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domingo, 23 de septiembre de 2018

QUÉDATE, SEÑOR, CONMIGO - PLEGARIA DEL PADRE PÍO PARA DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


QUÉDATE, SEÑOR, CONMIGO 
(Plegaria del Padre Pío para después de la comunión)



QUÉDATE, SEÑOR, CONMIGO
(Plegaria del Padre Pío para después de la comunión)

Has venido a visitarme,
como Padre y como Amigo.
Jesús, no me dejes solo.
¡Quédate, Señor, conmigo!

Por el mundo envuelto en sombras
voy errante peregrino.
Dame tu luz y tu gracia.
¡Quédate, Señor, conmigo!

En este precioso instante
abrazado estoy contigo.
Que esta unión nunca me falte.
¡Quédate, Señor, conmigo!

Acompáñame en la vida.
Tu presencia necesito.
Sin Ti desfallezco y caigo.
¡Quédate, Señor, conmigo!

Declinando está la tarde.
Voy corriendo como un río
al hondo mar de la muerte.
¡Quédate, Señor, conmigo!

En la pena y en el gozo
sé mi aliento mientras vivo,
hasta que muera en tus brazos.
¡Quédate, Señor, conmigo!

HOY 23 SEPTIEMBRE CELEBRAMOS A SAN PÍO DE PIETRELCINA, EL SACERDOTE DE LOS ESTIGMAS


Hoy celebramos a San Pío de Pietrelcina, el sacerdote de los estigmas
Redacción ACI Prensa




“Oh Jesús, mi suspiro y mi vida, te pido que hagas de mí un sacerdote santo y una víctima perfecta”, escribió una vez San Pío de Pietrelcina, cuya fiesta se celebra hoy. Su oración fue escuchada y se le concedió el don de los estigmas.

Durante su vida, Dios lo dotó de muchos dones, como el discernimiento extraordinario que le permitió leer los corazones y las conciencias. Por ello muchos fieles acudían a confesarse con él.

El Padre Pío nació en Pietrelcina (Italia) el 25 de mayo de 1887. Su nombre era Francisco Forgione y tomó el nombre de Fray Pío de Pietrelcina en honor a San Pío V, cuando recibió el hábito de Franciscano capuchino.

A los cinco años se le apareció el Sagrado Corazón de Jesús, quien posó su mano sobre la cabeza del niño. El pequeño, a su vez, prometió a San Francisco que sería un fiel seguidor suyo. Desde entonces su vida quedó marcada y empezó a tener apariciones de la Santísima Virgen.


A los 15 años decide ingresar a la Orden Franciscana de Morcone y tuvo visiones del Señor en la que se le mostró las luchas que tendría que pasar contra el demonio.

El 10 de agosto de 1910 es ordenado sacerdote. Poco tiempo después le volvieron las fiebres y los dolores que lo aquejaban, entonces fue enviado a Pietrelcina para que restablezca su salud.

En 1916 visita el Monasterio de San Giovanni Rotondo. El Padre Provincial, al ver que su salud había mejorado, le manda que retorne a ese convento en donde recibió la gracia de los estigmas.

“Era la mañana del 20 de septiembre de 1918. Yo estaba en el coro haciendo la oración de acción de gracias de la Misa… se me apareció Cristo que sangraba por todas partes. De su cuerpo llagado salían rayos de luz que más bien parecían flechas que me herían los pies, las manos y el costado”, describió San Pío a su director.

“Cuando volví en mí, me encontré en el suelo y llagado. Las manos, los pies y el costado me sangraban y me dolían hasta hacerme perder todas las fuerzas para levantarme. Me sentía morir, y hubiera muerto si el Señor no hubiera venido a sostenerme el corazón que sentía palpitar fuertemente en mi pecho. A gatas me arrastré hasta la celda. Me recosté y recé, miré otra vez mis llagas y lloré, elevando himnos de agradecimiento a Dios”, añadió.

El 9 de enero de 1940 animó a sus grandes amigos espirituales a fundar un hospital que se llamaría “Casa Alivio del Sufrimiento”. La cual se inauguró el 5 de mayo de 1956 con la finalidad de curar al enfermo en lo físico y espiritual.


Según fuentes que no se han podido confirmar, San Juan Pablo II siendo un joven sacerdote visitaba al Padre Pío para confesarse y en una de esas ocasiones, estando en trance le dijo al futuro Sumo Pontífice: “Vas a ser Papa”.

El Padre Pío partió a la Casa del Padre un 23 de septiembre de 1968 después de murmurar por largas horas “¡Jesús, María!”.

San Juan Pablo II, durante su canonización el 16 de junio del 2002, dijo de él: “Oración y caridad, esta es una síntesis sumamente concreta de la enseñanza del padre Pío, que hoy vuelve a proponerse a todos”.

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 23 SEPTIEMBRE 2018


Comentario al Evangelio del domingo, 23 de septiembre de 2018
 Fernando Torres cmf


Vivir lo que Jesús nos enseña

      Los discípulos no fueron santos de golpe. En realidad, nadie en la historia de la Iglesia ha sido un perfecto cristiano desde el principio de sus días. Ser cristiano es ser seguidor de Jesús y a serlo sólo se aprende siguiendo el camino de la vida con Jesús. Es un camino largo, a veces complicado. En él hay momentos de gozo y alegría y también momentos difíciles. Pero hay algo que debe estar claro desde el principio: en el seguimiento de Jesús todos somos hermanos, todos estamos al mismo nivel, todos compartimos todo. Lo mismo que Jesús lo compartió todo con nosotros. Incluso a su Padre del cielo. Incluso su Espíritu. 

      A lo largo del camino, Jesús va enseñando a los discípulos. Como cualquier estudiante en cualquier colegio del mundo, los discípulos no lo entienden todo a la primera. A veces, ni a la segunda. Pero Jesús, el buen maestro, no pierde la calma. Y repite la explicación. Eso es lo que se ve en el Evangelio de hoy. Después de haber hecho tanto camino juntos –ya están cerca del final porque Jesús les está ya anunciando su muerte–, los discípulos discuten entre sí quién es el más importante entre ellos. Se ve que no han entendido nada. No importa. Jesús con toda paciencia repite la explicación: “El que quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos”. 

      No hay que dar por supuesto que los discípulos lo entendiesen ya para siempre. Recordemos que en el momento de la cruz todos salieron corriendo llenos de miedo. Pero seguro que hubo otras repeticiones. Y en la carta de Santiago, vemos que la lección está aprendida y se transmite a las siguientes generaciones de creyentes. Claro que tampoco el que la lección esté aprendida significa que se haga realidad en la vida de las personas. En la comunidad de Santiago posiblemente habían oído la lección más de una vez. Ya la “sabían”. Pero en la práctica seguían presentes las envidias y rivalidades, las discordias y conflictos. Santiago tiene que recordar una vez más lección de la fraternidad. 

      Hoy nosotros seguimos necesitando escuchar esa lección de vez en cuando. Porque en nuestra vida, en nuestras familias, en nuestras comunidades, de vez en cuando hay brotes de violencia, de envidia, hay rencores que no nos dejan vivir en paz y que nos amargan la existencia, hay demasiadas aspiraciones a los primeros puestos, a ser importantes. Hoy nos viene bien que Jesús nos repita la lección: “El que quiera ser el primero...”



Para la reflexión

      ¿Tengo rencores, envidias, conflictos, guardados en mi corazón? ¿Qué consecuencias traen para mi vida personal, para mi familia, para mi comunidad? ¿Buenas o malas? ¿Qué sucedería si siguiese de verdad el consejo de Jesús sobre el servicio? ¿Viviría mejor y más feliz?

EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 23 SEPTIEMBRE 2018


Lecturas del Domingo 25º del Tiempo Ordinario - Ciclo B
 Domingo, 23 de septiembre de 2018


Primera lectura
Lectura del libro de la Sabiduría (2,12.17-20):

Se dijeron los impíos: «Acechemos al justo, que nos resulta incómodo: se opone a nuestras acciones, nos echa en cara nuestros pecados, nos reprende nuestra educación errada; veamos si sus palabras son verdaderas, comprobando el desenlace de su vida. Si es el justo hijo de Dios, lo auxiliará y lo librará del poder de sus enemigos; lo someteremos a la prueba de la afrenta y la tortura, para comprobar su moderación y apreciar su paciencia; lo condenaremos a muerte ignominiosa, pues dice que hay quien se ocupa de él.»

Palabra de Dios


Salmo
Sal 53,3-4.5.6 y 8

R/. El Señor sostiene mi vida

Oh Dios, sálvame por tu nombre, 
sal por mí con tu poder. 
Oh Dios, escucha mi súplica, 
atiende a mis palabras. R/.

Porque unos insolentes se alzan contra mí, 
y hombres violentos me persiguen a muerte, 
sin tener presente a Dios. R/.

Pero Dios es mi auxilio, 
el Señor sostiene mi vida. 
Te ofreceré un sacrificio voluntario, 
dando gracias a tu nombre, que es bueno. R/.


Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol Santiago (3,16–4,3):

Donde hay envidias y rivalidades, hay desorden y toda clase de males. La sabiduría que viene de arriba ante todo es pura y, además, es amante de la paz, comprensiva, dócil, llena de misericordia y buenas obras, constante, sincera. Los que procuran la paz están sembrando la paz, y su fruto es la justicia. ¿De dónde proceden las guerras y las contiendas entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, que luchan en vuestros miembros? Codiciáis y no tenéis; matáis, ardéis en envidia y no alcanzáis nada; os combatís y os hacéis la guerra. No tenéis, porque no pedís. Pedís y no recibís, porque pedís mal, para dar satisfacción a vuestras pasiones.

Palabra de Dios



Lectura del santo evangelio según san Marcos (9,30-37):

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se marcharon de la montaña y atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos. Les decía: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará.» Pero no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle.
Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó: «¿De qué discutíais por el camino?»
Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quién era el más importante. Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo: «Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos.»
Y, acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: «El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí no me acoge a mí, sino al que me ha enviado.»

Palabra del Señor

PAPA FRANCISCO DA ESTOS IMPORTANTES CONSEJOS PARA LOS CATEQUISTAS


El Papa Francisco da estos importantes consejos para los catequistas
Redacción ACI Prensa
 Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa.



En un video mensaje con ocasión de la conferencia internacional “El catequista, testigo del misterio”, el Papa Francisco dio una serie de consejos a los catequistas para que realicen en verdad una “promoción de la vida cristiana”.

El evento, que reúne a alrededor de 1.500 catequistas de 48 países, es organizado por el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, y se realiza del 20 al 23 de septiembre en el Aula Pablo VI del Vaticano.

En su video mensaje, el Santo Padre lamentó no poder acompañar personalmente a los participantes del congreso, debido a su viaje a Lituania, Letonia y Estonia.

El Papa les recordó que en un encuentro anterior, en 2013, dijo a los catequistas que “ser catequista es una vocación: ser catequista. Esta es la vocación, no trabajar de catequista”.

Francisco dijo que “a menudo pienso en el catequista como aquel que se ha puesto al servicio de la Palabra de Dios, que frecuenta esta Palabra diariamente para hacer de ella su alimento y participarla con los demás con eficacia y credibilidad”.


“En consecuencia, el catequista no puede olvidar, especialmente hoy en un contexto de indiferencia religiosa, que su palabra es siempre un primer anuncio”.

“Y cuando digo el primer anuncio no lo digo solo en el sentido temporal. Por supuesto, esto es importante, pero no siempre es así. ¡El primer anuncio equivale a subrayar que Jesucristo muerto y resucitado por el amor del Padre, da su perdón a todos sin distinción de personas, si tan solo abren sus corazones para dejarse convertir!”, señaló.

El Santo Padre subrayó que “el catequista no es un maestro o un profesor que cree que da una lección. La catequesis no es una lección; la catequesis es la comunicación de una experiencia y el testimoniode una fe que enciende los corazones, porque introduce el deseo de encontrar a Cristo”.

El Papa alentó a los catequistas a no caer en la tentación “de trastocar el orden con el cual la Iglesia desde siempre ha anunciado y presentado el kerigma, y ​​que también se refleja en la misma estructura del Catecismo”.

“Por ejemplo, no se puede anteponer la ley, aunque fuera  la moral, al anuncio tangible del amory de la misericordia de Dios”.

De igual forma, señaló, “no se  puede presumir de imponer una verdad de fe prescindiendo de la llamada a la libertad que esta conlleva”.

“Es necesario que el catequista entienda, por lo tanto, el gran desafío al que se enfrenta para educar en la fe, en primer lugar a aquellos que tienen una identidad cristiana débil y, por esta razón, necesitan proximidad, acogida, paciencia, amistad. Solo así la catequesis se convierte en promoción de la vida cristiana, apoyo en la formación global de creyentes e incentivo para ser discípulos misioneros”.


El Papa subrayó que “una catequesis que pretende ser fecunda y en armonía con toda la vida cristiana encuentra su savia en la liturgia y en los sacramentos”.

“La iniciación cristiana requiere que en nuestras comunidades se active cada vez más un camino catequético que nos ayude a experimentar el encuentro con el Señor, el crecimiento en su conocimiento y el amor por su seguimiento”.

Francisco resaltó además que “el misterio que celebra la Iglesia encuentra su expresión más bella y coherente en la liturgia”.

“Efectivamente, en la vida sacramental, que  encuentra su culminación en la Santa Eucaristía, Cristo se hace contemporáneo con su Iglesia: la acompaña en las vicisitudes de su historia y nunca está lejos de su Esposa”.

“Él es quien se hace cercano y próximo a los que lo reciben en su Cuerpo y su Sangre, y los convierte en instrumentos del perdón, testigos de la caridad con los que sufren, y participantes activos en la creación de la solidaridad entre los hombres y los pueblos”, aseguró.