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viernes, 27 de abril de 2018

SANACIÓN INTERIOR

Sanación interior




Suplicar a Dios aquello que necesitas es permitirle entrar en la trama concreta de tu vida. De esa manera sientes la proximidad del Señor en tus problemas cotidianos. Dios quiere librarte de tus angustias y afanes y se pone a tu alcance para cualquier necesidad, grande o pequeña, espiritual o material. Basta que lo hagas con fe, como un niño.

Señor, vengo a pedirte que entres en lo más íntimo de mi ser y te hagas presente con tu poder sanador y con tu fuerza liberadora. A veces sufro inútilmente por cosas que no comprendo, brotan en mí tristezas, angustias y sentimientos malos que no sé de dónde vienen. Podría disfrutar muchas cosas de la vida y hacer mucho bien, pero esos estados de ánimo me perjudican. Yo no tengo poder para sanar ese mundo escondido dentro de mí, pero tú tienes ese poder. Tú que me creaste de la nada y me regalaste la vida, también puedes curarme. Toca, Señor, transforma, cicatriza, acaricia, libera. Realiza esa obra que sólo tú puedes realizar. Confío en ti, Señor, y espero en ti. Amén. (Víctor Fernández).

Alexis Carrel, premio Nobel de Medicina, escribió: “Un constante y silencioso milagro acontece, a cada hora, en los corazones de hombres y mujeres que han descubierto, con asombro, que la oración los enriquece con una continua corriente de fortaleza que los sostiene en sus vidas cotidianas”. Busca en la oración fortaleza contra el mal.



* Enviado por el P. Natalio

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 27 ABRIL 2018

Sólo Dios basta
Santo Evangelio según San Juan 14,1-6. Viernes IV de Pascua.


Por: H. Jesús Salazar, L.C. | Fuente: missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, trae la paz a mi corazón y hazme instrumento de tu paz.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 14,1-6
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No pierdan la paz. Si creen en Dios, crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones. Si no fuera así, yo se lo habría dicho a ustedes, porque ahora voy a prepararles un lugar. Cuando me haya ido y les haya preparado un lugar, volveré y los llevaré conmigo, para que donde yo esté, estén también ustedes. Y ya saben el camino para llegar al lugar a donde voy".
Entonces Tomás le dijo: "Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?". Jesús le respondió: "Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre si no es por mí".
Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
¡Nada te robe la paz! Nada te turbe, nada te espante, todo pasa ¡sólo Dios basta!, decía santa Teresa de Ávila.
Ésta es la invitación más constante de Cristo resucitado, y también representa para nosotros la esperanza más grande que da sentido a nuestra vida, retornar a la casa del Padre.
En nuestra familia todos hemos tenido un ser querido que ha tenido su nacimiento al cielo, y si no lo hemos tenido aún, va a suceder y nos sucederá a nosotros. Para muchos, pensar en la muerte es algo terrorífico porque es algo desconocido, así como el niño que sale del vientre de su madre y llora.
¿Cómo desconfiar de Aquél que nos dice que es el camino, la verdad y la vida si Él mismo ya venció a la muerte? Jesús, al prepararnos una morada y darnos la certeza de que Él es el camino, nos quiere invitar a vivir nuestra vida con la mirada fija en la meta que es el cielo.
¿Por qué vivir con el corazón abatido? ¿Por qué dejar que una tempestad nos robe la paz? "Todo se pasa, la paciencia todo lo alcanza, quien a Dios tiene nada le falta, ¡Sólo Dios basta"
La verdad es aquello sobre lo que uno se puede apoyar para no caer. En este sentido relacional, el único verdaderamente fiable y digno de confianza, sobre el que se puede contar siempre, es decir, «verdadero», es el Dios vivo. He aquí la afirmación de Jesús: "Yo soy la verdad". El hombre, por tanto, descubre y redescubre la verdad cuando la experimenta en sí mismo como fidelidad y fiabilidad de quien lo ama. Sólo esto libera al hombre: "La verdad os hará libres".
(Mensaje para la 52ª. Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, S.S. Francisco).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy intentaré ser un instrumento de la paz de Cristo en medio de las adversidades de mi ambiente cotidiano; y también rezaré por mis familiares y amigos difuntos.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

JESUCRISTO ES EL CAMINO

Jesucristo es el camino
En el camino hacia Dios abundan las pruebas y caídas, pero en esta carrera el hombre no camina solo, Dios es su acompañante.


Por: P. Eusebio Gómez Navarro | Fuente: Catholic.net 




Un joven acudió una vez a un anciano y le pidió que orara por él:

– “Me doy cuenta que estoy cayendo continuamente en la impaciencia, ¿podría orar por mí para que pueda ser más paciente?”.

El anciano accedió. Se arrodillaron, y el hombre de Dios comenzó a orar:
– “Señor, mándale tribulaciones a este joven esta mañana, envíale tribulaciones en la tarde…”

El joven le interrumpió y le dijo:
- “¡No, no! ¡Tribulaciones no! ¡Paciencia!”.
-“Pero la tribulación produce paciencia –contestó el anciano–. Si quieres
tener paciencia, tienes que tener tribulación”.


Cualquier caminante necesita echar mano de la paciencia, pues el camino es largo, arduo y costoso, expresaba san Juan de la cruz y en todo camino se presentan dificultades y tribulaciones de todo tipo.

“Yo soy el camino, la verdad y la vida” (Jn 14,6). Jesús aparece el nuevo mediador de Dios (Mc 3,14) y la definitiva revelación de Dios (Jn 17, 22). Jesús señala las condiciones de este camino para entrar en el Reino (Mt 5,20). El caminar cristiano es una carrera (1Co 9,24-27). Para caminar hay que poner lo ojos en Jesús (Hb 12,1-2) y peregrinar (Hb 11,13-16), sin poseer una ciudad permanente (Hb 13, 14) siendo huéspedes de este mundo (1P 1,1). Él es camino de vida, de bendición. Juan lo mostró al mundo como el camino por donde tendría que ir la humanidad, camino recto; quien quiera transitar por caminos de vida, tendrá que caminar con él y por él.

El símbolo del “camino” nos evoca el seguimiento, el proceso espiritual, nos habla de nuestra condición de peregrinos. Somos extranjeros y peregrinos (1P 2,11), somos ciudadanos del cielo, buscamos otra ciudad (Hb 11,9-10). Aquí estamos de paso, esta tierra no es nuestra morada permanente.

El Señor resucitado nos invita a abandonar Jerusalén y a volver a Galilea -donde todo comenzó-, pues allí le veremos (Mc 16,7), nos invita a salir y ponernos en camino. No es fácil responder a esta llamada, ya que amamos la seguridad y estabilidad que nos ofrecen las instituciones y todo tipo de seguridades que nos hemos ganado. Tendemos a instalarnos en nuestras ideas, en nuestros sentimientos, en nuestros trabajos, en nuestras seguridades. Jesús también estuvo sometido a constantes tentaciones, que le invitaban a escoger otro camino más fácil, pero las venció todas y perseveró hasta el final. Nosotros también sufrimos el acoso de las tentaciones para dejar el camino.

Jesús acompañó en todo momento a sus discípulos. “No os dejo huérfanos, volveré a visitaros” (Jn 14,18). Y acompañó a los enfermos y a muchos sanó por su fe. "Hija, tu fe te ha salvado. Vete en paz y sigue sana de tu dolencia" (Mc 5, 33-34) Jesús acompañó a todos aquellos que se encontraron con él. En este acompañamiento de la persona Jesús va al fondo, lleva a la persona a nacer de nuevo. “Te aseguro que, si uno no nace de nuevo, no puede ver el reinado de Dios...Te aseguro que, si uno no nace de agua y de Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios” (Jn 3, 3-5). Y nacieron de nuevo María Magdalena, Zaqueo, Pedro Ignacio de Loyola, Agustín, Carlos de Foucauld....

La vida cristiana se llama en los Hechos de los Apóstoles “el camino” (9,2; 18,25,24,22). En este camino hacia Dios abundan las pruebas y caídas (1P 1, 7) las grandes privaciones (1Co 9, 24-26) y el hacerse violencia (Mt 11, 12). Pero en esta carrera el ser humano no camina solo, Dios es su acompañante. El ser humano es un ser en camino, eterno peregrino a la casa del Padre. En esta marcha se encuentra con encrucijadas: caminos que conducen a la vida y caminos que conducen a la muerte. Y se presentan peligros, riesgos, dificultades de todo tipo. Para superarlos y no ceder al cansancio ni al desaliento, es necesario tener los ojos bien fijos en la meta y estar bien motivados. El ser humano está en continua elección: escoger la vida y seguir por el camino recto, estrecho y empinado, o escoger lo fácil, el camino de muerte.

El seguir a Jesús requiere el poner los ojos en él, en tener sus mismos sentimientos y actitudes, en dar la vida. Y en este camino se sube bajando, se entra saliendo, se es espiritual, encarnándose y se gana la vida perdiéndola. Es un camino totalmente imprevisible, en él abundan las pruebas y caídas (1P 1,7) grandes privaciones (1Co 9, 24-26) y hay que hacerse violencia (Mt 11,12). Pero en esta carrera el ser humano no camina solo, Dios es su compañero; por eso tenemos que tener confianza y saber que él nos acompaña y que aunque caminemos por cañadas oscuras nada debemos temer, porque él va con nosotros y su vara y su cayado nos sosiegan (Sal 22).

Jesús nos invita a seguirle, a caminar con él. La Biblia habla de camino, sendero, vía (Dt 30,15-16) y de la necesidad de escoger un camino u otro, el de salvación o el de perdición para la persona, de vida o de muerte (Dt 30,1-5). “Hay un camino que uno cree recto y que va a parar a la muerte” (Pr 14,12). Jesús nos ha dado a conocer al Padre. A Dios nadie lo ha visto nunca. El Hijo Único de Dios, que es Dios y está en el seno del Padre, nos lo ha dado a conocer (Jn 1, 18). Quien lo ve a él, ve al Padre (Jn 14, 9). Él es el camino que nos lleva al Padre, la única posibilidad que tiene el hombre de encontrar la plenitud de la vida: “Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie puede llegar hasta el Padre, sino por mí” (Jn 14, 6).
Para que Jesús pueda acompañarnos necesitamos desearlo y permitirle que camine con nosotros. Y en este caminar con él necesitamos confiar en él, perseverar y tener paciencia; pues además de una confianza y fidelidad a toda prueba se necesita perseverancia, pues en cualquier campo de la vida no se adelanta nada sin constancia ya que cualquier proyecto necesita tiempo y esfuerzo para echarlo adelante.

Hay personas que parecen mariposas, saltando de médico en médico o de compromiso en compromiso; así en la vida espiritual comienzan un proyecto, con mucho calor, y a los pocos días se enfrían y se desinflan, son amigas de actos heroicos, pero a corto plazo, la vida diaria, el martirio de cada día no tiene atractivo, no aguantan ese ritmo.

Paciencia necesitamos cuando deseamos caminar; paciencia para entender y escuchar a Dios, al otro y a uno mismo; paciencia porque el camino es largo, complicado y lleva mucho tiempo. Sin embargo la marcha lenta obtiene grandes resultados, “poco a poco se va lejos”. La paciencia, como la paz y la felicidad, brotan de uno mismo; por mucho que intenten los otros de que perdamos los estribos, nadie nos arrebatará nuestra paz si nuestra paciencia está bien arraigada. Los obstáculos, las dificultades, los contratiempos desesperan a muchos; sin embargo, Dios nos ha dado los medios con que soportar las cosas que nos sobreviene sin dejarnos deprimir ni aplastar.

QUÉ ES EL CIELO? RESPONDE EL PAPA FRANCISCO


¿Qué es el cielo? El Papa Francisco responde
Redacción ACI Prensa
 Foto: Vatican Media




En la Misa matutina en la Casa de Santa Marta, el Papa Francisco dedicó su homilía a la prima lectura de la liturgia y explicó qué es el cielo.

La lectura es de los Hechos de los Apóstoles y narra el discurso de Pablo en la sinagoga de Antioquía en el que el apóstol habla de Cristo muerto y resucitado.

También nosotros estamos en camino: nosotros estamos en camino. Estamos en camino… y cuando hacemos esta pregunta – ‘sí, en camino, pero ¿en camino hacia dónde?’. ‘Sí, ¡al cielo!’. ‘¿Y qué es el cielo?’. Y ahí, comenzamos a dudar en la respuesta, no sabemos bien como decir ‘qué es el cielo’. Y muchas veces pensamos en un cielo abstracto: ‘¿Será un poco aburrido estar allí, toda la eternidad?’. No, el cielo no es eso. Nosotros caminamos hacia un encuentro: el encuentro definitivo con Jesús. El cielo es el encuentro con Jesús”.


Pero mientras, “¿cuál es el trabajo de Jesús? La intercesión. La oración de intercesión”, dijo el Papa.

“Jesús ora por mí, por cada uno de nosotros. Pero esto debemos repetirlo para convencerlo: Él es fiel y Él ora por mí, en este momento”.

“Y cada uno de nosotros debe decir: ‘Jesús está orando por mí’, está trabajando, no está preparando para ese puesto. Y Él es fiel; él es fiel: lo hace, porque lo ha prometido”.

Francisco concluyó: “El cielo será este encuentro, un encuentro con el Señor que ha ido allí a preparar el puesto, el encuentro de cada uno de nosotros. Y esto nos da confianza, hace crecer la confianza”.

“Que el Señor nos de esta conciencia de estar en camino con esta promesa. Que el Señor nos de esta gracia: de mirar hacia arriba y pensar. ‘El Señor está orando por mí’”.

PADRES DE ALFIE EVANS PUBLICAN CONMOVEDORA CARTA PIDIENDO PRIVACIDAD


Padres de Alfie Evans publican conmovedora carta pidiendo privacidad
Redacción ACI Prensa
 Crédito: Cortesía de Alfie's Army Official




Los padres de Alfie Evans, Tom Evans y Kate James, publicaron una carta pidiendo “privacidad” y afirmando que ahora desean construir una relación positiva con el hospital Alder Hey.

Asimismo, hicieron un llamado a los seguidores de Alfie y su familia a que “regresen a su vida cotidiana”.

“Estamos muy agradecidos y apreciamos todo el apoyo que hemos recibido de todo el mundo, incluidos nuestros seguidores italianos y polacos, que han dedicado su tiempo y apoyo a nuestra increíble lucha. Ahora le pedimos que regresen a su vida cotidiana y permita, a Kate y a mí, formar una relación con Alder Hey, construir un puente y cruzarlo”, indica la carta emitida este 26 de abril.

En la carta, los padres agradecen al “personal de Alder Hey en todos los niveles por su dignidad y profesionalismo durante lo que también debe ser un momento increíblemente difícil para ellos”.


“Juntos reconocemos las tensiones que los eventos recientes nos han causado a todos, y ahora deseamos privacidad para todos los involucrados”, sostienen los padres.

Finalmente, indicaron que “en interés de Alfie”, trabajarán “con su equipo de tratamiento en un plan que brinde a nuestro niño la dignidad y la comodidad que necesita”.

“A partir de este punto, ya no se emitirán más declaraciones ni se darán entrevistas”, concluyeron.

El comunicado se emitió esta mañana luego de las gestiones a puertas cerradas entre los médicos del hospital y los padres para que se permita llevar a Alfie a casa.

“Lo que hacemos hoy es tener una reunión con los médicos en Alder Hey y ahora empezamos a pedir que nos permitan ir a casa. Alfie ya no necesita cuidados intensivos. Está acostado en la cama con un litro de oxígeno. Algunas personas dicen que es un milagro, pero no es un milagro: es un error de diagnóstico”, sostuvo Thomas.


La carta causa extrañeza debido a la dura batalla legal que libraron durante meses con el hospital.

Inclusive, el 25 de abril, el padre del menor denunció que a pesar de que Alfie ya estaba recibiendo agua, leche y oxígeno, al inicio los médicos se negaron a alimentarlo.

“Es repugnante cómo lo están tratando. Ni siquiera un animal sería tratado así. Está demostrando que están equivocados. Es hora de darle algo de gracia y dignidad, y dejarlo ir a casa o a Italia”, sentenció en esa ocasión.