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sábado, 24 de noviembre de 2018
CÓMO ES NUESTRO CRISTO REY?
¿Cómo es nuestro Cristo Rey?
En la fiesta de Cristo Rey, te pido la gracia que establezcas tu Reino de paz en mi corazón.
Por: P. Antonio Rivero, L.C. | Fuente: Catholic.net
OBJETIVO
Renovar nuestra ilusión de trabajar por Cristo Rey, a fin de llevar su Reino a nuestro alrededor, a nuestra familia, a nuestros amigos.
PETICIÓN
Señor Jesucristo, Rey del Universo, te pido la gracia de que establezcas tu Reino de paz, de verdad, de amor, de esperanza y de pureza, en mi corazón, para que después me lance a llevar bien alta tu bandera, esa bandera cuyos colores me trazaste en las bienaventuranzas (Mateo 5, 1-8).
PUNTOS DE REFLEXIÓN
1. ¿Cómo es nuestro Cristo Rey? Cuando vino hace dos mil años, vino oculto en pañales, en la humildad, sencillez, pobreza, mansedumbre. No quiso imponerse, sino proponerse. No quiso ser temido, sino acogido y amado. No quiso hacer ruido, sino pasar desapercibido. Se dejó alimentar, enseñar, adoctrinar. Caminó, se cansó, tuvo sed, lloró. Fue amado por uno hasta la locura del martirio. Y odiado por otros, hasta llevarle a la muerte. Un Rey que guardó la espada de su justicia, para desplegar sólo la capa de su misericordia, que tendía a todos los que a Él se acercaban. Un Rey que salió a la conquista del mundo, no con un ejército de fieros guerreros, adiestrados en artes marciales o bélicas; sino con un minúsculo equipo de humildes pescadores, que sólo sabían el arte de pescar y remendar las redes. Un Rey que anunció su Reino maravilloso de paz, de humildad, de pobreza, de pureza, de verdad.
Un Rey que prefirió morir por sus súbditos, y así salvarnos. Pero un Rey que resucitó, se fue al Cielo, nos dejó su presencia viva en la Eucaristía y en los sacramentos. Y un Rey que vendrá Glorioso, al final de los tiempos para desplegar su Justicia y dar su premio a quienes lucharon con Él.
2. ¿Cuál es el objetivo de este Rey? El plan estratégico de Cristo Rey es llevar su Reino a todas partes, no por las armas, ni por la violencia, ni por el engaño, sino por la fuerza del amor. Llevar su Reino de justicia, que destruya toda injusticia. Su Reino de amor, que acabe con los odios y egoísmos. Su Reino de verdad, que aniquile la mentira y los errores doctrinales. Su Reino de paz, que suplante a la guerra. Su Reino de pureza, que limpie toda inmundicia.
Su Reino de vida, que termine con esa terrible cultura de la muerte (aborto, eutanasia, manipulación genética). Su Reino de luz, que desenmascare a las falsas antorchas del liberalismo, neomodernismo, tecnicismo que pretenden iluminar nuestra sociedad y lo único que están logrando es dejarnos bizcos y ciegos para las cosas espirituales y echar de un plumazo a Dios de la esfera política, económica y social. Su Reino de desprendimiento interior, que desate todas esas cadenas que nuestro mundo y del dinero nos pone, arrebatándonos la verdadera libertad interior. Su Reino de esperanza, que anime a los desalentados y desilusionados de la vida. Su Reino de verdadera alegría, que supla esa otra alegría postiza y ligera de los fáciles placeres. Su Reino de fe, que disipe el ateísmo, el agnosticismo y el indiferentismo religioso que cunden en nuestro mundo; y que acabe con esos movimiento pseudorreligiosos que intentan robar nuestra fe y mezclarla con elementos paganos.
3. ¿Cuáles son las exigencias de Cristo Rey? Son tres: negarse a sí mismo, tomar la cruz de cada día y seguir las huellas de este Rey, llevando en la mano y en el corazón su estandarte y su bandera. Negarse a sí mismo significa luchar para contrarrestar esas tendencias desordenadas que todos llevamos dentro desde el pecado original: la tendencia a la ambición, a los apegos, a la vida fácil, al egoísmo, al disfrute sin freno, a la vanidad, a la soberbia, a querer tener la razón, a imponerme. El medio para negarnos es la mortificación de nuestro cuerpo, de nuestros sentidos...y la búsqueda de cuanto me cuesta por amor a Cristo. Tomar la cruz cada día significa mirar la cruz de frente, no rehuir, ni acortarla, ni cubrirla de terciopelo para que no me moleste, agradecerla todos los días a Dios, llevarla con serenidad, paciencia y, si es posible, con alegría interna...Todos los días, no sólo cuando no me pesa. Seguir las huellas de Cristo significa que tengo que poner mi pie donde Jesús lo ha puesto, pues Él va delante marcando el camino. Llevando su bandera con orgullo, con amor y alegría y clavándola en mi casa, en mi trabajo, en todas partes donde vaya.
4. ¿Cuál es el premio a quienes luchen en su ejército y bajo su bandera? Aquí en la tierra: seguridad de éxito, alegría interior, paz del alma, certeza de la compañía de Jesús, realización en la vida. Y allá arriba, la vida eterna, el premio del cielo.
SON ESPÍRITU Y VIDA
Son espíritu y vida
Dios está vivo en su Palabra para iluminarte, consolarte, fortalecerte… Pero debes acercarte a ella con verdadera fe. Antes de leerla es adecuado que te pongas en la presencia del Señor con alguna oración que te transporte a un clima de devoción y acogida cordial del don de Dios. Aquí tienes una oración para interiorizar el valor de esta Palabra que genera vida nueva.
- Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.
- Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.
- Tú tienes palabras de vida eterna.
- Son espíritu y vida.
- Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
- Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.
El profeta Jeremías veneraba la Palabra de Dios. Sentía consumirse su corazón hasta encontrar un fragmento cualquiera de ese divino manjar para saciar el hambre que atormentaba su espíritu. Hablando con Dios una vez le dijo: “Cuando encontraba palabras tuyas, las devoraba; ellas eran mi gozo y la alegría de mi corazón”. Esa sea tu actitud.
* Enviado por el P. Natalio
PERSEVERANCIA
Perseverancia
¿Te has puesto a observar la actitud de los pájaros ante las adversidades?
Están días y días haciendo su nido, recogiendo materiales a veces traídos desde largas distancias...
... Y cuando ya está terminado y están prontos para poner los huevos, las inclemencias del tiempo, la obra del ser humano o de algún animal lo destruye y tira por suelo lo que con tanto esfuerzo se logró...
¿Qué hace el pájaro? ¿Se paraliza, abandona la tarea?
De ninguna manera. Vuelve a comenzar, una y otra vez, hasta que en el nido aparecen los primeros huevos.
A veces -muchas veces- antes de que nazcan los pichones algún animal, un niño, una tormenta, vuelve a destruir el nido, pero esta vez con su precioso contenido...
Duele recomenzar desde cero... Pero aun así el pájaro jamás enmudece, ni retrocede, sigue cantando y construyendo, construyendo y cantando...
- ¿Has sentido que tu vida, tu trabajo, tu familia, tus amigos no son los que soñaste?
- ¿Has querido decir basta, no vale la pena el esfuerzo, esto es demasiado para mí?
- ¿Estás cansado de recomenzar, del desgaste, de la lucha diaria, de la confianza traicionada, de las metas no alcanzadas cuando estabas a punto de lograrlo?
Así te golpee la vida una vez más no te entregues nunca, di una oración, pon tu esperanza al frente y arremete. No te preocupes si en la batalla sufres alguna herida, es de esperar que algo así suceda.
Junta los pedazos de tu esperanza, ármala de nuevo y vuelve a arremeter. No importa lo que pase... no desmayes, sigue adelante.
La vida es un desafío constante pero vale la pena aceptarlo.
Y sobre todo... nunca dejes de cantar.
LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 24 DE NOVIEMBRE
LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
24 de Noviembre
Seguir a Jesucristo es caminar con Cristo, al lado de él; sintiendo su mano sobre la nuestra es mucho menos penosos. Ir en pos de Jesucristo significa seguirlo, imitarlo, copiar en nuestra vida las virtudes del Señor Jesús.
El discípulo ha de seguir al Maestro en todo; seguirá sus pasos con una imitación fiel y ferviente de la vida de Jesús, dejándose impregnar de los sentimientos de Jesús, valorando las cosas con el criterio de Jesús, buscando siempre y en todo la voluntad del Padre que está en los cielos, lo mismo que hizo Jesús, que no vino para hacer su voluntad, sino la voluntad del Padre que lo envió.
P. Alfonso Milagro
NOVENA A SAN FRANCISCO JAVIER, PATRONO DE LAS MISIONES, DE 24 DE NOVIEMBRE AL 2 DE DICIEMBRE
Hoy se inicia la Novena a San Francisco Javier, patrono de las misiones
Redacción ACI Prensa
“Si en esas islas hubiera minas de oro, los cristianos se precipitarían allá. Pero no hay sino almas para salvar", dijo en una ocasión San Francisco Javier, patrono de las misiones, mostrando así su ardor por evangelizar en las Indias.
Cercanos a la fiesta de este gran jesuita, que se celebra cada 3 de diciembre, les compartimos una novena que según se cuenta se inició por algunos milagros obrados por intercesión del Santo.
Uno de ellos es el siguiente: se dice que mientras se adornaba un altar para la fiesta de la Inmaculada Concepción de 1633 en Nápoles, un martillo cayó desde los andamios e hirió mortalmente en la sien al jesuita P. Marcelo Mastrilli.
La salud del presbítero fue decayendo día a día y sus hermanos se preparaban para darle la extremaunción unción, sin posibilidad de darle el viático porque el enfermo no podía ni siquiera beber una gota de agua. Sin explicación alguna y ante el asombro de todos, el P. Mastrilli de pronto se levantó sano y recuperado. La herida había desaparecido y la cicatriz no se notaba.
Muy de mañana celebró la Misa y dio la comunión a muchas personas que acudieron a ver lo que había sucedido. El sacerdote subió al púlpito y contó que al verse herido y sin esperanza de vida, hizo una promesa en honor a San Francisco Javier: iría de misiones si se recuperaba.
Cierta noche se le apareció el Santo, lo animó a cumplir su voto y a ser mártir en Japón. Eso efectivamente sucedió varios años después. Tras la aparición, el sacerdote recomendó la especial ayuda de San Francisco Javier a cuantos lo invocaran y exhortaba a rezarle una novena.
Más adelante, el P. Alejandro Filipucci, también curado por la intercesión del Santo en 1658, compuso la “Novena de la Gracias”, una oración muy conocida que presentamos a continuación.
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Acto de Contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser vos quien sois, bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
Oración para todos los días
Amabilísimo y amantísimo Santo: adoro contigo humildemente a la Divina Majestad y le doy gracias por los singulares dones de gracia que te concedió en vida y por la gloria de que ya gozas. Te suplico con todo el afecto de mi alma, me consigas por tu poderosa intercesión, la gracia importantísima de vivir y morir santamente. Te pido también me alcances la gracia especial que pido en esta novena... (Aquí se piden las gracias espirituales y temporales que se desean). Y si lo que pido no conviene a mayor gloria de Dios y bien de mi alma, quiero alcanzar lo que para eso fuere más conveniente. Amén.
Un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Oración final
(Se puede terminar con la siguiente oración atribuida a San Francisco Javier)
Eterno Dios, Creador de todas las cosas: acuérdate que tú creaste las almas de los infieles, haciéndolas a tu imagen y semejanza.
Mira, Señor, como en deshonra tuya se llenan de ellas los infiernos. Acuérdate, Padre celestial, de tu Hijo Jesucristo, que derramando tan liberalmente su sangre, padeció por ellas. No permitas que sea tu Hijo por más tiempo menospreciado de los infieles, antes aplacado con los ruegos y oraciones de tus escogidos los Santos y de la Iglesia, Esposa muy bendita de tu mismo Hijo, acuérdate de tu misericordia, y olvidando su idolatría e infidelidad, haz que ellos conozcan también al que enviaste, Jesucristo, Hijo tuyo, que es salud, vida y resurrección nuestra, por el cual somos libres y nos salvamos; a quien sea dada la gloria por infinitos siglos de los siglos. Amén.
Oración. Oh Dios, que quisiste agregar a tu Iglesia las naciones de las Indias por la predicación y por los milagros de San Francisco Javier: concédenos que, venerando la gloria de sus insignes merecimientos, imitemos también los ejemplos de sus heroicas virtudes. Por nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina contigo por los siglos de los siglos. Amén.
PAPA FRANCISCO INSISTE EN LA IMPORTANCIA DEL DISCERNIMIENTO PARA SEMINARISTAS Y FUTUROS ESPOSOS
El Papa insiste en la importancia del discernimiento para seminaristas y futuros esposos
Redacción ACI Prensa
Foto: Vatican Media
El Papa Francisco subrayó la importancia del acompañamiento en el discernimiento vocacional tanto en la vocación sacerdotal como al matrimonio.
En este sentido, lamentó que muchos de los problemas que surgen a los sacerdotes a lo largo de su ministerio, y de los matrimonios a lo largo de su vida conyugal, se deben a una falta de discernimiento en las etapas de formación.
Durante una audiencia que concedió en el Vaticano este sábado 24 de noviembre a seminaristas de la Diócesis italiana de Agrigento, el Santo Padre realizó un breve balance del Sínodo de los Obispos sobre los jóvenes que se celebró el pasado mes de octubre.
El Santo Padre reflexionó sobre el icono bíblico de los discípulos de Emaús “que guio todo el trabajo del último Sínodo y puede continuar inspirando vuestro camino”, dijo a los seminaristas.
“Precisamente ‘camino’ es la primera palabra clave: Jesús Resucitado nos encuentra en el camino, aquella realidad en la cual cada uno de nosotros está llamado a vivir y que es el recorrido interior, la vía de la fe y de la esperanza, que conoce momentos de luces y momentos de oscuridad”.
El Papa explicó que en ese camino “el Señor nos encuentra, nos escucha y nos habla”. La segunda palabra clave a la que hizo referencia es “escucha”. “Nuestro Dios es Palabra, y al mismo tiempo es silencio que escucha”.
“Jesús es la Palabra que se ha hecho escucha, acogida de nuestra condición humana. Cuando aparece junto a los dos discípulos camino con ellos escuchándolos, y también estimulándoles a sacar fuera lo que llevan dentro: sus esperanzas, sus decepciones”.
Aplicado a la vida del seminarista, señaló que, este modo de actual del Señor “significa que en primer lugar está el diálogo con el Señor hecho de escucha recíproca: Él escucha y yo lo escucho a Él”.
“Esta escucha del corazón en la oración nos educa a ser personas capaces de escuchar a los demás, a convertirnos en sacerdotes que ofreces el servicio de la escucha, y nos educa a ser cada vez más ‘Iglesia en escucha’, comunidad que sabe escuchar”.
Por último, la tercera palabra clave: discernimiento. Subrayó que “el seminario es el lugar y el tiempo para el discernimiento. Esto requiere un acompañamiento, como hace Jesús con los dos discípulos de Emaús y con todos los discípulos, en particular con los Doce”.
Jesús “los acompaña con paciencia y con sabiduría, los educa a seguirlo en la verdad, desenmascarando las falsas actitudes que llevan en el corazón. Con respeto y con decisión, como un buen amigo, y también como un buen médico, que en ocasiones debe emplear el bisturí”.
“Muchos de los problemas que se manifiestan en la vida de un sacerdote a menudo se deben a la falta de discernimiento en los años del seminario. No todos y no siempre, pero muchos. Es normal, vale lo mismo para el matrimonio: determinadas cosas que no se afrontan al principio pueden convertirse en problemas más tarde”.
La cuarta y última palabra clave citada por el Papa es “misión”. “El Sínodo de los jóvenes ha revalorizado mucho la dimensión sinodal de la misión: el caminar juntos al encuentro con los demás”.
Francisco advirtió de la tentación de ser “buenos misioneros individuales”. Señaló que ya como seminarista “se puede caer en esta tentación: sentirse especial porque se es brillante a la hora de predicar, o de organizar eventos, o al celebrar las ceremonias”. Ante esa tentación, animó a aumentar la comunión entre el clero.
EL EVANGELIO DE HOY SÁBADO 24 NOVIEMBRE 2018
Lecturas de hoy Sábado de la 33ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, sábado, 24 de noviembre de 2018
Primera lectura
Lectura del libro del Apocalipsis (11,4-12):
Me fue dicho a mí, Juan:
«Aquí están dos testigos míos, estos son los dos olivos y los dos candelabros que están ante el Señor de la tierra. Y si alguien quiere hacerles daño, sale un fuego de su boca y devora a sus enemigos; y si alguien quisiera hacerles daño, es necesario que muera de esa manera. Estos tienen el poder de cerrar el cielo, para que no caiga lluvia durante los días de su profecía, y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre y para herir la tierra con toda clase de plagas siempre que quieran.
Y cuando hayan terminado su testimonio, la bestia que sube del abismo les hará la guerra y los vencerá y los matará. Y sus cadáveres yacerán en la plaza de la gran ciudad, que se llama espiritualmente Sodoma y Egipto, donde también su Señor fue crucificado. Y gentes de los pueblos, tribus, lenguas y naciones contemplan sus cadáveres durante tres días y medio y no permiten que sus cadáveres sean puestos en un sepulcro. Y los habitantes de la tierra se alegran por ellos y se regocijan y se enviarán regalos unos a otros, porque los dos profetas fueron un tormento para los habitantes de la tierra».
Y después de tres días y medio, un espíritu de vida procedente de Dios entró en ellos, y se pusieron de pie, y un gran temor cayó sobre quienes los contemplaban. Y oyeron una gran voz del cielo, que les decía:
«Subid aquí».
Y subieron al cielo en una nube, y sus enemigos se quedaron mirándolos.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 143,1.2.9-10
R/. ¡Bendito el Señor, mi alcázar!
V/. Bendito el Señor, mi Roca,
que adiestra mis manos para el combate,
mis dedos para la pelea. R/.
V/. Mi bienhechor, mi alcázar,
baluarte donde me pongo a salvo,
mi escudo y refugio,
que me somete los pueblos. R/.
V/. Dios mío, te cantaré un cántico nuevo,
tocaré para ti el arpa de diez cuerdas:
para ti que das la victoria a los reyes,
y salvas a David, tu siervo, de la espada maligna. R/.
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (20,27-40):
En aquel tiempo, se acercaron algunos saduceos, los que dicen que no hay resurrección, y preguntaron a Jesús:
«Maestro, Moisés nos dejó escrito: “Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer pero sin hijos, que tome la mujer como esposa y dé descendencia a su hermano». Pues bien, había siete hermanos; el primero se casó y murió sin hijos. El segundo y el tercero se casaron con ella, y así los siete, y murieron todos sin dejar hijos. Por último, también murió la mujer. Cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete la tuvieron como mujer».
Jesús les dijo:
«En este mundo los hombres se casan y las mujeres toman esposo, pero los que sean juzgados dignos de tomar parte en el mundo futuro y en la resurrección de entre los muertos no se casarán ni ellas serán dadas en matrimonio. Pues ya no pueden morir, ya que son como ángeles; y son hijos de Dios, porque son hijos de la resurrección.
Y que los muertos resucitan, lo indicó el mismo Moisés en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor: “Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob”. No es Dios de muertos, sino de vivos: porque para él todos están vivos».
Intervinieron unos escribas:
«Bien dicho, Maestro».
Y ya no se atrevían a hacerle más preguntas.
Palabra del Señor
Comentario al Evangelio de hoy sábado,
24 de noviembre de 2018
CR
Al final de una tarea realizada, miramos atrás para saborearla. Nos gusta recrearnos en lo bien hecho, analizar cada paso y corregir algún posible error. Al final de la vida, nuestra gran tarea a saborear, a analizar, no será otra cosa que nuestra propia vida.
Muchos de nosotros hemos puesto todo nuestro empeño en una cosa: ser testigos del Señor, es decir, que nuestra vida, palabras y acciones muestren a Jesús.
No sabemos cómo será el cielo que se nos ha prometido, sólo sabemos que en aquél día se nos dirá: “mi siervo, amado, fiel”. Y podremos ver al Señor cara a cara.
Mi corazón se estremece tan sólo de pensarlo.
No obstante esa misión que se nos ha encomendado, no es un añadido en nuestra vida. O es el centro que determina todo cuanto somos o hacemos o simplemente no somos testigos.
Hoy celebramos la memoria de a San Andrés Dung-Lac junto con los otros 116 mártires vietnamitas de los siglos XVIII y XIX (ocho obispos, cincuenta sacerdotes, cincuenta y nueve laicos, hombres y mujeres de diferentes edades y condiciones , todos los cuales prefirieron el destierro, las cárceles, los tormentos y finalmente la muerte a renunciar a su fe. Su fortaleza es la fortaleza de los millones de católicos vietnamitas que a pesar del acoso y la discriminación que sufren, todavía en nuestros días, permanecen fieles, siendo testigos de la paz y la reconociliación.
Para ser testigo como ellos se necesita mucha audacia y mucha fe. Pidámosle al Señor, el testigo fiel, que nos enseñe y ayude a ser en verdad sus testigos en todas las situaciones de nuestra vida.