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jueves, 16 de agosto de 2018

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 16 AGOSTO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
16 agosto



Aquel poder de Jesús de hacer milagros, hoy no lo ha perdido, lo conserva para nosotros; nosotros lo tocamos cuando lo recibimos en la sagrada comunión; ¿a qué se debe que no se produzcan en nosotros las maravillas de gracia y santidad que se hallan encerradas en Jesús? ¿No será que nuestras comuniones son recibidas más mecánicamente que espiritualmente, con más costumbre que vida?


P. Alfonso Milagro

PERDIÓ ALGO MEJOR QUE DIEZ MILLONES



Perdió algo mejor que diez millones




Alejandro Manzoni, famoso autor de la novela “Los novios”, cuando ya era anciano, sus hijos no lo dejaban salir de casa, cuando estaba la calle con nieve. Un día, al anochecer, sus hijos le dijeron:

— Papá, ¿qué te pasa que estás triste?
— Tenía un billete ganador de la lotería y hoy era el último día para cobrarlo.
— Pero papá ¿por qué no lo has dicho? Te hubiéramos acompañado.
— Bueno, en realidad no tenía ningún billete, pero ustedes me han dejado sin comulgar, que vale más que diez millones de liras y ninguno me ha dicho: Papá, te acompaño.

La Eucaristía no sólo es un gran tesoro, podríamos decir que es el tesoro más grande del mundo. Mucho más importante que el oro o las piedras preciosas. Vale más que todo el universo con todas las estrellas y galaxias. Vale más que los ángeles y que todos los santos, incluida la misma Virgen María, porque la Eucaristía es Jesucristo, el Dueño, Señor y Creador de todo lo que existe.



* Enviado por el P. Natalio

HACER GRANDE LO PEQUEÑO


Hacer grande lo pequeño




1) Para saber
Cuando se está construyendo una gran edificación, es común que algunas personas observen cómo va creciendo poco a poco, ladrillo tras ladrillo, se levanta una y otra pared, hasta que llega a su fin. De modo similar, la santidad también se consigue poco a poco, día a día, con nuestra correspondencia en cada detalle a la acción del Espíritu Santo en nuestras almas.

El Papa Francisco nos recuerda que Jesús invitaba a sus discípulos a prestar atención a los pequeños detalles, como fijarse cuando de cien ovejas faltaba una, o cuando se acabó el vino en las fiestas de la boda, o cuando una viejecita echaba de limosna dos pequeñas monedas de ínfimo valor, y otros sucesos similares. Lo ordinario es que la vida esté compuesta por una serie de obras pequeñas y ahí hay que poner amor a Dios.

2) Para pensar
El alumno, según él, había terminado de pintar un cuadro. Llamó a su maestro para que lo evaluara. Se acercó el maestro y observó la obra con detenimiento. Entonces, le pidió al alumno la paleta y los pinceles. Con gran destreza dio unos cuantos trazos aquí y allá. Cuando le regresó las pinturas al alumno, el cuadro había cambiado notablemente. El alumno quedó asombrado; ante sus propios ojos había pasado de mediocre a sublime. Casi con reverencia le preguntó a su maestro: “¿Cómo es posible que con unos cuantos toques, simples detalles, haya cambiado tanto el cuadro?”

El maestro contestó: “Es que en esos pequeños detalles está el arte. Si lo vemos despacio, nos daremos cuenta que todo en la vida son detalles. Los grandes acontecimientos nos deslumbran tanto que a veces nos impiden ver esos pequeños milagros que nos rodean: Un ave que canta, una flor que se abre, el beso de un hijo, son ejemplos de pequeños detalles que al sumarse hacen diferente nuestra existencia. Todas las relaciones ‑familia, matrimonio, noviazgo o amistad‑ se basan en detalles. Nadie te pedirá que escales el Monte Everest para probar tu amistad, pero sí que lo visites durante unos minutos cuando está enfermo o le hables el día de su cumpleaños, o le regreses su llamada. Hay quienes se pasan el tiempo esperando una oportunidad para demostrar de forma heroica su amor por alguien, y dejan pasar muchas otras, modestas pero significativas. La felicidad no es un suceso majestuoso que nos cambia, sino que se finca en detalles que sazonan día a día nuestra existencia. No podemos desestimar el poder de las cosas pequeñas: una flor, una carta, una palmada en el hombro, una palabra de aliento o un mensaje. Pueden parecer poca cosa, pero no son insignificantes, son detalles que se convierten en el cemento que une los ladrillos de esa construcción que llamamos relación.

Pensemos si no estamos descuidando esos detalles en nuestra convivencia diaria.

3) Para vivir
Un santo que dio importancia a las cosas pequeñas fue San Josemaría. Predicaba que la santidad nos las otorga el Señor cuando ponemos amor de Dios en cada obra, por pequeña que sea. Por ello recomienda en Camino: “Hacedlo todo por Amor. Así no hay cosas pequeñas: todo es grande. La perseverancia en las cosas pequeñas, por Amor, es heroísmo” (n. 813).




© Pbro. José Martínez Colín

PUEDO COMULGAR SI LLEGO TARDE A MISA?


¿Puedo comulgar si llego tarde a Misa?
La Eucaristía resulta ser un acto único, por lo tanto, es necesario que se participe en ella de principio a fin


Por: Daniel Alberto Robles Macías | Fuente: Catoliscopio.com 




Recuerdo muy bien que alguna vez me dijeron que para que la Misa dominical “me contara” como precepto dominical, debía llegar antes de las lecturas, para así poder pasar a comulgar. Incluso, he escuchado que si no llegas a tiempo, hay sacerdotes que no dan la comunión por esta razón, lo que me confunde un poco. ¿Qué dice la Iglesia al respecto de esta situación? Vamos a verlo.

Hay que recordar que para los católicos, asistir a Misa los domingos resulta ser una obligación como hijos de Dios, pues es la fuente y el pilar de la vida cristiana. No  podemos llamarnos cristianos si no participamos de la Eucaristía, del pan vivo que es Cristo, que se entrega por todos. Pues ya lo dijo el Señor: “quien come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna” (Jn 6, 54). Por lo tanto, cuando participamos de ella, nos preparamos para vivir en la eternidad con Él.

La Misa comprende dos partes importantes: la liturgia de la Palabra y la liturgia de la Eucaristía. Las dos son igual de importantes e indispensables. La Eucaristía resulta ser un acto único, por lo tanto, es necesario que se participe en ella de principio a fin.

Es muy triste ver, cómo muchas personas han perdido el interés y el deseo por ir a Misa. Muchos que se limitan a llegar a la hora que ellos quieren o que simplemente se quedan un rato y se retiran, como si se tratara de una simple charla. Participar de este sacrificio, no se debe ver solamente como un acto obligatorio, sino que formamos parte del acto de amor más grande y único en la tierra.  A través de Él nos acercamos cada vez más al cielo, es como ir acumulando puntos para poder entrar a la presencia eterna de Dios.

Ahora bien, ¿Qué pasa si por una situación ajena a mi o por descuido llego tarde a Misa? Lo preferente es que si tenemos previsto asistir a una hora adecuada, tomemos las precauciones necesarias para llegar incluso varios minutos antes. Esto con la intención de prepararnos para poder participar desde el inicio. Si, por alguna razón llegas muy tarde, puedes considerar entonces asistir a otra Misa en horas posteriores para que la escuches entera y participes adecuadamente.

Actualmente no existe una normativa que nos diga hasta qué punto hemos llegado tarde a la Misa, lo que en consecuencia, no nos permita tener por cumplida nuestra obligación. Algunos dicen que antes de que inicie el ofertorio y otros que hasta antes de iniciar la Liturgia de la Palabra. Pero como ya dijimos, las dos partes de la Misa son importantes y únicas, las dos se complementan. Por lo tanto, guardemos la atención y el respeto a ambas.

Aunque te quiero recordar uno de los mandamientos de la Santa Madre Iglesia es: “Oír misa entera todos los Domingos y fiestas de guardar”. Así que cuando dice entera, no es a media liturgia de la Palabra, sino desde el momento en el que el Sacerdote inicia con la procesión de entrada.

Ahora bien, la comunión no puede negarse, a menos que la persona se encuentre dentro de los casos siguientes: “No deben ser admitidos a la sagrada comunión los excomulgados y los que están en entredicho después de la imposición o declaración de la pena, y los que obstinadamente persistan en un manifiesto pecado grave” (915 del Código de Derecho Canónico). Por lo tanto, quien la niegue fuera de estos casos, estaría cometiendo un abuso.

Hagamos el esfuerzo de llegar a Misa a tiempo, con la consciencia de lo que significa acudir cada domingo, no por obligación sino como un gesto de amor y agradecimiento a Dios que nos ha dado tanto. Asimismo, no dejes de participar de la comunión, confiésate y prepárate para recibir al Señor, quien desea habitar en tu corazón.

SANTUARIO DE FÁTIMA DONARÁ MILES DE EUROS PARA DAMNIFICADOS POR INCENDIOS EN PORTUGAL


Santuario de Fátima donará miles de euros para damnificados por incendios en Portugal
Redacción ACI Prensa




El Santuario de Fátima (Portugal) anunció que donará 30 mil euros (unos 34 mil dólares) para ayudar a los damnificados por los incendios que asolaron las regiones ubicadas en el territorio de la Diócesis de Algarve.

Los incendios ocurrieron del 3 al 10 de agosto y afectaron a los municipios de Monchique, Silves y Portimão. Según el Sistema Europeo de Información de Incendios, más de 27 mil hectáreas fueron consumidas.

También resultaron heridas decenas de personas y muchos tuvieron que abandonar sus hogares.

Ante esta situación, el Obispo de Leiria-Fátima, Cardenal António Marto, anunció que “el Santuario de Fátima se asociará con una donación de 30 mil euros a la Cáritas Diocesana de Algarve para las primeras necesidades”.

Según informó la Agencia Ecclesia, el Purpurado dio a conocer esta acción durante la presentación de la peregrinación aniversario de agosto y la peregrinación del Migrante y el Refugiado a Fátima, que tuvieron lugar el domingo 12 de agosto y este lunes 13 de agosto.


El Cardenal Marto aseguró que el Santuario de Fátima podrá dar “nuevas contribuciones” en caso de que sea necesario en el futuro.

También expresó su “reconocimiento a todos” los que trabajan para combatir “la llaga social de los incendios” como los bomberos, la Guardia Nacional Republicana, la Protección Civil, los voluntarios y diversas instituciones.

“Todos merecen nuestro reconocimiento por este trabajo dedicado”, prosiguió y manifestó su “solidaridad con los que sufren por haber perdido su patrimonio, sus casas”.

Por su parte, la Irmandade dos Clérigos (Hermandad de los Clérigos), en la ciudad de Oporto, indicó que ha donado otros 25 mil euros (28 mil dólares) a la Cáritas Diocesana de Algarve.

El presidente de la hermandad, P. Américo Aguiar, comentó que “es nuestro deber ser solidarios y apoyar a las víctimas de esta catástrofe”.

Además, expresó su gratitud “a todos los turistas, nacionales y extranjeros” que visitan la Torre de los Clérigos porque “es esa fuerte presencia la que nos permite apoyar a aquellos que más lo necesitan”.

“Por eso, siéntanse protagonistas de estas donaciones, sin esa participación estos gestos serían imposibles de realizar”, declaró.


Colecta de las Misas para las víctimas

La Diócesis de Algarve anunció que el dinero de las colectas de las Misas que se celebren el próximo fin de semana, el 18 y 19 de agosto, será destinado para ayudar a las víctimas de los incendios.

“Estoy seguro de que esta decisión corresponde al sentir, no solo del pueblo cristiano algarvio, sino también de todos los que nos visitan en la temporada de vacaciones y han acompañado, con sentimientos de gran solidaridad, el sufrimiento de los más directamente afectados por este incendio de proporciones tan devastadoras”, manifestó a la Agencia Ecclesia el Obispo de Algarve, Mons. Manuel Neto Quintas.

Si desea ayudar a los damnificados del incendio en los municipios de Monchique, Silves y Portimão, puede depositar su donación a la cuenta de Cáritas Diocesana de Algarve en el International Bank Account Number (IBAN):

IBAN PT50 0010 0000 2271 5720 1085 0.

Traducido y adaptado por María Ximena Rondón. Publicado originalmente en ACI Digital.

EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 16 AGOSTO 2018


Lecturas de hoy Jueves de la 19ª semana del Tiempo Ordinario
 Hoy, jueves, 16 de agosto de 2018



Primera lectura
Lectura de la profecía de Ezequiel (12,1-12):

Me vino esta palabra del Señor: «Hijo de Adán, vives en la casa rebelde: tienen ojos para ver, y no ven; tienen oídos para oír, y no oyen; pues son casa rebelde. Tú, hijo de Adán, prepara el ajuar del destierro y emigra a la luz del día, a la vista de todos; a la vista de todos, emigra a otro lugar a ver si lo ven; pues son casa rebelde. Saca tu ajuar, como quien va al destierro, a la luz del día, a la vista de todos, y tú sal al atardecer, a la vista de todos, como quien va al destierro. A la vista de todos, abre un boquete en el muro y saca por allí tu ajuar. Cárgate al hombro el hatillo, a la vista de todos, sácalo en la oscuridad; tápate la cara, para no ver la tierra, porque hago de ti una señal para la casa de Israel.»
Yo hice lo que me mandó: saqué mi ajuar como quien va al destierro, a la luz del día; al atardecer, abrí un boquete en el muro, lo saqué en la oscuridad, me cargué al hombro el hatillo, a la vista de todos.
A la mañana siguiente, me vino esta palabra del Señor: «Hijo de Adán, ¿no te ha preguntado la casa de Israel, la casa rebelde, qué es lo que hacías? Pues respóndeles: "Esto dice el Señor: Este oráculo contra Jerusalén va por el príncipe y por toda la casa de Israel que vive allí." Di: "Soy señal para vosotros; lo que yo he hecho lo tendrán que hacer ellos: irán cautivos al destierro. El príncipe que vive entre ellos se cargará al hombro el hatillo, abrirá un boquete en el muro para sacarlo, lo sacará en la oscuridad y se tapará la cara para que no lo reconozcan."»

Palabra de Dios


Salmo
Sal 77,56-57.58-59.61-62

R/. No olvidéis las acciones de Dios

Tentaron al Dios Altísimo
y se rebelaron, negándose a guardar sus preceptos;
desertaron y traicionaron como sus padres,
fallaron como un arco engañoso. R/.

Con sus altozanos lo irritaban,
con sus ídolos provocaban sus celos.
Dios lo oyó y se indignó,
y rechazó totalmente a Israel. R/.

Abandonó sus valientes al cautiverio,
su orgullo a las manos enemigas;
entregó su pueblo a la espada,
encolerizado contra su heredad. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (18,21–19,1):

En aquel tiempo, se adelantó Pedro y preguntó a Jesús: «Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces le tengo que perdonar? ¿Hasta siete veces?»
Jesús le contesta: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Y a propósito de esto, el reino de los cielos se parece a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus empleados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así. El empleado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo: "Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré todo." El señor tuvo lástima de aquel empleado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda. Pero, al salir, el empleado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debla cien denarios y, agarrándolo, lo estrangulaba, diciendo: "Págame lo que me debes." El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba, diciendo: "Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré." Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía. Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo: "¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo pediste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?" Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda. Lo mismo hará con vosotros mi Padre del cielo, si cada cual no perdona de corazón a su hermano.»
Cuando acabó Jesús estas palabras, partió de Galilea y vino a la región de Judea, al otro lado del Jordán.

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy jueves, 16 de agosto de 2018
 CR


Queridos hermanos:

Todos estamos dispuestos a perdonar, seguro. Basta que la ofensa no haya sido de esas que duelen, de esas “imperdonables”. Por cierto ¿con qué frecuencia y en qué sentido utilizamos los cristianos el calificativo de “imperdonable”? Muchas veces en un sentido figurado, pero otras…

Decíamos que todos sabemos perdonar, y perdonamos, las faltas leves, o aquellas cometidas por alguien a quien de verdad queremos, y al que justificamos casi todo. Pero lo difícil es perdonar las otras faltas, las de otros que también nos ofenden y a los que no tenemos tanto aprecio.

Jesús enseña a sus discípulos que hay que perdonar. Y habla de perdonar al hermano, no de perdonar una falta u otra. El perdón se dirige al ofensor. Por eso no depende del tipo de falta, ni existe una graduación según la gravedad. No se puede perdonar más o menos. O sí, o no.

Y, puesto que hablamos de personas, el fundamento, la razón para perdonar está en ellos y ellas, en que son hijos e hijas de Dios. Y esa es la clave. Dios nos quiere a todos por igual y es capaz de perdonar por amor. Por eso nuestra tarea, el mandamiento principal, no es perdonar porque Dios perdona. Nuestra tarea es querer como Dios quiere. Y el perdón vendrá con ello.

No es cuestión de perdonar porque esté mandado. Ni para conseguir que luego me perdonen… Es cuestión de perdonar por amor. Y, como siempre, llegar a ello es tarea de toda la vida. Pero “de toda la vida” no significa que haya que conformarse con lo que somos ahora porque “ya iremos mejorando”; no es cuestión de vivir tranquilos pensando que “ya llegará el momento”. De toda la vida significa también desde el comienzo de la vida; es decir, que el mandato es que perdonemos ya desde ahora, desde hoy mismo, a todos y para siempre. Por supuesto, sólo lo conseguiremos contando con la ayuda de Dios.