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martes, 19 de junio de 2018

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 19 DE JUNIO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
19 junio




Cuando se apareció a sus apóstoles después de su resurrección, les repetía siempre: La paz con ustedes, saludo que ha mantenido la liturgia cristiana.

Cuando un cristiano desea la paz, expresa el deseo de todos los bienes para aquella persona a la que saluda; le desea la paz, que nace de la posesión de Dios y de su gracia, la tranquilidad del alma, la seguridad del auxilio divino, una paz verdadera que llena el alma de espirituales consuelos y que comunica alegría aun en medio de las tribulaciones.


P. Alfonso Milagro

CALMA!


Calma



        En la época del fax, los chips, el internet, el jet, el microondas y el control remoto, es difícil aceptar procesos con paciencia.

        Queremos que todo en la vida funcione tan rápido como las comunicaciones o las computadoras. Nos dejamos presionar por un inmediatismo estresante.

        Y está bien que exijamos rápidez a los lentos y los mediocres, pero no hasta el punto de querer en todo una velocidad de transbordador espacial.

        Por querer volar quemamos valiosas iniciativas, no le damos espacio a los procesos de maduración y olvidamos lo importante agobiados por lo urgente.

        La impaciencia nos hace tanto daño como el que sufren los niños cuyos papás quieren estos milagros: Que el pequeño a los 5 años hable tres idiomas, toque violín, sea estrella en un deporte, estudiante Uno. A. y experto karateca.

        Ojalá pongamos en nuestro espejo, en el closet y en la oficina un post-it con las letras PP de paciencia y procesos.

        Así tendremos ante los ojos por un buen tiempo un memorial de lo valioso que es actuar con calma y dejar tanto acelere. ¡Ojo, vísteme despacio que estoy de prisa!

EL AMOR ES PERDÓN


El amor es perdón



Para quien ha amado, para todo aquel que haya sido amado,
recuerda que el amor soporta todo, el amor es servicial, el amor no es egoísta el amor viene de Dios y sobretodo que el amor es PERDÓN.

No es solamente un sentimiento o un recuerdo grabado en tu memoria, es el saber que eres amado por tu creador e igualmente fuiste para hecho para amar, pues tu
Dios ES el amor.

Si sientes tristeza por un amor que se fue, si te sientes mal por algo que no funcionó, si piensas que este día pudo ser mejor, recuerda que Dios creó la amistad y el amor, y que no las puedes practicar sin El.

En este día perdona, ama, expresa, ríe sin importar si eres correspondido o no y no dejes en tu corazón lo que sientes. Solamente si haces todo lo anterior podrás decir que has amado.

AMAR AL ENEMIGO


Amar al enemigo
El amor al enemigo, es el signo del verdadero cristiano, es lo que debe distinguirlo de los demás. 


Por: Padre Nicolás Schwizer | Fuente: Homilías del Padre Nicolás Schwizer 




1. En el Evangelio de hoy, Jesús sigue enseñándonos sobre la nueva justicia. En ella se contrapone la ley judía a las exigencias cristianas. Hoy nos habla sobre el amor a los enemigos.

La ley judía exigía amar sólo al prójimo: “amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Significa amar al que está cerca, al que vive conmigo, al hermano, pariente, amigo.

En cambio, el judío no está obligado a amar al que se encuentra lejos de él - lejos interior o exteriormente. Sobre todo, no ha de amar al enemigo personal, al enemigo de su pueblo (p.ej. pueblos vecinos hostiles), al enemigo de Dios. Ésta es la ley judía.

2. Porque al cristiano se le exige mucho más que al judío. Jesús habla muy claro sobre ello, en el Evangelio de hoy: “Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os aborrecen y rezad por los que os persiguen y calumnian”.

El amor al enemigo, es el signo del verdadero cristiano, es lo que debe distinguirlo de los demás. En eso tenemos que imitar a Dios-Padre: Él trata igual a buenos y malos, da sus dones a justos e injustos, no distingue entre santos y pecadores, porque todos son sus hijos queridos.

3. Parece que Jesús no conoce más que una ley, la ley del amor, y que saca de ella todas sus consecuencias, y hasta los últimos detalles. Este rigor del Señor, a algunos los entusiasma y a otros los llena de indignación.

Y a nosotros, ¿nos ha entusiasmado o nos ha indignado Jesús con sus exigencias? Esto sería, por lo menos, una señal de que las hemos entendido. Porque lo peor que podría sucedemos es escucharlas con unos oídos tan distraídos y tan habituados, que ni siquiera nos impresionaran.

Es grave escuchar la palabra de Dios y rechazarla. Pero, ¿qué decir de los que la aceptan, la aclaman litúrgicamente, y ni siquiera se dan cuenta de ella? Para los que no creen en Jesús, todavía queda una oportunidad: el futuro sigue abierto para ellos y pueden convertirse. Pero, ¿qué pasa con aquellos que se imaginan que creen y que, sin embargo, ni siquiera se les ocurre pensar que podrían y que deberían cambiar?

4. Las exigencias duras de Cristo son para nosotros palabras de salvación únicamente cuando empiezan por hacemos daño: ¡Amar a los enemigos, cuando resulta ya tan difícil amar realmente a los que nos aman! ¡Hacer el bien a los que nos odian, cuando nos cuesta ya tanto poner buena cara a los que nos hacen el bien!

¡Rezar por los que nos persiguen y calumnian, si apenas nos tomamos tiempo para rezar por los nuestros! En cuanto a presentar la otra mejilla y ofrecerle nuestra camisa al que ya nos ha quitado el saco, no será una exageración que ninguna persona con sentido común piensa practicar.

5. En una palabra: estos consejos del Señor atentan contra toda nuestra realidad humana. La ley de este mundo, después de más de 2000 años de cristianismo, sigue siendo el “ojo por ojo, diente por diente”. Parece que a la violencia sólo se puede responder con la violencia.

Pero la verdad es que así no se consigue nada. La espiral de la venganza, del odio y de la violencia se irá adelante indefinidamente. Hay que salir de este cerco. Hay que romper ese círculo vicioso de actos de violencia con un “hecho nuevo”. Hay que adoptar una actitud distinta de la del adversario.

6. Feliz el que sabe dar el primer paso para acercarse. Porque no hay nada mejor que, de repente, en un conflicto uno perdone al otro, abandone su posición, deje de devolver el golpe. No hay más que una salida: que uno de los dos tenga la idea prodigiosa de comenzar a amar al enemigo.

Cuando se recibe un bofetón en la mejilla y se devuelve otro, éste no es más que el eco del anterior. Pero si el que lo recibe no lo devuelve, sino que perdona, entonces hace aparecer sobre la tierra algo inesperado. Si tomamos a alguien su saco, podemos decir de antemano que nos negará la camisa. Pero si en lugar de negarla nos la da, entones quedaremos estupefactos, porque es una cosa totalmente nueva, imprevista.

Lo que se nos pide es hacer algo nuevo en nuestra vida, ser creadores en el amor, no dejarnos esclavizar por el pecado. Significa convertir el enemigo, el adversario en un hermano. Significa acercamos a él, hacerlo prójimo, amarlo como a sí mismo. Significa descubrir en el enemigo, como en cada hombre, a Jesucristo mismo.

7. Queridos hermanos, el cristianismo no es una religión fácil. Ser un cristiano auténtico exige sacrificio, heroísmo, renuncia al odio, al rencor y a la venganza...
Examinémonos, por eso:

• ¿Cuál es nuestra reacción a calumnias, ofensas e injusticias?
• ¿Reaccionamos con odio, rencor, venganza, resentimientos?
• ¿O logramos comprensión, aceptación, perdón y olvido? ¡Pensémoslo un momento!

¡Qué así sea!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.


Padre Nicolás Schwizer
Instituto de los Padres de Schoenstatt

12 CARACTERÍSTICAS DEL FUTBOLISTA PARA APLICAR EN LA VIDA ESPIRITUAL


12 características del futbolista para aplicar en la vida espiritual

El mundial Rusia 2018 nos da la oportunidad de reflexionar en 12 características de los futbolistas profesionales, que podemos aplicar a nuestra vida espiritual


Por: n/a | Fuente: Siame.mx 




Ha iniciado la Copa Mundial de Fútbol Rusia 2018, un evento deportivo que sin duda nos traerá grandes emociones, pero que también nos da la oportunidad de reflexionar en 12 características de los futbolistas profesionales, que podemos aplicar a nuestra vida espiritual:

1. Disciplina. El futbolista profesional no espera mejorar su desempeño por arte de magia, sino se disciplina a seguir un régimen de alimentación y ejercicio. También en la vida espiritual se necesita disciplina, para ir a Misa, dedicar tiempo a la oración, a la lectura meditada de la Biblia, a hacer obras de misericordia, a la evangelización.

2. Conocer y trabajar puntos débiles y fuertes. El futbolista profesional conoce y busca cómo corregir sus puntos débiles, y reforzar los fuertes. También en la vida espiritual, debemos conocernos, para desterrar vicios y pecados y fortalecer virtudes y buenos hábitos.

3. Total dedicación. El futbolista profesional lo es de tiempo completo, no sólo en el estadio. Al salir de entrenar no se dedica a comer y a flojear. También en la vida espiritual, hemos de portarnos cristianamente, no sólo en la iglesia el domingo, sino toda la vida, en todo momento.

4. Perseverancia. Cuando no obtiene el triunfo a la primera, el futbolista profesional persevera. También en la vida espiritual necesitamos constancia en la oración, en dar buen ejemplo, en ayudar a los demás, en el perdón.

5. Máximo esfuerzo. El futbolista profesional da todo de sí en una Copa del Mundo. No se reserva nada. En la vida espiritual hemos de dar lo mejor a Dios, nuestro máximo esfuerzo, aprovechar cada oportunidad para buscar y cumplir Su voluntad.

6. Competir contra sí mismo. El futbolista profesional se supera sobre todo a sí mismo, mejora su rendimiento sin compararse con los demás. También en la vida espiritual, no hay que sentirse mejor ni peor que otros, sino luchar por superarse uno a sí mismo, con la gracia de Dios.

7. Disfrutar. El futbolista profesional goza el deporte. También en la vida espiritual hemos de valorar y disfrutar dialogar con Dios, ir a Misa, rezar en familia, leer la Palabra, conocer la riqueza de todo lo que nos ofrece la Iglesia.

8. No hacer trampa. (ver 2Tim 2,5). No hay gloria en ganar haciendo trampa. Tampoco en la vida espiritual se puede ganar con sólo aparentar.

9. Solidaridad. El buen futbolista no teme ayudar o aconsejar a otros, aun a sus contrincantes. También en la vida espiritual es esencial tener siempre la disposición de amar y tender la mano a los demás.

10. Humildad. El buen futbolista sabe recibir el triunfo sin vanagloriarse, y la derrota sin desanimarse. También en la vida espiritual, hay que aprender a ponerse en manos de Dios, y aceptar con gratitud y humildad que se cumpla en todo Su voluntad.

11. Ayuda. El futbolista profesional cuenta con su entrenador y su equipo. También en la vida espiritual, contamos con el apoyo de otros: el padre que nos confiesa, nos aconseja, nos alimenta con el Pan de la Palabra y de la Eucaristía; la familia y nuestra comunidad.

12. Apoyo. El futbolista, en una Copa Mundial, siente a su país con él, apoyándolo, deseando que gane. En la vida espiritual, nos acompañan María y todos los santos, que con su intercesión sostienen nuestro esfuerzo, y desde luego, lo más importante, está con nosotros el Señor, que no sólo nos aguarda en la meta, con el premio prometido, sino nos anima, levanta y sostiene durante todo el recorrido.

PAPA FRANCISCO: SI TIENES ENEMIGOS QUE TE INTENTAN DESTRUIR, ÁMALOS!


Papa Francisco: Si tienes enemigos que te intentan destruir ¡ámalos!
Redacción ACI Prensa
 Foto: Vatican Media




El Papa Francisco invitó en su homilía en la Misa de la Casa Santa Marta a rezar por los enemigos, por aquellos que “nos quieren destruir”, y amarlos.

“Lo decimos todos los días en el Padre Nuestro, pedimos perdón como nosotros perdonamos: es una condición”, indicó.

“Rezar por aquellos que quieren destruirme, los enemigos, para que Dios los bendiga: esto es realmente difícil de entender. Pensemos en el siglo pasado, los pobres cristianos rusos que por el solo hecho de ser cristianos eran enviados a Siberia a morir de frío: ¿y ellos debían orar por el gobernante verdugo que mandaba allí?, ¿cómo es posible?”.

“Muchos lo hicieron: rezaron. Pensemos en Auschwitz y en otros campos de concentración: ellos tenían que orar por ese dictador que quería la raza pura y asesinaba sin escrúpulos, y rezar para que Dios los bendijera. Y lo hicieron muchos”.

Francisco destacó la “distancia” que muchas veces existe “entre nosotros que muchas veces no perdonamos pequeñas cosas, y esto que nos pide el Señor y de lo que nos ha dado ejemplo: perdonar a aquellos que buscan destruirnos. En las familias es muy difícil, a veces, perdonarse los cónyuges después de alguna discusión, o perdonar a la suegra tampoco es fácil”.

“El hijo, pedir perdón a su padre, es difícil. Pero perdonar a aquellos que te están asesinando, que quieren echarte… No solo hay que perdonar: ¡rezad por ellos, para que Dios los custodie! Es más: amadles. Solo la palabra de Jesús puede explicar esto”.

El Papa finalizó invitando a rezar “por los enemigos” porque, además “creo que todos nosotros los tenemos”. “Nos hará bien pensar en alguno que nos ha hecho el mal, que nos quiere hacer el mal o busca hacer el mal. La oración mafiosa es ‘me la pagarás’” pero “la oración cristiana es ‘Señor, dale tu bendición y enséñame a amarlo’. Rezamos por él”.

EL EVANGELIO DE HOY MARTES 19 JUNIO 2018


Lecturas de hoy Martes de la 11ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, martes, 19 de junio de 2018


Primera lectura
Lectura del primer libro de los Reyes (21,17-29):

Después de la muerte de Nabot, el Señor dirigió la palabra a Ellas, el tesbita: «Anda, baja al encuentro de Ajab, rey de Israel, que vive en Samaria. Mira, está en la vifía de Nabot, adonde ha bajado para tomar posesión. Dile: "Así dice el Señor: '¿Has asesinado, y encima robas?' Por eso, así dice el Señor: 'En el mismo sitio donde los perros han lamido la sangre de Nabot, a ti también los perros te lamerán la sangre.»
Ajab dijo a Elías: «¿Conque me has sorprendido, enemigo mío?»
Y Elías repuso: «¡Te he sorprendido! Por haberte vendido, haciendo lo que el Señor reprueba, aquí estoy para castigarte; te dejaré sin descendencia, te exterminaré todo israelita varón, esclavo o libre. Haré con tu casa como con la de Jeroboán, hijo de Nabat, y la de Basá, hijo de Ajías, porque me has irritado y has hecho pecar a Israel. También ha hablado el Señor contra Jezabel: "Los perros la devorarán en el campo de Yezrael." A los de Ajab que mueran en poblado los devorarán los perros, y a los que mueran en descampado los devorarán las aves del cielo.»
Y es que no hubo otro que se vendiera como Ajab para hacer lo que el Sefior reprueba, empujado por su mujer Jezabel. Procedió de manera abominable, siguiendo a los ídolos, igual que hacían los amorreos, a quienes el Señor había expulsado ante los israelitas. En cuanto Ajab oyó aquellas palabras, se rasgó las vestiduras, se vistió un sayal y ayunó; se acostaba con el sayal puesto y andaba taciturno.
El Señor dirigió la palabra a Ellas, el tesbita: «¿Has visto cómo se ha humillado Ajab ante mí? Por haberse humillado ante mí, no lo castigaré mientras viva; castigaré a su familia en tiempo de su hijo.»

Palabra de Dios


Salmo
Sal 50,3-4.5-6a.11.16

R/. Misericordia, Señor: hemos pecado

Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. R/.

Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces. R/.

Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.
Líbrame de la sangre, oh Dios, 
Dios, Salvador mío,
y cantará mi lengua tu justicia. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,43-48):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo: "Amarás a tu prójimo" y aborrecerás a tu enemigo. Yo, en cambio, os digo: Amad a vuestros enemigos, y rezad por los que os persiguen. Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos. Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y si saludáis sólo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto.»

Palabra del Señor


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Comentario al Evangelio de hoy martes, 19 de junio de 2018
Aristóbulo Llorente cmf



      Los planteamientos demasiado radicales nos dejan descolocados. En realidad. La mayoría de nosotros somos vitalmente conservadores. Preferimos dejar las cosas como están para ver como quedan. Y no nos cuesta mucho aplicar aquello que nos decían en la escuela de pequeños de que “los experimentos con gaseosa” (para los que no sepan lo que es la “gaseosa” baste saber que es un bebida inocua y dulce que se da a los niños). Vamos que cualquier cosa que nos suene a revolucionaria en principio nos asusta. Porque nos asusta lo desconocido. Y terminamos prefiriendo lo malo conocido que lo bueno por conocer. 

      Por eso lo que nos dice Jesús en el Evangelio nos deja fuera de lugar, sin respuesta. De verdad, que nos cuesta entenderle y mucho más vivirlo. Hay que amar a los enemigos y rezar por los que nos persiguen. Y, en este caso, amar no se refiere a una actitud etérea y flotante sin consecuencias prácticas. Ya sabemos todos que para Jesús eso de amar es algo que tiene mucho que ver con la vida diaria, con la relación, con el cariño, con la atención a las necesidades del otro, con el servicio... Así que cuando dice “amar a los enemigos”, está refiriéndose a que les tenemos que servir, atender y tratar con cariño en sus necesidades. Algo enormemente práctico y concreto. 

      Lo malo es que el argumento que utiliza Jesús para convencernos de que hay que amar a los enemigos, no se puede discutir. Ahí está Dios, el padre y origen de todo, que hace salir el sol –la vida– sobre todos sin distinción, sobre malos y buenos. Además, si solo hacemos el bien a los que nos lo hacen, que premio tendremos (esta parte del argumento se dirige sobre todo a los que actúan sólo pensando en el premio que van a recibir). Por otra parte, si actuamos así, ¿en qué nos vamos a diferenciar de los malos?

      Y al final, nos da el último argumento, el definitivo. Nosotros, los hijos, estamos llamados a ser como nuestro Padre del cielo: perfectos. Perfectos en el amor. Sin condiciones. Sin límites. Como es el amor. Para siempre y para todo. 

      El argumento de Jesús es irrebatible. Pero aún así, después de tantos siglos, nos cuesta entender, y mucho más, llevar a la práctica el consejo de Jesús: “Amad a vuestros enemigos  rezad por los que os persiguen.” En muchas ocasiones seguimos prefiriendo amar a los nuestros y dejar de lado a los otros, a los que hablan diferente, o tienen una religión diferente, o pertenecen a una raza diferente. Seguimos haciendo distinciones allí donde nuestro Padre Dios no distingue porque para él todos somos hijos e hijas, todos amados por igual. 

      Menos mal que en la Iglesia tenemos esa organización que se llama “Caritas”. Está presente en todos los países. Y, que yo sepa, es una institución de la iglesia que se dirige a todos, que atiende a todos los necesitados, los pobres, los marginados, sin hacer distinciones de ningún tipo. Los hombres y mujeres de Caritas nos recuerdan que es posible hacer realidad las palabras de Jesús en el Evangelio de hoy.



NARDOS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, 19 JUNIO


Nardo del 19 de Junio
¡Oh Sagrado Corazón, Corazón Misericordioso!

Meditación: El viento arrecia, parece que la tierra se pone desierta, todo se oscurece...se va la Luz del mundo, y te escucho decir: "Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen..." y de repente se oye un grito desgarrador: "Padre, en Tus Manos encomiendo Mi Espíritu". Mi Dulce Jesús ha muerto, mi Dios ha muerto...lo hemos matado. De nuestro corazón aún hoy lo arrancamos, la tierra tiembla...por eso nuevamente están aquí las tinieblas. Tu Cuerpo Santo cuelga inerte, pero a pesar del temor, un soldado con la lanza abre Tu Costado, y brotan de Él Tu última gota de Sangre, y Agua. La Sangre de la Redención, el Agua del Perdón. Así la Luz de Tu Misericordia nos baña en los sublimes Sacramentos que dejaste en Tu Iglesia Santa. Señor, mi Jesús amado, mi Redentor, me atrevo a pedirte a Vos que me liberes hoy y me enseñes a pedir perdón, para mi sanación, bañándome con los Rayos de Tu Misericordioso Corazón. Que goce así de la Nueva Jerusalén que algún día veré.

Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!

¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.

Florecilla: Recemos la coronilla a La Divina Misericordia dada por el mismo Jesús a Sor Faustina Kowalska.

Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.