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viernes, 25 de octubre de 2019

PAPA FRANCISCO: SI NO SIENTES LA LUCHA ENTRE EL BIEN Y EL MAL ESTÁS ANESTESIADO


Si no sientes la lucha entre el bien y el mal estás anestesiado, alerta el Papa
POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa
Foto: Vatican Media



En su homilía de la Misa celebrada en la Casa Santa Marta de este 25 de octubre, el Papa Francisco reconoció que existe la lucha interior entre el bien y el mal y dijo a quien no la percibe que está “anestesiado”.

“Es una lucha entre el bien y el mal; pero no un bien abstracto y un mal abstracto: entre el bien para hacer que el Espíritu Santo nos inspira y el mal para hacer que nos inspira el mal espíritu. Es una lucha. Es una lucha de todos nosotros. Si alguno de nosotros dijera: Yo no siento esto, yo soy un beato, vivo tranquilo, en paz, no siento..., yo le diría: No eres beato, eres un anestesiado, que no entiende lo que sucede”.

En esta línea, el Santo Padre animó a pedir al Señor “la luz” para “conocer bien” lo que sucede dentro de nosotros.


El Pontífice se refirió a esta lucha interior al reflexionar sobre la primera lectura de la liturgia del día contenida en la Carta de San Pablo a los romanos quien relata la “continua” lucha interior del apóstol entre “el deseo de hacer el bien” y el no ser capaz de “realizarlo”, una verdadera “guerra” que está “dentro de él”.

Al respecto, el Papa Francisco destacó que se trata de una lucha cotidiana hasta el final y recordó a los mártires quienes “han tenido que luchar hasta el final para mantener la fe” así como también los santos, como Santa Teresita del Niño Jesús, para quien “la lucha más dura fue en el momento final” cuando sentía “el mal espíritu”.

Por ello, el Santo Padre alentó a hacer examen de conciencia.

“Muchas veces nosotros cristianos ocupados con muchas cosas, incluso con buenas; pero ¿qué pasa dentro de ti? ¿quién te inspira esto? ¿cuál es tu tendencia espiritual de esto? ¿quién te lleva a hacer esto? Nuestra vida suele ser como una vida en la calle: vamos por el camino de la vida… cuando vamos a la calle, solo miramos las cosas que nos interesan; las otras, no las miramos”, afirmó.

En este sentido, el Papa explicó que la lucha es siempre “entre la gracia y el pecado, entre el Señor que quiere salvarnos y apartarnos de esa tentación y el mal espíritu” por lo que exhortó a reflexionar si nuestras decisiones están inspiradas por el Señor o dictadas por nuestro “egoísmo” por el “diablo”.


Finalmente, el Papa advirtió que “es importante conocer qué sucede dentro de nosotros. Es importante vivir un poco dentro y no dejar que nuestra alma sea un camino en donde pasan todos”, y ofreció un consejo concreto para evitarlo: “antes de terminar el día, tómate dos – tres minutos” para preguntarte “¿qué pasó hoy importante dentro de mi?” porque “en ocasiones, con esa alma habladora que todos tenemos, sabemos lo que sucede en el vecindario, qué sucede en la casa de los vecinos, pero no sabemos qué sucede dentro de nosotros”.

Lectura comentada por el Papa Francisco:
Romanos 7:18-25

18 Pues bien sé yo que nada bueno habita en mí, es decir, en mi carne; en efecto, querer el bien lo tengo a mi alcance, mas no el realizarlo, 19 puesto que no hago el bien que quiero, sino que obro el mal que no quiero. 20 Y, si hago lo que no quiero, no soy yo quien lo obra, sino el pecado que habita en mí. 21 Descubro, pues, esta ley: aun queriendo hacer el bien, es el mal el que se me presenta. 22 Pues me complazco en la ley de Dios según el hombre interior, 23 pero advierto otra ley en mis miembros que lucha contra la ley de mi razón y me esclaviza a la ley del pecado que está en mis miembros. 24 ¡Pobre de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo que me lleva a la muerte? 25 ¡Gracias sean dadas a Dios por Jesucristo nuestro Señor! Así pues, soy yo mismo quien con la razón sirve a la ley de Dios, mas con la carne, a la ley del pecado.

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY VIERNES 25 DE OCTUBRE DE 2019

Lecturas de hoy Viernes de la 29ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, viernes, 25 de octubre de 2019


Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (7,18-25a):

Sé muy bien que no es bueno eso que habita en mí, es decir, en mi carne; porque el querer lo bueno lo tengo a mano, pero el hacerlo, no. El bien que quiero hacer no lo hago; el mal que no quiero hacer, eso es lo que hago. Entonces, si hago precisamente lo que no quiero, señal que no soy yo el que actúa, sino el pecado que habita en mí. Cuando quiero hacer lo bueno, me encuentro inevitablemente con lo malo en las manos. En mi interior me complazco en la ley de Dios, pero percibo en mi cuerpo un principio diferente que guerrea contra la ley que aprueba mi razón, y me hace prisionero de la ley del pecado que está en mi cuerpo. ¡Desgraciado de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo presa de la muerte? Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo, y le doy gracias.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 118,66.68.76.77.93.94

R/. Instrúyeme, Señor, en tus leyes

Enséñame a gustar y a comprender,
porque me fío de tus mandatos. R/.

Tú eres bueno y haces el bien;
instrúyeme en tus leyes. R/.

Que tu bondad me consuele,
según la promesa hecha a tu siervo. R/.

Cuando me alcance tu compasión, viviré,
y mis delicias serán tu voluntad. R/.

Jamás olvidaré tus decretos,
pues con ellos me diste vida.R/.

Soy tuyo, sálvame,
que yo consulto tus leyes. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (12,54-59):

En aquel tiempo, decía Jesús a la gente: «Cuando veis subir una nube por el poniente, decís en seguida: "Chaparrón tenemos", y así sucede. Cuando sopla el sur, decís: "Va a hacer bochorno", y lo hace. Hipócritas: si sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente? ¿Cómo no sabéis juzgar vosotros mismos lo que se debe hacer? Cuando te diriges al tribunal con el que te pone pleito, haz lo posible por llegar a un acuerdo con él, mientras vais de camino; no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al guardia, y el guardia te meta en la cárcel. Te digo que no saldrás de allí hasta que no pagues el último céntimo.»

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy viernes, 25 de octubre de 2019
Carlos Latorre, cmf


Queridos hermanos:

Dice Jesús: “Si sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente? ¿Cómo no sabéis juzgar vosotros mismos lo que se debe hacer?”

Los contemporáneos de Jesús no saben interpretar sus palabras y milagros como el signo de que ha llegado el reino de Dios. Juzgan desde sus propios criterios y tienen los ojos cerrados a los signos de los tiempos.

Cristo quiere que escrutemos el tiempo, y el tiempo para Él consiste en que con su venida hemos llegado a la plenitud: «la plenitud de los tiempos”. Es una plenitud real, no imaginaria, que no hay que confundir con el fin del mundo, sino con la manifestación más clara y plena del amor de Dios por los hombres. El primer acto de amor de Dios al hombre ha sido la creación.

¿Puede el hombre pedir algo más? Lo inteligente en el hombre es ser consciente del tiempo en que vive y saber decir cada día: «gracias, Padre Dios, por tu amor tan presente y cercano».

Hoy es un buen día para contemplar sin más el amor de Dios que se nos manifiesta en los más pequeños, en los que necesitan comprensión, una caricia. Como sabiamente decía una amiga mía: Nos podemos equivocar en muchas cosas en nuestra vida, pero en lo que nunca nos equivocamos es si hacemos el bien a quien necesita ayuda. Ella decía con mucha convicción: “el que ayuda a un pobre no se equivoca”.

Siguiendo el texto del evangelio de hoy nos dice Jesús: “Cuando te diriges al tribunal con el que te pone pleito, haz lo posible por llegar a un acuerdo con él, mientras vais de camino”.

Esta comparación ilustra la urgente necesidad de reconciliarse con Dios antes de que llegue el juicio y al mismo tiempo la importancia de esta reconciliación entre las personas. El perdón que doy al hermano es el perdón que Dios me da a mí. Sólo el perdón nos lleva a la paz.

En la primera lectura san Pablo nos confía con gran sinceridad sus experiencias en la lucha por seguir a Jesús cada día y nos dice: “El bien que quiero hacer no lo hago; el mal que no quiero hacer, eso es lo que hago”. Él sabe por propia experiencia que sólo la misericordia nos abre a la esperanza: “¡Desgraciado de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo presa de la muerte? Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo, y le doy gracias”.

Carlos Latorre
Misionero Claretiano