosario en francés) del 17 al 25 de marzo de 2020”, indica el sitio web del Santuario.

Para participar, se puede inscribir con su correo electrónico para recibir un mensaje diario y asistir virtualmente a la novena “ya sea en directo desde la Gruta de Lourdes, o en otro momento que mejor les convenga gracias a los vídeos en replay”.

“También es posible dejar cada día una intención de oración en la Gruta y encender una vela”, agrega.

Mons. Antoine Hérouard, Delegado apostólico para el Santuario de Lourdes, envió un mensaje a los obispos en el que explica que “rezaremos diariamente el rosario en 4 idiomas (francés, inglés, italiano y español)”.

“Le invitamos, si lo desea y puede, a unirse a las retransmisiones de esta oración desde Lourdes o a proponerla usted mismo en su diócesis, especialmente en las diferentes parroquias, iglesias o capillas dedicadas a Nuestra Señora de Lourdes”, agrega.

Para seguir la novena diariamente, puede ingresar AQUÍ.

CORONAVIRUS: CÓMO Y POR QUÉ VER MISAS EN LÍNEA DURANTE LA CUARENTENA


Coronavirus: Cómo y por qué ver Misas en línea durante la cuarentena
Redacción ACI Prensa





Con las Misas públicas suspendidas en varios países debido al brote de coronavirus COVID-19, muchos obispos y párrocos han sugerido a los católicos orar con mayor intensidad y participar de las Misas en línea mientras se hace una comunión espiritual desde casa.

El P. Dan Folwaczny, de la parroquia St. Norbert and Our Lady of the Brook en Northbrook, Illinois (Estados Unidos), dijo el 16 de marzo a CNA –agencia en inglés del Grupo ACI– que ver la Misa en línea o en la televisión es una forma de que los católicos se mantengan conectados con la parroquia y con la Iglesia.

El templo de este sacerdote decidió transmitir la Misa en vivo después de que la Arquidiócesis de Chicago suspendió las Eucaristías públicas. Ahora el P. Folwaczny apoya las iniciativas digitales o remotas para vivir la Misa y realizar la comunión espiritual. 

“Al hacer una comunión espiritual, la persona le pide a Dios, en oración, en esos momentos en que Él sabe que no es posible recibirlo, que al menos pueda llegar a nuestros corazones espiritualmente, venir a nuestras vidas, continuar llenándonos de la gracia que necesitamos para sostenernos”, explicó el P. Folwaczny. 

Durante la mayor parte de la historia de la Iglesia, hasta principios del siglo XX, los católicos no recibían habitualmente la Eucaristía todos los domingos. 

El P. Folwaczny espera que este momento incierto ayude a los católicos a “entrar en una solidaridad más profunda con las personas de todo el mundo” que aún no tienen acceso a las Misas regulares, ya sea por la lejanía de su ubicación, por vivir escasez de sacerdotes o la amenaza de violencia. 

El presbítero recuerda que aún se debe santificar el sábado a pesar de que no haya posibilidad de asistir físicamente a Misa. “Dedique un tiempo el domingo o el sábado por la noche para repasar las lecturas del día, para tratar de orar juntos en familia o de forma particular si se está solo”, señaló.

“La esperanza es que con el acceso a la transmisión en vivo, también sea una forma en que las personas puedan escuchar a sus propios pastores. Y creo que eso es algo que todavía le importa a un feligrés promedio: Que aún pueda sentir una conexión”, comentó.

Si su parroquia no está transmitiendo en vivo la Santa Misa, aquí hay algunos sitios donde se puede ver, en una variedad de zonas horarias, idiomas y ritos:

EWTN Español
EWTN transmite diariamente y la Misa dominical en vivo. Su canal de YouTube contiene videos de casi toda la programación del canal de televisión, incluidas las Misas diarias y dominicales.

Basílica de Guadalupe A.R
El canal de YouTube de la Basílica de Guadalupe transmite Misa diaria, rezo de laudes, rezo del Santo Rosario y catequesis por Cuaresma.

Arzobispado de Lima
El Arzobispado de Lima, en Perú, también anunció que transmitirá Misas diarias de lunes a sábado a las 7:00 p.m. y los domingos a las 9:00 a.m. en sus canales digitales y en coordinación con Pax TV - Página oficial,

Arzobispado Castrense de España
El canal de YouTube del Arzobispado Castrense de España celebra la Misa diaria desde la Capilla de la Unidad Militar de Emergencias (UME), la cual es presidida por el P. Juan Carlos Pinto Suárez, capellán castrense en la Base Aérea de Torrejón de Ardoz.

Magnificat TV - Franciscanos de María
Este es el canal oficial de Magnificat.TV, la televisión en Internet de los Franciscanos de María donde se encontrarán Misas diarias y homilías.

Padre Carlos Yepes
También en el canal de YouTube del P. Carlos Yepes se pueden encontrar reflexiones del Evangelio diarias, el santo del día y Misas diarias.

Televisión Católica Arquidiocesana, TVCa
El canal de televisión católico de la Arquidiócesis de San Salvador también cuenta con un canal de YouTube para acceder a la Misa diaria, homilías y reflexiones del Evangelio del día.

TeleVid
Tele VID es un canal de televisión por suscripción de Colombia que ofrece programación completa gratuita en su canal de YouTube. Podrá encontrar la Misa diaria, el Rosario, Evangelio del día, Lectio Divina, oraciones, conferencias, entre otros. 

ICMtv
ICMtv es el canal web de la Iglesia Católica de Montevideo, Uruguay. Aquí se puede encontrar las transmisión de las Misas dominicales y encontrar otros recursos.

YO SOY TU DIOS


Yo soy tu Dios



Está alerta porque vendrán tentaciones de desanimación y desesperanza. El enemigo entrará en tu imaginación y levantará en el aire castillos de dificultades insuperables. Déjale al Señor el cuidado de todas tus cosas y verás que todo te irá mejor. Abandónate en él y todo se resolverá con tranquilidad según sus designios. La confianza en Dios es la clave.

Yo soy tu Dios, y pienso en ti desde la eternidad. Tu nombre está escrito de tal modo en mi corazón, que jamás podré olvidarte. Dirijo todas las cosas para tu bien. Si ahora no lo comprendes, un día lo verás claramente. Yo soy tu Dios, y te amo: conozco a la perfección todo lo que te aflige e inquieta. Acéptalo con tranquilidad y en paz. Yo estoy siempre contigo, ¿qué más deseas? Si estás triste, corre a refugiarte en mí. Si sientes la alegría del triunfo, vuela junto a mí. Si estás cansado, échate en mis brazos y se multiplicarán tus fuerzas. El mundo pasa, los hombres desaparecen. Sólo te quedará siempre tu Dios.

En los salmos varias veces se declara feliz al hombre que busca refugio en Dios cuando llegan las tribulaciones y angustias de la vida: “Dichoso el hombre que confía en Dios, porque no quedará defraudado”. Los hombres fallan y desilusionan, Dios no. Que él te conceda coraje y gracia para abandonarte en sus brazos paternales.



* Enviado por el P. Natalio

¿REZAR CAMBIA LAS COSAS?


¿REZAR CAMBIA LAS COSAS?



Dicen que rezar cambia las cosas, pero ¿es realmente cierto que cambia algo?

¿Rezar cambia tu situación presente o tus circunstancias? No, no siempre, pero cambia el modo en el que ves esos acontecimientos.

¿Rezar cambia tu futuro económico ? No, no siempre, pero cambia el modo en que buscas atender tus necesidades diarias.

¿Rezar cambia corazones o el cuerpo dolorido? No, no siempre, pero cambia tu energía interior.

¿Rezar cambia tu querer y tus deseos? No, no siempre, pero cambiará tu querer por el querer de Dios.

¿Rezar cambia como el mundo? No, no siempre, pero cambiará los ojos con los que ves el mundo.

¿Rezar cambia tus culpas del pasado? No, no siempre, pero cambiará tu esperanza en el futuro.

¿Rezar cambia a la gente a tu alrededor? No, no siempre, pero te cambiará a ti, pues el problema no está siempre en los otros.

¿Rezar cambia tu vida de un modo que no puedes explicar? Ah, sí, siempre. Y ésto te cambiará totalmente.

Entonces, ¿rezar realmente cambia algo? Sí, realmente lo cambia TODO.

EL PERDÓN


El Perdón
Si enseñamos a los hijos a pedir perdón, también enseñémosles a perdonar


Por: P. Sergio G. Román | Fuente: Semanario Desde la Fe




Nicolás Bravo, héroe del perdón

Don Leonardo Bravo amaba mucho a su patria; por eso, cuando se inició la lucha por la independencia, él, su hermano Miguel y su hijo Nicolás, se enrolaron como soldados, dispuestos a dar su vida. A don Leonardo lo tomaron prisionero y lo trajeron a México donde fue fusilado el 13 de septiembre de 1812.
Mientras tanto, su hijo, don Nicolás, venció a los españoles en la batalla del Palmar y les tomó 300 prisioneros. Ése mismo día recibió la noticia del fusilamiento de su padre. Lleno de dolor, su primera reacción fue ordenar que fusilaran a todos sus prisioneros al amanecer del día siguiente. Humanamente hablando era lo lógico, pero esa noche don Nicolás ganó otra batalla, la más importante de su vida, la batalla contra su deseo de venganza, y ¡perdonó la vida a los 300 prisioneros, además de ordenar su liberación!

Perdón y clemencia

El perdón es no tomar en cuenta la culpa. Clemencia es perdonar también la pena, y todo esto por benevolencia, es decir, por el amor de aquel que perdona.

Cuando alguien me ofende tiene culpa y merece una pena. Si la culpa es grave, la pena la aplica la autoridad designada para ejercer justicia. Si la culpa es leve, la pena suele ser que yo ya no le hable a esa persona, que la borre de la lista de mis amigos y que jamás vuelva a beneficiarla. Pero si procedo a hacerle el mal, entonces hablamos de venganza que suele ser más injusta que la ofensa original.
Lo contrario al amor es el odio y es este sentimiento el que nos lleva a guardar rencores interminables y a planear venganzas que nos hacen más indignos que el que nos ofendió. El odio nace de un exagerado amor a nosotros mismos, es decir, de nuestro egoísmo. Se dice que sufre más el que odia que el odiado y es muy cierto.

¿Por qué perdonar?

El perdón nace de la bondad natural de la persona o del amor natural que se tiene al que cometió la culpa. Los padres perdonan con mucha facilidad las faltas de los hijos porque los quieren.
Cuando se perdona una gran culpa, entonces se habla de que el que perdona tiene magnanimidad. Si además se perdona el castigo merecido por la culpa, entonces es clemente.
Los cristianos perdonamos, además, por nuestros principios evangélicos.
En la solapa de un católico vi un escudito que decía 70X7 y, de pronto, no capté el significado. Le pregunté y me dijo lleno de orgullo por sus conocimientos bíblicos: “Jesús le dijo a Pedro que perdonara setenta veces siete”. (Mt 18, 21)
Los que seguimos a Jesús perdonamos siempre. Perdonamos como el Padre Dios nos perdona (Mt 6, 12).

Perdón y castigo

Si enseñamos a los hijos a pedir perdón, también enseñémosles a perdonar.
El perdón está muy relacionado con la justicia. El hijo flojo puede pedir perdón por no haber aprovechado la escuela. Los papás ciertamente lo perdonan, pero, en justicia, deben corregir al hijo e incluso aplicarle un castigo correctivo que lo enseñe a ser responsable de sus obligaciones. Se perdona la culpa, pero se le pide al hijo que no salga de la casa, que no vaya con los amigos, que no vea televisión, para que recupere el tiempo perdido en sus estudios. No es una venganza, es un castigo justo que el hijo deberá cumplir incluso con alegría porque sus padres lo perdonaron. ¡Cuidado! Si el castigo denigra, es venganza.

Te perdono, pero ni creas que se me olvida

Cuando el que nos ofende es un ser muy querido, causa en nosotros un gran dolor unido a la desilusión natural por la pérdida de la confianza en el ser amado. Se puede perdonar, incluso se desea perdonar, pero ¿cómo restaurar la confianza? Se ha perdido la ilusión y va a ser muy difícil que renazca.
El que ofende y pide perdón debe comprender que pasará mucho tiempo para que se vuelva a la confianza original y que a él le toca hacer méritos para que “se le olvide” la ofensa al ser amado.

Sus hijos aprenderán a perdonar...
Si ustedes, esposos, no permiten que se ponga el sol sobre su enojo.

Si no se aplican esa ley del hielo que mata de frío el amor conyugal.

Si son capaces de reconciliarse con esos parientes que no los quieren.

Si no se hacen del rogar ni piden condiciones cuando sus hijos piden su perdón.

Si ustedes mismos reconocen sus culpas y piden el perdón de los hijos humildemente.

Si oran con sus hijos por las personas que les hacen daño.

Si les piden que se perdonen entre hermanos simplemente porque se quieren.

HOY ES LA FIESTA DE SAN PATRICIO, PATRONO DE IRLANDA, 17 DE MARZO

San Patricio
17 de marzo


"Yo era como una piedra en una profunda mina; 
y aquel que es poderoso vino, y en su misericordia, 
me levantó y me puso sobre una pared."



Su Vida
Nació alrededor del año 387, en Escocia, en Bennhaven Taberniae (pueblecito que hoy no se encuentra en los mapas). Murió en Irlanda alrededor del 461. No se conoce con exactitud los datos cronológicos del Apóstol de Irlanda.

Por lo que el santo dice de si mismo, se supone que era de origen romano-bretón. Su padre Calpurnio era diácono y oficial del ejercito romano; su madre era familia de San Martín de Tours; su abuelo había sido sacerdote ya que en aquellos tiempos no se había impuesto aún la ley del celibato sacerdotal en todo Occidente.

Se afirma que fue alrededor del año 403, a la edad de 16 años, que cayó prisionero de piratas junto con otros jóvenes para ser vendido como esclavo a un pagano del norte de Irlanda llamado Milcho. Lo sirvió cuidando ovejas. Trató de huir varias veces sin éxito.

La Divina Providencia aprovechó este tiempo de esclavitud, de rudo trabajo y sufrimiento, para espiritualizarlo, preparándolo para el futuro, ya que el mismo dijo que hasta entonces "aún no conocía al verdadero Dios", queriendo decir que había vivido indiferente a los consejos y advertencias de la Iglesia.

Se cree que el lugar de su cautiverio fue en las costas de Mayo, al borde del bosque de Fochlad (o Foclut). De ser así, el monte de Crochan Aigli, que fue escenario del famoso ayuno de San Patricio, también fue el lugar donde vivió los tristes años de su juventud.

Lo mas importante es que para entonces, como el lo dice: "oraba de continuo durante las horas del día y fue así como el amor de Dios y el temor ante su grandeza, crecieron mas dentro de mí, al tiempo que se afirmaba mi fe y mi espíritu se conmovía y se inquietaba, de suerte que me sentía impulsado a hacer hasta cien oraciones en el día y, por la noche otras tantas. Con este fin, permanecía solo en los bosques y en las montañas. Y si acaso me quedaba dormido, desde antes de que despuntara el alba me despertaba para orar, en tiempos de neviscas y de heladas, de niebla y de lluvias. Por entonces estaba contento, porque lejos de sentir en mi la tibieza que ahora suele embargarme, el espíritu hervía en mi interior".

Después de seis años en tierra de Irlanda y de haber rezado mucho a Dios para que le iluminara sobre su futuro, una noche soñó que una voz le mandaba salir huyendo y llegar hasta el mar, donde un barco lo iba a recibir. Huyendo, caminó mas de 300 kilómetros para llegar a la costa. Encontró el barco, pero el capitán se negaba rotundamente a transportarlo. Sus reiteradas peticiones para que le dejasen viajar gratis fueron siempre rechazadas, hasta que al fin, después de mucho orar con fervor, el capitán accedió a llevarlo hasta Francia. La travesía fue aventurada y peligrosa. Después de tres días de tormenta en el mar, tocaron tierra en un lugar deshabitado de la costa, caminaron un mes sin encontrar a nadie y hasta las provisiones se agotaron. Patricio narra esa aventura diciendo:

"llegó el día en que el capitán de la nave, angustiado por nuestra situación, me instaba a pedir el auxilio del cielo. '¿Cómo es que nos sucede esto, cristiano? Dijiste que tu Dios era grande y todopoderoso, ¿po rqué entonces no le diriges una plegaria por nosotros, que estamos amenazados de morir por hambre? Tal vez no volvamos a ver a un ser humano…' A aquellas súplicas yo respondí francamente: 'Poned toda vuestra confianza y volved vuestros corazones al Señor mi Dios, para quien nada es imposible, a fin de que en este día os envíe vuestro alimento en abundancia y también para los siguientes del viaje, hasta que estéis satisfechos puesto que El tiene de sobra en todas partes'. Fue entonces cuando vimos cruzar por el camino una piara de cerdos; mis compañeros los persiguieron y mataron a muchos. Ahí nos quedamos dos noches y, cuando todos estuvieron bien satisfechos y hasta los perros que aún sobrevivían, quedaron hartos, reanudamos la caminata. Después de aquella comilona todos mostraban su agradecimiento a Dios y yo me convertí en un ser muy honorable a sus ojos. Desde aquel día tuvimos alimento en abundancia."Finalmente llegaron a lugar habitado y así Patricio quedó a salvo a la edad de veintidós o veintitrés años y volvió a su casa. Con el tiempo, durante las vigilias de Patricio en los campos, se reanudaron las visiones y, a menudo, oía "las voces de los que moran mas allá del bosque Foclut, mas allá del mar del oeste y así gritaban todas al mismo tiempo, como si salieran de una sola boca, estas palabras: 'Clamamos a ti, oh joven lleno de virtudes, para que vengas entre nosotros nuevamente' ". "Eternas gracias deben dársele a Dios, agrega, porque al cabo de algunos años el Señor les concedió aquello por lo que clamaban".

No hay ninguna certeza respecto al orden de los acontecimientos que se produjeron desde entonces.

Los primeros biógrafos del santo dicen que Patricio pasó varios años en Francia antes de realizar su trabajo de evangelización en Irlanda. Existen pruebas firmes de que pasó unos tres años en la isla de Lérins, frente a Canes, y después se radicó en Auxerre durante quince años mas. También hay sólidas evidencias de que tenía buenas relaciones personales con el obispo San Germán de Auxerre. Durante este tiempo le ordenaron sacerdote.

Algunos historiadores sostienen, que en esa época hizo un viaje a Roma y que, el Papa Celestino I fue quien le envió a Irlanda con una misión especial, ya que su primer enviado Paladio nunca logró cumplir porque a los doce meses de haber partido murió en el norte de Britania. Para realizar esa misión encomendada por el Pontífice, San Germán de Auxerre consagró obispo a Patricio.

Puesto que dependemos de datos confusos, legendarios y muchas veces contradictorios, de sus primeros biógrafos, es materialmente imposible obtener detalles del heroico trabajo en las tierras donde había estado cautivo. La tradición afirma que trabajó en el norte, en la región de Slemish, que dicen fue la misma donde Patricio cuidaba el ganado y oraba a Dios cuando era un joven esclavo. Una anécdota que antiguamente la tenían por auténtica en Irlanda relata que cuando el amo se enteró del regreso de Patricio convertido en venerado predicador, se puso tan furioso que prendió fuego a su propia casa, pereciendo en medio de las llamas.

Se afirma que, a su arribo a tierras irlandesas, San Patricio permaneció una temporada en Ulster, donde fundó el monasterio de Saúl y que con la energía que lo caracterizaba se propuso la tarea de conquistar el favor del "Gran Rey" Laoghaire, que vivía con su corte en Tara, de la región de Meath.

Utilizaba un lenguaje sencillo al evangelizar. Por ejemplo, para explicarles acerca de la Santísima Trinidad, les presentaba la hoja del trébol, diciéndoles que así como esas tres hojitas forman una sola verdadera hoja, así las tres personas divinas, Padre, Hijo y Espíritu Santo, forman un solo Dios verdadero. Todos lo escuchaban con gusto, porque el pueblo lo que deseaba era entender.

San Patricio y sus enemigos
Sus acérrimos opositores fueron los druidas, representantes de los dioses paganos. También sufrió mucho a manos de los herejes pelagianos, que para arruinar su obra recurrieron inclusive a la calumnia. Para defenderse, Patricio escribió su Confessio. Por fortuna poseemos una colección bastante nutrida de esos escritos, que nos muestra algo de el mismo, como sentía y actuaba.

Circulaba entre los paganos un extraño vaticinio, una profecía, respecto al santo, que Muirchu, su historiador nos transmite textualmente así: "Cabeza de azuela (referencia a la forma aplanada de la cabeza tonsurada) vendrá con sus seguidores de cabezas chatas, y su casa (casulla o casuela, es decir casa pequeña) tendrá un agujero para que saque su cabeza. Desde su mesa clamará contra la impiedad hacia el oriente de su casa. Y todos sus familiares responderán, Amén, Amén". Los augurios agregaban esto todavía: "Por lo tanto, cuando sucedan todas estas cosas, nuestro reino, que es un reinado de idolatría, se derrumbará".

En la evangelización, San Patricio puso mucha atención en la conversión de los jefes, aunque parece ser que el mismo rey Laoghaire no se convirtió al cristianismo, pero si, varios miembros de su familia.

Consiguió el amparo de muchos jefes poderosos, en medio de muchas dificultades y constantes peligros, incluso el riesgo de perder la vida (mas de cinco veces) en su trato con aquellos bárbaros. Pero se notaba que había una intervención milagrosa de Dios que lo libraba de la muerte todas las veces que los enemigos de la religión trataban de matarlo. En un incidente que ocurrió en misión, su cochero Odhran, quizás por algún presentimiento, insistió en reemplazar al santo en el manejo de los caballos que tiraban del coche, por consiguiente fue Odhram quien recibió el golpe mortal de una lanza que estaba destinada a quitarle la vida a San Patricio.

No obstante los contratiempos, el trabajo de la evangelización de Irlanda, siguió firme. En varios sitios de Irlanda, construyó abadías, que después llegaron a ser famosas y alrededor de ellas nacieron las futuras ciudades. En Leitrim, al norte de Tara, derribó al ídolo de Crom Cruach y fue uno de los lugares donde edificó una de las iglesias cristianas. En la región de Connaught, realizó cosas notables. En la población de Tirechan se conservó para la posteridad la historia de la conversión de Ethne y Fedelm, hijas del rey Laoghaire. También existen las narraciones de las heroicas predicaciones de San Patricio en Ulster, en Leinster y en Munster.

Por su santidad, manifiesta en su carácter su lenguaje sencillo al evangelizar y por el don de hacer milagros, San Patricio logró muchas victorias sobre sus oponentes paganos y hechiceros. Ese triunfo le sirvió para que los pobladores de Irlanda se abrieran a la predicación del cristianismo. De hecho hacen referencias en los textos del Senchus Mor (el antiguo código de las leyes irlandesas) a cierto acuerdo concertado en Tara entre los paganos y el santo y su discípulo San Benigno (Benen). Dicen esos libros que "Patricio convocó a los hombres del Erin para que se reunieran todos en un sitio a fin de conferenciar con él. Cuando estuvieron reunidos, se les predicó el Evangelio de Cristo para que todos lo escucharan. Y sucedió que, en cuanto los hombres del Erin escucharon el Evangelio y conocieron como este daba frutos en el gran poder de Patricio demostrado desde su arribo y al ver al rey Laoghaire y a sus druidas asombrados por las grandes maravillas y los milagros que obraba, todos se inclinaron para mostrar su obediencia a la voluntad de Dios y a Patricio".

Hay muchas fantasías sobre las confrontaciones de San Patricio con los magos druidas pero también hay relatos que tienen un trasfondo sin duda histórico. Dicen que un Sábado Santo, cuando nuestro santo encendió el fuego pascual, se lanzaron con toda su furia a apagarlo, pero por más que trataron no lo lograron. Entonces uno de ellos exclamó: "El fuego de la religión que Patricio ha encendido, se extenderá por toda la isla". Y se alejaron. La frase del mago se ha cumplido; la religión católica se extendió de tal manera por toda Irlanda, que hoy sigue siendo un país católico, iluminado por la luz de la religión de Cristo, y que a su vez a dado muchos misioneros a la Iglesia.

El Sínodo
Hay muchas y buenas razones para creer que San Patricio convocó a un sínodo, seguramente en Armagh, no se mencionó el sitio. Muchos de los decretos emitidos en aquella asamblea, han llegado hasta nosotros tal como fueron redactados, aunque no cabe dudas que a varios de ellos se le hicieron añadiduras y enmiendas. En esa época San Patricio era ya un anciano con la salud quebrantada por el desgaste físico de sus austeridades y de sus treinta años de viajes de evangelización. Probablemente el sínodo haya tenido lugar cuando los días del santo ya estaban contados

Vida de Santidad
Solo llegaremos a comprender el hondo sentimiento humano que tenía el santo y el profundo amor a Dios que lo animaba, si estudiamos detenidamente sus escritos contenidos en las "Confesiones", la Lorica y la carta a Coroticus de San Patricio. Conoceremos el secreto de la extraordinaria impresión que causaba a los que lo conocían personalmente. Patricio era un hombre muy sencillo, con un gran espíritu de humildad. Decía que su trabajo misionero era la simple actuación de un mandamiento divino y que su aversión contra los pelagianos se debía al absoluto valor teológico que él atribuía a la gracia. Era profundamente afectuoso, por lo que vemos en sus escritos referirse tantas veces al inmenso dolor que le produjo separarse de su familia de sangre y de su casa, a la que le unía un gran cariño. Era muy sensible, le hacía sufrir mucho que digan que trabajaba en la misión que había emprendido para buscar provecho propio, por eso insistía tanto en el desinterés que lo animaban a seguir trabajando.

De sus Confesiones: "Incontables dones me fueron concedidos con el llanto y con las lágrimas. Contrarié a mis gentes y también, contra mi voluntad, a no pocos de mis mayores; pero como Dios era mi guía, yo no consentí en ceder ante ellos de ninguna manera. No fue por mérito propio, sino porque Dios me había conquistado y reinaba en mí. Fue El quien se resistió a los ruegos de los que me amaban, de suerte que me aparté de ellos para morar entre los paganos de Irlanda, a fin de predicarles el Evangelio y soportar una cantidad grande de insultos por parte de los incrédulos, que me hacían continuos reproches y que aun desataban persecuciones contra mí, en tanto que yo sacrificaba mi libertad en su provecho. Pero si acaso se me considera digno, estoy pronto a dar hasta mi vida en nombre de Dios, sin vacilaciones y con gozo. Es mi vida la que me propongo pasar aquí hasta que se extinga, si el Señor me concede esa gracia".

La santidad da frutos
El buen éxito de la misión de San Patricio se debe ante todo a su fe por la que se disponía a cualquier sacrificio y a la inteligente organización que supo crear en esa isla, carente de ciudades y dividida en muchas tribus o clanes, dirigidos por un jefe independiente cada una. El supo adaptarse a las condiciones sociales del lugar, formando un clero local, consagró obispos y sacerdotes y fundo monasterios y pequeñas comunidades cristianas dentro del mismo clan, sin rechazar usos ni costumbres tradicionales. Tuvo la feliz idea de que el obispo de cada región fuera al mismo tiempo el Abad o superior del monasterio más importante del lugar, así cada obispo era un fervoroso religioso y tenía la ayuda de sus monjes para enseñar la religión al pueblo. Las vocaciones que consiguió para el sacerdocio y la vida religiosa fueron muchísimas.

La obra de evangelización pudo progresar rápidamente gracias también a que San Patricio atrajo muchos discípulos fieles, como Benigno quién estaba destinado a sucederle. Siempre fue muy fiel a la Iglesia y, a pesar de la distancia, el santo se mantenía en contacto con Roma. En el año 444 se fundó la iglesia catedral de Armagh (hoy Armoc), la sede principal de Irlanda, dato que está asentado en los "Anales de Ulster". Es probable que no haya pasado mucho tiempo antes que Armagh se convirtiera en un gran centro de educación y administración.

San Patricio, en el transcurso de 30 años de apostolado, convirtió al cristianismo a "toda Irlanda". El propio santo alude, mas de una vez, a las "multitudes", a los "muchos miles" que bautizó y confirmó. "Ahí", dice San Patricio, "donde jamás se había tenido conocimiento de Dios; allá, en Irlanda, donde se adoraba a los ídolos y se cometían toda suerte de abominaciones, ¿cómo ha sido posible formar un pueblo del Señor, donde las gentes puedan llamarse hijos de Dios? Ahí se ha visto que hijos e hijas de los reyezuelos escoceses, se transformen en monjes y en vírgenes de Cristo". Sin embargo, como es lógico pensar, el paganismo y el vicio no habían desaparecido por completo. En las "Confesiones", que fueron escritas hacia el fin de su vida, dice el santo: "A diario estoy a la espera de una muerte violenta, de ser robado, de que me secuestren para servir como esclavo, o de cualquier otra calamidad semejante". Pero más adelante agrega: "Me he puesto en manos del Dios de misericordia, del Todopoderoso Señor que gobierna toda cosa y, como dijo el profeta: 'Deja tus cuidados con el Señor y El proveerá la manera de aliviarlos". En esta confianza estaba, sin duda su incansable valor y la firme decisión de San Patricio a lo largo de su heroica carrera. Su fortaleza de no permitir a los enemigos del catolicismo que propagaran por allí sus herejías, fue una de las razones para que Irlanda se haya conservado tan católica.

La obra del incansable misionero dio muchos frutos con el tiempo: Lo vemos en el maravilloso florecimiento de santos irlandeses. Logró reformar las leyes civiles de Irlanda, consiguió que la legislación fuera hecha de acuerdo con los principios católicos, lo cual ha contribuido a que esa nación se haya conservado firme en la fe por mas de 15 siglos, a pesar de todas las persecuciones. 

Según un cronista de Britania, Nennius, San Patricio subió a una montaña a rezar y hacer ayuno y "desde aquella colina, Patricio bendijo al pueblo de Irlanda y, el objeto que perseguía al subir a la cima, era el de orar por todos y el de ver el fruto de sus trabajos…Después, en edad bien avanzada, fue a recoger su recompensa y a gozar de ella eternamente. Amén". Patricio murió y fue sepultado en el año 461, en Saúl, región de Stragford Lough, donde había edificado su primera iglesia.

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY MARTES 17 DE MARZO DE 2020


Lecturas de hoy Martes de la 3ª semana de Cuaresma
Hoy, martes, 17 de marzo de 2020



Primera lectura
Lectura de la profecia de Daniel (3,25.34-43):

EN aquellos días, Azarías, puesto en pie, oró de esta forma; alzó la voz en medio del fuego y dijo:
«Por el honor de tu nombre,
no nos desampares para siempre,
no rompas tu alianza,
no apartes de nosotros tu misericordia.
Por Abrahán, tu amigo; por Isaac, tu siervo;
por Israel, tu consagrado;
a quienes prometiste multiplicar su descendencia
como las estrellas del cielo,
como la arena de las playas marinas.
Pero ahora, Señor, somos el más pequeño
de todos los pueblos;
hoy estamos humillados por toda la tierra
a causa de nuestros pecados.
En este momento no tenemos príncipes,
ni profetas, ni jefes;
ni holocausto, ni sacrificios,
ni ofrendas, ni incienso;
ni un sitio donde ofrecerte primicias,
para alcanzar misericordia.
Por eso, acepta nuestro corazón contrito
y nuestro espíritu humilde,
como un holocausto de carneros y toros
o una multitud de corderos cebados.
Que este sea hoy nuestro sacrificio,
y que sea agradable en tu presencia:
porque los que en ti confían
no quedan defraudados.
Ahora te seguimos de todo corazón,
te respetamos, y buscamos tu rostro;
no nos defraudes, Señor;
trátanos según tu piedad,
según tu gran misericordia.
Líbranos con tu poder maravilloso
y da gloria a tu nombre, Señor».

Palabra de Dios


Salmo
Sal 24,4-5ab.6.7bc.8-9

R/. Recuerda, Señor, tu ternura

V/. Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R/.

V/. Recuerda, Señor, que tu ternura
y tu misericordia son eternas;
acuérdate de mí con misericordia,
por tu bondad, Señor. R/.

V/. El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes. R/.



Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (18,21-35):

EN aquel tiempo, acercándose Pedro a Jesús le preguntó:
«Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?».
Jesús le contesta:
«No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.
Por esto, se parece el reino de los cielos a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus criados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así. El criado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo:
“Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo”.
Se compadeció el señor de aquel criado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda. Pero al salir, el criado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, agarrándolo, lo estrangulaba diciendo:
“Págame lo que me debes”.
El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba diciendo:
“Ten paciencia conmigo y te lo pagaré”.
Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía.
Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo:
“¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo rogaste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?”.
Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda.
Lo mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si cada cual no perdona de corazón a su hermano».

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy martes, 17 de marzo de 2020
Severiano Blanco, cmf


Queridos hermanos:

El libro de Daniel se compuso probablemente en la época de las guerras macabeas, en el siglo II antes de Cristo. El autor, ficticiamente, sitúa sus narraciones cuatro siglos antes, en tiempos del exilio babilónico, profundamente grabado en el imaginario religioso de Israel. Una vez más el pueblo elegido está siendo aplastado por el imperio de turno, ahora el siro-seléucida, y su templo, malamente reconstruido al regreso de Babilonia, ha sido despiadadamente profanado: “no tenemos príncipes, ni holocaustos, ni un lugar donde ofrecerte primicias”. La oración de Azarías es semejante a las Lamentaciones. Otra catástrofe más, que el pueblo interpreta como castigo pedagógico por sus pecados y que, bajo la guía de algún líder clarividente, sabe aprovechar para definir de nuevo qué es lo que agrada a Dios: no principalmente un templo de piedra o la sangre de animales, sino “un corazón contrito y un espíritu humilde”. Esto no debe entenderse como una invitación a andar triste y cabizbajo por la vida, sino a reconocerse sencillamente criatura necesitada de su creador, limitada, no autosuficiente ni capaz de salvarse a sí misma, necesitada de perdón y comprensión.

La liturgia cuaresmal acierta al ofrecer este texto a nuestra reflexión; estamos en un “tiempo fuerte”, en el que buscamos formas siempre más auténticas de vivir la fe.

El evangelio vuelve sobre el tema del perdón. Jesús habla de él recurriendo al estilo hiperbólico oriental, con el que nos presenta de forma más impresionante la inconmensurable generosidad de Dios. El creyente, ante todo, deberá admirarla y agradecerla, y luego intentar transparentarla en su propio proceder. 10.000 talentos era una cantidad tan exorbitada que nadie podía ser acreedor de ella, ni poseerla. Y nadie suele pasar tan ofendido por la vida que tenga que perdonar 490 veces (aunque el texto pudiera significar también 77 veces, ¡que ya es!). En un caso y en otro, se trata de una gran generosidad, muy lejos de la casi raquítica propuesta de Pedro.

Lo de Dios en relación con nosotros es siempre de exceso, de superabundancia y de derroche. San Pablo dice que “donde abundó el pecado sobreabundó la gracia” (Rm 5,20) y que “el tesoro de su gracia ha sido un derroche para con nosotros” (Ef 1,8).

Pero lo que Dios en último término desea, repetimos, es ser imitado en su generosidad: “que seáis hijos de vuestro Padre, que regala la lluvia justos e injustos” (Mt 5,45). ¿Cómo es posible que un receptor de tan sobreabundante perdón o condonación no sea capaz de perdonar una minucia?


Vuestro hermano

Severiano Blanco cmf