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sábado, 27 de octubre de 2018

HALLOWEEN: EL PROBLEMA NO ESTÁ EN LOS DISFRACES O DULCES, ACLARA EXORCISTA


Halloween: El problema no está en los disfraces o dulces, aclara exorcista
Redacción ACI Prensa




El P. Vincent Lampert, exorcista y párroco en la Arquidiócesis de Indianápolis (Estados Unidos), afirmó que los padres deben recordar los orígenes cristianos de Halloween y hacer una celebración consecuente en la Víspera de Todos los Santos “en vez de glorificar al mal”.

"En última instancia, no creo que haya nada malo con que los niños se pongan un traje, se vistan de vaquero o Cenicienta y pasen por el barrio pidiendo dulces. Es una diversión sana”, dijo el P. Lampert en diálogo con CNA, agencia en inglés del Grupo ACI.

El sacerdote aseguró que el peligro radica en los trajes que glorifican el mal deliberadamente e infunden miedo, o cuando las personas pretenden “obtener poderes especiales” a través de la magia y brujería, aunque sea solo por diversión.

"En el libro de Deuteronomio, en el capítulo 18, se habla de no intentar consultar a los espíritus de los muertos, tampoco a los que practican magia, brujería o actividades afines. Aquello sería una violación de un mandamiento de la Iglesia, al colocar otras cosas por delante de la relación con Dios".

"Y ese sería el peligro de Halloween. Que de alguna manera Dios se pierde en todo esto, que la connotación religiosa se pierda y finalmente la gente glorifique el mal", añadió.

También dijo que es importante recordar que el diablo y los espíritus malignos no tienen ninguna autoridad adicional en Halloween, aunque lo parezca.

"El diablo actúa por lo que la gente hace, no porque este haga algo por sí mismo. Tal vez por la forma en que se celebra ese día, en realidad se invita a que el mal entre a nuestras vidas", dijo.

Finalmente el P. Lampert aseguró que una de las mejores cosas que los padres pueden hacer es utilizar Halloween como un momento de aprendizaje y explicar a los niños “por qué ciertas prácticas no conducen a nuestra fe e identidad católica”.

Por otro lado, Anne Auger, una madre católica de tres niños en el estado de Winsconsin (Estados Unidos), dijo a CNA, que si bien deja que sus hijos se disfracen y pidan dulces, siempre verifica las casas por donde pasarán y así evitar aquella que están decoradas “con cosas temibles”.

"El año pasado una persona llegó a la puerta vestida como un lobo demoníaco. A veces las personas se visten como brujas y puedo entender eso, pero esto fue un nivel completamente nuevo, tan diferente a cuando éramos pequeños".

También aseguró que los padres deben enseñar a sus hijos el significado de Halloween, siempre en relación al día de Todos los Santos.

"Les decimos que estamos teniendo una fiesta porque celebraremos a los santos en el cielo, y por eso salimos a pedir dulces”, añadió.

Kate Lesnefsky, otra madre católica, con niños entre 3 y 16 años, también les permite que elijan sus trajes para pedir dulces, siempre y cuando no infundan miedo o tengan aspecto demoníaco.

Al día siguiente lleva a sus hijos a la Misa por la Solemnidad de Todos los Santos, y la familia usa esto como ocasión para hablar sobre la muerte y la santidad.

"Tengo una hermana que murió cuando tenía 19 años. Entonces hablamos de diferentes personas que sabemos que están en el cielo, de mis abuelos o de los diferentes santos", dijo Lesnefsky.

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 27 OCTUBRE


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
27 de Octubre



El Reino de Dios no es reino de muerte, sino de vida; no son sus hijos los muertos, sino los vivos, los que gozan de la vida de la gracia.

Tienes que vivir esa Vida divina en ti; ese tu Dios Uno y Trino, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ha de tener en ti su asiento y su morada; reflexiona que eres verdaderamente templo de Dios, morada del Espíritu Santo.

Inicia una nueva vida menos cómoda y más entregada, menos egoísta y más generosa, pensando menos en ti y algo más en los demás; levántate de una vida encerrada en ti, en tus gusto y comodidades, a una vida abierta a los demás y a las conveniencias del Evangelio.


P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 27 OCTUBRE


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
26 Octubre



Ir a Jesús, porque en él encontramos cuanto desea nuestro corazón, solamente en él hallamos la paz, la tranquilidad y la seguridad que tanto anhelamos.

Escuchar las palabras de Jesús: ¿Quién podrá ser mejor Maestro que él? ¿Quién tiene un mensaje más verdadero y santo que el mensaje de Jesús? No dejes caer en el vacío las palabras de tu Maestro, que es Jesucristo; él desparrama sus palabras, pero cada palabra de Jesús es como un pájaro que busca la rama de un árbol donde anidar, cada palabra de Jesús busca un corazón donde puede ser aceptada.

Poner en práctica las palabras de Jesús: no bastará que escuches la Palabra de Dios, que la aceptes, que te llenes de ella; debes hacer todo eso, pero en orden a la vivencia.


P. Alfonso Milagro

EL EVANGELIO DE HOY SÁBADO 27 DE OCTUBRE 2018


Lecturas de hoy Sábado de la 29ª semana del Tiempo Ordinario
 Hoy, sábado, 27 de octubre de 2018



Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (4,7-16):

A cada uno de nosotros se le ha dado la gracia según la medida del don de Cristo. Por eso dice la Escritura: «Subió a lo alto llevando cautivos y dio dones a los hombres.» El «subió» supone que había bajado a lo profundo de la tierra; y el que bajó es el mismo que subió por encima de todos los cielos para llenar el universo. Y él ha constituido a unos, apóstoles, a otros, profetas, a otros, evangelizadores, a otros, pastores y maestros, para el perfeccionamiento de los santos, en función de su ministerio, y para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que lleguemos todos a la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud. Para que ya no seamos niños sacudidos por las olas y llevados al retortero por todo viento de doctrina, en la trampa de los hombres, que con astucia conduce al error; sino que, realizando la verdad en el amor, hagamos crecer todas las cosas hacia él, que es la cabeza: Cristo, del cual todo el cuerpo, bien ajustado y unido a través de todo el complejo de junturas que lo nutren, actuando a la medida de cada parte, se procura el crecimiento del cuerpo, para construcción de sí mismo en el amor

Palabra de Dios


Salmo
Sal 121,1-2.3-4a.4b-5

R/. Vamos alegres a la casa del Señor

¡Qué alegría cuando me dijeron: 
«Vamos a la casa del Señor»! 
Ya están pisando nuestros pies 
tus umbrales, Jerusalén. R/. 

Jerusalén está fundada 
como ciudad bien compacta. 
Allá suben las tribus, 
las tribus del Señor. R/. 

Según la costumbre de Israel, 
a celebrar el nombre del Señor; 
en ella están los tribunales de justicia, 
en el palacio de David. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (13,1-9):

En una ocasión, se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos cuya sangre vertió Pilato con la de los sacrificios que ofrecían. 
Jesús les contestó: «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera.» 
Y les dijo esta parábola: «Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: "Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a ocupar terreno en balde?" Pero el viñador contestó: "Señor, déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto. Si no, la cortas."»

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy sábado, 27 de octubre de 2018
 Carlos Sánchez


Hola, amigos y amigas:

Ayer veíamos que Jesús nos invitaba a interpretar los hechos históricos sociales y personales en clave de fe, pero hoy Él mismo nos hace caer en la cuenta de que esta tarea no es fácil y que puede llevarnos a confusiones, por ejemplo, sus interlocutores interpretaron la muerte de los galileos en manos de Pilato y la de aquellos que fueron aplastados por la torre de Siloé en clave de castigo divino por sus pecados. Jesús los conduce hacia otra clave, la de la conversión. Es curioso que el evangelista Lucas coloque a continuación la parábola de la higuera estéril, que resalta la paciencia y la misericordia de Dios frente a la impaciencia del que no encuentra los frutos que esperaba y quería cortar del todo la higuera. Con cuánta facilidad nosotros también tendemos a interpretar los momentos difíciles de la vida como castigo divino, ya sea para nosotros mismos o para los demás; qué tranquilizador es pensar que a los demás les va mal porque se lo merecen, así nos sentimos mejores. Cuántas veces nos viene muy bien a nuestros intereses la imagen de un Dios castigador e impaciente; muchos discursos religiosos insisten en ello, poniendo siempre a los “otros” como los castigados.

Jesús nos invita a interpretar los acontecimientos desde otra clave, la de la constante llamada a la conversión que nos hace un Dios paciente y misericordioso, que quiere nuestro bien y lo busca de mil maneras cada día, sin impacientarse ni rendirse. Cuando nos movemos en estas claves de interpretación de nuestras vidas, podemos desterrar el terror religioso, el temor, la culpabilización y la pasividad. Toda la vida de Jesús nos anuncia la buena nueva de un Dios enamorado de los seres humanos, que espera con solicitud de padre la hora en que cada uno de sus hijos e hijas descubran la hondura de su amor y las consecuencias que esto supone en su vida personal, familiar y social.

Convertirnos no supone cambiar de conducta de la noche a la mañana, sino, más bien, se trata de un proceso continuo que nos permite descubrir el amor paciente de Dios que no nos ha destruido ni cortado del todo, sino que siempre y a través de todo nos está invitando a ser más humanos y más hermanos, tal como nos lo mostró con su vida Jesús de Nazaret. Este amor posibilita la conversión que nos capacita para cambiar nuestros modos de pensar, empezar nuevos procesos de relaciones, desterrar viejos hábitos insanos y emprender otros nuevos que sean más evangélicos y nos hagan más sencillos, alegres y solidarios.

Un saludo fraterno
Carlos Sánchez Miranda, cmf.