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domingo, 22 de abril de 2018

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 22 ABRIL


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
22 abril



La fe tiene una doble dimensión: histórica y existencial. Histórica, pues se basa en un hecho, un acontecimiento; la vida de Jesús, su presencia en la historia del hombre; la encarnación de Dios no es un mito, una expresión imaginada del deseo de infinito del hombre; es un hecho: La Palabra se hombre y habitó entre nosotros (Jn 1, 14).

Existencial, pues da un sentido a la vida y la compromete con Cristo; vivir la fe es vivir inmersos en la realidad humana.


P. Alfonso Milagro

EL BUEN PASTOR - MEDITACIÓN DEL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 22 ABRIL 2018


El Buen Pastor




Hace dos semanas se publicó un escrito nuevo del papa Francisco. Tiene que ver con la santidad. ¿Qué es esto: la santidad no nos importa? Si fuera la verdad eso, no tendríamos ninguna esperanza en la vida eterna. Pero porque todos tenemos la inquietud sobre la vida después de la muerte del cuerpo, vale la pena hacer caso de lo que el papa escribió. Estaba actuando como vicario de Jesucristo, el Buen Pastor del evangelio de hoy.

Dice el evangelio que Jesús es el Buen Pastor porque da su vida por sus ovejas. Logramos la santidad cuando nos unamos con él en su vida, muerte y resurrección. Pero la condición caída humana nos inclina al sentido contrario. Por la mayor parte deseamos el placer, el poder, y el prestigio más que la santidad. Por eso, nos hace falta redoblar los esfuerzos para conformarnos con Jesús. El papa describe varios aspectos de la imitación de Cristo, pero vamos a recalcar aquí sólo tres: la humildad, la comunidad, y la cercanía a los pobres.

Particularmente hoy en día a la gente le gusta jactarse de su autonomía. Uno de los cantos más llamativos en nuestros tiempos ha sido “A mi manera”. Pero Jesús siempre hizo lo que quería su Padre Dios.  Se humilló a sí mismo para hacerse humano y otra vez más por ser crucificado. Como dice Pedro en la prima lectura hoy, Jesús era “la piedra desechada”. La humildad nos recuerda que no somos Él alrededor de lo cual revuelve el mundo; Dios es. Por eso, Santa Teresa de Lisieux escribió que no quería comparecer ante Dios enseñándole sus propias obras. Más bien, cuando viniera su tiempo, ella quería contar con la justicia de Él. Para asegurar la humildad el papa recomienda que recordemos cómo nuestras vidas son regalos. Entonces las llevamos a la perfección cuando las regalemos por los demás.

Por la gran mayor parte aprendemos la humildad en la comunidad. Sea en forma de la familia, la escuela, o la parroquia, necesitamos la comunidad para crecer en la virtud y evitar el vicio. Pero casi siempre nuestra tendencia es para rebelarnos contra los demás. Deseamos ser independientes, lejos de aquellos que pueden enseñarnos cómo vivir en este mundo con el corazón apegados a Dios. Citando al santo Juan Pablo II, el papa Francisco dice que la comunidad nos crea “un espacio teologal”. Dentro de ello nos podemos aprovechar de la presencia mística del Señor resucitado.

En el evangelios Jesús habla de “otras ovejas de no son que este redil”. Dice que tiene que cuidar a ellas también. Se piensa con razón que está refiriéndose a las diferentes comunidades cristianas en el primer siglo. Sin embargo, podemos imaginarlo tomando en cuenta con la frase a los necesitados. Muchas veces ellos no nos acompañan a la misa. Sin embargo, como el papa dice, Jesús se identifica con ellos. Nunca debemos considerar a un sufriente como problema o como estorbo en el camino. Más bien deberíamos pensar en él o ella como Cristo que nos ayudará crecer en la santidad.

En la segunda lectura San Juan llama a los miembros de la comunidad de Cristo “hijos de Dios”. No somos Sus hijos porque somos apegados a los modos del mundo. No constituimos la familia de Dios porque hemos emprendido el camino de la santidad. Que no lo dejemos nunca.  Que siempre sigamos el camino a la santidad.



© Padre Carmelo Mele O.P.

SAN JUAN PABLO II Y LAS VOCACIONES


San Juan Pablo II y las vocaciones



«Vale la pena dedicarse a la causa de Cristo, que quiere corazones valientes y decididos. Vale la pena dedicarse a ayudar al hombre en el camino hacia la eternidad. Vale la pena hacer la opción por un ideal que proporciona grandes alegrías, aunque exija no pocos sacrificios». San Juan Pablo II, (México, 30-1-1979).  Del mismo Papa es esta oración:

Señor Jesús, te pedimos por los muchachos y chicas que invitas a seguirte de cerca; haz que sean capaces de desapegarse de las cosas de este mundo y abran su corazón a la voz que los llama.; que sientan el coraje de dedicarse por toda la vida, con un corazón no dividido, a ti y a la Iglesia; que crean que la gracia les dará la fuerza para tal donación y vean la belleza y la grandeza de la vida sacerdotal, religiosa y misionera. Haz, Señor, que los jóvenes sepan acoger con coherente aplicación las exigencias del llamado para el sacerdocio y para las otras formas de vida consagrada; bendícelos con la misericordia infinita de tu corazón. Amén.

La vocación es una llamada que Dios hace a quien él quiere, y que exige una gran renuncia de sí mismo para poder amar a todos. Es un servicio, es un testimonio, es amor. Es en definitiva, una llamada a vivir plenamente la gracia bautismal. Es vivir un riesgo absurdo a los ojos de los hombres, pero maravilloso a la luz de la fe.



* Enviado por el P. Natalio

NOVENA A SAN JOSÉ OBRERO, DEL 22 AL 30 ABRIL

Novena para pedirle trabajo a San José
San José, patrono de los trabadores

Oraciones para cada día de la novena, la puedes hacer tantas veces desees, de manera especial los días previos a la festividad de San José Obrero (22 al 30 de abril)


Por: Corrado Paolucci | Fuente: Aleteia.org 




Oh S. José, mi protector y abogado, recurro a ti, para que me implores la gracia, por la que me ves gemir y suplicar ante ti. Es verdad que los sufrimientos presentes y las amarguras son quizás el justo castigo de mis pecados. Reconociéndome culpable, ¿deberé por esto perder la esperanza de ser ayudado por el Señor?

"¡Ah! ¡No!" – me responde tu gran devota Santa Teresa – "Ciertamente no, oh pobres pecadores. Dirigíos en cualquier necesidad, por grave que sea, a la eficaz intercesión del Patriarca S. José; id con verdadera fe a Él y seréis ciertamente escuchados en vuestras peticiones".

Con tanta confianza, me presento, por tanto, ante Ti e imploro misericordia y piedad. Tu, en lo que puedas, oh san José, préstame socorro en mis tribulaciones. Suple mi falta y, poderoso como eres, haz que, obtenida por tu intercesión la gracia que imploro, pueda volver a tu altar para honrarte con mi reconocimiento.

Padre Nuestro – Ave María – Gloria.

No olvido, oh misericordioso S. José, que ninguna persona en el mundo, por gran pecadora que sea, haya recurrido a ti, quedando defraudada en la fe y en la esperanza puestas en ti.

¡Cuántas gracias y favores has obtenido a los afligidos! Enfermos, oprimidos, calumniados, traicionados, abandonados, recurriendo a tu protección han sido escuchados. No permitas, oh gran Santo, que yo sea el único, entre tantos, que quede privado de tu consuelo. Muéstrate bueno y generoso también hacia mi, y yo, dándote las gracias, exaltaré en ti la bondad y la misericordia del Señor.

Padre Nuestro – Ave María – Gloria.

Oh excelsa Cabeza de la Sagrada Familia, yo te venero profundamente y de corazón te invoco. A los afligidos, que te han rezado antes que yo, les concediste consuelo y paz, gracias y favores.

Dígnate por tanto consolar también mi alma dolorida, que no encuentra descanso en medio de las injusticias de las que está oprimida. Tu, oh sapientísimo Santo, ves en Dios todas mis necesidades antes de que yo te las exponga con mi oración. Tu por tanto sabes muy bien cuán necesaria me es la gracia que te pido.

Ningún corazón humano me puede consolar; de ti espero ser consolado, oh glorioso Santo. Si me concedes la gracia que con tanta insistencia yo pido, prometo difundir la devoción hacia ti, ayudar y apoyar las obras que, en tu Nombre, surgen para alivio de tantos infelices y de los pobres moribundos. ¡Oh S. José, consolador de los afligidos, ten piedad de mi dolor!

Padre Nuestro – Ave María – Gloria.
(Repetir estas mismas oraciones los restantes días)

HOY 22 DE ABRIL SE CELEBRA LA JORNADA MUNDIAL DE ORACIÓN POR LAS VOCACIONES


Hoy se celebra la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones
Redacción ACI Prensa
Foto: Daniel Ibáñez (ACI Prensa)




Este 22 de abril, Domingo del Buen Pastor, la Iglesia celebra la 55° Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones.

En este marco, el Papa Francisco preside en el Vaticano una Misa en la que confiere la ordenación sacerdotal a 16 diáconos, entre ellos el colombiano Fabio Alejandro Perdomo Lizcano y el salvadoreño Moisés Pineda Zacarías.

En su mensaje para esta jornada mundial, el Santo Padre recuerda que “nuestra vida y nuestra presencia en el mundo son fruto de una vocación divina”.

Asimismo, en el marco de la 15° Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos dedicada a los jóvenes, “en particular a la relación entre los jóvenes, la fe y la vocación”, que se celebrará en octubre, el Pontífice reflexionó sobre tres conceptos: escuchar, discernir y vivir.


Escuchar

El Santo Padre explicó que cuando el Señor llama, “Dios viene de modo silencioso y discreto, sin imponerse a nuestra libertad”. Por ello es necesario “prepararse para escuchar con profundidad su Palabra y la vida, prestar atención a los detalles de nuestra vida diaria, aprender a leer los acontecimientos con los ojos de la fe, y mantenerse abiertos a las sorpresas del Espíritu”.

Francisco alertó que “si permanecemos encerrados en nosotros mismos, en nuestras costumbres y en la apatía de quien desperdicia su vida en el círculo restringido del propio yo, no podremos descubrir la llamada especial y personal que Dios ha pensado para nosotros, perderemos la oportunidad de soñar a lo grande y de convertirnos en protagonistas de la historia única y original que Dios quiere escribir con nosotros”.

Discernir

El Pontífice explica que “cada uno de nosotros puede descubrir su propia vocación solo mediante el discernimiento espiritual, un ‘proceso por el cual la persona llega a realizar, en el diálogo con el Señor y escuchando la voz del Espíritu, las elecciones fundamentales, empezando por la del estado de vida’”.

El Papa exhorta asimismo a “superar las tentaciones de la ideología y del fatalismo y descubrir, en la relación con el Señor, los lugares, los instrumentos y las situaciones a través de las cuales él nos llama”.


Vivir

“La alegría del Evangelio, que nos abre al encuentro con Dios y con los hermanos, no puede esperar nuestras lentitudes y desidias; no llega a nosotros si permanecemos asomados a la ventana, con la excusa de esperar siempre un tiempo más adecuado; tampoco se realiza en nosotros si no asumimos hoy mismo el riesgo de hacer una elección”, afirma el Pontífice.

“¡La vocación es hoy! ¡La misión cristiana es para el presente! Y cada uno de nosotros está llamado —a la vida laical, en el matrimonio; a la sacerdotal, en el ministerio ordenado, o a la de especial consagración— a convertirse en testigo del Señor, aquí y ahora”, subraya el Santo Padre.

Para concluir, Francisco hace votos para que “María Santísima, la joven muchacha de periferia que escuchó, acogió y vivió la Palabra de Dios hecha carne, nos proteja y nos acompañe siempre en nuestro camino”.

PAPA FRANCISCO ORDENA 16 NUEVO SACERDOTES: SED SERVICIALES Y MISERICORDIOSOS


Papa Francisco ordena 16 nuevos sacerdotes: Sed serviciales y misericordiosos
Redacción ACI Prensa
Foto: Vatican Media




El Domingo del Buen Pastor, en el que se celebra además la Jornada Mundial de las Vocaciones, el Papa Francisco ordenó en la Basílica de San Pedro a 16 nuevos sacerdotes y los animó a ser siempre servidores misericordiosos.

Los nuevos presbíteros son: 6 del seminario Redemptoris Mater, 5 del Pontificio Seminario Romano Mayor, 4 de la Familia de los Discípulos y uno de la Obra de Don Orión.

A través de la ordenación presbiteral, “estaréis al servicio de Cristo, Maestro, Sacerdote, Pastor” para “edificar el Cuerpo de Cristo que es la Iglesia, pueblo de Dios y templo del Espíritu Santo”.


“Seréis partícipes de la misión de Cristo, único Maestro. Dispensad a todos la Palabra de Dios que vosotros mismos habéis recibido con alegría”.

El Papa también les pidió que “no os canséis de ser misericordiosos, pensad en vuestros pecados, en vuestras miserias que Jesús perdona, y sed misericordiosos”.

También les pidió que ejerciten “en alegría y caridad sincera la obra sacerdotal de Cristo, únicamente con el fin de gustar a Dios y no a vosotros mismos. Servid a Dios por el bien de su santo pueblo”.

Por último, el Pontífice les dijo: “Comprometeos a unir a los fieles en una única familia, para conducirlos a Dios Padre por medio de Cristo en el Espíritu Santo”.

“Tened siempre delante de vuestros ojos al Buen Pastor, que no ha venido para ser servido, sino para servir, y para buscar salvar aquello que estaba perdido”.

PAPA FRANCISCO EN DOMINGO DEL BUEN PASTOR: PODEMOS SANAR SI CONFIAMOS EN DIOS


Papa Francisco en domingo del Buen Pastor: Podemos sanar si confiamos en Dios
Redacción ACI Prensa
 Foto: ACI Prensa





El Papa Francisco explicó, antes de la oración del Regina Coeli, que el cuarto Domingo de Pascua “continúa en el intento de ayudarnos a redescubrir nuestra identidad de discípulos del Señor Resucitado” y aseguró que Dios puede sanar todas las enfermedades espirituales.

“Cada uno de nosotros puede sanar de muchas formas de enfermedad espiritual –ambición, pereza, orgullo– si acepta poner con confianza la propia existencia en las manos del Señor Resucitado”.

Francisco afirmó que Jesús es el “Buen Pastor” pero ésta “autopresentación no puede ser reducida a una sugestión emotiva, sin tener efectos concretos”.

“Jesús resana a través de su ser pastor que da la vida. Dando su vida por nosotros, Jesús nos dice a cada uno: ‘tu vida vale tanto para mí que para salvarla doy todo de mí mismo'”.

“Este ofrecer su vida lo hace Pastor bueno por excelencia: Aquél que sana, Aquél que nos permite a nosotros vivir una vida hermosa y fecunda”.

Francisco indicó que la “actitud” a través de la cual se realiza “una relación viva y persona con Jesús” es “dejarse conocer por Él”.

“Él está atento a cada uno de nosotros, conoce en profundidad nuestro corazón. Conoce nuestras oraciones y nuestros defectos, los proyectos que hemos realizado y las esperanzas que han caído en desilusión”.

“Nos acepta como somos, nos guía con amor, para que podamos atravesar los caminos también impermeables sin perdernos por ellos”.

Al mismo tiempo, “nosotros estamos llamados a conocer a Jesús” y eso “implica un encuentro con Él, que suscite el deseo de seguirlo abandonando los comportamientos autoreferenciales para encaminarse a caminos nuevos, incluso accidentados, indicados por Cristo mismo y abiertos a grandes horizontes”.

A este respecto, advirtió de que “cuando en nuestras comunidades se enfría el deseo de vivir la relación con Jesús, de escuchar su voz y seguirlo fielmente, es inevitablemente que prevalezcan otros modos de pensar y de vivir no coherentes con el Evangelio”.

El Papa también pidió dar gracias a Dios por los nuevos sacerdotes que ordenó antes en la Basílica de San Pedro e invitó a rezar para que “el Señor multiplique las vocaciones a la vida consagrada y al matrimonio cristiano”.

EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 22 ABRIL 2018


Lecturas de hoy Domingo 4º de Pascua - Ciclo B
Hoy, domingo, 22 de abril de 2018




Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (4,8-12):

En aquellos días, Pedro, lleno de Espíritu Santo, dijo: «Jefes del pueblo y ancianos: Porque le hemos hecho un favor a un enfermo, nos interrogáis hoy para averiguar qué poder ha curado a ese hombre; pues, quede bien claro a todos vosotros y a todo Israel que ha sido en nombre de Jesucristo Nazareno, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos; por su nombre, se presenta éste sano ante vosotros. Jesús es la piedra que desechasteis vosotros, los arquitectos, y que se ha convertido en piedra angular; ningún otro puede salvar; bajo el cielo, no se nos ha dado otro nombre que pueda salvarnos.»

Palabra de Dios


Salmo
Sal 117,1.8-9.21-23.26.28-29

R/. La piedra que desecharon los arquitectos 
es ahora la piedra angular

Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Mejor es refugiarse en el Señor
que fiarse de los hombres,
mejor es refugiarse en el Señor 
que fiarse de los jefes. R/.

Te doy gracias porque me escuchaste
y fuiste mi salvación.
La piedra que desecharon los arquitectos 
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente. R/.

Bendito el que viene en nombre del Señor,
os bendecimos desde la casa del Señor.
Tu eres mi Dios, te doy gracias;
Dios mío, yo te ensalzo.
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia. R/.


Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (3,1-2):

Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no le conoció a él. Queridos, ahora somos hijos de Dios y aun no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.

Palabra de Dios


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (10,11-18):

En aquel tiempo dijo Jesús: «Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estragos y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas. Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas. Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor. Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre.»


Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy domingo, 22 de abril de 2018
 Fernando Torres cmf


Mirad que amor...

      El centro del mensaje de las lecturas de este domingo lo encontramos en la segunda lectura. Juan nos hace caer en la cuenta del amor inmenso que Dios nos tiene. Es un amor que se concreta en una relación real entre Dios y nosotros. No sólo nos llamamos “hijos de Dios”. Realmente lo somos. Ese es el gran cambio que se ha producido en nosotros como consecuencia de la manifestación de Jesús. Éste es el hecho central que hoy debemos tener en cuenta. Somos “hijos de Dios” y, como dice la segunda lectura, todavía no se ha manifestado lo que seremos. Es decir, todavía ni nosotros mismos somos capaces de darnos cuenta del auténtico significado de esa afirmación. Lo que es seguro es que ya no debemos ni podemos mirar a Dios como un señor feudal al que hay que temer. Nuestro Dios es un padre, un “abbá” como le gustaba decir a Jesús en su lengua, “papaíto”. Es una relación muy cercana, de enorme confianza, porque de él, de nuestro “abbá” sólo podemos esperar cosas buenas. 

      Jesús es nuestro hermano mayor. Ha venido para reunirnos en una familia, para darnos conocer ese hecho fundamental de nuestras vidas: que somos “hijos”. Por nosotros, sus hermanos, lo dio todo, hasta la vida. Por eso, utiliza la imagen del Buen Pastor. Lo mismo que el Pastor da la vida por sus ovejas, él ha dado su vida por nosotros. La imagen del pastor se refiere a Jesús. Nos habla de su modo de comportarse con nosotros. Como el pastor cuida con amor de cada una de las ovejas de su rebaño, especialmente de las más débiles, así Jesús nos cuida a nosotros. 

      Pero no hay que llevar la comparación a la realidad. Nosotros no somos ovejas ni como las ovejas. Nosotros somos “hijos”. No sólo eso. Somos “hijos de Dios”. Como hijos, somos herederos. Dios nos quiere adultos, responsables, capaces de actuar libremente, de tomar decisiones, de asumir nuestros propios riesgos. Como un buen padre, sufrirá con nuestras equivocaciones y errores, pero no nos castigará. Más bien, nos dará buenos consejos y nos animará a volver a intentarlo. Porque lo que él quiere es que crezcamos, que no seamos perpetuos niños sino hijos mayores con los que poder dialogar al mismo nivel. 

      Hoy las lecturas nos hacen tomar conciencia del amor con que Dios nos ama. Es un amor que nos transforma en hijos. Es un amor que a Jesús le hizo dar la vida por nosotros, igual que hace un pastor por sus ovejas. Es un amor que nos ayuda a crecer, que nos empuja a ser libres y adultos, hermanos de nuestros hermanos. Es un amor que nos hace sentirnos miembros de la familia y responsables de cada uno de los que viven con nosotros. Eso, y no otra cosa, es ser hijos de Dios. 



Para la reflexión

     ¿Cuando pienso en Dios, lo veo como un juez, al que hay que temer? ¿Como un abuelito, al que le da lo mismo todo lo que hagamos? ¿Cómo un padre que se goza cuando crecemos y asumimos nuestras responsabilidades de una forma libre y madura?