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jueves, 8 de febrero de 2018

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 8 DE FEBRERO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
8 de Febrero



No atribuyas al cristianismo las fallas y pecados de los cristianos.
No es el Evangelio el que no se acomoda a las necesidades y problemas del hombre de hoy; somos nosotros los que debemos acomodarnos a las exigencias del Evangelio. No es nuestra vida la que debe marcar las normas del Evangelio; es el Evangelio el que debe señalar la norma de nuestra conducta.


* P. Alfonso Milagro

EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 8 DE FEBRERO 2018


Lecturas de hoy Jueves de la 5ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, jueves, 8 de febrero de 2018



Primera lectura
Lectura del primer libro de los Reyes (11,4-13): 

Cuando el rey Salomón llegó a viejo, sus mujeres desviaron su corazón tras dioses extranjeros; su corazón ya no perteneció por entero al Señor como el corazón de David, su padre. Salomónón siguió a Astarté, diosa de los fenicios, y a Malcón, ídolo de los amonitas. Hizo lo que el Señor reprueba; no siguió plenamente al Señor como su padre David. Entonces construyó una ermita a Camós, ídolo de Moab, en el monte que se alza frente a Jerusalén, y a Malcón, ídolo de los amonitas. Hizo otro tanto para sus mujeres extranjeras, que quemaban incienso y sacrificaban en honor de sus dioses. El Señor se encolerizó contra Salomón, porque había desviado su corazón del Señor Dios de Israel, que se le había aparecido dos veces, y que precisamente le había prohibido seguir a dioses extranjeros; pero Salomón no cumplió esta orden.
Entonces el Señor le dijo: «Por haberle portado así conmigo, siendo infiel al pacto y a los mandatos que te di, te voy a arrancar el reino de las manos para dárselo a un siervo tuyo. No lo haré mientras vivas, en consideración a tu padre David; se lo arrancaré de la mano a tu hijo. Y ni siquiera le arrancaré todo el reino; dejaré a tu hijo una tribu, en consideración a mi siervo David y a Jerusalén, mi ciudad elegida.»

Palabra de Dios


Salmo
Sal 105,3-4.35-36.37.40

R/. Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo

Dichosos los que respetan el derecho
y practican siempre la justicia.
Acuérdate de mí por amor a tu pueblo,
visítame con tu salvación. R/.

Emparentaron con los gentiles,
imitaron sus costumbres;
adoraron sus ídolos
y cayeron en sus lazos. R/.

Inmolaron a los demonios
sus hijos y sus hijas.
La ira del Señor se encendió contra su pueblo,
y aborreció su heredad. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (7,24-30):

En aquel tiempo, Jesús fue a la región de Tiro. Se alojó en una casa, procurando pasar desapercibido, pero no lo consiguió; una mujer que tenía una hija poseída por un espíritu impuro se enteró en seguida, fue a buscarlo y se le echó a los pies. La mujer era griega, una fenicia de Siria, y le rogaba que echase el demonio de su hija. 
Él le dijo: «Deja que coman primero los hijos. No está bien echarles a los perros el pan de los hijos.»
Pero ella replicó: «Tienes razón, Señor; pero también los perros, debajo de la mesa, comen las migajas que tiran los niños.»
Él le contestó: «Anda, vete, que, por eso que has dicho, el demonio ha salido de tu hija». Al llegar a su casa, se encontró a la niña echada en la cama; el demonio se había marchado.

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy jueves, 8 de febrero de 2018
José Luis Latorre, misionero claretiano


Queridos hermanos:

En este pasaje encontramos que Jesús rompe las barreras impuestas por el judaísmo: misiona  en Tiro territorio no judío-; acoge y habla con una mujer cananea –pagana- que le pide  por su hija enferma; da una respuesta aparentemente despreciativa “no está bien quitar el pan de los hijos y dárselo a los perros” (los judíos llamaban perros a los paganos); y habla de migajas.

¡Cuántos prejuicios tenían los judíos! Creo que nosotros no tenemos menos. Y así como entonces los prejuicios enrarecían las relaciones personales y la vida social, hoy también tienen sus consecuencias. Los prejuicios nos hacen olvidar que todos somos iguales aunque seamos diferentes en el color de la piel, en el modo de hablar, en las creencias religiosas, en la forma de ver la vida, en el pensar y sentir… Estas cosas tan sencillas a veces crean murallas materiales y espirituales que nos separan en vez de acercarnos. Lo que es un bien y una riqueza se convierte en pobreza por los prejuicios que nos llevan a encerrarnos solo en lo nuestro y pensar que no hay otras cosas buenas fuera de las nuestras. Los prejuicios crean “guetos” y fomentan los fanatismos.

Los prejuicios pueden incluso hacernos pensar que está bien que haya “perros” y “migajas”, es decir personas  heridas, enfermas, desconcertadas, confusas, descartadas, recluidas…; que las fronteras son buenas para protegernos y defendernos. Sin embargo ¡qué diferente la actitud de Jesús! Para Él no existen las fronteras de pueblos ni de personas: a todos anuncia el Evangelio y hace el bien. Él se da a todos, pero en especial a los más necesitados. En este pasaje es a la hija endemoniada de la cananea, mañana será el sordo tartamudo….

Cristiano es aquel que tiene el espíritu de Cristo y vive hoy como Él vivió. Se trata de tener los mismos sentimientos de Jesús y actuar con los mismos valores que actuó Él.