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miércoles, 7 de febrero de 2018

QUÉ ES LA UNCIÓN DE LOS ENFERMOS?



¿Qué es la Unción de los Enfermos?
La Unción de los Enfermos nos prepara para dar el paso a la vida eterna


Por: Cristina Cendoya de Danel | Fuente: Catholic.net 




La Unción de los Enfermos es una preparación para el paso de esta vida a la gloria eterna y son muchos los efectos y gracias que confiere al enfermo para prepararse para la entrada a la vida eterna. El enfermo que confía en sus propias fuerzas, podría desesperarse, pero Cristo viene a él para reconfortarlo en estos momentos.

Este sacramento es un sacramento de “vivos”, por lo tanto, incrementa la gracia santificante en el enfermo.

Se recibe la gracia sacramental propia de la Unción de los Enfermos, que es una gracia de consuelo, de paz y de ánimo para vencer las dificultades propias del estado de enfermedad grave o de la vejez. Esta gracia es un don del Espíritu Santo que nos lleva a renovar la confianza y la fe en Dios y fortalece al alma para que sea capaz de vencer las tentaciones de desaliento, y de angustia, especialmente. (Catec. n. 1520).

Por la gracia sacramental, es posible que el enfermo obtenga la curación, si es conveniente, la salud corporal. La asistencia del Espíritu Santo tiene como objeto conducir al enfermo hacia la curación del alma, pero si es la voluntad de Dios, también puede recuperar la salud. (Cfr. Catec. n. 1520). Por ello es conveniente no esperar hasta el último momento para la administración de este sacramento, los sacramentos no tienen como fin hacer milagros, al dejar hasta el final este sacramento, se podría estar poniendo obstáculos para su eficacia.

La unción de los enfermos puede obtenernos el perdón de los pecados veniales y la remisión de las penas del purgatorio, pues son obstáculos que impiden la entrada al cielo. Este efecto depende de la debida disposición que tenga el sujeto que lo recibe, se necesita un verdadero dolor de corazón, en otras palabras, estar totalmente arrepentidos. Normalmente, este sacramento va acompañado de indulgencia plenaria, la cual perdona la pena temporal.

Hemos mencionado que este sacramento es de “vivos”, es decir, se debe de recibir en estado de gracia, sin pecados mortales. No fue instituido para perdonar los pecados graves, para esto está el Sacramento de la Reconciliación. Pero, en caso de que la persona no se pueda confesar y este completamente arrepentida, la unción perdona los pecados mortales. Esto fue declarado en el Concilio de Trento, además de estar insinuado en el texto de Santiago ya mencionado.

Si posteriormente, la imposibilidad de confesarse se resuelve, el enfermo tiene la obligación de acudir a la Reconciliación.

Este sacramento no es absolutamente necesario para la salvación, pero a nadie le es lícito desdeñarlo, por lo tanto se debe de procurar que los enfermos lo reciban lo antes posible en caso de una enfermedad grave o crónica, o en la ancianidad. Sobre todo se debe de recibir cuando se está en plena facultades mentales.

El cristiano está obligado a prepararse lo mejor posible para la muerte, por lo que las personas allegadas a él tienen el deber – grave – de procurar que lo reciba, ya sea presentándole la conveniencia de hacerlo, ya sea mencionándole que se encuentra en una situación de alto riesgo. Pero, siempre siendo prudentes, utilizando el sentido común y la caridad. Muchas veces no se hace por el temor de asustar al enfermo, siendo que en la mayoría de las veces, lo que se tiene es una visión equivocada de la muerte en el sentido cristiano. Normalmente el enfermo acoge la sugerencia con serenidad, sobre todo si se le explica que es por su bien.

La Iglesia, además, ofrece junto a este sacramento, la Eucaristía como viático, “a aquellos que están a punto de salir de esta vida”. La Eucaristía es el paso de la muerte a la vida. (Cfr. Catec. n. 1524). Recordemos las palabras de Jesús: “El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día”. ( Jn. 6, 54)

La Unción de los Enfermos puede recibirse más de una vez, pues no imprime carácter. Antiguamente solamente se administraba una vez en la vida, pero actualmente se puede recibir varias veces. Si se ha administrado durante una enfermedad grave y se recobra la salud, al presentarse otra enfermedad grave, se puede volver a recibir o en el caso de una enfermedad que se agrave el enfermo, se puede recibir nuevamente, o cuando es una enfermedad crónica, en la cual se necesita fortaleza para sobrellevarla, o en la vejez.

Por la gracia de este sacramento, el enfermo recibe la fuerza y el don de unirse de manera más íntima a la pasión de Cristo. El sufrimiento, fruto del pecado original, obtiene un nuevo sentido, y se participa con él en la obra salvífica de Jesús.

Al unirse libremente a la pasión y muerte de Cristo, por medio de este sacramento, los enfermos contribuyen al bien del Pueblo de Dios. Al celebrar la Unción de los Enfermos, la Iglesia, por la comunión de los santos, intercede por el bien del enfermo. Y este, a su vez, por la gracia de este sacramento, contribuye a la santificación de la Iglesia y al bien de todos los hombres por los que la Iglesia sufre y se ofrece, por Cristo, a Dios Padre.

La Unción de los Enfermos es un escudo para defendernos ante las últimas luchas en nuestra vida y así entrar a la Casa del Padre. Nos prepara para dar el paso a la vida eterna.

BEBÉ CURADA EN EL VIENTRE MATERNO: EL MILAGRO QUE HARÍA SANTO A PABLO VI


Bebé curada en el vientre materno: El milagro que haría santo a Pablo VI
Redacción ACI Prensa



La curación de una bebé en el vientre de su madre sería el milagro que permitiría la canonización del Beato Pablo VI, el cual ya habría sido aprobado por la Congregación para las Causas de los Santos, según indicaron fuentes vaticanas.

Tras la aprobación de los cardenales, solo faltaría el visto bueno del Papa Francisco, recordaron las fuentes. Asimismo, se cree que la canonización podría tener lugar en octubre de este año, en el marco del Sínodo de los Obispos sobre los jóvenes que se realizará en el Vaticano.

La protagonista del milagro es Amanda, una niña que nació el 25 de diciembre de 2014 a pesar de un difícil embarazo y del cual era difícil que sobreviviera, según afirmaban los médicos.

Ya en diciembre del año pasado el semanario de la Diócesis de Brescia, “La Voce del Popolo”, había adelantado información sobre esta curación.

“El milagro atribuido a la intercesión de Giovanni Battista Montini es acerca de la curación de un feto, en el quinto mes de embarazo”, el cual “en el 2014 fue aprobado”.

Según relató el semanario, “la madre en espera, de la provincia de Verona, estaba en riesgo de aborto por una patología que habría podido comprometer la vida del pequeño y de la madre”.

Sin embargo, a los pocos días de que Pablo VI fuera beatificado, la mamá fue a rezar al Santuario delle Grazie, en Brescia (Italia), un lugar a donde acuden los devotos del Papa Montini.

Así, sin que fuese posible una explicación médica, la niña nació el 25 de diciembre de 2014, gozando de buena salud.

Pablo VI fue beatificado por el Papa Francisco en octubre de 2014. El milagro que lo llevó a los altares fue también la curación de un niño en el vientre de su madre, ocurrida en 2001 en Estados Unidos.

Entre otras cosas, el Beato Pablo VI es reconocido por ser autor de la encíclica Humanae Vitae, un documento que marcó un hito en la defensa de la vida desde la concepción y cuya publicación cumple 50 años este 2018. 

VAYAMOS PENSANDO EN LA CUARESMA


Vayamos pensando en la Cuaresma


Cada año, los católicos (y muchos cristianos) conmemoran la temporada de la Cuaresma, un tiempo especial de preparación antes de la gloriosa celebración de la Pascua. Es una parte esencial del año litúrgico, aunque, a veces, puede ser un poco confusa.

Aquí tenemos de los elementos básicos a los que prestar atención durante este viaje cuaresmal hasta la Pascua.

Miércoles de Ceniza
Este año cae el día de San Valentín (14 de Febrero).
En un día típicamente reservado para regalar y comer chocolates, dulces y deliciosas comidas compartidas con un ser querido... ¡Y la Iglesia nos pide ayuno, rezo y abstinencia de comer carne! Aprovechemos como una oportunidad para rezar en pareja y profundizar en el amor verdadero y duradero de Dios.

La Cuaresma dura 40 días
Imitando el ayuno de Jesús en el desierto, la Iglesia instituyó una temporada especial de ayuno que dura 40 días. Sin embargo, los seis domingos de Cuaresma no se consideran parte del “ayuno de Cuaresma” oficial (todos los domingos son un recordatorio especial de la Resurrección de Cristo). Por esta razón, la Pascua empieza “técnicamente” 46 días después del Miércoles de Ceniza. Este año, la Pascua cae en 1 de abril.

Los tres pilares de la Cuaresma son la oración, el ayuno y la limosna
Según el Catecismo de la Iglesia Católica: “La penitencia interior del cristiano puede tener expresiones muy variadas. La Escritura y los Padres insisten sobre todo en tres formas: el ayuno, la oración, la limosna (cf. Tb 12,8; Mt 6,1-18), que expresan la conversión con relación a sí mismo, con relación a Dios y con relación a los demás. Junto a la purificación radical operada por el Bautismo o por el martirio, citan, como medio de obtener el perdón de los pecados, los esfuerzos realizados para reconciliarse con el prójimo, las lágrimas de penitencia, la preocupación por la salvación del prójimo (cf St 5,20), la intercesión de los santos y la práctica de la caridad ‘que cubre multitud de pecados’ (1 P 4,8)”.

La Cuaresma es un tiempo para practicar estos ejercicios espirituales esenciales y limpiar nuestra casa interior.

Miércoles de Ceniza y Viernes Santo son días de ayuno
Miércoles de Ceniza y Viernes Santo son días de ayuno y abstinencia obligatorios para los católicos. (…) Para los miembros de la Iglesia católica latina, las normas de ayuno son obligatorias en edades entre los 18 y los 59 años. Durante un ayuno, una persona tiene permitido comer una comida completa más dos comidas más pequeñas que, juntas, no supongan una comida completa. Las normas relativas a la abstinencia de la carne son obligatorias para miembros de la Iglesia católica latina a partir de los 14 años.

Todos los viernes de Cuaresma son días de abstinencia de carne (salvo si coincide con solemnidad)

Los viernes siempre han sido días especiales de oración y penitencia en la Iglesia. Se explica que: “los pueblos católicos desde tiempos inmemoriales han distinguido el viernes para una especial observación penitencial por la que sufren gustosamente con Cristo para algún día ser glorificados con Él. Este es el corazón de la tradición de la abstinencia de carne los viernes donde esa tradición se ha observado en la santa Iglesia católica”.


© Philip Kosloski

PAPA FRANCISCO HACE FUERTE LLAMADO CONTRA LA TRATA DE PERSONAS


Fuerte llamado del Papa Francisco contra la trata de personas: ¡Es una plaga vergonzosa!
 Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa



Al final de la Audiencia General en el Aula Pablo VI del Vaticano, el Papa Francisco recordó que el 8 de febrero se celebra la Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata y exigió el fin de esta “plaga vergonzosa”.

“Teniendo pocas posibilidades de canales regulares, muchos inmigrantes deciden aventurarse por otras vías, donde a menudo se encuentran con abusos de todo tipo, explotación y la esclavitud”, explicó al tomar la palabra.

El Papa recordó entonces que “las organizaciones criminales, dedicadas a la trata de personas, usan estas rutas migratorias para esconder a las propias víctimas entre los migrantes y los prófugos”.

“Invito a todos los ciudadanos y las instituciones a unir fuerzas para prevenir la trata y garantizar la protección y asistencia a las víctimas”.

Francisco concluyó este llamado pidiendo a Dios que “convierta el corazón de los traficantes y de esperanza de volver a alcanzar la libertad a todos los que sufren por esta plaga vergonzosa”.

CUIDA TU CORAZÓN


¡Cuida tu corazón!
El ser humano permanece siempre abierto al crecimiento interior, al perfeccionamiento como persona.


Por: P. Alejandro Ortega, L.C. | Fuente: www.la-oracion.com 




"¡Cuida tus alas!", decía San Agustín a los jóvenes. En obvia alusión a sus deseos de volar alto, de volar lejos, de volar con prisa. Hoy Jesús parece decirnos: "¡Cuida tu corazón!". Porque el corazón, en sentido bíblico, constituye las alas del espíritu.

Ahí, en tu corazón, decides si levantas el vuelo o te quedas en tierra; si vuelas con rumbo o vas a la deriva del viento; si vuelas alto o bajo; si vuelas lejos o te quedas revolando sobre restos putrefactos. Por eso, más allá de la polémica de Jesús con los fariseos y su tradicional hipocresía, me parece que el evangelio de hoy nos grita a todos ¡cuida tu corazón!

¿Qué es el corazón?

El pensamiento griego –particularmente Aristóteles– separa como esferas distintas de la persona, aunque íntimamente relacionadas, sensibilidad, emotividad, afectividad, inteligencia y voluntad.

El pensamiento hebreo, en cambio, mucho más sintético y vivencial, concentra todas estas dimensiones en el corazón de la persona.

Así, para la Biblia, el corazón es la sede no sólo de los sentimientos y afectos, de los sueños y proyectos, sino también de las grandes decisiones morales. Todo "se cocina" ahí dentro.

Corazón y moralidad

En el Evangelio de hoy, Jesús insiste, particularmente, en el corazón como centro de la moralidad del ser humano. Ahí donde decidimos nuestra calidad, estatura y valor como personas. Porque la esencia de la persona humana, a diferencia de la de los animales y las cosas, es una esencia abierta.

El ser humano permanece siempre abierto al crecimiento interior, al perfeccionamiento como persona. Más aún, dicho crecimiento es una ley interior, un mandato inscrito en su propia esencia. Por eso en nuestro corazón resuena siempre una voz que nos dice: "¡Sé más!". So pena de ser menos.

El ser humano no puede seguir siendo el mismo con el paso del tiempo: o crece y mejora, o empeora; o se humaniza más o se deshumaniza. Lo explicaba el filósofo español José Ortega y Gasset: «Mientras el tigre no puede dejar de ser tigre, no puede "destigrarse", el hombre vive en riesgo permanente de deshumanizarse». La dignidad moral del ser humano radica, en definitiva, en esa posibilidad de ser más o ser menos persona.

Y para Jesús, el ser más o ser menos persona se juega en el corazón. «No es lo de fuera lo que mancha al hombre; es lo que sale del hombre lo que mancha al hombre». Ahí, en el sagrario íntimo de tu corazón, es donde tú decides quién realmente quieres ser.

La maldad del corazón

El corazón humano puede llegar a ser muy bueno. El pecado original introdujo la malicia en el corazón humano. Sin por ello eliminar la aspiración congénita del corazón a la verdad, a la bondad, a la belleza. Por eso, en el corazón humano tantas veces se dan cita lo mejor y lo peor de cada persona. Tristemente, con frecuencia ha prevalecido la maldad.

El profeta Jeremías dejó constancia de esta realidad: «El corazón es lo más retorcido; no tiene arreglo: ¿quién lo conoce?» (Jer. 17, 9). Y Jesús, en el Evangelio de hoy, apunta en la misma dirección: «Porque de dentro, del corazón, salen las intenciones malas: fornicaciones, robos, asesinatos, adulterios, avaricias, maldades, fraude, libertinaje, envidia, injuria, insolencia, insensatez. Todas estas perversidades salen de dentro y contaminan al hombre»

Corazón y libertad

Como vimos, en realidad cada uno decide qué cocina en su corazón: Si intenciones buenas, nobles, generosas, altruistas, bondadosas. O intenciones malas, mezquinas, egoístas, amargas. Y, en particular, tú decides, en cada momento, qué haces con lo que te llega de fuera o con lo que te brota de dentro.

De fuera pueden venir tentaciones, ofensas, agresiones, olvidos. De dentro pueden venir malas inclinaciones, pasiones desordenadas, emociones descontroladas. Tú decides qué haces con todo ello. Puedes sentir la fuerza de las tentaciones o de las malas inclinaciones, pero tu corazón tiene siempre la suprema libertad de consentir o no.

Viktor Frankl, neurólogo y psiquiatra austriaco, célebre por su experiencia en los campos de concentración nazis, solía fortalecer su corazón durante el cautiverio con lo que él llamaba ejercicios de suprema libertad. El régimen nazi, para debilitar, desmoralizar y hasta "animalizar" a los presos, les proporcionaba una ración claramente insuficiente de pan al día. Frankl tomaba su minúsculo trozo, lo partía a la mitad, y se comía la cantidad que él decidía tomar. El resto lo compartía. Así mantenía su libertad intacta, por muy "preso" que estuviera. Así seguía siendo "dueño de sí mismo".

La decisión de ser más o ser menos persona no depende de las circunstancias; está en tu corazón.

Y tú, ¿cuidas tu corazón?

Tu corazón es un jardín. De él brotan tus pensamientos, deseos y acciones. Si de tu corazón brotan buenos pensamientos, deseos nobles, acciones honestas, volarás y serás más y más persona.
Si de tu corazón brotan malos pensamientos, deseos perversos, acciones viles, no volarás, y serás menos persona. ¡Cuida tu corazón! Claro está, cuidar el corazón supone trabajar el corazón.

El corazón se cultiva igual que un jardín: hay que escoger bien lo que se siembra, arrancar abrojos, eliminar plagas, regar frecuentemente y podar cuando hace falta. Los corazones buenos no se improvisan.


María
María, como buena Madre, conoce como nadie el corazón humano. Pon el tuyo en sus manos. Dile que quieres cuidarlo. Pídele que te ayude a sembrar y cultivar en él sólo buenos pensamientos, buenos deseos y buenas acciones.

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 7 DE FEBRERO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
7 de Febrero



Yo soy la Luz del mundo
y no seguiste;
Yo soy la Verdad y no creíste;
Yo soy la Vida y no buscaste.
Yo soy el Maestro y no me escuchaste;
Yo soy la Cabeza y no me obedeciste;
Yo soy tu Dios y no me hablas.
¿Por qué?


* P. Alfonso Milagro

PAPA FRANCISCO CONVOCA A JORNADA DE MISERICORDIA, 24 HORAS PARA EL SEÑOR




24 horas para el Señor: El Papa convoca a jornada para abrirse a la misericordia de Dios
Redacción ACI Prensa
 Foto: Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización




En su mensaje para la Cuaresma 2018 el Papa Francisco anunció la realización de la Jornada “24 horas para el Señor” el próximo viernes 9 y sábado 10 de marzo, en la que al menos una iglesia de cada diócesis permanecerá abierta para permitir a los fieles la oración de adoración y la confesión sacramental.

En su mensaje titulado “Al crecer la maldad, se enfriará el amor en la mayoría”, el Santo Padre invitó a los católicos a “emprender con celo el camino de la Cuaresma, sostenidos por la limosna, el ayuno y la oración”.

“Si en muchos corazones a veces da la impresión de que la caridad se ha apagado, en el corazón de Dios no se apaga. Él siempre nos da una nueva oportunidad para que podamos empezar a amar de nuevo”.

En ese sentido, aseguró que una “ocasión propicia” para ello “será la iniciativa ‘24 horas para el Señor’, que este año nos invita nuevamente a celebrar el Sacramento de la Reconciliación en un contexto de adoración eucarística”.

“En el 2018 tendrá lugar el viernes 9 y el sábado 10 de marzo, inspirándose en las palabras del Salmo 130,4: ‘De ti procede el perdón’”, indicó Francisco.

En ese sentido, aseguró que “en cada diócesis, al menos una iglesia permanecerá abierta durante 24 horas seguidas, para permitir la oración de adoración y la confesión sacramental”.

EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 7 DE FEBRERO 2018


Lecturas de hoy Miércoles de la 5ª Semana del Tiempo Ordinario
Hoy, miércoles, 7 de febrero de 2018



Primera lectura
Lectura del primer libro de los Reyes (10,1-10):

En aquellos días, la reina de Sabá oyó la fama de Salomón y fue a desafiarle con enigmas. Llegó a Jerusalén con una gran caravana de camellos cargados de perfumes y oro en gran cantidad y piedras preciosas. Entró en el palacio de Salomón y le propuso todo lo que pensaba. Salomón resolvió todas sus consultas; no hubo una cuestión tan oscura que el rey no pudiera resolver.
Cuando la reina de Sabá vio la sabiduría de Salomón, la casa que había construido, los manjares de su mesa, toda la corte sentada a la mesa, los camareros con sus uniformes sirviendo, las bebidas, los holocaustos que ofrecía en el templo del Señor, se quedó asombrada y dijo al rey: «¡Es verdad lo que me contaron en mi país de ti y tu sabiduría! Yo no quería creerlo; pero ahora que he venido y lo veo con mis propios ojos, resulta que no me habían dicho ni la mitad. En sabiduría y riquezas superas todo lo que yo había oído. ¡Dichosa tu gente, dichosos los cortesanos que están siempre en tu presencia, aprendiendo de tu sabiduría! ¡Bendito sea el Señor, tu Dios, que, por el amor eterno que tiene a Israel, te ha elegido para colocarte en el trono de Israel y te ha nombrado rey para que gobiernes con justicia!»
La reina regaló al rey cuatro mil quilos de oro, gran cantidad de perfumes y piedras preciosas; nunca llegaron tantos perfumes como los que la reina de Saba regaló al rey Salomón.

Palabra de Dios

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Salmo
Sal 36,5-6.30-31.39-40

R/. La boca del justo expone la sabiduría

Encomienda tu camino al Señor, 
confía en él, y él actuará: 
hará tu justicia como el amanecer, 
tu derecho, como el mediodía. R/.

La boca del justo expone la sabiduría, 
su lengua explica el derecho: 
porque lleva en el corazón la ley de su Dios, 
y sus pasos no vacilan. R/.

El Señor es quien salva a los justos, 
él es su alcázar en el peligro; 
el Señor los protege y los libra, 
los libra de los malvados y los salva, 
porque se acogen a él. R/.

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Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (7,14-23):

En aquel tiempo, llamó Jesús de nuevo a la gente y les dijo: «Escuchad y entended todos: Nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre. El que tenga oídos para oír, que oiga.»
Cuando dejó a la gente y entró en casa, le pidieron sus discípulos que les explicara la parábola. Él les dijo: «¿Tan torpes sois también vosotros? ¿No comprendéis? Nada que entre de fuera puede hacer impuro al hombre, porque no entra en el corazón, sino en el vientre, y se echa en la letrina.»
Con esto declaraba puros todos los alimentos. Y siguió: «Lo que sale de dentro, eso sí mancha al hombre. Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los malos propósitos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro.»

Palabra del Señor

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Comentario al Evangelio de hoy miércoles, 7 de febrero de 2018
José Luis Latorre, misionero claretiano

Queridos hermanos:

Jesús ha comenzado su enseñanza diciendo: “Escuchadme y entended”. Escuchar es el gran mandato de la religión judía: “Escucha, Israel…” Sólo desde la escucha se entiende y comprende el mensaje de Jesús, porque con los oídos oímos pero con el corazón escuchamos y entendemos. Del corazón brotan las buenas o malas opciones. El corazón es la fuente del bien y del mal. Jesús afirma “nada de lo que entra en el hombre puede mancharlo. Lo que sale de dentro es lo que contamina al hombre”. Siempre hemos oído que Dios mira el corazón y lo escudriña, y que comprende las intenciones más íntimas que motivan nuestras decisiones. Frente a Dios nadie puede esconderse.

Es interesante observar: la lista de pecados que enumera Jesús son los que dañan las relaciones con el prójimo: “malos pensamientos, fornicación, robos, asesinatos, adulterios, codicia, malicia, fraude, desenfreno, envidia,  arrogancia, desatino”. Siempre en las relaciones humanas el criterio principal es el amor. El amor es la regla de oro y el criterio fundamental de todo el obrar humano y cristiano. Como dice Pablo “a nadie debáis nada más que amor” y también afirma que el amor es la plenitud de la Ley. Y Jesús nos recuerda que en el amor a Dios y al prójimo está la plenitud de la Ley y los Profetas.

El corazón humano se modela en la escucha de Dios. Este Dios que habla en la historia de hoy, por la Iglesia, en los más débiles e indefensos de la sociedad, en la comunidad cristiana, en las verdaderas necesidades del hombre, en el grito de los sufrientes y oprimidos, en la Palabra de Cristo que siempre nos llama al seguimiento y que nos invita a superar los esquemas que cada uno nos construimos y justificamos. Este Jesús que nos propone ser verdaderos discípulos en la escucha de la Verdad por el camino de la interioridad.

Necesitamos volver a los “cinco minutos diarios para Dios”, ese momento donde nuestro corazón, escuchando la voz de Dios, encuentra sosiego, paz, fuerza y ánimo para poder dar a los demás lo mejor que hay dentro de nosotros mismos.