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sábado, 14 de julio de 2018

INSPIRACIONES DEL ESPÍRITU SANTO


Inspiraciones del Espíritu Santo


Es cierto que el Espíritu Santo nos quiere hablar, pero a veces nos cuesta escucharle. Esto sucede porque hay muchas otras voces que constantemente nos llegan de todos lados pidiendo atención. Todas quieren penetrar en nuestros razonamientos e influir en las decisiones que tomamos.

Saber escuchar las inspiraciones del Espíritu Santo, es un aprendizaje progresivo: se trata de convertirse en aquellas ovejas que reconocen la voz de su pastor en medio de las otras voces que las rodean (Jn 10, 3-5). Para lograr esto, es necesario crear poco a poco un cierto "clima de vida" que comprende los siguientes elementos:

1.- Estar decididos a hacer la voluntad de Dios
Dios habla a aquellos que desean obedecerle. La obediencia es una elección a largo plazo; cierra la puerta del infierno y abre las ventanas del cielo.
Por la disposición de Jesús a ser obediente, incontable multitud de personas fueron y son llevados todavía a la reconciliación con Dios.

2.- Llevar una vida de oración regular
Lleva una vida en la que intentemos principalmente tener una actitud de confianza, de disponibilidad interior a la acción de Dios.
La fidelidad a la oración favorece y hace más profunda la disposición de apertura y de escucha.

3.- Meditar regularmente las Santas Escrituras.
Su manera de tocar y hablar a nuestro corazón despierta en nosotros una sensibilidad espiritual y nos acostumbra poco a poco a reconocer la voz de Dios.

4.- Evitar actitudes que pueden cerrarnos a la acción del Espíritu
Actitudes como la agitación, las inquietudes, los miedos, los apegos excesivos a nuestra propia manera de hacer o de pensar.
La escucha al Espíritu Santo requiere flexibilidad y desprendimiento interiores.

5.- Aceptar con confianza los acontecimientos de nuestra vida
Aceptar lo acontecimientos aun cuando a veces nos contraríen o no correspondan a lo que nosotros esperábamos.
Si somos dóciles a la manera en la que Dios conduce los acontecimientos de nuestra vida, si nos abandonamos entre sus manos de Padre, Él sabrá hablar a nuestro corazón.
Mantengámonos (dentro de lo posible) en paz y en confianza, pase lo que pase. Cuanto más nos esforcemos por mantener la paz, más escucharemos la voz del Espíritu.

6.- Acoger los consejos de las personas que nos rodean
Seamos humildes de cara a nuestros hermanos y hermanas, no busquemos siempre tener la razón o la última palabra en las conversaciones.
Reconozcamos nuestros errores y dejémonos corregir. Quien sabe escuchar a su hermano sabrá escuchar a Dios.

7.- Purificar el corazón en el sacramento de la penitencia
El corazón purificado constantemente por el perdón de Jesús percibirá su voz con más claridad.

8.- Estar atentos a lo que pasa en el fondo de nuestro corazón
El Espíritu Santo no se deja escuchar en el ruido ni en la agitación exterior, sino en la intimidad de nuestro corazón, por medio de mociones suaves y constantes.

9.- Reconocer lo que viene de Dios a través de los frutos que produce en nuestra vida
Lo que viene del Espíritu trae consigo paz, nos hace humildes, confiados, generosos en el don de nosotros mismos.
Lo que viene de nuestra psicología herida o del demonio produce dureza, inquietud, orgullo, ensimismamiento.

10.- Vivir en un clima de gratitud
Si agradecemos a Dios por un beneficio, él nos dará nuevas gracias, en especial las inspiraciones interiores que necesitamos para servirle y amarle.
El Señor nos ama a todos por igual. Nos creó a todos con la misma capacidad espiritual, de modo que nadie debe sentirse en desventaja al tratar de escuchar la voz del Espíritu Santo o reconocer la obra de Dios en su vida.

La Escritura contiene magníficos relatos acerca de personas como San Pedro, la Virgen María y San Felipe, que percibieron la guía del Espíritu Santo aun cuando esa guía parecía extraña al principio.
El Espíritu Santo quiere hablarnos a nosotros, Él quiere infundir nuevos pensamientos en nuestra mente y en nuestros corazones. Sepamos abrirnos a sus inspiraciones.

Fuente: “Píldoras de Fe”

CONFÍO EN TI, SEÑOR...


Confío en ti, Señor




Confiar en Dios, es depositar toda tu fe en él, buscar en él refugio y defensa. Dejarle el cuidado de tus cosas. Permitirle disponer de tu futuro, porque sabes que te ama más que tú mismo. Reposar en él “como un niño en brazos de su madre” (Salmo 131). Y seguir confiando sobre todo en las pruebas, cuando las cosas resultan incomprensibles.

Señor, muchas veces el miedo al futuro no me deja vivir el presente con alegría. Yo no puedo controlarlo todo ni tener todo previsto, y por eso el futuro me atemoriza. Tengo miedo a perder lo que tengo, tengo temor de que me sucedan cosas malas. Pero ese miedo es inútil. Sin ti todo es incierto e inseguro, Señor, pero contigo todo será más fácil. Por eso te pido la gracia de confiar en ti, para que pueda aceptar tus proyectos sobre mi vida sin aferrarme a los míos. Quiero dejarme tomar por ti, Señor, y caminar por la vida con esa confianza, como un niño seguro de la mano de su padre. Amén. (Víctor Fernández).

Para la persona de fe, todo sucede porque lo quiere o lo permite Dios. Y él es experto en sacar bien del mal. Imagínate el río de bendiciones que bajó del Calvario donde murió Jesús en la cruz. También él tiene proyectos de salvación para cada una de tus contradicciones aceptadas en paz. Que el Señor te proteja y bendiga.



* Enviado por el P. Natalio

POLICIAS Y PARAMILITARES ATACAN PARROQUIA EN NICARAGUA Y DEJA UN MUERTO


Policías y paramilitares atacan parroquia en Nicaragua y dejan un muerto
Redacción ACI Prensa






La Arquidiócesis de Managua (Nicaragua) denunció que paramilitares y policías atacaron durante toda la noche la parroquia Divina Misericordia, donde estaban refugiados varios estudiantes, provocando la muerte de un joven y dejando varios heridos.

A través de su cuenta de Facebook, la arquidiócesis denunció anoche el ataque de los paramilitares contra la parroquia y exigió su retiro del lugar.

Según los medios, en la parroquia se refugiaron decenas de estudiantes que el viernes habían estado atrincherados en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN), y de donde fueron expulsados violentamente por los paramilitares y por la policía.

Sin embargo, en horas de la mañana, la Arquidiócesis indicó que la parroquia continuaba siendo fuertemente atacada y que el joven Gerald Vázquez murió luego recibir un disparo en la cabeza.

El Cardenal Leopoldo Brenes “pide al Gobierno, quienes son los únicos responsables de estas acciones, detener esta masacre en contra de las personas dentro de la parroquia. Unámonos todos en oración”, expresó la Arquidiócesis.

Debido a que no se detenía la agresión, el Purpurado fue a la parroquia acompañado por el Nuncio Apostólico, Mons. Waldemar Sommertag; y representantes de organismos internacionales.

“El Cardenal Leopoldo José Brenes y el Nuncio Apostólico ya se encuentran en la parroquia Divina Misericordia y han logrado que dejen entrar las ambulancias para trasladar a los heridos. Continúan mediando para poder sacar a todos los estudiantes. Sigamos orando por La Paz en Nicaragua, por los obispos y sacerdotes quienes realizan su misión profética”, indicó.

Los ataques contra la UNAN y luego contra la parroquia ocurrieron durante una jornada de paro laboral opositor.

"Es urgente que cesen de inmediato los ataques que en este momento suceden en Monimbó, Masaya, contra estudiantes de la UNAN y la Iglesia", escribió en Twitter la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas.

 La vigilia resiste esta mañana ante los policías y paramilitares que apuntan a civiles con sus armas, mientras asesinan a jóvenes en la Divina Misericordia #SOSNicaragua.

Por su parte, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, pidió a las autoridades dejar entrar a la universidad a expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

El Obispo Auxiliar de Managua, Mons. Silvio Báez, informó que los jóvenes “que han pasado la noche bajo ataque en parroquia Divina Misericordia serán llevados a Catedral por mediación del Nuncio, el Cardenal Brenes y la Comisión de Verificación y Seguridad. ¡Dios les ampare!”.

En su cuenta de Twitter denunció que el Gobierno de Nicaragua “atraviesa el límite de lo inhumano y de lo inmoral”. Indicó que la “represión criminal desde la noche del viernes contra civiles, la mayoría estudiantes, es condenable bajo todo punto de vista. ¡La comunidad internacional no puede ser indiferente!”.

CÓMO EVANGELIZAR EN CASA CUANDO MI FAMILIA NO PRACTICA LA FE?


¿Cómo evangelizar en casa cuando mi familia no practica la fe?
5 consejos que pueden ayudarnos a ser portadores de la luz de Cristo en nuestro hogar


Por: Alvaro Díaz | Fuente: Catholic-link.com 




Una experiencia muy común entre quienes nos hemos encontrado con el Señor Jesús y tenemos una vida de fe es la inquietud de cómo compartir lo que vivimos con nuestra familia. Cuando ellos (aunque creyentes) están un poco alejados de la práctica de la fe, cuando sus creencias son débiles, cuando tienen rechazo a las cuestiones de Dios y prejuicios con la Iglesia y su doctrina. En definitiva, se trata de responder a la pregunta de ¿cómo tener mayor influencia en la vida de fe de mi familia que no es practicante? ¿Cómo evangelizar en mi propio hogar?

Aquí les comparto algunos consejos que pueden llevarse a la vida cotidiana y ayudarnos a ser portadores de la luz de Cristo en nuestros hogares.


1. No críticas ni sermones
Puede sucederle a aquel que va avanzando en la vida cristiana y que va teniendo mayores conocimientos doctrinales que quiera (aunque con buenas intenciones) que los que no han encontrado este camino sean como él piensa, o actúen como él actúa. Y estas expectativas podrían llevar a que se juzgue el actuar de otros con mucha rigidez. Aparecen entonces las “sermonerías”, los famosos “deberías hacer así o no hacer esto”, con lo cual se termina generando más rechazo. Es importante recordar que la fe que Dios nos regala y el camino que Él nos propone está fundada en el amor y no en el deber y el temor. Dios nos invita a vivir una vida feliz y plenamente libre.


2. Predicar con el ejemplo
Ya lo diría san Juan Bosco «la prédica más eficaz es el buen ejemplo». Y es que no pocas veces nos sucede que pensamos que se trata de convencer a los otros con nuestros argumentos y nuestros discursos. La conversión de los otros no depende de lo qué digamos, de cómo lo digamos. Nosotros no somos el centro de atención. Es como si dijéramos “véanme a mí, vean que yo si sé lo que sigo y tengo razón”. Recordemos que una virtud muy importante es la humildad: reconocer que, si bien podemos saber mucho, no somos todopoderosos. Nuestra labor es la de ser servidores e instrumentos de Dios. Él se vale de cada uno de nosotros, de nuestro humilde y pequeño servicio para llevar su Buena Nueva. Y, por otro lado, más que unas palabras bonitas, lo que más convence y arrastra es el testimonio de nuestro obrar, de una vida coherente, recta, justa y alegre.


3. La alegría de vivir tu fe es apelante
Muchos santos, a pesar de sus dificultades, de sus vidas marcadas por el dolor y el sufrimiento, han podido experimentar la alegría auténtica y la esperanza que viene de Dios. Como dice el Papa Francisco: «la alegría que se vive en medio de las pequeñas cosas de la vida cotidiana». Una sonrisa sin fingimientos es contagiosa y llena el corazón del deseo de poder vivir así. Aquel que pueda experimentar, incluso en medio de los momentos difíciles, una serena alegría, es porque ha recibido la bendición de Dios, es la manifestación más concreta que esa persona tiene a Dios en su vida. Quien quiera ser testigo del Señor y lo quiera comunicar ha de trasmitir alegría y esperanza, como también el Papa, dejar las caras avinagradas y llenas de amarguras y contagiar a otros de la alegría del Evangelio.


4. Empezar por lo sencillo y cotidiano
No pensemos que cuando hablamos de dar ejemplo con nuestro obrar, en que tenemos que hacer cosas grandiosas y extraordinarias necesariamente. Pensemos en lo que vivimos cada día en nuestro hogar, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos. ¿Saludo y agradezco con amor y respeto? ¿Estoy dispuesto a servir y a ayudar en las labores de la casa? ¿Estoy atento a las necesidades que tienen los otros? Si de pronto me peleo o discuto, ¿perdono o pido perdón? Son pequeños gestos, que si se hacen todos los días, tendrán una fuerza extraordinaria para iluminar a nuestra familia con la luz de Cristo y de su Evangelio. Pensemos en esta frase de san Francisco de Asís: «Empieza haciendo lo necesario, continúa haciendo lo posible; y de repente estarás haciendo lo imposible».


5. Compartir las experiencias espirituales
No hay experiencia más hermosa para el cristiano que nutrirse del amor de Dios a través de la oración y de la Eucaristía. ¡Cómo no compartir esta dicha con los que más queremos! Me viene la imagen de la Virgen visitando a su prima Isabel. Cuando uno encuentra un tesoro quisiera compartirlo inmediatamente con las personas más significativas. Podemos, de manera creativa y poco a poco, invitar a que nuestros familiares vayan experimentando estos preciosos momentos de oración y de encuentro con Dios: por ejemplo proponer bendecir los alimentos, o rezar en algún momento en que estemos reunidos. También podemos compartirles alguna cita de la Palabra que escuchamos en la Misa o compartirles algún texto espiritual, alguna frase de un santo, entre otras.

Espero que estas ideas puedan ayudarte a ser testimonio en tu hogar del amor de Dios. Ten paciencia, no te desanimes. Recuerda que el que obra la conversión es Dios, que siempre toca la puerta de los corazones y no desampara a nadie.

EL EVANGELIO DE HOY SÁBADO 14 JULIO 2018


Lecturas de hoy Sábado de la 14ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, sábado, 14 de julio de 2018


Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (6,1-8):

El año de la muerte del rey Ozías, vi al Señor sentado sobre un trono alto y excelso: la orla de su manto llenaba el templo. Y vi serafines en pie junto a él, cada uno con seis alas: con dos alas se cubrían el rostro, con dos alas se cubrían el cuerpo, con dos alas se cernían. Y se gritaban uno a otro, diciendo: «¡Santo, santo, santo, el Señor de los ejércitos, la tierra está llena de su gloria!» Y temblaban los umbrales de las puertas al clamor de su voz, y el templo estaba lleno de humo. Yo dije: «¡Ay de mí, estoy perdido! Yo, hombre de labios impuros, que habito en medio de un pueblo de labios impuros, he visto con mis ojos al Rey y Señor de los ejércitos.» Y voló hacia mí uno de los serafines, con un ascua en la mano, que había cogido del altar con unas tenazas; la aplicó a mi boca y me dijo: «Mira: esto ha tocado tus labios, ha desaparecido tu culpa, está perdonado tu pecado.» Entonces escuché la voz del Señor, que decía: «¿A quién mandaré? ¿Quién irá por mí?» Contesté: «Aquí estoy, mándame.»

Palabra de Dios


Salmo
Sal 92

R/. El Señor reina, vestido de majestad

El Señor reina, vestido de majestad,
el Señor, vestido y ceñido de poder. R/.

Así está firme el orbe y no vacila.
Tu trono está firme desde siempre,
y tú eres eterno. R/.

Tus mandatos son fieles y seguros;
la santidad es el adorno de tu casa,
Señor, por días sin término. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (10,24-33):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «Un discípulo no es más que su maestro, ni un esclavo más que su amo; ya le basta al discípulo con ser como su maestro, y al esclavo como su amo. Si al dueño de la casa lo han llamado Belzebú, ¡cuánto más a los criados! No les tengáis miedo, porque nada hay cubierto que no llegue a descubrirse; nada hay escondido que no llegue a saberse. Lo que os digo de noche decidlo en pleno día, y lo que escuchéis al oído, pregonadlo desde la azotea. No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No, temed al que puede destruir con el fuego alma y cuerpo. ¿No se venden un par de gorriones por unos cuartos? Y, sin embargo, ni uno solo cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados. Por eso, no tengáis miedo; no hay comparación entre vosotros y los gorriones. Si uno se pone de mi parte ante los hombres, yo también me pondré de su parte ante mi Padre del cielo. Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre del cielo.» 

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy sábado, 14 de julio de 2018
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Queridos amigos:

“No tengáis miedo”. Hasta tres veces se repite en un pasaje tan corto. Jesús afirma que nadie nos podrá hacer suficiente daño desde fuera como para perder la calma, como para vencer la protección,  la Providencia de Dios. Y lo está diciendo a quienes van a pasar malos momentos…

No es previsible que a nosotros nos persigan por ser cristianos, luego no deberíamos tener motivos para temer. Pero el “miedo” puede ser “defensivo” (algo me amenaza) o “conservador” (miedo al cambio). Y este es el más extendido hoy día.

No se puede ser cristiano de verdad si no hay una continua tensión de cambio, de mejora, de transformación del mundo. A los apóstoles no los amenazaban por permanecer en casa, sino por predicar el Reino, por hablar del Maestro, por tratar de llevar  la Salvación a los demás. Y, en eso, nuestra situación no es tan distinta. No podemos permanecer de brazos cruzados, el miedo no debe agarrotarnos.

Desterremos, pues, el miedo a complicarnos la vida tratando de ayudar a otros; el miedo a exponernos a los comentarios de los demás por nuestras opiniones coherentes con el Evangelio; el miedo a tener que revisar cada día nuestras actitudes para ver si corresponden a lo que pretendemos vivir; el miedo a leer nuestra vida, nuestros criterios, a la luz de la Palabra; el miedo a sentirnos “bichos raros” en medio de una sociedad que en su mayoría ignora a Dios; el miedo, en definitiva, a ser cristianos “en activo”.

Dios cuida de nosotros.

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 14 JULIO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
14 julio



Nos advierte el Señor: Permanezcan en mi amor; si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor (Jn 15,10).

Tu vida cristiana no debe ser la expresión de un cumplimiento más o menos estricto, pero siempre frío, de tus obligaciones religiosas; ha de ser más bien la expresión y manifestación de tu fidelidad al amor de Jesucristo; has de hacerlo todo con amor y por amor.


P. Alfonso Milagro