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lunes, 11 de junio de 2018

ABRE LA PUERTA


Abre la puerta



Abre la puerta, hay un mundo afuera que espera por ti. No estés asustado, no temas, no te escondas...

Puede un problema hacer que sientas debilidad o te deje sin fuerzas pero si sigues caminando sin mirar atrás, un día sorprendido verás que aquello que te hizo daño y te quebró el alma en algún momento, cuando gires la cabeza, se habrá convertido en un punto diminuto.

Prioriza, amigo... Prioriza... Perdemos la vida muchas veces invirtiendo nuestro tiempo en cuestiones que no son importantes.

Mira a tu alrededor... ¿Qué tienes? ¿Qué es lo más importante para ti hoy?
No es egoísmo ponerse en el primer lugar, pues si nosotros no logramos estar bien, nada lo estará.
Somos como una cascada, y nuestro caudal debe ser potente a veces, otras intermitente, y a veces lento muy lento.

Pensemos qué agua estamos vertiendo sobre todo aquello que forma parte de nuestro mundo. Si estamos contaminados, vamos a contaminar todo a nuestro paso... Si estamos cristalinos y limpios tocaremos todo y lo limpiaremos y como una cascada depositaremos los residuos en el fondo para que el tiempo poco a poco los haga desaparecer.
La cascada no pierde su tiempo en los desechos, al contrario renueva el agua, la purifica y sigue... sigue...

Si logramos en la vida llevar lo mejor de nosotros a los demás, si aprendemos a priorizar y solo nos preocupamos por lo que realmente es valioso para nosotros, si dejamos que la luz se refracte en el agua y nos muestre un arco iris, nos daremos cuenta que somos los protagonistas principales de nuestra historia y que en cada uno está la clave para vivir mejor y para regalarnos un arco iris en el alma cuando así lo deseemos.

Abre a puerta...
Si decidimos quedarnos encerrados en un problema, en un disgusto, en una pena, solo veremos los desechos en el fondo y nos estaremos perdiendo la oportunidad de renovar el agua y alejarnos del dolor, de la angustia, y del resentimiento.

Abre la puerta...
Hay un mundo afuera y si no la abres nunca podrás volver a verlo y la vida es valiosa como para dejarla pasar agarrado de todo lo negativo...

Suelta y como la cascada arroja en el fondo con fuerzas todo aquello que no quieras seguir llevando contigo y sigue... sigue, pues siempre tienes una nueva oportunidad de volver a empezar... Depende de ti.



© Graciela De Filippis  

ESTOS SON LOS TRES PILARES FUNDAMENTALES DE LA EVANGELIZACIÓN, SEGÚN EL PAPA FRANCISCO


Estos son los tres pilares fundamentales de la evangelización, según el Papa Francisco
Redacción ACI Prensa
Foto: Vatican Media




“Id proclamando que el Reino de los Cielos está cerca”: a partir de esta frase del Evangelio de Mateo, el Papa Francisco subrayó, durante la Misa celebrada en la Casa Santa Marta este lunes 11 de junio, los tres pilares fundamentales de la evangelización: el anuncio, el servicio y la gratuidad.

Anuncio

En su homilía, Francisco subrayó que el protagonista de la evangelización, el que hace posible la transmisión de la Palabra, es el Espíritu Santo: “Hemos visto planes pastorales muy bien hechos, perfectos. Pero no eran instrumentos de evangelización porque eran incapaces de cambiar los corazones”.

En este sentido, recordó que sólo la obra del Espíritu Santo “es capaz de cambiar los corazones”. El Papa insistió: “El mandato de Jesús no tiene un carácter ‘empresarial’. Lo que manda hacer se sustenta en el Espíritu Santo. Ese es la verdadera fuerza de la evangelización. No es una cabezonería humana, es el Espíritu el que nos da la fuerza que nos lleva hacia adelante”.


Servicio

Sobre el servicio, el Santo Padre hizo hincapié en que “podemos anunciar cosas buenas, pero sin servicio no hay anuncio. Puede parecer que sí, pero no, porque el Espíritu no solo te empuja a proclamar la verdad del Señor y la vida del Señor, sino que te lleva también ante los hermanos, ante las hermanas, para servirles”.

“El servicio –continuó Francisco– se debe ver incluso en las cosas pequeñas. Qué feo resulta encontrar evangelizadores que se hacen servir y que viven para hacerse servir. Es feo”.

Gratuidad

“Gratis lo recibisteis; dadlo gratis”. Con esas palabras de Jesús, el Papa señaló que nadie puede redimirse gracias a sus propios méritos. “Todos nosotros nos hemos salvado por Jesucristo de forma gratuita, y por lo tanto debemos dar gratuitamente lo que hemos recibido”.

“Los trabajadores pastorales de la evangelización deben aprender esto: su vida debe ser gratuita, el servicio, el anuncio, llevando el Espíritu. La propia pobreza empuja a abrirse al Espíritu”, concluyó.

Evangelio comentado por el Papa Francisco:

Mateo 10:7-13
7 Id proclamando que el Reino de los Cielos está cerca.
8 Curad enfermos, resucitad muertos, purificad leprosos, expulsad demonios. Gratis lo recibisteis; dadlo gratis.
9 No os procuréis oro, ni plata, ni calderilla en vuestras fajas;
10 ni alforja para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón; porque el obrero merece su sustento.
11 «En la ciudad o pueblo en que entréis, informaos de quién hay en él digno, y quedaos allí hasta que salgáis.
12 Al entrar en la casa, saludadla.
13 Si la casa es digna, llegue a ella vuestra paz; mas si no es digna, vuestra paz se vuelva a vosotros.

Y POR QUÉ FALTAR A MISA EL DOMINGO ES PECADO?


¿Y por qué faltar a misa el domingo es pecado?
La participación en la celebración común de la eucaristía dominical es un testimonio de pertenencia y fidelidad a Cristo y a su Iglesia.


Por: P. Eduardo María Volpacchio | Fuente: www.algunasrespuestas.com 




¿Es pecado faltar a Misa el domingo?
La respuesta a esta pregunta podría ser muy corta:
Sí, faltar a Misa –sin un motivo serio que lo justifique– es pecado grave.

Quizá interese detenernos un poco a analizar porque esto es así.

¿Y por qué faltar a Misa el domingo es un pecado?

Porque dejando de asistir dejamos de cumplir voluntariamente una obligación grave que tenemos. Y el incumplimiento de un deber grave, es una falta grave. Por eso el punto de partida de esta cuestión es la consideración de la ley de la Iglesia que manda participar en la Misa los domingos y días festivos.

¿Por qué puede ser pecado, si quien falta a Misa no hace mal a nadie?

La gravedad de los pecados no se mide por cuánto mal hace a otros, sino por la ofensa que representa a Dios. Por eso, por ejemplo la blasfemia es un pecado grave, aunque ninguna otra persona la escuche. Por otro lado quien falta a Misa el domingo se hace daño a sí mismo y a la Comunidad eclesial a la que pertenece. La falta de Dios es una carencia peligrosa: hace daño al alma.

¿Cuáles son las obligaciones del católico?

Los católicos, además de los Diez Mandamientos que resumen la ley natural y que son válidos para todos los hombres –no sólo para los cristianos-, tenemos otras obligaciones específicas por serlo: son los cinco Mandamientos de la Iglesia. Se trata de algunos deberes que regulan y encauzan la forma concreta de ser católicos: cómo nosotros amamos a Dios y le rendimos culto en la Iglesia. Entre ellos se encuentra la obligación de participar en la Santa Misa los domingos y fiestas de precepto. Es una de las obligaciones más básicas de los católicos. Sorprendentemente algunos católicos desconocen sus obligaciones. Y otros no acaban de creerse que existan verdaderos deberes que los obliguen. Piensan que por ser el amor la máxima ley cristiana, todo tendría que ser amor espontáneo, sin obligaciones. Pero esto no es así, ya que el amor es muy exigente: cuánto más amor, más exigencia de manifestarlo y de evitar todo lo que lo ofenda.

¿Es un consejo o es una ley?

Es importante distinguir los consejos y las leyes. Una cosa son las recomendaciones de cosas buenas que nos dan para ayudarnos a ser mejores: “procura ayudar a los demás”, “trata de rezar el Rosario”, etc. En este caso haremos lo que nos parezca oportuno, pero sin estar obligados en conciencia a seguir dichos consejos. Obviamente no pecamos, si decidimos no seguir un consejo.

Otra muy distinta son las leyes que nos obligan en conciencia: las leyes establecen estrictos deberes.
Entonces, ¿el incumplimiento de las leyes es pecado?
Tenemos que distinguir entre la ley divina –que viene directamente de Dios- y la ley eclesiástica –dictada por la Iglesia para concretar modos de servir y honrar a Dios.

La ley divina regula cuestiones esenciales de la vida, por lo que no admite excepciones: su incumplimiento siempre es malo, no puede no ser pecado. Es el caso de los Diez Mandamientos.
En cambio, la ley eclesiástica trata de unas concreciones mínimas de la Iglesia para ayudarnos a vivir la vida cristiana y no tiene intención de obligar cuando existe una grave dificultad para cumplirla. Por esto la ley eclesiástica no me obliga cuando su cumplimiento me representa una incomodidad grave: si un domingo estoy enfermo o tengo otra dificultad que me lo hace muy difícil no tengo obligación de ir a Misa. Pero en situaciones normales obliga de tal manera que su incumplimiento es pecado. Porque el desprecio de la ley de la Iglesia no puede ser bueno. Y no darle importancia, dejar voluntariamente de cumplirla, sin motivo, supone de hecho un desprecio.
Como no es una cuestión de opiniones personales, sino de lo establecido por la Iglesia, que es quien ha establecido las leyes eclesiásticas.

Veamos ahora qué nos enseña el Catecismo de la Iglesia Católica acerca de estos mandamientos (he resaltado con negrita las partes específicas sobre este tema).

LOS MANDAMIENTOS DE LA IGLESIA

2041 Los mandamientos de la Iglesia se sitúan en esta línea de una vida moral ligada a la vida litúrgica y que se alimenta de ella. El carácter obligatorio de estas leyes positivas promulgadas por la autoridad eclesiástica tiene por fin garantizar a los fieles el mínimo indispensable en el espíritu de oración y en el esfuerzo moral, en el crecimiento del amor de Dios y del prójimo. Los mandamientos más generales de la santa Madre Iglesia son cinco:

2042 El primer mandamiento (oír misa entera y los domingos y demás fiestas de precepto y no realizar trabajos serviles") exige a los fieles que santifiquen el día en el cual se conmemora la Resurrección del Señor y las fiestas litúrgicas principales en honor de los misterios del Señor, de la Santísima Virgen María y de los santos, en primer lugar participando en la celebración eucarística, y descansando de aquellos trabajos y ocupaciones que puedan impedir esa santificación de estos días (cf CIC can. 1246-1248; CCEO, can. 880, § 3; 881, §§ 1. 2. 4).

El segundo mandamiento ("confesar los pecados mortales al menos una vez al año") asegura la preparación para la Eucaristía mediante la recepción del sacramento de la Reconciliación, que continúa la obra de conversión y de perdón del Bautismo (cf CIC can. 989; CCEO can.719).

El tercer mandamiento ("recibir el sacramento de la Eucaristía al menos por Pascua") garantiza un mínimo en la recepción del Cuerpo y la Sangre del Señor en conexión con el tiempo de Pascua, origen y centro de la liturgia cristiana (cf CIC can. 920; CCEO can. 708. 881, § 3).

2043 El cuarto mandamiento (abstenerse de comer carne y ayunar en los días establecidos por la Iglesia) asegura los tiempos de ascesis y de penitencia que nos preparan para las fiestas litúrgicas y para adquirir el dominio sobre nuestros instintos, y la libertad del corazón (cf CIC can. 1249-51; CCEO can. 882).

El quinto mandamiento (ayudar a las necesidades de la Iglesia) enuncia que los fieles están además obligados a ayudar, cada uno según su posibilidad, a las necesidades materiales de la Iglesia (cf CIC can. 222; CCEO, can. 25. Las Conferencias Episcopales pueden además establecer otros preceptos eclesiásticos para el propio territorio. Cf CIC, can. 455).

Y en concreto, sobre la Misa dominical, señala:

2177 La celebración dominical del Día y de la Eucaristía del Señor tiene un papel principalísimo en la vida de la Iglesia. "El domingo en el que se celebra el misterio pascual, por tradición apostólica, ha de observarse en toda la Iglesia como fiesta primordial de precepto" (CIC, can. 1246,1).

"Igualmente deben observarse los días de Navidad, Epifanía, Ascensión, Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, Santa María Madre de Dios, Inmaculada Concepción y Asunción, San José, Santos Apóstoles Pedro y Pablo y, finalmente, todos los Santos" (CIC, can. 1246,1).

2178 Esta práctica de la asamblea cristiana se remonta a los comienzos de la edad apostólica (cf Hch 2,42-46; 1 Co 11,17). La carta a los Hebreos dice: "no abandonéis vuestra asamblea, como algunos acostumbran hacerlo, antes bien, animaos mutuamente" (Hb 10,25).

La tradición conserva el recuerdo de una exhortación siempre actual: "Venir temprano a la Iglesia, acercarse al Señor y confesar sus pecados, arrepentirse en la oración...Asistir a la sagrada y divina liturgia, acabar su oración y no marchar antes de la despedida...Lo hemos dicho con frecuencia: este día os es dado para la oración y el descanso. Es el día que ha hecho el Señor. En él exultamos y nos gozamos (Autor anónimo, serm. dom.).

La obligación del Domingo

2180 El mandamiento de la Iglesia determina y precisa la ley del Señor: "El domingo y las demás fiestas de precepto los fieles tienen obligación de participar en la Misa" (CIC, can. 1247). "Cumple el precepto de participar en la Misa quien asiste a ella, dondequiera que se celebre en un rito católico, tanto el día de la fiesta como el día anterior por la tarde" (CIC, can. 1248,1)


2181 La eucaristía del Domingo fundamenta y ratifica toda la práctica cristiana. Por eso los fieles están obligados a participar en la eucaristía los días de precepto, a no ser que estén excusados por una razón seria (por ejemplo, enfermedad, el cuidado de niños pequeños) o dispensados por su pastor propio (cf CIC, can. 1245). Los que deliberadamente faltan a esta obligación cometen un pecado grave.

2182 La participación en la celebración común de la eucaristía dominical es un testimonio de pertenencia y de fidelidad a Cristo y a su Iglesia. Los fieles proclaman así su comunión en la fe y la caridad. Testimonian a la vez la santidad de Dios y su esperanza de la salvación. Se reconfortan mutuamente, guiados por el Espíritu Santo.

2183 "Cuando falta el ministro sagrado u otra causa grave hace imposible la participación en la celebración eucarística, se recomienda vivamente que los fieles participen en la liturgia de la palabra, si ésta se celebra en la iglesia parroquial o en otro lugar sagrado conforme a lo prescrito por el Obispo diocesano, o permanezcan en oración durante un tiempo conveniente, solos o en familia, o, si es oportuno, en grupos de familias" (CIC, can. 1248,2).

Como se ve el Catecismo no deja lugar a dudas. Todo lo que se sale de esto, será una opinión personal al margen de lo establecido por la Iglesia.

PROGRAMA OFICIAL DEL VIAJE DEL PAPA FRANCISCO A IRLANDA 2018


Este es el programa oficial del viaje del Papa Francisco a Irlanda
Redacción ACI Prensa
Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa




La Santa Sede ha hecho público el programa oficial del viaje del Papa Francisco a Irlanda que tendrá lugar el 25 y 26 de agosto para celebrar el Encuentro Mundial de las Familias de Dublín.

El Papa aterrizará en el aeropuerto internacional de Dublín el sábado 25 de agosto a las 10,30, hora local, donde tendrá lugar la acogida oficial, y a las 11,15 le recibirá el Presidente de la República en el palacio Áras an Uachtaráin, residencia oficial del Presidente. Allí, frente a la puerta principal del palacio, se celebrará la ceremonia de bienvenida.

Finalizada la visita de cortesía al Presidente, el Santo Padre se trasladará al Castillo de Dublín, donde, a las 12,10, se encontrará con las autoridades, representantes de la sociedad civil y el cuerpo diplomático. Ante ellos, el Papa pronunciará su primer discurso.

A las 15,30 visitará la Catedral de Sat. Mary’s y a las 16,15, el Centro de Acogida de los Padres Capuchinos para familias sin hogar. Posteriormente, a las 19,45, celebrará la Fiesta de la Familia en el Estadio Croke Park, donde hablará ante las personas congregadas.

El domingo 26 de agosto, el Pontífice se trasladará en avión a Knock, localidad en la que aterrizará a las 9,20 de la mañana. Su primera parada será el Santuario de Knock, a las 9,45, donde rezará el Ángelus.

A las 11,50 regresará a Dublín. A las 15,00 celebrará la Santa Misa en Phoenix Park. Posteriormente, se encontrará con los Obispos irlandeses en el Convento de las Dominicas.

Finalmente, se trasladará a las 18,30 al aeropuerto, donde se le ofrecerá la despedida oficial antes de regresar a Roma.

Programa oficial del viaje del Papa a Irlanda:

Sábado 25 agosto 2018

ROMA-DUBLÍN

08:15

Salida en avión de Roma/Fiumicino para Dublín

10:30

Llegada al aeropuerto internacional di Dublín

RECIBIMIENTO OFICIAL

10:45

Traslado a Áras an Uachtaráin

11:15


Llegada a la residencia presidencial

CEREMONIA DE BIENVENIDA ante la entrada principal de la residencia

11:30

VISITA DE CORTESÍA AL PRESIDENTE en la residencia presidencial

12:00

Traslado al Dublin Castle

12:10

Lllegada al Dublin Castle

ENCUENTRO CON LAS AUTORIDADES, LA SOCIEDAD CIVIL Y EL CUERPO DIPLOMÁTICO en el Dublin Castle: Discurso del Santo Padre


15:30

Llegada a St Mary’s Pro-Cathedral

VISITA A LA CATEDRAL: Saludo del Santo Padre


16:15

Traslado al Centro de acogida de los Padres Capuchinos

16:30

VISITA PRIVADA AL CENTRO DE ACOGIDA PARA FAMILIAS SIN HOGAR

19:30

Llegada al Croke Park Stadium

19:45

FIESTA DE LAS FAMILIAS en el Croke Park Stadium: Discurso del Santo Padre


Domingo 26 agosto 2018

DUBLÍN-KNOCK-DUBLÍN-ROMA

08:40

Salida en avión para Knock

09:20

Llegada al aeropuerto de Knock

Traslado inmediato al Santuario

09:45

Llegada al Santuario di Knock


VISITA A LA CAPILLA del Santuario de Knock

ANGELUS en la explanada del Santuario: Rezo del Ángelis


10:45

Traslado al aeropuerto de Knock

11:10

Llegada al aeropuerto de Knock

11:15

Salida en avión para Dublín

11:50

Llegada al aeropuerto de Dublín

Almuerzo con el séquito papal

14:30

Llegada a Phoenix Park

15:00

SANTA MISA en Phoenix Park: Homilía del Santo Padre


ENCUENTRO CON LOS OBISPOS en el Convento de las Monjas Dominicas: Discurso del Santo Padre


18:30

Llegada al aeropuerto

CEREMONIA DE DESPEDIDA

18:45

Salida en avión para Roma/Ciampino

23:00

Llegada al aeropuerto de Roma/Ciampino

EL EVANGELIO DE HOY LUNES 11 JUNIO 2018


Lecturas de hoy San Bernabé
 Hoy, lunes, 11 de junio de 2018



Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (11,21b-26;13,1-3):

En aquellos días, gran número creyó y se convirtió al Señor. Llegó noticia a la Iglesia de Jerusalén, y enviaron a Bernabé a Antioquía; al llegar y ver la acción de la gracia de Dios, se alegró mucho, y exhortó a todos a seguir unidos al Señor con todo empeño; como era hombre de bien, lleno de Espíritu Santo y de fe, una multitud considerable se adhirió al Señor. Más tarde, salió para Tarso, en busca de Saulo; lo encontró y se lo llevó a Antioquía. Durante un año fueron huéspedes de aquella Iglesia e instruyeron a muchos. Fue en Antioquía donde por primera vez llamaron a los discípulos cristianos. En la Iglesia de Antioquia había profetas y maestros: Bernabé, Simeón, apodado el Moreno, Lucio el Cireneo, Manahén, hermano de leche del virrey Herodes, y Saulo. 
Un día que ayunaban y daban culto al Señor, dijo el Espíritu Santo: «Apartadme a Bernabé y a Saulo para la misión a que los he llamado.» Volvieron a ayunar y a orar, les impusieron las manos y los despidieron.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 97,1.2-3ab.3c-4.5-6

R/. El Señor revela a las naciones su justicia

Cantad al Señor un cántico nuevo, 
porque ha hecho maravillas: 
su diestra le ha dado la victoria, 
su santo brazo. R/. 

El Señor da a conocer su victoria, 
revela a las naciones su justicia: 
se acordó de su misericordia y su fidelidad 
en favor de la casa de Israel. R/. 

Los confines de la tierra han contemplado 
la victoria de nuestro Dios. 
Aclama al Señor, tierra entera; 
gritad, vitoread, tocad. R/. 

Tañed la citara para el Señor, 
suenen los instrumentos: 
con clarines y al son de trompetas, 
aclamad al Rey y Señor. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (10,7-13)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «ld y proclamad que el reino de los cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios. Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis. No llevéis en la faja oro, plata ni calderilla; ni tampoco alforja para el camino, ni túnica de repuesto, ni sandalias, ni bastón; bien merece el obrero su sustento. Cuando entréis en un pueblo o aldea, averiguad quién hay allí de confianza y quedaos en su casa hasta que os vayáis. Al entrar en una casa, saludad; si la casa se lo merece, la paz que le deseáis vendrá a ella. Si no se lo merece, la paz volverá a vosotros.»

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy lunes, 11 de junio de 2018
CR

Queridos hermanos:

Hoy la Iglesia recuerda a San Bernabé como apóstol, aunque no fuera del grupo inicial de los Doce. Sabemos poco de él:

"José el apellidado por los apóstoles Bernabé, que traducido es lo mismo que Hijo de la consolación, levita, chipriota de linaje, como poseyese un campo, lo vendió, trajo el dinero y lo puso a los pies de los apóstoles" (Hch 4, 36-37).

Realmente, este gesto debió impresionar mucho a la primitiva comunidad cristiana: no sólo vender su campo sino poner el dinero a disposición de los apóstoles. Porque, ciertamente, podría haber repartido él su dinero entre los pobres como mejor le pareciera, no? Está claro que se fiaban de él, que era “un hombre bueno”, como nos dice la primera lectura, “lleno del Espíritu Santo y de fe”. No sabemos si tenía el don de la palabra y el anuncio, pero sí sabemos que junto a Pablo, fue cauce de conversión para muchos en Antioquía. Más aún, fue un decidido valedor de los paganos (los que no son de los nuestros de toda la vida, vaya…) ante los cristianos judaizantes, abriéndoles las puertas de la Iglesia y del Evangelio. También sabemos otro dato que puede ayudarnos a nosotros hoy: cuando Pablo llega a Jerusalén buscando a los discípulos, nadie le creía; seguían viendo en él al perseguidor. Y fue Bernabé quien intercedió por él y le dio credibilidad al llevarlo consigo ante los apóstoles y en la misión. 

¿Qué aprender nosotros hoy de este apóstol?

- Su desprendimiento efectivo de los bienes y propiedades que tenemos.

-Su sentido eclesial al poner a disposición de los apóstoles el reparto de esos bienes.

-La capacidad para saber ver en otros (aunque estén cuestionados y rechazados) su disposición para el anuncio del Evangelio, arriesgando nuestra propia imagen y credibilidad.

-Su corazón misericordioso, compasivo, sensible a las necesidades de los demás y capaz de consolar a sus hermanos.

-Su dedicación plena en el anuncio del Evangelio, dando gratis lo que gratis le fue dado, como nos recuerda hoy Mateo.

Cada cual, según el don recibido y la fuerza que Dios no de, hagamos lo posible. Y si además, fuéramos capaces de ser apóstoles que no necesitan ni faja, ni oro, ni plata, ni túnica  ni bastón… , seríamos un poco más, como aquellos primeros cristianos.

NARDOS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, 11 JUNIO


Nardo del 11 de Junio
¡Oh Sagrado Corazón, desgarrado en el Huerto!

Meditación: Señor, estás solo…solo desde hace 20 siglos…solo hoy…solo en el Getsemaní…solo en Tu sufrimiento. Como en aquel tiempo, sentís frío, el frío del abandono, el frío del dolor, el frío de la falta de fe y amor. Frío y soledad en el Huerto…frío y soledad en el Sagrario. Los hombres de hace dos mil años y los hombres del mundo actual se olvidaron del Maestro, de que nos hiciste Tus amigos, y nos tomaste como hermanos. Tú, el mismo Dios, te hiciste pequeño. Tú, el Dueño, el Hombre Dios, has sido nuevamente olvidado por todos aquellos que decimos ser Tus testigos, que te seguimos, pero nos quedamos dormidos. ¡Somos tibios!. Nuevamente no oramos…como antaño…no te acompañamos ni reparamos las ofensas que a través del pecado desgarran Tu Sagrado Corazón. Por todo ello Señor, Mi Dios, perdón.

Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!

¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.

Florecilla: Adoremos al Señor en el Sagrario, meditando particularmente respecto de todo lo que El nos da, y también sobre nuestras faltas de caridad.

Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 11 JUNIO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
11 junio



¿Qué puede impedir tu encuentro personal con Cristo? ¿Tu orgullo o tu desconfianza?

Tu fe ¿es verdadera adhesión personal a Cristo?

La oración es siempre atendida por el Señor, si es una oración humilde; procura entonces orar siempre con sentimiento de verdadera humildad y con perseverancia, confiando no en tus méritos personales, sino en la infinita ternura del Corazón de Jesús.

P. Alfonso Milagro