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domingo, 30 de septiembre de 2018

DIBUJO LIBRE


Dibujo libre



Un poeta escribió que “los niños vienen a la tierra con todo el cielo enredado en los ojos”. Sin duda quiso expresar que tienen unos ojos tan inocentes y puros que nos hacen pensar en la santidad de ese Dios que es todo luz y pureza, “en quien no hay tiniebla alguna” (1Jn 1,5). Lee la anécdota de una niña que parecía traer a Dios prendido en la diafanidad de sus recuerdos…

Una maestra de Jardín observaba a sus alumnos mientras hacían un dibujo libre que les había pedido. Al llegar al lado de una niñita que muy concentrada hacía su trabajo, la maestra le preguntó qué era aquello que dibujaba. La niña le respondió: “Estoy dibujando a Dios”. La maestra le replicó: “Pero es que nadie sabe cómo es Dios, porque nadie lo ha visto”. Sin levantar siquiera la vista del dibujo, la niñita añadió muy segura: “Lo verán dentro de un minuto”.

“Si no vuelven ustedes a ser como niños, no entrarán en el Reino de los cielos”, dijo Jesús. Los niños son puros, inocentes, sencillos, sinceros, humildes, confiados. Pidamos al Señor con insistencia que estas cualidades vayan configurando nuestro corazón para poder ver ese divino rostro que sólo se revelará a los puros de corazón.



* Enviado por el P. Natalio

CONTRATIEMPOS


Contratiempos



Una persona falla a una cita sin avisarte, no puedes hacer una comunicación porque nadie atiende el teléfono, la comida es insuficiente y no de tu gusto, etc., son situaciones que requieren calma y buen humor para permanecer sereno. Aquí te ofrezco unas ideas para fortalecer tu decisión de no dejarte perturbar por las contrariedades de cada día.

Debes estar siempre prevenido. Las adversidades, cuando se las ve venir, son menos de temer que cuando nos hieren de improviso. Pon en el presupuesto de tus previsiones para el día cuatro o cinco contrariedades normales y, cuando te sucedan algunas de ellas, apenas te sorprenderá. Acéptalas de buen grado. Debemos estar dispuestos a soportar las penas y así parecerán menos duras. Mira al Cielo: esta mirada cambia por completo la naturaleza de las cosas para quien tiene fe. Desde esta óptica, la cruz no es cruz, es joya preciosa que es preciso estimar en gran valor. Es una moneda con la que se adquieren bienes inmensos.

Puedes también aprender de los contratiempos, si tratas de encontrar el aspecto positivo de las adversidades. Que no dramatices las dificultades, porque no pocas veces son fantasmas de la imaginación que racionaliza nuestras cobardías, para no salir de la fácil rutina. ¡Ánimo, sé valiente y confía en el Señor!



* Enviado por el P. Natalio

DEJAR DE LADO EL ORGULLO - MEDITACIÓN DEL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 30 SEPTIEMBRE


Dejar de lado el orgullo 




En un cine el protagonista es predicador evangélico.  Se llama a sí mismo “el Apóstol”.  En una escena este predicador mira a un sacerdote bendiciendo una flota de botes de pesca.  No muestra ningún enojo o envidia.  Sólo comenta: “Ellos hacen las cosas en su manera, y yo en mi manera.  Ambos de nosotros cumplimos la tarea”.  De una manera el Apóstol muestra la misma apertura de Jesús en el evangelio hoy.

Juan viene alterado a Jesús.  Los discípulos han encontrado a un exorcista trabajando en su nombre.  Porque no era de los doce, buscan la aprobación del Señor por haberlo prohibido.  Se quiere preguntar: ¿Qué es el problema al fondo?  ¿Es que el exorcista tiene una doctrina extraña? A través del Nuevo Testamento hay gran preocupación por enseñanzas falsas.  Pero el texto no dice nada de doctrina, sólo que el exorcista hizo un servicio en el nombre de Jesús.  A lo mejor los doce resienten que un no conocido se atrevería a hacer el ministerio suyo.  Recordamos cómo eran los doce que recibieron la comisión de expulsar demonios.  También nos acordamos del pasaje del domingo pasado.  Los discípulos entonces discutían entre sí sobre quién era el más importante.  Los discípulos no son purificados de sus tendencias a pecar.  Tienen tan gran orgullo que no quieren que nadie se meta en su campo de ministerio.  En contraste Jesús no tiene una mente estrecha. Quiere que todos experimenten los frutos del Reino de Dios.  Rechaza la petición de Juan firmemente.  Dice: “’Todo aquel que no está contra nosotros, está a nuestro favor’”.

Se ha dicho que el orgullo fue el primer pecado.  Adán y Eva comieron de la fruta porque querían ser grande como Dios.  Se puede ver fácilmente cómo el orgullo lleva a otros pecados en nuestras vidas.  Por el orgullo caemos en la envidia cuando nos entristecemos con el éxito del otro.  Por el orgullo mentimos para esconder nuestras faltas.  En estos modos actuamos en contra de este evangelio hoy.  Jesús está pidiendo que sus discípulos sean perfectos para que no causen escándalo a la “gente sencilla”.   Habla de manera exagerada para enfatizar su posición: “Si tu mano te es ocasión de pecado, córtatela…” Tenemos el ejemplo de San Francisco de Asís, cuyo día festivo vamos a celebrar en los pocos días más.

Francisco solía decir a todos que él era el peor pecador del mundo.  Cuando sus compañeros le preguntaron cómo podría ser, él les respondió que era la verdad porque a pesar de que Dios le había dado tantos dones, él seguía pecando.  Aunque nos parece exagerado el reclamo que era el peor pecador, tenemos que decir que Francisco de ningún modo era orgulloso.  Al contrario, era muy humilde.  Lo admiramos por su sencillez y por su compromiso completo a los modos de Jesús. Tanto como cualquier santo, Francisco merece nuestra imitación.

Moisés dice en la primera lectura: “’Ojalá que… descendiera sobre todos ellos el espíritu del Señor".  Es lo que ha pasado con la resurrección de Jesucristo de la muerte.  Todos sus discípulos, ciertamente incluyendo a nosotros, son purificados de los pecados.  Ya podemos desvestirnos del orgullo.  Ya podemos hacer lo bueno, evitar lo malo, y nunca causar escándalo.  Ya podemos ser si no perfectos, al menos mucho mejor que antes.



Padre Carmelo Mele O.P

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 30 SEPTIEMBRE


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
30 Septiembre




Jesús toma sobre sí nuestros dolores por su propio sufrimiento expiador; siglos antes ya lo afirmó Isaías: Sobre él recayó el castigo que nos da la paz y por sus heridas fuimos sanados (Is 53,5).

Pero entendamos que el Señor Jesús no solamente ha venido a dar un sentido redentor a nuestros sufrimientos, sino, sobre todo, a tomar sobre sí la expiación de nuestros pecados.

Esas son propiamente las enfermedades que ha venido a curarnos; las enfermedades del alma; él asumió ante el Padre la responsabilidad de pagar por nuestros pecados. Por eso nuestro Redentor, nuestro Salvador.

Cuando el camino se te haga difícil , duro o pesado, levanta tu vista y lo verás a él, allá delante de ti, invitándote, dándote fuerzas.


P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 29 SEPTIEMBRE


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
29 septiembre



No basta un cristianismo de fórmula; no son las palabras, sino las obras, las que nos acreditan como verdaderos discípulos del Maestro; no basta lo exterior que podamos ofrecer al mundo que nos rodea; no basta vivir en comunidad, ni presentarse como almas consagradas a Dios, ni ser fieles a determinados reglamentos, necesarios por otra parte; es preciso, antes que nada, vivir íntima y profundamente las palabras del Señor y vivir no menos entregadamente la palabra que nosotros le dimos a él.


P. Alfonso Milagro

PAPA FRANCISCO: HAY QUE RECONOCER A DIOS EN LAS PERSONAS QUE NO PERTENECEN A NUESTRO CÍRCULO


Papa Francisco: Hay que reconocer a Dios en las personas que no pertenecen a nuestro círculo
Redacción ACI Prensa.
 Crédito: © Vatican Media/ACI Prensa. Todos los derechos reservados.




Durante el rezo del Ángelus este domingo 30 de septiembre en la Plaza de San Pedro del Vaticano, el Papa Francisco pidió a los fieles reconocer la presencia de Dios en las personas que no forman parte de nuestro círculo cercano y en ambientes impredecibles.

“Es la invitación que Jesús nos dirige hoy. Él nos llama a no pensar según las categorías de ‘amigo/enemigo’, ‘nosotros/ellos’, ‘quien está dentro/ quien está fuera’, ‘mío/tuyo’, sino a ir más allá, a abrir nuestro corazón para poder reconocer su presencia y la acción de Dios incluso en ambientes insólitos e impredecibles y en personas que no forman parte de nuestro círculo”, dijo el Santo Padre reflexionado sobre el Evangelio de San Marcos 9,38-43 y 45,47-48.

En la lectura se narra que los discípulos de Jesús buscaban prohibirle a un hombre, que no formaba parte del grupo de sus seguidores, que eche demonios en su nombre. Jesús les respondió: “No se lo impidan, porque nadie puede hacer un milagro en mi Nombre y luego hablar mal de mí. Y el que no está contra nosotros, está con nosotros”.


En su reflexión, el Santo Padre explicó que Jesús quiere educar a sus discípulos de ayer y hoy, en poner en práctica esa libertad que lo caracteriza y que proviene únicamente “del Espíritu de Dios, que en su acción no está limitado por algún confín o recinto”.

“La gran libertad de Dios en el donarse a nosotros es un desafío y una exhortación a cambiar nuestras actitudes y relaciones”, resaltó el Pontífice.

En ese sentido explicó que, si bien la actitud de los discípulos de Jesús “es muy humana, muy común”, lo que se debe buscar es “estar más atentos a la autenticidad del bien, de lo bello y de lo verdadero que se realiza, que al nombre y al origen de quien lo hace”.


“Y en lugar de juzgar a los demás, debemos examinarnos a nosotros mismos y ‘cortar’ sin compromisos todo lo que pueda escandalizar a las personas más débiles de la fe”, agregó.

Al finalizar, el Santo Padre pidió “que la Virgen María, modelo de dócil acogida de las sorpresas de Dios, nos ayude a reconocer los signos de la presencia del Señor en medio de nosotros, descubriéndolo allí donde Él se manifiesta, incluso en las situaciones más impensables e inusuales”.

“Que nos enseñe a amar a nuestra comunidad sin celos y sin cerrazones, siempre abiertos al vasto horizonte de la acción del Espíritu Santo”, concluyó.

EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 30 SEPTIEMBRE 2018


Lecturas de hoy Domingo 26º del Tiempo Ordinario - Ciclo B
Hoy, domingo, 30 de septiembre de 2018


Primera lectura
Lectura del libro de los Números (11,25-29):

El Señor bajó en la nube y habló a Moisés; tomó parte del espíritu que había en él y se lo pasó a los setenta ancianos. Cuando el espíritu de Moisés se posó sobre ellos, comenzaron a profetizar, pero esto no volvió a repetirse. Dos de ellos se habían quedado en el campamento, uno se llamaba Eldad y otro Medad. Aunque estaban entre los elegidos, no habían acudido a la tienda. Pero el espíritu vino también sobre ellos y se pusieron a profetizar en el campamento. 
Un muchacho corrió a decir a Moisés: «Eldad y Medad están profetizando en el campamento.»
Josué, hijo de Nun, ayudante de Moisés desde joven, intervino diciendo: «¡Señor mío, Moisés, prohíbeselo!»
Moisés replicó: «¿Tienes celos por mí? ¡Ojalá que todo el pueblo profetizara y el Señor infundiera en todos su espíritu!»

Palabra de Dios


Salmo
Sal 18

R/. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón

La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante. R/.

La voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R/.

Aunque tu siervo vigila
para guardarlos con cuidado,
¿quién conoce sus faltas?
Absuélveme de lo que se me oculta. R/.

Preserva a tu siervo de la arrogancia,
para que no me domine:
así quedaré libre e inocente
del gran pecado. R/.


Segunda lectura
Lectura de la carta de Santiago (5,1-6):

Vosotros los ricos, gemid y llorad ante las desgracias que se os avecinan. Vuestra riqueza está podrida y vuestros vestidos son pasto de la polilla. Vuestro oro y vuestra plata están oxidados y este óxido será un testimonio contra vosotros y corroerá vuestras carnes como fuego. ¿Para qué amontonar riquezas si estamos en los últimos días? Mirad, el jornal de los obreros que segaron vuestros campos y ha sido retenido por vosotros está clamando y los gritos de los segadores están llegando a oídos del Señor todopoderoso. En la tierra habéis vivido lujosamente y os habéis entregado al placer; con ello habéis engordado para el día de la matanza. Habéis condenado, habéis asesinado al inocente, y ya no os ofrece resistencia.

Palabra de Dios


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (9,38-43.45.47-48):

En aquel tiempo, Juan dijo a Jesús: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y se lo hemos prohibido, porque no es de nuestro grupo.»
Jesús replicó: «No se lo prohibáis, porque nadie que haga un milagro en mi nombre puede luego hablar mal de mí. Pues el que no está contra nosotros está a favor nuestro. Os aseguro que el que os dé a beber un vaso de agua porque sois del Mesías no quedará sin recompensa. Al que sea ocasión de pecado para uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgaran del cuello una piedra de molino y lo echaran al mar. Y si tu mano es ocasión de pecado para ti, córtatela. Más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos al fuego eterno que no se extingue. Y si tu pie es ocasión de pecado para ti, córtatelo. Más te vale entrar cojo en la vida, que ser arrojado con los dos pies al fuego eterno. Y si tu ojo es ocasión de pecado para ti, sácatelo. Más te vale entrar tuerto en el reino de Dios que ser arrojado con los dos ojos al fuego eterno, donde el gusano que roe no muere y el fuego no se extingue.»

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy domingo, 30 de septiembre de  Fernando Torres cmf


El Reino es más grande que la Iglesia

      La parroquia, la diócesis, la Iglesia, el movimiento al que pertenezco. Esos son los grupos básicos a los que pertenece un cristiano. A través de ellos recibe la formación que necesita y canaliza el compromiso de su vida. A través de ellos se relaciona con otros grupos, con otras comunidades, con otras parroquias, con la Iglesia toda. Es maravilloso ver esas concentraciones masivas. Un día se reúnen los catequistas. Otro día se reúnen los miembros del grupo tal o de las comunidades cual. O el obispo convoca una concentración diocesana. Nos juntamos, oramos juntos, celebramos juntos nuestra vida cristiana y nos sentimos animados a seguir trabajando y esforzándonos por vivir mejor nuestro compromiso. 

      Pero, a veces, tenemos la tentación de mirar a todos los que no pertenecen a nuestro grupo como extranjeros y enemigos. Ellos no piensan exactamente como nosotros. Tienen un estilo y una forma diferente de hacer las cosas. Quizá –y esto se dio antiguamente en el caso de las congregaciones religiosas– hasta visten de forma diferente. Eso que sucede dentro de la Iglesia Católica sucede también en relación con las otras Iglesias, con las otras religiones... Miramos a los otros como extraños y, de entrada, les condenamos porque no son como nosotros. Y esa diferencia nos lleva a condenarlos. 

      El Evangelio de hoy nos recuerda algo muy importante: el Reino de Dios es más grande que el pequeño grupo que formamos los discípulos de Jesús, que los que estamos en nuestra parroquia, nuestra comunidad, nuestro grupo o nuestra Iglesia. El Reino abarca a todos los hombres de buena voluntad. Sin excepción. Basta con que abramos los ojos, habiéndolos limpiado previamente de prejuicios, filtros negativos y gafas oscuras, y miremos a nuestro alrededor. Nos sorprenderemos al ver la cantidad de hombres y mujeres que, aún pensando muchas veces de forma muy diferente a como nosotros pensamos o utilizando un nombre diferente para llamar a Dios o, incluso, afirmando con sus labios que Dios no existe, han hecho de su vida un servicio a los demás, a su bienestar, a su felicidad, a la justicia, a la fraternidad. Es clarísimo: ellos también pertenecen al Reino. Jesús nos trajo el mensaje de un Dios que está a favor de la vida del hombre. Y todo el que esté a favor del hombre y de su vida, está de su lado. “El que no está contra nosotros está a favor nuestro”. 

      Los cristianos tendríamos que aprender a jugar el juego de la inclusión y evitar a toda costa el juego de la exclusión. Porque Jesús no excluyó a nadie. Sino que juntó a todos. Hoy es día para sentirnos hermanos y hermanas de todos aquellos que, bajo cualquier fe o ideología, se han dedicado a hacer el bien. Jesús está con ellos y nosotros también. 



Para la reflexión

      ¿Cómo miro a mis hermanos de otros grupos y movimientos? ¿Y a los de otras iglesias? ¿Y a los de otras religiones? ¿Les excluyo o les incluyo en el Reino? ¿Creo en su buena voluntad?