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jueves, 14 de marzo de 2019

ORACIÓN DE SAN JOSÉ


Oración a San José 


Bienaventurado San José, 
acudimos en nuestra tribulación; 
y, después de invocar 
el auxilio de vuestra Santísima Esposa, 
solicitamos también 
confiadamente vuestro patrocinio.

Por aquella caridad que 
con la Inmaculada Virgen María, 
Madre de Dios, os tuvo unido, 
y por el paterno amor 
con que abrazasteis al Niño Jesús, 
humildemente os suplicamos 
volváis benigno los ojos 
a la herencia que 
con su Sangre adquirió Jesucristo, 
y con vuestro poder 
y auxilio socorráis nuestras necesidades.

Proteged, oh providentísimo 
Custodio de la Sagrada Familia, 
la escogida descendencia de Jesucristo; 
apartad de nosotros 
toda mancha de error y corrupción; 
asistidnos propicio, desde el Cielo, 
fortísimo libertador nuestro 
en esta lucha 
con el poder de las tinieblas; 
y, como en otro tiempo 
librásteis al Niño Jesús 
del inminente peligro de su vida, 
así, ahora, defended 
la Iglesia Santa de Dios 
de las asechanzas de sus enemigos 
y de toda adversidad, 
y a cada uno de nosotros 
protegednos con perpetuo patrocinio, 
para que, a ejemplo vuestro 
y sostenidos por vuestro auxilio, 
podamos santamente vivir 
y piadosamente morir 
y alcanzar en el Cielo
la eterna felicidad. Amén

UN RATITO CON SAN JOSÉ: JOSÉ, UN PADRE SANTO


UN RATITO CON SAN JOSÉ
José, un padre santo



San José cumplió fielmente la misión que tuvo de ser el padre adoptivo de Jesús, el Salvador. Por ello, todo padre de familia debe contemplar la vida de San José si desea vivir santamente su vocación de ser padre.

El Papa Francisco nos enseña que "José educa a Jesús principalmente con el ejemplo de un hombre justo (Mt 1,19) que siempre es guiado por la fe, y que sabe que la salvación no es por la aplicación de la ley, sino por la gracia de Dios, su amor y su fidelidad.

Es bueno remarcar que la paternidad, cuando se vive como Dios quiere, es un medio de santificación. Por decirlo de otra manera, si de verdad un padre de familia aspira a la santidad, tiene que cumplir con fidelidad las responsabilidades que tiene con relación a sus hijo. Cumplir los deberes propios de ser padre es ponerse en camino a la santidad.


P. Carlos Rosell De Almeida

OBLATOS DE SAN JOSÉ CELEBRANDO LOS 141 AÑOS DE CREACIÓN

Foto: Oblatos de San José, provincia del Perú

OBLATOS DE SAN JOSÉ CELEBRANDO LOS 141 
AÑOS DE CREACIÓN




El espíritu carismático de San José Marello sigue expandiéndose por todos los rincones del planeta, gracias a la generosidad y humildad de los Oblatos de San José.

Agradecido a algunos Obispos del mundo por su acogida y apertura a la presencia del carisma de los Oblatos. Siempre estaremos dispuesto a servir con alegría y paz a los niños, adolescentes, jóvenes adultos y ancianos. Pero, sobre todo, dedicados a los más necesitados de la sociedad, yendo por amor a Cristo a lugares donde nadie quiere ir. Donde hay un oblato de verdad llega la esperanza, la alegría y la promoción humana, de esta manera contribuimos a la Nueva Evangelización.

La creatividad y el espíritu innovador de cada buen oblato va despertando en las personas el compromiso de construir el Reino de Dios. El trabajo, el estudio, la disciplina, el sacrificio y la abnegación son nuestras fuerzas y energías para ser felices y hacer felices a todas las personas.

En todas las obras educativas y sociales queremos plasmar el espíritu de trabajo y desarrollo en la mente y corazón de cada individuo. Cuidar los intereses de Jesús en cada circunstancia de la vida. Vivir para trabajar, comer para vivir, y llenar de esperanza a los hombres y mujeres de la tierra. En efecto, esa es nuestra misión en palabras de nuestro fundador San José Marello: "hacer conocer, amar y servir a Jesucristo", de modo " extraordinario en las cosas ordinarias", sin aspavientos con mucha humildad y sencilles: "el bien no hace ruido, y el ruido no hace bien", pensamiento marelliano.


P. Marcos Trujillo Reaño Osj
Perú

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY JUEVES 14 DE MARZO DE 2019


Lecturas de hoy Jueves de la 1ª semana de Cuaresma
 Hoy, jueves, 14 de marzo de 2019



Primera lectura
Lectura del libro de Ester (14,1.3-5.12-14):

EN aquellos días, la reina Ester, presa de un temor mortal, se refugió en el Señor.
Y se postró en tierra con sus doncellas desde la mañana a la tarde, diciendo:
«¡Bendito seas, Dios de Abrahán, Dios de Isaac y Dios de Jacob! Ven en mi ayuda, que estoy sola y no tengo otro socorro fuera de ti, Señor, porque me acecha un gran peligro.
Yo he escuchado en los libros de mis antepasados, Señor, que tú libras siempre a los que cumplen tu voluntad. Ahora, Señor, Dios mío, ayúdame, que estoy sola y no tengo a nadie fuera de ti. Ahora, ven en mi ayuda, pues estoy huérfana, y pon en mis labios una palabra oportuna delante del león, y hazme grata a sus ojos. Cambia su corazón para que aborrezca al que nos ataca, para su ruina y la de cuantos están de acuerdo con él.
Líbranos de la mano de nuestros enemigos, cambia nuestro luto en gozo y nuestros sufrimientos en salvación».

Palabra de Dios


Salmo
Sal 137,1-2a.2bc.3.7c-8

R/. Cuando te invoqué, me escuchaste, Señor

V/. Te doy gracias, Señor, de todo corazón,
porque escuchaste las palabras de mi boca;
delante de los ángeles tañeré para ti,
me postraré hacia tu santuario. R/.

V/. Daré gracias a tu nombre:
por tu misericordia y tu lealtad,
porque tu promesa supera tu fama.
Cuando te invoqué, me escuchaste,
acreciste el valor en mi alma. R/.

V/. Tu derecha me salva.
El Señor completará sus favores conmigo.
Señor, tu misericordia es eterna,
no abandones la obra de tus manos. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (7,7-12):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre.
Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le dará una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si vosotros, aun siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden!
Así, pues, todo lo que deseáis que los demás hagan con vosotros, hacedlo vosotros con ellos; pues esta es la Ley y los Profetas».

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy jueves, 14 de marzo de 2019
 José Luis Latorre, cmf


Queridos amigos.

Rezamos hoy en la primera oración de la Misa: “Que vivamos siempre según tu voluntad los que sin ti no podemos ni siquiera existir”.

La reina Ester hace esta confesión “Yo he escuchado en los libros de mis antepasados que tú libras siempre a los que cumplen tu voluntad”. Esta es la fe del Pueblo de Dios de la Antigua Alianza trasmitida de generación en generación. Y Jesús dice hoy a sus discípulos: “pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá”. Un padre cuando un hijo le pide algo siempre lo escucha y Dios “mucho más” a los que le pidan cosas buenas.

Seguramente también nosotros hemos experimentado en nuestra vida el poder de la oración hecha con confianza, y hemos contemplado las maravillas de Dios. Y podremos exclamar con la reina Ester: “Bendito seas Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob…”, es decir reconocer hoy también que somos grandemente bendecidos, e incluso afirmar que toda nuestra vida es una “bendición”, y repetir con el Salmista: “Te doy gracias, Señor, de todo corazón porque escuchaste las palabras de mi boca”.

La oración para el cristiano es como el aire que respiramos: sin aire nos morimos, sin la oración estamos vacíos y somos como el cardo en la estepa. Pero atención: antes  de saber cómo hay que orar, importa mucho más saber cómo “no cansarse nun ca”, no desanimarse nunca, ni deponer las armas ante el silencio aparente de Dios. Así lo dice Jesús: “todo lo que pidáis con fe lo obtendréis”.

“Un joven discípulo se acerca a su maestro y le pregunta: -Maestro, yo quiero encontrar a Dios”. El Maestro le contesta: - Vuelve mañana. Cada día el muchacho hacía la misma petición: -”Maestro, yo quiero encontrar a Dios”.

Entonces el Maestro le invitó a ir con él al río. Entraron en el agua. Hacía mucho calor. -“Mete tu cabeza en el agua”, le ordenó el Maestro. El obedeció y cuando estaba sumergido el Maestro le agarró fuertemente y le mantuvo sumergido. Comenzó el joven a agitarse y forcejear desesperado.

-“¿Qué te pasaba cuando estabas debajo del agua? ¿Qué es lo que más necesitabas? -Aire, contestó él. -Querido amigo, cuando desees a Dios de la misma manera, lo encontrarás.

Siguió diciendo el Maestro: -Si no tienes una sed ardiente de Dios, como lo único importante en la vida, de nada te servirán tus libros ni mis enseñanzas”.

SANTA MATILDE, REINA DE ALEMANIA, 14 DE MARZO

Hoy se conmemora a Santa Matilde, Reina de Alemania
Redacción ACI Prensa




Santa Matilde fue la primera reina de Alemania (siglo X) y se caracterizó por ser humilde, piadosa y caritativa con los oprimidos. Apoyó y mandó a construir muchas iglesias y monasterios como los de Quedlinburg, Nordhausen, Engern y Poehlden.

Además fue descendiente del famoso guerrero Widukind, capitán de los sajones que batallaron contra Carlomagno (siglo XIII), e hija de Dietrich, duque de Westfalia y Reinhild (actual Alemania).

Desde niña fue educada por las monjas del convento de Erfurt y adquirió numerosas virtudes cristianas. Se casó muy joven con Enrique I, que en el 912 se convertiría en duque de Sajonia, y tuvieron un matrimonio excepcionalmente feliz.

En el 918 su esposo fue escogido para suceder al rey de Francia Orientalis, Conrado I. Fue así que Enrique I se convirtió en el primer rey alemán de la dinastía sajona, y por ello se le considera como fundador y primer rey del estado alemán medieval.

Matilde se convirtió en reina pero nunca dejó sus modos humildes y piadosos de vivir como el repartir limosna a los pobres. En el palacio real atendía a todos y ninguna persona en busca de ayuda se iba sin ser atendido.

Después de 23 años de matrimonio quedó viuda, y ofreció desprenderse de todas sus joyas y brillantes por el alma de su esposo fallecido.

Sus últimos años los pasó dedicada a fundar conventos y a repartir limosnas a los pobres, y cuando cumplió 70 años se dispuso a pasar a la eternidad y repartió entre los más necesitados todo lo que tenía.  

Murió en el 968 en el convento de San Servacio y San Dionisio en Quedlinburg, y fue sepultada allí al lado de su esposo. Fue venerada como santa inmediatamente luego de su muerte. Su festividad es el 14 de marzo.