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miércoles, 29 de agosto de 2018

DIOS ES FIEL


¡Dios es fiel!
¿Alguna vez te has peleado o enfadado con alguien? 


Por: Rosario Hernández | Fuente: elblogdelafe.com 




Quiero compartirles una vez más mi historia de amor con Dios, una historia que me cambió profundamente y que ha hecho maravillas en mi vida. Les agradezco que lean las siguientes lineas.

Confieso que no soy una experta en la oración, mucho menos en la vida espiritual (que creo que es un misterio). Creo que es Dios mismo que pone las palabras y que se las ingenia para llegar a cada uno de sus hijos. Una disculpa si hablaré mucho…espero que valga la pena.

¿Alguna vez te has peleado o enfadado con alguien? Supongo que posiblemente sí… Una vez me enojé muy feo con un amigo (de muchas que lo he hecho con él, sin contar las veces que me enojado con otras personitas). Admito que me enojé muy feo, casi como una loca furiosa. Y luego viene lo peor, me sentí mal por todo ello. No me atrevía a acercarme a mi amigo para pedirle perdón, sentía pena y se me caía la cara de vergüenza. Al final lo hice y, ¿saben qué?, me perdonó, ¡Bendito Dios!

¿Que aprendí de eso? Muchas veces nos pasa lo mismo con Dios, nos alejamos, pecamos, le desagradamos, quizá le negamos, dudamos de él… nos escondemos y no nos acercamos a él. ¡Dios es fiel!

Lo que a Él le importa es que volvamos y nos presentarnos ante Él con un corazón sincero, débil, pobre, humilde. «Un corazón contrito, tú Señor, no lo desprecias». Acercarnos a Él como un amigo, no como alguien cualquiera, sino como el mejor de los amigos.

¡Es una dicha muy grande tener al Hijo de Dios como nuestro mejor amigo! ¡Qué más se puede pedir!

Seguramente pase en nuestros pequeños cerebros la pregunta: ¿dónde está Dios? y lleguemos a dudar de su amor (amor personal tú y Jesús). No es posible imaginar su amor porque es eterno, simplemente no cabe en nuestros pequeños cerebros. Pero se manifiesta en pequeños detalles de la vida…y la gracia es estar en diálogo con él, aunque al principio sea amargo y no nos guste la oración, pero ahí manifiesta su amor, aún sin sentir su presencia física.

MEDITO TU PALABRA


Medito tu palabra



En la Biblia la “ley” del Señor, se nombra con distintas palabras: el camino del Señor, su voluntad, sus palabras, su enseñanza, su sabiduría, su verdad, su voz, sus preceptos, sus normas, sus consignas y algunas más. Estos sinónimos complementan, enriquecen y profundizan el concepto de “ley”, Te ofrezco hoy este responsorio sacado del salmo 1º.

- Dichoso el hombre cuyo gozo es la ley del Señor.
- Dichoso el hombre cuyo gozo es la ley del Señor.

- Y la medita de día y de noche.
- Su gozo es la ley del Señor.

- Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
- Dichoso el hombre cuyo gozo es la ley del Señor.

Meditar la palabra de Dios contenida en la Biblia es excelente. Pero puedes meditar con cualquier otro buen libro que te sirva de estímulo para pensar y reflexionar sobre los grandes temas de la vida. La meditación es una fuente de paz, de orientación, y sabiduría. Te animo a iniciar este camino. Será una acertada decisión.



* Enviado por el P. Natalio

PAPA FRANCISCO RECUERDA EL DOLOR Y LA AMARGURA DE LOS CASOS DE ABUSOS SEXUALES EN IRLANDA


Papa Francisco recuerda el “dolor y la amargura” de los casos de abusos sexuales en Irlanda
Redacción ACI Prensa
 Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa




En la Audiencia General del miércoles, el Papa Francisco repasó su reciente viaje a Irlanda con motivo del Encuentro Mundial de las Familias de la semana pasada y recordó el dolor por los casos de abusos sexuales.

“Mi visita a Irlanda, además de la gran alegría, tenía que hacerse cargo del dolor y de la amargura por los sufrimientos causados en el país por los varios tipos de abuso, también por parte de miembros de la Iglesia, y por el hecho de que las autoridades eclesiásticas en el pasado no hayan sabido afrontar de manera adecuada estos crímenes”.

“El encuentro con los sobrevivientes –continuó– ha dejado un signo profundo y en varias ocasiones he pedido perdón al Señor por estos pecados, por el escándalo y el sentido de traición causados”.

Francisco recordó que “he implorado a la Virgen para que interceda por la curación de las víctimas y nos de la fuerza de perseguir con firmeza la verdad y la justicia”.

“Los obispos irlandeses han emprendido un serio camino de purificación y reconciliación con aquellos que han sufrido abusos, y con la ayuda de las autoridades nacionales han establecido una serie de normas severas para garantizar la seguridad de los jóvenes”, explicó.

Sobre el mismo tema, argumentó que en el encuentro con los obispos “los animé en el esfuerzo para remediar los fracasos del pasado con honestidad y coraje, confiando en las promesas del Señor y teniendo en cuenta la profunda fe del pueblo irlandés para inaugurar un tiempo de renovación de la Iglesia en Irlanda”.

Por otro lado, afirmó que su presencia en Irlanda tenía como objetivo “confirmar a las familias cristianas en su vocación y en la misión”. “Las miles de familias –esposos, abuelos, hijos– llegados a Dublín, con toda la variedad de sus lenguas, culturas y experiencias, han sido un signo elocuente de la belleza del sueño de Dios por toda la familia humana”.

“El sueño de Dios es la unidad, la armonía y la paz, fruto de la fidelidad, del perdón y de la reconciliación que Él nos ha donado en Cristo”.

“Las familias están llamadas a hacer resplandecer la alegría evangélica, irradiando el amor de Cristo”, remarcó.

Francisco agradeció la acogida a las autoridades del país y dijo que “los testimonios de amor conyugal dados por los matrimonios de cada edad” han “recordado que el amor del matrimonio es un especial don de Dios, que hay que cultivar cada día en la ‘iglesia doméstica’ que es la familia”.

“Nos han mostrado también como la fe se pone en práctica en la vida cotidiana, ‘en torno a la mesa de casa’ y difunda su belleza en la gran comunidad de la Iglesia y de la sociedad”.

“¡Cuánto necesita el mundo de una revolución de amor, de ternura!”, exclamó en la catequesis en la Plaza de San Pedro.

Sobre el encuentro en la Pro-Catedral de Dublín, rememoró que allí “recordé que el matrimonio cristiano, pacto sacramental fundado en el amor de Cristo, es fuente de continua gracia para caminar juntos y superar la cultura de lo provisional”.

En la Fiesta de las Familias el sábado por la noche, “hemos escuchado testimonios que nos han tocado mucho, de familias que han sufrido por las guerras, familias renovadas por el perdón, familias que el amor ha salvado de la espiral de las dependencias, familias que han aprendido a usar bien los smartphones y las tablets y a dar prioridad al pasar tiempo juntos”.

Tras recordar brevemente su visita al santuario de Knock, subrayó que el Encuentro Mundial de las Familias “ha sido una experiencia profética, reconfortante, de muchas familias comprometidas en el camino evangélico del matrimonio y de la vida familias; familias discípulas y misioneras, fermento de bondad, santidad, justicia y paz”.

“En camino hacia el próximo Encuentro Mundial, que se celebrará en en rRma en 2021, confiémosle la protección de la Santa Familia de Jesús, María y José, para que en sus casas, parroquias y comunidades puedan ser verdaderamente ‘alegría para el mundo’”, concluyó.

LA EUCARISTÍA ES LA FUERZA DEL CATEQUISTA


La Eucaristía es la fuerza del catequista, afirma obispo
Redacción ACI Prensa
 Crédito: Daniel Ibañez - ACI Prensa




El Obispo de Avellaneda-Lanús (Argentina), Mons. Rubén Frassia, afirmó que Jesús presente en la Eucaristía “es la fuerza de un catequista”, quien podrá cumplir con su misión siempre y cuando pase “por la experiencia del encuentro con Él y de la conversión”.

“No pongan límites a la gracia de Dios, no se queden en excusas superficiales, el Espíritu Santo está soplando muy fuertemente”, animó el Prelado en la Jornada Catequística Diocesana del 25 de agosto, realizada en el colegio María Auxiliadora de la ciudad de Avellaneda.

En la Misa, Mons. Frassia explicó a los catequistas que sin un encuentro con Jesús, “vamos a decir muy poco a los demás. ¿Saben por qué? Porque no estamos convencidos”.


“A veces la tarea apostólica está agarrada superficialmente con alfileres: con algunos datos, con algunas costumbres, con alguna cercanía de las personas, con una cierta estructura de la parroquia o de la capilla; está todo agarrado con alfileres. Y cuando viene la crisis grande, cuando viene un viento fuerte, si no hay raíces, ‘uno se va al tacho’”, advirtió.

Frente a esto, el obispo animó a preguntarse “¿a quién seguimos?”. “No seguimos fórmulas, no seguimos doctrinas, no seguimos ideologías. ¡Seguimos a la persona por excelencia: Jesucristo, el Hijo de Dios y el Hijo de María Virgen! Una persona que está viva y no muerta”, afirmó.

En ese sentido, el encuentro con Jesucristo en estos tiempos difíciles “da el fundamento a todo”, por lo tanto urge buscarlo en su Palabra “que nos alimenta, nos nutre, nos poda, nos purifica, nos robustece”.

Sobre todo Jesús está “en la Eucaristía”, y “cuando lo adoramos, cuando lo contemplamos, cuando le hablamos, cuando escuchamos, cuando estamos en silencio en la adoración, estamos recibiendo mucha fuerza, mucha gracia; estamos recibiendo la vida, pero una vida que no tiene ocaso, no termina”, aseguró.


“La Eucaristía es la fuerza de un creyente, es la fuerza de un catequista; es la fuerza de las horas hermosas y de los momentos difíciles; es la vida que tiene esos altibajos, pero Él está presente en la Eucaristía. Es la persona por excelencia y de allí mana toda la fuerza del Espíritu de Dios”, insistió Mons. Frassia.

Finalmente, cuestionó: “¿Qué excusa uno puede poner? ‘Estoy tentado’, ‘no tengo ganas’, ‘me hicieron esto y aquello’, ‘me defraudaron los demás’ o ‘me hicieron a un lado’ o ‘me peleé con el cura’ o ‘me pasó tal cosa’; nosotros ¿seguimos esas razones? ¡Son insuficientes! ¡Nosotros seguimos a Él! Y al seguirlo a Él todo lo demás se pone en segundo lugar”.

Finalmente, el obispo pidió a los catequistas preocuparse “para que la fe crezca siempre en ustedes” y recordar que fue Jesús quien “misteriosamente irrumpió nuestra soledad, quebrantó nuestro egoísmo, nos sacó de la oscuridad y nos hizo ver la luz”.

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 29 AGOSTO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
29 agosto



En el Evangelio hay una expresión que dice: cargar con su cruz. Los primeros cristianos la habían plasmado en el seguimiento del Maestro, que llevó la cruz hasta el calvario.

Y no deja de ser una gran verdad; cada día debemos tomar la cruz sobre nuestros hombros; cada día trae su propia cruz; cada día la cruz tiene sus aristas propias; y todo eso debe ser aceptado cada día, con renovada generosidad de entrega al amor del Señor.

Y si el amor se reconoce en la cruz y se acrisola en la cruz, la aceptación diaria de la cruz será el renuevo diario del amor. Será decirle al Señor, cada día y quizá a cada hora: Señor, cuento contigo; Tú puedes contar conmigo.


P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 28 agosto


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
28 agosto 



Juan el Bautista reconoció que convenía que él disminuyera, para que Cristo creciera (Jn 3,30); destruir nuestro yo, solamente para anular la propia personalidad sería no evangélico, ni humano; pero destruir el yo, para elevar a ese yo a la identificación con Cristo, no es propiamente destrucción del yo, sino sublimación.

Esa negación de sí mismo es necesaria para todo cristiano... Al fin y al cabo, el mismo camino de renuncia a sí mismo, de sufrimiento y de muerte, que siguió el Maestro, debe recorrer el que pretende ser su discípulo.


P. Alfonso Milagro

EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 29 AGOSTO 2018, MARTIRIO DE SAN JUAN BAUTISTA


Vigésimo primera Semana del Tiempo Ordinario
  Hoy es: Martirio de San Juan Bautista (29 de Agosto)


“ No os canséis de hacer el bien ”


Primera lectura
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 3,6-10.16-18:
En nombre de nuestro Señor Jesucristo, hermanos, os mandamos: no tratéis con los hermanos que llevan una vida ociosa y se apartan de las tradiciones que recibieron de nosotros. Ya sabéis cómo tenéis que imitar nuestro ejemplo: no vivimos entre vosotros sin trabajar, nadie nos dio de balde el pan que comimos, sino que trabajamos y nos cansamos día y noche, a fin de no ser carga para nadie. No es que no tuviésemos derecho para hacerlo, pero quisimos daros un ejemplo que imitar. Cuando vivimos con vosotros os lo mandamos: El que no trabaja, que no coma. Que el Señor de la paz os dé la paz siempre y en todo lugar. El Señor esté con todos vosotros. La despedida va de mi mano, Pablo; ésta es la contraseña en toda carta; ésta es mi letra. La gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con todos vosotros.

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Salmo
Sal 127,1-2.4-5 R/. Dichosos los que temen al Señor

Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien. R/.
Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida. R/.

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Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Marcos 6, 17-29
En aquel tiempo, Herodes había mandado prender a Juan y lo habla metido en la cárcel, encadenado.
El motivo era que Herodes se habla casado con Herodías, mujer de su hermano Filipo, y Juan le decía que no le era lícito tener la mujer de su hermano.
Herodías aborrecia a Juan y quería quitarlo de en medio; no acababa de conseguirlo, porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre honrado y santo, y lo defendía. Cuando lo escuchaba, quedaba desconcertado, y lo escuchaba con gusto.
La ocasión llegó cuando Herodes, por su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea.
La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados. El rey le dijo a la joven:
-«Pídeme lo que quieras, que te lo doy.»
Y le juró:
-«Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino.»
Ella salió a preguntarle a su madre:
-«¿Qué le pido?»
La madre le contestó:
-«La cabeza de Juan, el Bautista.»
Entró ella en seguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió:
-«Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan, el Bautista.»
El rey se puso muy triste; pero, por el juramento y los convidados, no quiso desairarla. En seguida le mandó a un verdugo que trajese la cabeza de Juan. Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a la joven; la joven se la entregó a su madre.
Al enterarse sus discípulos, fueron a recoger el cadáver y lo enterraron.


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Reflexión del Evangelio de hoy

No os canséis de hacer el bien

Esta recomendación de San Pablo es fundamental para entender la misión del cristiano en su entorno vital y, muy especialmente, en la comunidad. Y esto lo dice en nombre de Cristo que, desde el principio de su vida pública, quiso vincular el Evangelio a una comunidad concreta. Hoy esta comunidad es la Iglesia en sus distintas circunscripciones: parroquia, diócesis, orden religiosa, movimiento… Donde dos o más se reúnen en el nombre de Jesús ya queda constituida la Iglesia.

Pero esto no basta. Es necesario implicarse. El bautismo ciertamente nos constituye muy especialmente en hijos de Dios y miembros de la Iglesia. Somos, por la gracia, sacerdotes, profetas y reyes, pero hemos de ejercer como tales y construir, junto a los demás, la Iglesia en su proyecto del Reino. El cristiano es “otro” Cristo y, como Él, dar testimonio con su vida del Evangelio. Es importante conocer la Palabra. Es importante participar en la eucaristía, pues es el Sacramento por excelencia. Es importante la oración que nos mantiene en la escucha del Señor… pero si todo eso no nos lleva a implicarnos en la Iglesia y en el mundo, seremos como esos cristianos que critica San Pablo y que suponían una rémora para la comunidad.

Herodes temía a Juan, sabiendo que era hombre justo y santo
San Marcos nos narra con detalle la muerte del último gran profeta del Antiguo Testamento: Juan el Bautista. Juan muere, ciertamente, como un Profeta, es decir, como la persona que hace presente a Dios con su palabra y sus gestos, que ha comprometido su vida en esta misión y no le duelen prendas en denunciar las injusticias. Por el contrario, Herodes era un gobernante corrupto al servicio de los romanos y de sus propios intereses.

Sin embargo, Herodes, nos dice San Marcos, “temía” y “respetaba” al Profeta y, por tanto, a Dios y su Justicia, pero eso no le impidió asesinarle ante la presión de su esposa, hijastra y comensales, es decir, el “establishment” del mal, ante el que pronunció el “seudojuramento”, es decir puso su propio interés por encima del de Dios, que decía “respetar”.

En nuestro mundo abundan los “Herodes” y escasean los profetas. De hecho, la mayoría de estos últimos han sido asesinados o silenciados. Nos indignan hoy los casos de corrupción en el gobierno, las administraciones del estado, en la propia Iglesia, pero quizá tendríamos que mirarnos más las manos y el corazón para cerciorarnos de que no están manchados… Y es que es muy fácil dejarse llevar por nuestros seudojuramentos, es decir, por poner mi ego como garantía de fidelidad, a pesar de que reconocemos y respetamos a Cristo y el Evangelio.

El verdadero respeto a Dios implica la vida, toda la vida.

¿Me implico en la Iglesia o simplemente estoy?

Ante tanta corrupción, ¿me miro mis manos y mi corazón?

¿Temo y respeto a Dios o trato, más bien, de silenciar a sus Profetas?



D. Carlos José Romero Mensaque, O.P.
Fraternidad Fray Bartolomé de las Casas (Sevilla)