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martes, 12 de junio de 2018

LA MITAD DE LA VIDA


La mitad de la vida




Creo que fue Einstein que decía: "Todos somos ignorantes, lo que pasa es que no todos ignoramos las mismas cosas".

A veces hay personas que son muy expertas, muy sabias en alguna cosa pero, lamentablemente, se olvidan o no saben otras y en el momento oportuno puede ser que pierdan todo lo que sepan a causa de lo que ignoran. Voy a compartir con ustedes un pequeño cuento.

Dicen que una vez iba un... ¿Puedo hacerlo como de porteño? Gracias. Vamos a hacerlo de porteño. Iba un porteño que quería cruzar el río Paraná, pero quería hacerlo en lancha allá por la Isla del Cerrito, en el norte. Consiguió un canoero, y el hombre le hablaba y decía:

-¿Usted alguna vez visitó Buenos Aires?

-No -decía el canoero- yo no, que yo sepa no estuve nunca en Buenos Aires.

-Ah, pero usted perdió la primera mitad de la vida. ¿Usted no conoce ninguna gran ciudad?  Qué sé yo, ¿aunque sea Rosario, Córdoba?

-No, la verdad señor, que yo nunca viví ahí.

-Ah, entonces usted perdió la primera mitad de la vida.

En un determinado momento empieza a entrar agua en el bote, y el canoero lo mira al señor y le dice:

-¿Usted señor, sabe nadar?

-No, la verdad que no, dice el porteño.

-Entonces se perdió la segunda mitad de la vida -le dice el canoero....

Puede suceder que a veces es importante saber algunas cosas, pero también es importante saber que uno ignora otras. Y, a lo mejor, por ignorar esas uno puede perder todo lo demás. Lo pensamos cada uno.

Hoy el cuentito es corto y les pido que me perdonen los porteños. A veces a los provincianos, viste, nos gusta, así como ustedes se ríen a veces un poco de nosotros, a veces nos gusta también tomarles el pelo y reírnos un poco de ustedes. Es lindo reírse o mejor todavía, reírnos juntos. No reírse del otro sino reírse con los otros. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén


© Fray Mamerto Menapache.


Nota para los lectores de otros países:
“Porteño”: dícese de los habitantes de la ciudad de Buenos Aires (del puerto).
 “Canoero: el hombre que maneja una canoa.
 “Canoa: bote pequeño y sencillo de madera movido por remos.

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 12 JUNIO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
12 junio



Jesús se fija en el más desamparado , en el más necesitado, en el imposibilitado de socorrerse a sí mismo: en el pobre.

La mirada de Jesús penetra lo más íntimo del corazón. Lo descubre todo, pero prefiere que seamos nosotros quienes le descubramos nuestras intimidades. El deseo de curarnos lo tiene él más que nosotros, pero no nos quiere curar hasta que nosotros lo deseemos y se lo pidamos. Esta es la razón de ser de la oración.


P. Alfonso Milagro

BIOGRAFÍA DE SAN ANTONIO DE PADUA, 13 JUNIO


San Antonio de Padua
13 de junio
(Lisboa, hacia 1195 - Arcella, junto a Padua, 1231) 




Santo franciscano de origen portugués, sacerdote y doctor de la Iglesia. Su nombre de nacimiento era Fernando Martins; era hijo primogénito de Martín de Alfonso, caballero portugués descendiente de nobles franceses (los Bouillon), y de María Taveira.


San Antonio de Padua (óleo de Giovan Battista Urbinelli)

Estudió en la escuela catedralicia, donde un tío suyo era maestrescuela; más tarde, en torno a 1210, ingresó en el monasterio de canónigos regulares de San Agustín de San Vicente de Fora, cerca de Lisboa. Allí tuvo como maestros al propio prior, Pedro, y a un hombre de amplios conocimientos como Petrus Petri. Pero su familia y amigos no aceptaron su vocación y trataron de hacerle abandonar.

Para evitar estas presiones renunció a la herencia familiar y se trasladó en 1212 al monasterio de Santa Cruz de Coimbra, importante centro de enseñanza religiosa que contaba con una gran biblioteca. En este otro lugar recibió la influencia de la escuela teológica de San Víctor (París) a través de profesores que habían estudiado allí. Tampoco en Coimbra encontró tranquilidad, pues el monasterio se vio afectado por el enfrentamiento entre el rey Alfonso II de Portugal y el papa Inocencio III: su propio prior, Juan, fue excomulgado por apoyar al monarca portugués.

Hacia 1219, fecha en que probablemente era ya sacerdote, conoció a la pequeña comunidad franciscana de Coimbra, establecida poco antes en el eremitorio de Olivais, y se sintió atraído por su modo de vida fraterno, evangélico y en pobreza. Cuando poco después llegaron a su monasterio restos de los primeros mártires franciscanos, muertos en Marrakech, decidió ingresar en la nueva orden, que a causa de su reciente creación aún estaba poco extendida y carecía del prestigio que alcanzaría más adelante. Fray Juan Parenti, provincial de España, presidió la sencilla ceremonia de toma de hábito franciscano (verano de 1220), en la que cambió el nombre de Fernando por el de Antonio (el eremitorio de Olivais estaba dedicado a San Antonio Abad), símbolo de su cambio de vida.

Tras un breve noviciado, e impulsado por el ejemplo de los mártires franciscanos, parece que en otoño de ese mismo año embarcó hacia Marruecos junto con otro hermano de orden, fray Felipe de Castilla, para alcanzar él mismo el martirio. Sin embargo, al poco de desembarcar contrajo la malaria, enfermedad que le dejaría secuelas para toda la vida; convaleciente todo el invierno, se vio obligado a abandonar el país.



Su intención era ahora llegar a las costas españolas y desde ellas volver por tierra a Portugal, pero una tempestad llevó el barco en que viajaba hasta Sicilia. Permaneció algún tiempo en Milazzo (costa noreste de la isla), donde había una comunidad franciscana, para completar su recuperación. En junio de 1221 asistió al capítulo de su orden en Asís ("capítulo de las Esteras", que convocó a tres mil franciscanos); allí conoció a San Francisco de Asís y decidió no regresar a Coimbra para ponerse al servicio de fray Gracián, provincial de la Romaña (circunscripción franciscana que abarcaba todo el norte de Italia).

Fray Gracián lo envió durante un año al eremitorio de Montepaolo (cerca de Forli) para que se fortaleciese antes de encomendarle alguna misión de apostolado. A mediados de 1222, ya con buena salud, San Antonio de Padua predicó en la catedral de Forli (sin haber preparado previamente sus palabras, pero con gran profundidad) con ocasión de unas ordenaciones de franciscanos y dominicos.

Su provincial le nombró predicador y le encargó ejercer su ministerio por todo el norte de Italia, donde se extendía por muchos lugares el catarismo. Recorrió así, enseñando, numerosos lugares. Su labor catequética en Rímini en 1223, por ejemplo, fue difícil, pero sus exhortaciones y discusiones públicas acabaron teniendo éxito, logrando convertir entre otros a Bononillo, obispo cátaro. A finales de este año o principios de 1224 estuvo también en Bolonia, enseñando teología a otros frailes franciscanos en el convento de Santa María de la Pugliola; fue el primer maestro de la orden, recibiendo para ello el permiso de San Francisco, que le escribió una carta llamándole "mi obispo".

Hacia 1224 o 1225, sus superiores lo trasladaron al sur de Francia, donde los albigenses tenían más fuerza que en Italia. Su método para combatir la herejía consistió en llevar una vida ejemplar, en charlas con los no creyentes y en catequesis para fortalecer la fe de los cristianos. Prosiguió su enseñanza teológica en Montpellier (donde se formaban los franciscanos y dominicos que iban a predicar en la región) y Tolosa (ciudad con fuerte presencia albigense), además de ser guardián del convento de Le Puy-en-Velay (al oeste de Valence y Lyon) y, desde el capítulo de Arlés de 1225, custodio de Limoges. Como tal estableció la residencia de los franciscanos de la ciudad en una antigua ermita benedictina y fundó un convento cerca de Brieve.



A finales de 1225 participó en el sínodo de Bourges, que examinó la situación de la región. San Antonio de Padua señaló a los prelados la necesidad de vivir sencillamente para dar ejemplo; el obispo de Bourges, Simón de Sully, respondió a sus palabras y aplicó en lo sucesivo la reforma de costumbres, ayudándose de franciscanos y dominicos para la evangelización de su diócesis.

La muerte de San Francisco el 3 de octubre de 1226 le obligó a viajar a Asís, como custodio de Limoges, para asistir al capítulo general que debía elegir nuevo ministro general; éste tuvo lugar el 30 de mayo de 1227, siendo elegido fray Juan Parenti. Buen conocedor de la valía de Antonio, le nombró provincial de Romaña. Muy querido por sus frailes, San Antonio de Padua recorrió los lugares de su provincia donde había conventos franciscanos; uno de ellos fue Vercelli, donde predicó en la catedral con gran impacto y conoció al teólogo y canónigo regular Tomás Galo.

También por entonces debió estar durante estancias largas en Padua, donde fundó una escuela de franciscanos y comenzó a escribir una serie de sermones. Fruto de su labor fue el aumento de las misiones de predicación y la fundación de numerosos conventos. En el capítulo general de 1230, reunido con ocasión del traslado de los restos de San Francisco a su basílica de Asís, pidió a Parenti que le retirase el cargo, a causa de su mala salud.

El general aceptó su renuncia a cambio de formar parte de una comisión que debía presentar al papa Gregorio IX varias cuestiones sobre la regla franciscana que el pontífice debía estudiar y aprobar. Ante él y la curia romana predicó por entonces Antonio, siendo escuchado con entusiasmo: el papa lo llamó "Arca del Testamento". Es posible que colaborase en la redacción de la bula Quo elongati, respuesta a los problemas planteados por la orden al pontífice.



Después marchó al que sería su último destino, Padua, en la que se entregó con tal ardor que en lo sucesivo a su nombre quedaría asociado el de la ciudad: Antonio de Padua. Se instaló primero en la capilla de la Arcella, junto al convento de clarisas, pero solía predicar en el convento franciscano de Santa María, extramuros de la ciudad.

San Antonio de Padua escribió, por petición del cardenal Rinaldo Conti (el futuro Alejandro IV), una serie de sermones según las fiestas del año litúrgico y predicó hasta el agotamiento la Cuaresma de 1231; a sus sermones diarios asistió gran parte de la ciudad y consiguió del Consejo Mayor de la ciudad la liberación de los deudores presos por no tener medios con qué pagar sus deudas (origen del "Estatuto de San Antonio"). Poco después, el podestá Esteban Badoer le rogó que solicitase al poderoso Ezzelino IV da Romano la liberación de varios nobles paduanos que tenia prisioneros; de este modo, viajó a Verona y se entrevistó con Ezzelino, aparentemente sin éxito, si bien unos meses después de la muerte de Antonio acabaría por ceder.

En mayo, habiendo empeorado su salud por el viaje, se retiró al cercano lugar de Camposampiero para descansar y terminar de escribir los Sermones. Pero la gente tuvo conocimiento del lugar en que estaba y acudió en masa a oírle y pedirle consejo. El viernes 13 de junio sufrió un colapso y, ante el próximo fin, pidió que le trasladasen a Padua. Así se hizo, aunque para evitar las multitudes se detuvieron en la Arcella, donde murió Antonio esa misma tarde tras recibir la extremaunción y recitar los salmos penitenciales. No tenía aún cuarenta años, y había ejercido su intensa predicación poco más de diez.

Orador sagrado, fundador de hermandades y de cofradías, teólogo y hombre de gobierno, San Antonio de Padua dejó varios tratados de mística y de ascética; todos sus sermones fueron publicados. Un año después de su muerte fue canonizado, y su culto, muy popular, se generalizó a partir del siglo XV. Su representación más valiosa se debe a Goya, quien lo plasmó en los frescos de la Ermita de San Antonio de la Florida. Fue proclamado doctor de la Iglesia en el año 1946 por el papa Pio XII; su fiesta se celebra el 13 de junio.

PAPA FRANCISCO PIDE A LOS CRISTIANOS QUE SEAN TESTIGOS DEL EVANGELIO SIN ESPERAR RECOMPENSAS


El Papa pide a los cristianos que sean testigos del Evangelio sin esperar recompensas
Redacción ACI Prensa
 Foto: Vatican Media



Durante la Misa celebrada este martes 12 de junio en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco destacó la importancia del “simple testimonio habitual, el que se ofrece cada día” sin esperar el reconocimiento de ningún mérito.

El Santo Padre explicó que el testimonio más grande que puede dar un cristiano es entregar la vida como la entregó Jesús, es decir, el martirio. Sin embargo, hay otro tipo de testimonio que es el testimonio de cada día, “el que comienza por la mañana al levantarse y finaliza por la noche, cuando se va a dormir”.

Ese testimonio consiste en “ser sal y luz para los demás, sin atribuirse méritos”. “Puede parecer poca cosa”, indicó Francisco, “pero el Señor, con poca cosa, puede hacer milagros, puede hacer maravillas”. Por lo tanto, el cristiano debe tener una actitud de humildad. En eso consiste ser sal y luz.

“Sal para los demás, luz para los demás, porque la sal no se da sabor a sí misma, está siempre al servicio de los demás. La luz no se ilumina a sí misma, está siempre al servicio de los demás. Sal para los demás. Un poco de sal, cambia los alimentos. En el supermercado, la sal no se vende en toneladas, sino en pequeñas bolsas. Con eso es suficiente. Y luego, la sal no se vale por sí misma. Siempre para ayudar a los demás: ayuda a conservar las cosas, a dar sabor a las cosas. Simple testimonio”.

Por lo tanto, continuó el Pontífice, ser cristiano en el día de hoy significa ser cristiano “para la gente, para ayudar en las horas de oscuridad”.

“El Señor nos dice así: ‘Tú eres sal, tú eres luz’”, pero el cristiano debe ser sal y luz en el anonimato, sin esperar que se le acredite ningún mérito. “Nosotros cuando comemos no decimos: ‘¡Ah!, ¡qué sal más buena!’. No, decimos: ‘¡Qué pasta más buena! ¡Qué carne más buena…!’. De noche, cuando caminamos por casa, no decimos: ‘Qué buena esta luz’. No, de hecho, ignoramos la luz, pero vivimos con esa luz que ilumina. Esta es la dimensión que hace que nosotros, cristianos, seamos anónimos en la vida”.

El Papa subrayó: “No somos protagonistas de nuestros méritos”, y señaló que hay que alejarse de actitudes como la del fariseo que daba gracias al Señor pensando que era santo.

“Una bella oración para todos nosotros, que podemos hacer al finalizar la jornada, es preguntarse: ‘¿Hoy he sido sal? ¿Hoy he sido luz?’. Esta es la santidad de cada día. Que el Señor nos ayude a comprenderlo”, finalizó el Pontífice.

Lectura comentada por el Papa Francisco:

Mateo 5:13-16


13 «Vosotros sois la sal de la tierra. Mas si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará? Ya no sirve para nada más que para ser tirada afuera y pisoteada por los hombres.

14 «Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte.

15 Ni tampoco se enciende una lámpara y la ponen debajo del celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos los que están en la casa.

16 Brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.

NARDOS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, 12 JUNIO


Nardo del 12 de Junio
¡Oh Sagrado Corazón, escarnecido por nuestros pecados!

Meditación: Señor…en la oscuridad del Getsemaní, la Luz de Tu Presencia. Señor…que sentías en aquella brisa fría la cercanía de Tu agonía. Señor…te veo arrodillado y orando, Tu respiración se acelera…puedo sentir el dolor de Tu Corazón, de ese Corazón que en ese instante sintió todos los pecados, los más sucios, los más inmundos, los cometidos y por cometer. Señor, allí Tu Corazón se atravesó. Pobre Mi Señor, el Puro, el Santo, soportando y sintiendo cada pecado. Señor…estás llorando…Sangre. Señor, de Tu Santa Frente cual pequeños rubíes gotas de Sangre caen. ¡Oh Señor perdón!, perdón por las espinas de mis pecados y las de mis hermanos, perdón Señor porque continuamos tu martirio…perdón Padre porque a pesar de habérnoslo dado, al Sacrificio de Tu Hijo lo hemos olvidado.

Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!

¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.

Florecilla: Trabajemos con humildad haciendo un examen de conciencia, recordando y meditando los pecados capitales: soberbia, vanidad, avaricia, gula, lujuria, envidia, ira.

Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.

ASESINAN A SACERDOTE CUANDO SE ALISTABA PARA CELEBRAR MISA EN FILIPINAS


Asesinan a sacerdote cuando se alistaba para celebrar Misa
Redacción ACI Prensa





Desconocidos asesinaron a un sacerdote católico el domingo 10 de junio en Filipinas, mientras estaba junto al altar de su iglesia y se preparaba para celebrar Misa.

Según informa el diario del Vaticano L’Osservatore Romano, el P. Richmond Nilo, de 40 años, estaba junto al altar de la capilla de Nuestra Señora de la Nieve en la ciudad de Zaragoza, provincia de Nueva Ecija, ubicada a unos cien kilómetros al norte de Manila, capital de Filipinas

Los asesinos aún no han sido identificados. Dispararon cuatro veces al sacerdote a través de una ventana de la capilla y luego se dieron a la fuga.

El ataque ocurre menos de una semana después de que otro sacerdote fuera herido en la ciudad de Calambia, provincia de Laguna, ubicada al sur de Manila.

El P. Nilo es el tercer sacerdote católico asesinado en Filipinas desde diciembre de 2017, explicó el presidente de la Conferencia Episcopal del país asiática, Mons. Geolina Valles, quien dijo que el homicidio lo ha dejado “profundamente triste”.

El pasado 29 de abril el P. Mark Ventura, de 37 años, fue asesinado también con arma de fuego tras haber celebrado Misa en la provincia de Cagayan. El 4 de diciembre, el P. Marcelito Paez murió durante un ataque en la ciudad de Jaén en la provincia de Nueva Ecija, tras haber facilitado la liberación de un prisionero político.

L’Osservatore Romano señala que en “los últimos ocho años, desde 2010 hasta la primera mitad de 2018, en el mundo han sido asesinados 125 sacerdotes. Casi la totalidad de ellos ha pagado con su propia vida la opción de querer vivir en medio de los más pobres, débiles e indefensos”.

EL EVANGELIO DE HOY MARTES 12 JUNIO 2018


Lecturas de hoy Miércoles de la 10ª semana del Tiempo Ordinario
 Hoy, miércoles, 13 de junio de 2018


Primera lectura
Lectura del primer libro de los Reyes (18,20-39):

En aquellos días, el rey Ajab despachó órdenes a todo Israel, y los profetas de Baal se reunieron en el monte Carmelo. Elías se acercó a la gente y dijo: «¿Hasta cuándo vais a caminar con muletas? Si el Señor es el verdadero Dios, seguidlo; si lo es Baal, seguid a Baal.» 
La gente no respondió una palabra. Entonces Elías les dijo: «He quedado yo solo como profeta del Señor, mientras que los profetas de Baal son cuatrocientos cincuenta. Que nos den dos novillos: vosotros elegid uno; que lo descuarticen y lo pongan sobre la leña, sin prenderle fuego; yo prepararé el otro novillo y lo pondré sobre la leña, sin prenderle fuego. Vosotros invocaréis a vuestro dios, y yo invocaré al Señor; y el dios que responda enviando fuego, ése es el Dios verdadero.» 
Toda la gente asintió: «¡Buena idea!» 
Elías dijo a los profetas de Baal: «Elegid un novillo y preparadlo vosotros primero, porque sois más. Luego invocad a vuestro dios, pero sin encender el fuego.»
Cogieron el novillo que les dieron, lo prepararon y estuvieron invocando a Baal desde la mañana hasta mediodía: «¡Baal, respóndenos!» 
Pero no se oía una voz ni una respuesta, mientras brincaban alrededor del altar que habían hecho. 
Al mediodía, Elías empezó a reírse de ellos: «¡Gritad más fuerte! Baal es dios, pero estará meditando, o bien ocupado, o estará de viaje; ¡a lo mejor está durmiendo y se despierta!» 
Entonces gritaron más fuerte; y se hicieron cortaduras, según su costumbre, con cuchillos y punzones, hasta chorrear sangre por todo el cuerpo. Pasado el mediodía, entraron en trance, y así estuvieron hasta la hora de la ofrenda. Pero no se oía una voz, ni una palabra, ni una respuesta.
Entonces Elías dijo a la gente: «¡Acercaos!» 
Se acercaron todos, y él reconstruyó el altar del Señor, que estaba demolido: cogió doce piedras, una por cada tribu de Jacob, a quien el Señor había dicho: «Te llamarás Israel»; con las piedras levantó un altar en honor del Señor, hizo una zanja alrededor del altar, como para sembrar dos fanegas; apiló la leña, descuartizó el novillo, lo puso sobre la leña y dijo: «Llenad cuatro cántaros de agua y derramadla sobre la víctima y la leña.» Luego dijo: «¡Otra vez!» Y lo hicieron otra vez. Añadió: «¡Otra vez!» Y lo repitieron por tercera vez. El agua corrió alrededor del altar, e incluso la zanja se llenó de agua.
Llegada la hora de la ofrenda, el profeta Elías se acercó y oró: «¡Señor, Dios de Abrahán, Isaac e Israel! Que se vea hoy que tú eres el Dios de Israel, y yo tu siervo, que he hecho esto por orden tuya.
Respóndeme, Señor, respóndeme, para que sepa este pueblo que tú, Señor, eres el Dios verdadero, y que eres tú quien les cambiará el corazón.» 
Entonces el Señor envió un rayo que abrasó la víctima, la leña, las piedras y el polvo, y secó el agua de la zanja. Al verlo, cayeron todos sobre su rostro, exclamando: «¡El Señor es el Dios verdadero! ¡El Señor es el Dios verdadero!»

Palabra de Dios


Salmo
Sal 15

R/. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti

Protégeme, Dios mío, 
que me refugio en ti;
yo digo al Señor: 
«Tú eres mi bien.» R/.

Multiplican las estatuas de dioses extraños;
no derramaré sus libaciones con mis manos,
ni tomaré sus nombres en mis labios. R/.

El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré. R/.

Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,17-19):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No creáis que he venido a abolir la Ley o los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. Os aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la Ley. El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el Reino de los cielos.» 

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy miércoles, 13 de junio de 2018
CR


Queridos hermanos:

El texto del libro de los Reyes es, tal vez, al más grandioso alegato de la lucha del profetismo, encarnado en Elías, contra la idolatría, la tentación permanente de Israel. Sorprende la desproporción de fuerzas (un profeta de Yahvé contra 400 de Baal), pero también la enorme seguridad con la que actúa Elías. Él mismo propone el desafío, se comporta con un aplomo que roza la temeridad, no se ahorra, siquiera, el sarcasmo contra el dios pagano, a pesar de que de parte de este último está todo el poder de tejas abajo. ¿Qué creyente se atrevería hoy día a lanzar un desafío de estas características? ¿No ha callado, acaso Dios, en tiempos pasados y recientes, cuando los creyentes le invocaban mientras eran perseguidos y masacrados? Además, la fuerte “desmitificación” de la fe lleva con frecuencia a “interpretar” estos textos, de manera que nos cuidamos muy mucho de poner a prueba a Dios con semejantes retos… El caso es que en tiempos de la Unión Soviética no fue infrecuente que en las escuelas se plantearan desafíos similares, aunque en sentido inverso. Se invitaba a los niños que se confesaban creyentes a pedir a Dios que les mandara caramelos. Naturalmente, el silencio era la estruendosa respuesta. Después los niños soviéticos (los pioneros) invocaban a Stalin en el mismo sentido, y ni que decir tiene que desde el techo llovían las golosinas. 

El hecho es que, sin que podamos saber hasta el final el fondo histórico del episodio de Elías, su lección es clara e inequívoca: es preciso adorar sólo a Dios, y no ceder ni un milímetro ante toda forma de idolatría (y hoy día los baales son muchos y variados), aun a riesgo de la propia vida, un riesgo que el mismo Elías había asumido.

También Jesús ha sumido ese compromiso, y no sólo como riesgo, sino como la realidad de una vida entregada por amor hasta el extremo. Sus palabras en el Evangelio de hoy deben entenderse en este sentido. No resuelven una cuestión legal ni de mera interpretación de la ley. Jesús ha venido a dar plenitud a la ley, a llevarla a su perfección. Y esa perfección es la ley y el mandamiento del amor. Y el amor no es una actitud genérica, “global”, sin matices. Al contrario, el que ama de verdad está atento también a los pequeños detalles, a esos que no parecen importantes, pero en los que se decide habitualmente nuestra vida, y en la que el ser humano se hace grande. Porque sólo amando en lo pequeño (y a los pequeños) como Jesús, es posible prepararse para los grandes momentos, para las grandes gestas, como la de Elías frente a los falsos profetas de Baal, como la de Jesús ante su misterio Pascual.

En definitiva, los niños creyentes de las escuelas soviéticas no recibieron caramelos, pero no se inclinaron ante el ídolo, en este caso de acero, salvaron su dignidad, y dieron un testimonio más valioso que, incluso, el del gran profeta Elías.