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lunes, 20 de enero de 2020

ANUNCIO URGENTE


Anuncio urgente




Minuto a minuto, con la mano abierta, en el surco de la vida... ¡Siembra! Deja caer el  grano, entrega al mundo tu ofrenda, como el Sembrador Divino... ¡Siembra! Nada se pierde de lo que se entrega; el Señor cosecha, tú siembra.  No importa que nunca veas el fruto; tú sólo eres instrumento: ¡Siembra!

Se necesita: un ejército pacífico y unido que crea en el valor de las pequeñas cosas; gente que construya la historia y no se deje arrastrar por los acontecimientos; más corazones desarmados, en un mundo lleno de rivalidades; almas magnánimas en una sociedad interesada; espíritus fuertes para un tiempo de mediocridades; más trabajadores y menos personas que critiquen. Necesitamos con urgencia, sin falta, una asociación de manos bienhechoras encendiendo una luz para iluminar el pesimismo de la multitud con un fósforo en las manos, pequeño, insignificante, pero que ilumine disipando la oscuridad que trata de envolvernos.

Que este mensaje genere en tu corazón el propósito de aprovechar mejor cada día “en todo lo que es verdadero y noble, en todo lo que es justo y puro, amable y digno de honra, en todo lo que haya de virtuoso y merecedor de alabanza” (Fil. 4, 8).



* Enviado por el P. Natalio

LA SINCERIDAD


La sinceridad



Hubo una vez un emperador que convocó a todos los solteros del reino pues era tiempo de buscar pareja a su hija.

Todos los jóvenes asistieron y el rey les dijo:

"Os voy a dar una semilla diferente a cada uno de vosotros, al cabo de 6 meses deberán traerme en una maceta la planta que haya crecido, y la planta más bella ganará la mano de mi hija, y por ende el reino".

Así se hizo, pero había un joven que plantó su semilla y ésta no germinaba. Mientras tanto, todos los demás jóvenes del reino no paraban de hablar mostrando las hermosas plantas y flores que habían sembrado en sus macetas.

Pasaron los seis meses y todos los jóvenes se dispusieron a desfilar hacia el castillo con hermosísimas y exóticas plantas.

El joven estaba muy triste pues su semilla nunca germinó y ni siquiera quería ir al palacio. Su madre insistía en que debía ir pues era un participante y debía estar allí.

Con la cabeza baja y muy avergonzado, desfiló al final hacia el palacio con su maceta vacía.

Todos los jóvenes hablaban de sus plantas, y al ver a nuestro amigo se rieron abiertamente burlándose de él. En ese momento el alboroto fue interrumpido por la entrada del rey, al que todos hicieron su respectiva reverencia mientras él se paseaba entre todas las macetas admirando las plantas.

Finalizada la inspección hizo llamar a su hija, y llamó de entre todos al joven que llevó su maceta vacía. Atónitos, todos esperaban la explicación de aquella acción.

El rey dijo entonces:

"Este es el nuevo heredero del trono y se casará con mi hija, pues a todos ustedes se les dio una semilla infértil, y todos trataron de engañarme plantando otras plantas. Este joven tuvo el valor de presentarse y mostrar su maceta vacía, siendo sincero, real y valiente, cualidades que un futuro rey debe tener y que mi hija merece".

Moraleja:

La sinceridad será por siempre una virtud. Dí siempre la verdad independientemente de las circunstancias.

PAPA FRANCISCO: LA PALABRA DE DIOS SIEMPRE NOS LLEVA HACIA ADELANTE



Papa Francisco: La Palabra de Dios siempre nos lleva hacia adelante
Redacción ACI Prensa
 Foto: Vatican Media



En su homilía de la Misa celebrada en la Casa Santa Marta de este 20 de enero, el Papa Francisco invitó a escuchar la Palabra del Señor porque “es siempre novedad y nos lleva hacia adelante siempre”.

Así lo indicó el Santo Padre al reflexionar en el pasaje del Evangelio de San Marcos en el que los discípulos son criticados por no ayunar y el Señor explica “nadie vierte vino nuevo en odres viejos” porque los odres se romperían perdiendo todo.

“La novedad de la Palabra del Señor, porque la Palabra del Señor siempre es novedad, nos lleva hacia adelante siempre, siempre gana, es lo mejor de todo. Vence la idolatría, vence la soberbia y vence esta actitud de estar demasiado seguros de nosotros mismos, no por la Palabra del Señor sino por las ideologías que he construido alrededor de la Palabra del Señor. Hay una frase de Jesús muy buena que explica todo esto y que viene de Dios, tomada del Antiguo Testamento: Misericordia quiero y no sacrificios”, explicó el Papa.

Además, el Pontífice reflexionó en la primera Lectura de la Liturgia del día del Primer libro de Samuel para destacar la falta de docilidad de Saúl porque creyó que su “interpretación” era la más correcta a pesar de haberle pedido no tomar nada del pueblo.


“Cuando Samuel va a regañarlo de parte del Señor, él (Saúl) explica: ‘Pero, mira, había bueyes, había muchos animales gordos y buenos y con ellos hice un sacrificio al Señor’. Él no metió nada en el bolsillo, los demás sí. De hecho, con esta actitud de interpretar la Palabra de Dios como le parecía correcto, permitió que otros pusieran algo del botín en sus bolsillos. Los pasos de la corrupción: comienza con una pequeña desobediencia, una falta de docilidad, y continúa, continúa, continúa”, advirtió.

En esta línea, el Santo Padre explicó que el “pecado de falta de docilidad” está precisamente en el “preferir” lo que “yo creo pienso y no lo que me manda el Señor, y que quizá no entiendo”.

“Cuando te obstinas delante a la voluntad del Señor, eres un idólatra, porque prefieres lo que piensas, ese ídolo, a la voluntad del Señor. Y a Saúl, esa desobediencia le costó al reino: ‘Debido a que rechazaste la Palabra del Señor, el Señor te rechazó como rey’. Esto debe hacernos pensar un poco sobre nuestra docilidad. Muchas veces preferimos nuestras interpretaciones del Evangelio o la Palabra del Señor al Evangelio y la Palabra del Señor. Por ejemplo, cuando caemos en la casuística, en las casuísticas morales... Esta no es la voluntad del Señor. La voluntad del Señor es clara, la muestra con los mandamientos de la Biblia y te hace verla con el Espíritu Santo dentro de tu corazón. Pero cuando soy obstinado y convierto la Palabra del Señor en ideología, soy un idólatra, no soy dócil. Docilidad, obediencia”, señaló el Papa.

Por ello, el Santo Padre concluyó en la homilía que el ser “buen cristiano” significa ser “dócil” a la Palabra del Señor, escuchar lo que el Señor dice sobre la “justicia”, la “caridad”, el “perdón”, la “misericordia” y no ser “incoherentes en la vida” al usar una “ideología para ir hacia adelante”.

Lecturas comentadas por el Papa Francisco:
Marcos 2:18-22

18Como los discípulos de Juan y los fariseos estaban ayunando, vienen y le dicen: «¿Por qué mientras los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan, tus discípulos no ayunan?» 19Jesús les dijo: «¿Pueden acaso ayunar los invitados a la boda mientras el novio está con ellos? Mientras tengan consigo al novio no pueden ayunar. 20Días vendrán en que les será arrebatado el novio; entonces ayunarán, en aquel día. 2Nadie cose un remiendo de paño sin tundir en un vestido viejo, pues de otro modo, lo añadido tira de él, el paño nuevo del viejo, y se produce un desgarrón peor. 22Nadie echa tampoco vino nuevo en pellejos viejos; de otro modo, el vino reventaría los pellejos y se echaría a perder tanto el vino como los pellejos: sino que el vino nuevo, en pellejos nuevos.

I Samuel 15:16-23

16 Pero Samuel dijo a Saúl: «Basta ya y deja que te anuncie lo que Yahveh me ha revelado esta noche.» El le dijo: «Habla.» 17 Entonces Samuel dijo: «Aunque tú eres pequeño a tus propios ojos ¿no eres el jefe de las tribus de Israel? Yahveh te ha ungido rey de Israel. 18 Yahveh te ha enviado por el camino y te ha dicho: "Vete, y consagra al anatema a estos pecadores, los amalecitas, hazles la guerra hasta el exterminio". 19 ¿Por qué no has escuchado a Yahveh? ¿Por qué te has lanzado sobre el botín y has hecho lo que desagrada a Yahveh?» 20 Saúl respondió a Samuel: «¡Yo he obedecido a Yahveh! Anduve por el camino por el que me envió, he traído a Agag, rey de Amalec, y he entregado al anatema a los amalecitas. 21 Del botín, el pueblo ha tomado el ganado mayor y menor, lo mejor del anatema, para sacrificarlo a Yahveh tu Dios en Guilgal.» 22 Pero Samuel dijo: ¿Acaso se complace Yahveh en los holocaustos y sacrificios como en la obediencia a la palabra de Yahveh? Mejor es obedecer que sacrificar, mejor la docilidad que la grasa de los carneros. 23 Como pecado de hechicería es la rebeldía, crimen de terafim la contumacia. Porque has rechazado la palabra de Yahveh, él te rechaza para que no seas rey.

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY LUNES 20 DE ENERO DE 2020


Lecturas de hoy Lunes de la 2ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, lunes, 20 de enero de 2020


Primera lectura
Lectura del primer libro de Samuel (15,16-23):

En aquellos días, Samuel dijo a Saúl: «Déjame que te cuente lo que el Señor me ha dicho esta noche.»
Contestó Saúl: «Dímelo.»
Samuel dijo: «Aunque te creas pequeño, eres la cabeza de las tribus de Israel, porque el Señor te ha nombrado rey de Israel. El Señor te envió a esta campaña con orden de exterminar a esos pecadores amalecitas, combatiendo hasta acabar con ellos. ¿Por qué no has obedecido al Señor? ¿Por qué has echado mano a los despojos, haciendo lo que el Señor reprueba?»
Saúl replicó: «¡Pero si he obedecido al Señor! He hecho la campaña a la que me envió, he traido a Agag, rey de Amalec, y he exterminado a los amalecitas. Si la tropa tomó del botin ovejas y vacas, lo mejor de lo destinado al exterminio, lo hizo para ofrecérselas en sacrificio al Señor, tu Dios, en Guilgal.»
Samuel contestó: «¿Quiere el Señor sacrificios y holocaustos, o quiere que obedezcan al Señor? Obedecer vale más que un sacrificio; ser dócil, más que la grasa de carneros. Pecado de adivinos es la rebeldía, crimen de idolatría es la obstinación. Por haber rechazado al Señor, el Señor te rechaza como rey.»

Palabra de Dios


Salmo
Sal 49,8-9.16bc-17.21.23

R/. Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios

«No te reprocho tus sacrificios,
pues siempre están tus holocaustos ante mí.
Pero no aceptaré un becerro de tu casa,
ni un cabrito de tus rebaños.» R/.

«¿Por qué recitas mis preceptos
y tienes siempre en la boca mi alianza,
tú que detestas mi enseñanza
y te echas a la espalda mis mandatos?» R/.

«Esto haces, ¿y me voy a callar?
¿Crees que soy como tú?
Te acusaré, te lo echaré en cara.
El que me ofrece acción de gracias, ése me honra;
al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios.» R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (2,18-22):

En aquel tiempo, los discípulos de Juan y los fariseos estaban de ayuno. Vinieron unos y le preguntaron a Jesús: «Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan. ¿Por qué los tuyos no?»
Jesús les contestó: «¿Es que pueden ayunar los amigos del novio, mientras el novio está con ellos? Mientras tienen al novio con ellos, no pueden ayunar. Llegará un día en que se lleven al novio; aquel día sí que ayunarán. Nadie le echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado; porque la pieza tira del manto, lo nuevo de lo viejo, y deja un roto peor. Nadie echa vino nuevo en odres viejos; porque revienta los odres, y se pierden el vino y los odres; a vino nuevo, odres nuevos.»

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy lunes, 20 de enero de 2020
José Luis Latorre, cmf


ODRES NUEVOS

Queridos amigos

El evangelio de hoy nos habla de la novedad que la presencia de Jesús entre los hombres supuso para la humanidad. Su palabra y su estilo de vivir llamó mucho la atención entre los judíos; su mensaje y su vida cuestionó muchas viejas costumbres, tradiciones y prácticas religiosas; a nadie dejó indiferente Todos se preguntaban quién era Jesús y por qué hablaba y actuaba así. Jesús decía que los tiempos nuevos requieren actitudes y gestos nuevos; no se puede poner parches de novedad a lo viejo y caduco, ni repetir “siempre se ha hecho así”: “a vino nuevo, odres nuevos”. Determinados ritos y normas del pasado nos dan seguridad, pero no se corresponden ya con la novedad de Jesús y nos dejan atrapados en el inmovilismo.

Cada uno de nosotros y la comunidad cristiana está llamada al discernimiento continuo sobre lo que es compatible con la novedad traída por Jesús y la permanencia en lo antiguo. El mundo evoluciona y las personas evolucionamos también. Como dice San Pablo: “cuando era niño hablaba como un niños, pensaba como un niño… cuando me hice un hombre halaba y razonaba como un hombre”. Así también en nuestra vida espiritual: continuamente estamos llamados a tomar decisiones nuevas y dar pasos nuevos. Para no equivocarnos es necesario discernir a la luz de la Palabra y la vida de Jesús; cada año que pasa es una invitación a seguir creciendo y madurando como persona y creyente; los acontecimientos personales, eclesiales y sociales son una llamada personal y comunitaria a seguir a Jesús que está en medio de nosotros y que nos repite constantemente: “no tengas miedo, ven conmigo”.

Samuel le ha recordado a Saúl: “la obediencia vale más que el sacrificio, y la docilidad más que la grasa de los carneros”. Los ritos y las prácticas religiosas tienen valor cuando nacen de un corazón bueno y dócil; los actos externos jamás pueden suplir a la actitud interior del corazón. La obediencia a la voluntad de Dios vale más que todos los sacrificios y ayunos. San Juan habla de un culto “en espíritu y verdad” y Marcos de “odres nuevos”. Por eso la relación con Dios solo es auténtica cuando se fundamenta sobre la obediencia y la docilidad. Ser obediente es estar con la mente y el corazón abiertos y dispuestos a vibrar con cualquier soplo del Espíritu que continuamente nos invita a ir hacia delante sin volver la vista atrás. Es el Espíritu el que continuamente nos repite como a Abraham: “Sal de tu tierra”, deja tus seguridades y vete donde yo te mostraré.

“Odres nuevos”: es una forma de pensar y vivir al estilo de Jesús; es estar atento al paso de Dios por mi vida y la vida de la comunidad; es no atarse a nada que me impida avanzar; es dejar atrás el inmovilismo, la rutina, la pereza… y caminar siempre hacia adelante. Es vivir cada día lo que Pedro dijo de Jesús: “pasó por el mundo haciendo el bien y curando a los oprimidos por el mal”, es decir amar y servir a toda persona sea de la condición que sea.

José Luis Latorre, Misionero Claretiano