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PARA EVITAR EL PECADO


Para evitar el pecado



Los medios principales para evitarlo son:

1.- El recuerdo constante y la meditación de las postrimerías (muerte, juicio, infierno y gloria).

2.- La huida de las ocasiones próximas de pecado (exponerse voluntariamente y sin necesidad a las ocasiones próximas de pecar mortalmente, constituye de suyo un pecado grave).

3.- La práctica de la mortificación de nuestros gustos y de los sentidos.

4.- La huida de la ociosidad.

5.- La oración constante (se aconseja el Rosario diario). Especialmente cuando se presenta la tentación hay que encomendarse a la Santísima Virgen.

6.- La frecuencia del sacramento de la Penitencia y la constante recepción, en gracia santificante, de la Eucaristía.

7.- La devoción a María (como puede ser la práctica de las tres avemarías diarias, pidiendo que nos ayude a evitar el pecado mortal).

8.- La lucha de nuestra voluntad contra las tentaciones.

9.‐ Meditar en la Pasión de Cristo (que murió por nuestros pecados).

10.- Las lecturas piadosas.



*Catolicidad

SECRETOS DE REUNIÓN


Secretos en reunión



“Urbanidad y buenos modales abren puertas principales”, dice un refrán español. La convivencia humana se hace más fácil y agradable si, además de la sinceridad y sencillez del trato, procuramos no molestar con modales o expresiones que hieren la sensibilidad de los demás. Un talante afable, sereno, respetuoso es bien recibido por todos.

Dos familias amigas estaban comiendo en un restaurante, cuando una niñita de unos seis años se levantó para decir algo al oído de su madre. El papá, un poco disgustado, le dijo a la niña: —Hija, ten siempre presente que secretos en reunión, son de mala educación. Enseguida, ella respondió muy decididamente: —Pero, papá, secretos en  la infancia, no tienen importancia. Muy sorprendido el padre le preguntó: —¿Quién te enseñó eso? —Nadie. Sólo es defensa personal.

Los santos han visto en la cortesía como el perfume y la crema de la caridad. La presentan como un efecto del verdadero amor por los demás. Resulta a veces que ciertas expresiones ordinarias, ciertos modos descomedidos ofenden tanto como injurias. Que el respeto al prójimo sea tu norma.



* Enviado por el P. Natalio