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martes, 21 de enero de 2020

ORACIÓN DE PROTECCIÓN


Oración de protección




Te ofrezco una oración de protección, compuesta por el Papa León XIII (1878-1903), quien ordenó rezarla al final de la Misa. Así se hizo hasta la reforma del Misal de san Pío V (1570), sustituido por el actual misal posconciliar del Papa Pablo VI (1969). En la oración pedimos el amparo de san Miguel Arcángel contra las insidias del Maligno.

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla: sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del Demonio. “Reprímale Dios”, pedimos suplicantes: y tú, Príncipe de la milicia celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Así sea.

“El evangelio es el primer texto de la antigüedad en el que el demonio se presenta como un enemigo al que se puede vencer. Uno de los grandes éxitos del cristianismo, en su primera difusión, se basó en el poder de los exorcistas cristianos sobre el demonio. La iglesia primitiva vivió esa certeza de vencer al “fuerte”, en nombre del “más fuerte”, Cristo”.



* Enviado por el P. Natalio

EL TESORO DE LOS PROBLEMAS


El tesoro de los problemas
Te abruman tantos problemas, parece que no hay salida. Oras y oras y parece que tu oración no es escuchada...


Por: Abraham Soto | Fuente: Catolicos Con Acción




Seguramente la noche anterior no has podido dormir pensando en cómo solucionar el problema que tienes ahora mismo. Das vuelta de un lado al otro y no sabes cómo salir de el y menos cuándo acabará.

De la misma manera están tus compañeros de clase, de trabajo o familiares. Todos tenemos problemas en la casa, con los amigos, en el trabajo, en fin… Si los problemas se convirtieran en un tesoro, pronto serías rico.

Oras y oras y parece que tu oración no es escuchada por Dios, pues los problemas empeoran y día a día se te suman más. Y la fe pronto se va debilitando hasta que te alejas de Dios.

A lo mejor estás leyendo este artículo desde una cama de enfermo, o desde tu oficina en medio de miles de actividades y regaños de tu jefe o quizá desde la universidad y ya no puedes con la carga académica. O tal vez en tu casa en medio de los problemas económicos de la familia y por qué no en medio de los conflictos en tu noviazgo.

¿Por qué a mi? es la pregunta que frecuentemente repites. Ahora te pregunto: ¿Acaso no has deseado alguna vez ser rico? ¿Recuerdas cuando arriba escribí “si los problemas se convirtieran en un tesoro, pronto serías rico?

Hoy te propongo una buena idea, a lo mejor no la perfecta, pero sí la que te ayudará a sobrellevar los problemas. En cada problema, identifica lo positivo. Cada problema trae consigo un tesoro, ese que aún no has descubierto porque sigues empeñado en quejarte.

Tómate un par de minutos. Piensa. Reflexiona. Pregúntate: ¿Cuál es el tesoro de mi problema? ¿Cuál es el lado positivo? ¿De qué me está salvando Dios?

Muchas veces nosotros queremos que las cosas ya sucedan, que los problemas se solucionen o que simplemente no existan. Dios sí existe y sus pensamientos no son iguales a los tuyos, ni tampoco a los míos. Su pensamiento y amor es divino, todo tiene un propósito, un tesoro.

¿Y María? Ella te ama diciéndote: “No se entristezca tu corazón ni te llenes de angustia. ¿Acaso no estoy yo aquí, que soy tu Madre? ¿Acaso no soy tu ayuda y protección?”.

¡Ánimo! ¡Dios tiene un gran tesoro para ti!

SANTA INÉS, VIRGEN Y MÁRTIR, 21 DE ENERO


Biografía de Santa Inés
21 de enero 




Y añade el santo: "Se refiere que ella tenía sólo trece años cuando fue martirizada. Y notemos el poder de la fe que consigue hacer mártires valientes en tan tierna edad. Casi no había sitio en tan pequeño cuerpo para tantas heridas. Se mostró valientísima ante las más ensangrentadas manos de los verdugos y no se desanimó cuando oyó arrastrar con estrépito las pesadas cadenas. Ofreció su cuello a la espada del soldado furioso. Llevada contra su voluntad ante el altar de los ídolos, levantó sus manos puras hacia Jesucristo orando, y desde el fondo de la hoguera hizo el signo de la cruz, señal de la victoria de Jesucristo. Presentó sus manos y su cuello ante las argollas de hierro, pero era tan pequeña que aquellos hierros no lograban atarla. Todos lloraban menos ella. Las gentes admiraban la generosidad con la cual brindaba al Señor una vida que apenas estaba empezando a vivir. Estaban todos asombrados de que a tan corta edad pudiera ser ya tan valerosa mártir en honor de la Divinidad. Cuántas amenazas empleó el tirano para persuadirla. Cuántos halagos para alejarla de su religión. Mas ella respondía: La esposa injuria a su esposo si acepta el amor de otros pretendientes. Únicamente será mi esposo el que primero me eligió, Jesucristo. ¿Por qué tardas tanto verdugo? Perezca este cuerpo que no quiero sea de ojos que no deseo complacer. Llegado el momento del martirio. Reza. Inclina la cabeza. Hubierais visto temblar el verdugo lleno de miedo, como si fuera él quien estuviera condenado a muerte. Su mano tiembla. Palidece ante el horror que va a ejecutar, en tanto que la jovencita mira sin temor la llegada de su propia muerte. H aquí dos triunfos a un mismo tiempo para una misma niña: la pureza y el martirio".

Era de la noble familia romana Clodia. Nació cerca del año 290. Recibió muy buena educación cristiana y se consagró a Cristo con voto de virginidad.

Volviendo un día del colegio, la niña se encontró con el hijo del alcalde de Roma, el cual se enamoró de ella y le prometió grandes regalos a cambio de la promesa de matrimonio. Ella respondió: "He sido solicitada por otro Amante. Yo amo a Cristo. Seré la esposa de Aquel cuya Madre es Virgen; lo amaré y seguiré siendo casta".

El hijo recurre a su padre, el alcalde. Este la hace apresar. La amenazan con las llamas si no reniega de su religión pero no teme a las llamas. Entonces la condenan a morir degollada. Sus padres recogen el cadáver. La sepultan en el sepulcro paterno. Pocos días después su hermana Emerenciana cae martirizada a pedradas por estar rezando junto al sepulcro.

"Con mínimas fuerzas superó grandes peligros", dice San Dámaso en su epitafio.

Todos los historiadores coinciden en proclamarla mártir de la virginidad. Es patrona de las jóvenes que desean conservar la pureza. Cada año, el 21 de enero, día de Santa Inés, se bendicen los corderos con cuya lana se tejen los "palios", o sea el distintivo de los arzobispos.

En este tiempo de materialismo sea ella un modelo de castidad para la juventud.

La liturgia la presenta como modelo de los éxitos que logra alcanzar una persona cuando tiene una gran fe. La fe en Dios y en la eternidad lleva al heroísmo.

PAPA FRANCISCO: LOS DONES DEL SEÑOR NO SE COMPRAN


Papa Francisco: Los dones del Señor no se compran
Redacción ACI Prensa
 Foto: Vatican Media



En su homilía de la Misa celebrada en la Casa Santa Marta de este 21 de enero, el Papa Francisco advirtió que “el ser cristiano, ser bautizado, ser ordenado sacerdotes y obispos es pura gratuidad” porque “los dones del Señor no se compran”.

Así lo indicó el Santo Padre al reflexionar en la Primera Lectura de la liturgia de hoy del Primer Libro de Samuel en donde se relata la unción de David.

El Papa señaló que, entre los hermanos, fue elegido el más pequeño, “el más limitado, aquel que no tenía títulos, que no tenía nada” y esto muestra “la gratuidad de la elección de Dios”.


“Cuando Dios elige, muestra su libertad y la gratuidad. Pensemos en todos los que estamos aquí: ¿por qué nos eligió el Señor? ‘No, porque somos de una familia cristiana, de una cultura cristiana ...’. No. Muchos de familia cristiana y de cultura cristiana rechazan al Señor, no quieren. Pero ¿cómo es que estamos aquí, elegidos por el Señor? Gratuitamente, sin ningún mérito, gratuitamente. El Señor nos eligió gratuitamente. No hemos pagado nada para convertirnos en cristianos. Nosotros los sacerdotes, los obispos no hemos pagado nada para convertirnos en sacerdotes y obispos, al menos eso creo, ¿no? Porque hay, sí, aquellos que quieren avanzar en la llamada carrera eclesiástica, que se comportan de una manera simoníaca, buscan influencias para convertirse aquí, allá, allá ... trepadores. No, pero esto no es cristiano. Ser cristiano, ser bautizado, ser ordenado sacerdote y obispo es pura gratuidad. Los dones del Señor no se compran”, afirmó el Papa.

En esta línea, el Santo Padre exhortó a “ser santos” y añadió que la santidad cristiana es “cuidar el don, nada más” comportándose de tal modo para “que el Señor permanezca siempre”.

“En la vida ordinaria, en las empresas, en el trabajo, muchas veces para tener un lugar más alto, se habla con este funcionario, se habla con este gobernante, se habla con ese de aquí..., para que ‘dile al jefe que me lleve...’. No es un regalo; eso es trepar. Pero ser cristianos, ser sacerdotes, ser obispos es solo un regalo. Y así se entiende nuestra actitud de humildad, lo que debemos tener: sin ningún mérito. Solo que debemos cuidar este regalo, que no se pierda”, pidió.

De este modo, el Pontífice recordó que “todos estamos ungidos por la elección del Señor; debemos cuidar esta unción que nos hizo cristianos, que nos hizo sacerdotes, que nos hizo obispos” y agregó “esto es la santidad. Las otras cosas no son necesarias. La humildad de cuidar. Y entonces, el regalo. ¿Cuál es el gran regalo de Dios? ¡El Espíritu Santo! Cuando el Señor nos eligió, nos dio el Espíritu Santo. Y esto es pura gracia, es pura gracia. Sin ningún mérito nuestro”.

Por ello, el Papa Francisco pidió en su homilía no olvidar al pueblo de Dios porque “si nosotros los cristianos olvidamos al pueblo de Dios, incluso a los no creyentes, si los sacerdotes olvidamos nuestro rebaño, si los obispos olvidamos esto y nos sentimos más importantes que los demás, negamos el don de Dios” y añadió que es como decirle al Espíritu Santo: “vete tranquilo en la Trinidad, descansa, que yo puedo solo” por lo que el Papa remarcó “y esto no es cristiano, esto no es cuidar el don”.

“Pidamos hoy al Señor, pensando en David, que nos dé la gracia de agradecer por el don que nos ha dado, de ser conscientes de este don, tan grande, tan hermoso y de cuidarlo -esta gratuidad, este don- cuidarlo con nuestra fidelidad”, concluyó.

Lectura comentada por el Papa Francisco:
I Samuel 16:1-13
1 Dijo Yahveh a Samuel: «¿Hasta cuándo vas a estar llorando por Saúl, después que yo le he rechazado para que no reine sobre Israel? Llena tu cuerno de aceite y vete. Voy a enviarte a Jesé, de Belén, porque he visto entre sus hijos un rey para mí.» 2 Samuel replicó: «¿Cómo voy a ir? Se enterará Saúl y me matará.» Respondió Yahveh: «Lleva contigo una becerra y di: "He venido a sacrificar a Yahveh." 3 Invitarás a Jesé al sacrificio y yo te indicaré lo que tienes que hacer, y me ungirás a aquel que yo te diga.» 4 Hizo Samuel lo que Yahveh le había ordenado y se fue a Belén. Salieron temblando a su encuentro los ancianos de la ciudad y le preguntaron: «¿Es de paz tu venida, vidente?» 5 Samuel respondió: «Sí; he venido a sacrificar a Yahveh. Purificaos y venid conmigo al sacrificio.» Purificó a Jesé y a sus hijos y les invitó al sacrificio. 6 Cuando ellos se presentaron vio a Eliab y se dijo: «Sin duda está ante Yahveh su ungido.» 7 Pero Yahveh dijo a Samuel: «No mires su apariencia ni su gran estatura, pues yo le he descartado. La mirada de Dios no es como la mirada del hombre, pues el hombre mira las apariencias, pero Yahveh mira el corazón.» 8 Llamó Jesé a Abinadab y le hizo pasar ante Samuel, que dijo: «Tampoco a éste ha elegido Yahveh.» 9 Jesé hizo pasar a Sammá, pero Samuel dijo: «Tampoco a éste ha elegido Yahveh.» 10 Hizo pasar Jesé a sus siete hijos ante Samuel, pero Samuel dijo: «A ninguno de éstos ha elegido Yahveh.» 11 Preguntó, pues, Samuel a Jesé: «¿No quedan ya más muchachos?» El respondió: «Todavía falta el más pequeño, que está guardando el rebaño.» Dijo entonces Samuel a Jesé: «Manda que lo traigan, porque no comeremos hasta que haya venido.» 12 Mandó, pues, que lo trajeran; era rubio, de bellos ojos y hermosa presencia. Dijo Yahveh: «Levántate y úngelo, porque éste es.» 13 Tomó Samuel el cuerno de aceite y le ungió en medio de sus hermanos. Y a partir de entonces, vino sobre David el espíritu de Yahveh. Samuel se levantó y se fue a Ramá.

HOY 21 DE ENERO SE INICIA EL TRIDUO A SAN FRANCISCO DE SALES


Hoy se inicia el Triduo a San Francisco de Sales, patrono de la prensa católica
Redacción ACI Prensa




“La verdadera y sólida devoción consiste en una voluntad constante, resuelta, pronta y activa de ejecutar lo que se conoce ser del agrado de Dios”, decía San Francisco de Sales, Patrono de la prensa católica, Doctor de la Iglesia y conocido como el Santo de la amabilidad.

Próximos a la fiesta litúrgica de este Santo francés que se celebra cada 24 de enero, aquí un Triduo de oraciones en su honor para pedir su intercesión ante Dios misericordioso.

Oración inicial

Glorioso San Francisco de Sales, 
vuestro nombre porta la dulzura del corazón mas afligido;
vuestras obras destilan la selecta miel de la piedad;
vuestra vida fue un continuo holocausto de amor perfecto
lleno del verdadero gusto por las cosas espirituales,
y del generoso abandono en la amorosa divina voluntad.
Enséñame la humildad interior,
la dulzura de nuestro exterior,
y la imitación de todas las virtudes que has sabido copiar
de los Corazones de Jesús y de Marí­a. Amén

Oración para pedir la gracia que se necesita

Señor, Dios nuestro, tú has querido que el santo obispo Francisco de Sales se entregara a todos generosamente para la salvación de los hombres; concédenos, a ejemplo suyo, manifestar la dulzura de tu amor en el servicio a nuestros hermanos. Te rogamos por su intercesión nos alcances la gracia de............., que tan ardientemente deseamos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Se dice un un Padre Nuestro, Ave María y Gloria. Luego se repite tres veces: “San Francisco de Sales, ruega por nosotros”.

Letanías a San Francisco de Sales

Señor ten piedad, Señor ten piedad
Cristo ten piedad, Cristo ten piedad
Señor ten piedad, Cristo ten piedad
Cristo óyenos, Cristo óyenos
Cristo escúchanos, Cristo escúchanos
Dios Padre Celestial, ten piedad de nosotros
Dios Hijo Redentor del mundo, ten piedad de nosotros
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros
Trinidad Santa un solo Dios, ten piedad de nosotros
-S Francisco admirable obispo, ruega por nosotros
-S Francisco amado de Dios, ruega por nosotros
-S Francisco imitador de Jesucristo, ruega por nosotros
-S Francisco lleno de los dones del Señor, ruega por nosotros
-S Francisco favorito de la madre de Dios, ruega por nosotros
-S Francisco devoto de los santos, ruega por nosotros
-S Francisco encendido de amor por la Cruz de Cristo, ruega por nosotros
-S Francisco unido íntimamente a la Divina Voluntad, ruega por nosotros
-S Francisco vaso de elección, ruega por nosotros
-S Francisco luz de la Iglesia, ruega por nosotros
-S Francisco modelo perfecto de religioso, ruega por nosotros
-S Francisco fuente de sabiduría, ruega por nosotros
-S Francisco defensor de la fe Católica, ruega por nosotros
-S Francisco buen pastor de su rebaño, ruega por nosotros
-S Francisco predicador incomparable, ruega por nosotros
-S Francisco azote de las herejías, ruega por nosotros
-S Francisco modelo de justicia, ruega por nosotros
-S Francisco espejo de humildad, ruega por nosotros
-S Francisco despegado del mundo, ruega por nosotros
-S Francisco amante de la pobreza, ruega por nosotros
-S Francisco maestro de dulzura, ruega por nosotros
-S Francisco conquistador de las pasiones carnales, ruega por nosotros
-S Francisco terror de los demonios, ruega por nosotros
-S Francisco pronta ayuda de los penitentes, ruega por nosotros
-S Francisco refugio de los pecadores, ruega por nosotros
-S Francisco providencia de los pobres, ruega por nosotros
-S Francisco consolador de los afligidos, ruega por nosotros
-S Francisco ejemplo de perfección, ruega por nosotros
-S Francisco arca de santidad, ruega por nosotros
-S Francisco imitador de la pureza de los ángeles, ruega por nosotros
-S Francisco querubín de sabiduría, ruega por nosotros
-S Francisco serafín de amor, ruega por nosotros
-S Francisco nuestro santo patrono, ruega por nosotros
-S Francisco nuestra dulce luz, ruega por nosotros
-S Francisco nuestro poderoso protector, ruega por nosotros
-S Francisco nuestro guía en los caminos de Dios, ruega por nosotros
-S Francisco nuestro refugio, ruega por nosotros
-S Francisco competencia de los ángeles, ruega por nosotros
-S Francisco imitador de los Apóstoles, ruega por nosotros
-S Francisco participante de la gloria de los mártires, ruega por nosotros
-S Francisco gloria de los santos confesores, ruega por nosotros
-S Francisco maestro y doctor de vírgenes, ruega por nosotros
-S Francisco glorioso ciudadano de todos los santos, ruega por nosotros

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
Ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
Escúchanos Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
Ten misericordia de nosotros.

V. Ruega por nosotros oh bendito San Francisco de Sales
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Oración final
Oh Dios, que por tu santa voluntad el bendito Francisco, tu confesor y obispo, se dio a todos los hombres por la salvación de sus almas, concédenos que llenos de tu dulce amor, podamos, por la guía de sus consejos y la ayuda de sus méritos, obtener los goces de la vida eterna. Amén.

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY MARTES 21 DE ENERO DE 2020


Lecturas de hoy Martes de la 2ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, martes, 21 de enero de 2020



Primera lectura
Lectura del primer libro de Samuel (16,1-13):

En aquellos dias, el Señor dijo a Samuel: «¿Hasta cuándo vas a estar lamentándote por Saúl, si yo lo he rechazado como rey de Israel? Llena la cuerna de aceite y vete, por encargo mío, a Jesé, el de Belén, porque entre sus hijos me he elegido un rey.»
Samuel contestó: «¿Cómo voy a ir? Si se entera Saúl, me mata.»
El Señor le dijo: «Llevas una novilla y dices que vas a hacer un sacrificio al Señor. Convidas a Jesé al sacrificio, y yo te indicaré lo que tienes que hacer; me ungirás al que yo te diga.»
Samuel hizo lo que le mandó el Señor. Cuando llegó a Belén, los ancianos del pueblo fueron ansiosos a su encuentro: «¿Vienes en son de paz?»
Respondió: «Sí, vengo a hacer un sacrificio al Señor. Purificaos y venid conmigo al sacrificio.»
Purificó a Jesé y a sus hijos y los convidó al sacrificio. Cuando llegó, vio a Eliab y pensó: «Seguro, el Señor tiene delante a su ungido.»
Pero el Señor le dijo: «No te fijes en las apariencias ni en su buena estatura. Lo rechazo. Porque Dios no ve como los hombres, que ven la apariencia; el Señor ve el corazón.»
Jesé llamó a Abinadab y lo hizo pasar ante Samuel; y Samuel le dijo: «Tampoco a éste lo ha elegido el Señor.»
Jesé hizo pasar a Samá; y Samuel le dijo: «Tampoco a éste lo ha elegido el Señor.»
Jesé hizo pasar a siete hijos suyos ante Samuel; y Samuel le dijo: «Tampoco a éstos los ha elegido el Señor.»
Luego preguntó a Jesé: «¿Se acabaron los muchachos?»
Jesé respondió: «Queda el pequeño, que precisamente está cuidando las ovejas.»
Samuel dijo: «Manda por él, que no nos sentaremos a la mesa mientras no llegue.»
Jesé mandó a por él y lo hizo entrar: era de buen color, de hermosos ojos y buen tipo.
Entonces el Señor dijo a Samuel: «Anda, úngelo, porque es éste.»
Samuel tomó la cuerna de aceite y lo ungió en medio de sus hermanos. En aquel momento, invadió a David el espiritu del Señor, y estuvo con él en adelante. Samuel emprendió la vuelta a Ramá.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 88,20.21-22.27-28

R/. Encontré a David, mi siervo

Un dia hablaste en visión a tus amigos:
«He ceñido la corona a un héroe,
he levantado a un soldado sobre el pueblo.» R/.

«Encontré a David, mi siervo,
y lo he ungido con óleo sagrado;
para que mi mano esté siempre con él
y mi brazo lo haga valeroso.» R/.

«Él me invocará: "Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora";
y yo lo nombraré mi primogénito,
excelso entre los reyes de la tierra.» R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (2,23-28):

Un sábado, atravesaba el Señor un sembrado; mientras andaban, los discípulos iban arrancando espigas.
Los fariseos le dijeron: «Oye, ¿por qué hacen en sábado lo que no está permitido?»
Él les respondió: «¿No habéis leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus hombres se vieron faltos y con hambre? Entró en la casa de Dios, en tiempo del sumo sacerdote Abiatar, comió de los panes presentados, que sólo pueden comer los sacerdotes, y les dio también a sus compañeros.»
Y añadió: «El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado; así que el Hijo del hombre es señor también del sábado.»

Palabra del Señor





Comentario al Evangelio de hoy martes, 21 de enero de 2020
José Luis Latorre, cmf


“El sábado es para el hombre, no el hombre para el sábado”

Queridos amigos

Esta es una de las frases redondas de Jesús. Seguramente quedó muy gravada en la memoria de sus discípulos y orientó con claridad la vida y el comportamiento de las comunidades cristianas que vivían inmersas en el judaísmo y el paganismo, y que ha orientado el devenir de la Iglesia a lo largo de los siglos. Un pensamiento que ayudó –y nos ayuda hoy también- a no absolutizar normas, leyes, costumbres, ritos… sino ponerlos siempre al servicio de la norma suprema: el bien y la vida de la persona. Tanto para David como para Jesús dar de comer al que lo necesita está por delante de todo; solo el amor a Dios y al próximo es lo principal y primero; no hay otra norma suprema.

Hay personas tan obedientes a Dios que al final van contra su voluntad más clara. Son tan estrictas en el cumplimiento de las normas y leyes de la Iglesia que dejan en segundo lugar el amor, la misericordia, el perdón, la comprensión y el respeto a la persona. Son como los fariseos que daban más importancia a la Ley que a sus valores, porque para ellos lo escrito y mandado era lo que había que hacer y cumplir olvidando la Palabra del Señor: “este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí”. La Ley y sus valores están al servicio de la persona, la libertad, la alegría y la comunidad. ¡Cuidado con los fundamentalismos, moralismos y ritualismos! Todos los extremos son peligrosos; de ahí la importancia de este gran principio de comportamiento de Jesús.

Jesús encarnado procuró el bien, la felicidad, la alegría, la paz para todos, y la unidad de la comunidad. Él mismo dice: “Yo he venido para que tengan vida y ésta en abundancia”. Jesús privilegia siempre la vida e insiste en el valor de la persona; un valor que es preciso recuperar hoy, primero frente a una religión tan organizada que sea una máquina de exclusión, y segundo frente a una sociedad que privilegia a los fuertes y excluye a los débiles.

Si este principio de Jesús orientó la vida de los primeros cristianos en una sociedad y religión excluyente, también hoy debe orientar la vida de los cristianos en nuestras comunidades y sociedades. No podemos quedarnos tranquilos viendo cómo niños, jóvenes, adultos y ancianos son marginados, excluidos, maltratados e ignorados. Un cristiano y una comunidad cristiana debe alzar la voz y actuar en consecuencia con la Palabra de Jesús: “El sábado ha sido hecho para el hombre, y no el hombre para el sábado”.

José Luis Latorre, Misionero Claretiano