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miércoles, 23 de octubre de 2019

CUATRO CLASES DE PERDÓN


Cuatro clases de perdón



- Primero es perdonarse a uno mismo. Sucede que al no ser todavía perfectos, hemos cometido hechos que nos humillan y avergüenzan y pueden producir desilusión. Perdonarnos a nosotros mismos consistirá en aceptar nuestra condición de ser humano. Aceptar con humildad que fallamos. Y así, podemos seguir caminando, sin detenernos en el pasado lamentándonos. Así nos liberamos de pretender obtener la perfección ahora mismo, sino caminamos en un camino de perfección que se alcanzará en la Vida Eterna por la gracia de Dios.

- El segundo perdón, es el de perdonar a los demás. Cuando no perdonamos a alguien, nos atamos a esa persona, perdiendo libertad. Es un acto de caridad perdonar a los que nos hirieron. Además, si Dios nos ha perdonado, ¿por qué no debo perdonar a los demás? ¿Acaso soy más grande de Dios?

- El tercero es perdonar a Dios. No es que Dios se equivoque, sino que en ocasiones somos nosotros, que por nuestra ignorancia y orgullo, le echamos la culpa injustamente a Dios y creemos que nos ha fallado, que se ha olvidado de nosotros, cuando realmente nunca ha dejado de amarnos y de ver por nuestro mejor bien. Si estamos enojados con Dios, habría que cambiar de actitud y dejar de ser necios, porque Él quiere siempre lo mejor para nosotros. “Perdonarlo” significará reconocer su bondad y nuestro desatino al enfadarnos.

- Y el cuarto perdón es el de Dios. Muchas veces le fallamos a Dios. Y aunque es juez, la Justicia misma, más que juzgarnos, nos perdona cuando se lo pedimos sinceramente y con contrición. El Papa Francisco ha dicho que perdonar es lo que más le gusta hacer a Dios, pues es una manera de amarnos. A tal extremo llegó su amor, que nos entregó a su Hijo para que pudiéramos ser perdonados. La muerte de Jesús en la cruz es el culmen de la historia de amor de Dios con el hombre. Además, nos perdona todo, la misericordia de Dios es infinita.

PAPA FRANCISCO: LAS IGLESIAS DEBEN TENER SIEMPRE LAS PUERTAS ABIERTAS, TAMBIÉN A PAGANOS


Papa Francisco: Las iglesias deben tener siempre las puertas abiertas, también a paganos
POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa
 Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa



“Las iglesias deben tener siempre las puertas abiertas porque esto es símbolo de lo que es una iglesia, siempre abierta”, indicó el Papa Francisco en la Audiencia General de este miércoles 23 de octubre.

El Santo Padre continuó con su serie de catequesis sobre el Libro de los Hechos de los Apóstoles y en esta ocasión, señaló que la naturaleza de la Iglesia “no es una roca fuerte, sino una tienda capaz de agrandar su espacio y dar acceso a todos. La iglesia es ‘en salida’ o no es Iglesia”.

En esta línea, el Pontífice animó a que la Iglesia esté siempre “en camino, agrandándose siempre para que entren, o no es Iglesia. Una Iglesia con las puertas abiertas, siempre con las puertas abiertas. Cuando veo cualquier iglesia aquí o en la otra ciudad, de la diócesis de donde vengo, con las puertas cerradas, esto es una mala señal”, expresó.


Sin embargo, el Papa reconoció que en aquel entonces surgieron problemas por la “novedad de las puertas abiertas”. “¿A quién? A los paganos, porque los apóstoles predicaban a los judíos, pero vinieron también a tocar la puerta de la iglesia los paganos. Esta novedad de las puertas abiertas a los paganos genera una controversia muy animada. Algunos judíos afirman la necesidad de hacerse judíos antes, es decir, de la circuncisión para la salvación, después el bautismo. Dicen ‘si no se circuncidan según la usanza de Moisés, no pueden ser salvados’. Es decir, no pueden después recibir el bautismo: primero el rito judío y luego el bautismo, esa era su posición”.

Además, el Santo Padre destacó que “la Palabra de Dios va anunciada y anunciada por todos lados” y que tras la fuerte persecución de los primeros cristianos surgió una oportunidad para “esparcir la buena semilla de la Palabra”. “Los cristianos no se asustan, deben huir, pero huyen con la palabra, propagan la palabra un poco por todos lados”, señaló.

Después, el Papa Francisco recordó cuando los apóstoles se reunieron con los ancianos en Jerusalén y fue el primer concilio de la historia de la Iglesia. El consejo o asamblea de Jerusalén en la que se abordó “una cuestión teológica, espiritual y disciplinar muy delicada: la relación entre la fe en Cristo y la observancia de la Ley de Moisés”.

En este sentido, el Pontífice explicó que la asamblea de Jerusalén “nos ofrece una luz importante sobre los modos con los cuales enfrentar las divergencias y buscar la verdad en la caridad”.

“Nos recuerda que el método eclesial para la resolución de los conflictos se basa en el diálogo hecho por la escucha atenta y paciente y sobre el discernimiento realizado a la luz del Espíritu”. 


“Es el Espíritu, de hecho, que ayuda a superar los cierres, las tensiones y trabajar en los corazones para que, en la verdad y en el bien, puedan alcanzar la unidad” dijo el Papa quien añadió que este texto “ayuda a entender la sinodalidad”.

Finalmente, el Papa Francisco animó a pedir al Señor “reforzar en todos los cristianos, especialmente en los obispos y en los presbíteros, el deseo y la responsabilidad de la comunión”. 

“Que nos ayude a vivir el diálogo, la escucha y el encuentro con los hermanos en la fe y con los lejanos, para disfrutar y manifestar la fecundidad de la Iglesia, llamada a ser en todo momento ‘madre alegre’ de muchos hijos”, concluyó.